sábado, 31 de agosto de 2013

Capítulo 84.

CAPÍTULO 84.
Narra Verónica.

Me acerqué hasta llegar a él sin decir nada, un olor a alcohol se adentró por mi fosas nasales desgarrándome, esto era espantoso, olía fatal a droga, a bebida ¿por qué? Verlo así era doloroso, este no es mi Harry, mi rizos, mi pequeño, ¿Qué monstruo se apoderó de él? Un dolor profundo se apoderó de mi pecho, me quedé paralizada, lo tenía frente a mí en unas circunstancias desastrosas, no sabía que hacer o mejor dicho tenía miedo de hacer algo, no era así como yo esperaba que me recibiera. No pude seguir pensando mucho más, sentí un gran peso encima de mí, Harry se me abalanzó y me apretó con sus brazos, mis piernas dieron pasos hacía atrás para no perder el equilibrio y caer, me quedé intacta, mis brazos se quedaron parados a ambos lados de mi costado, inmovilizada por los suyos, sus dos brazos me encarcelaban, su cara se escondió en mi cuello, ahora que lo tenía pegado a mí ese olor a alcohol me ahogó, era terrible, intenté zafarme de su agarre pero fue inútil, su cuerpo derrotado estaba descansando encima del mío, el gran cuerpo de Harry estaba arrollándome, intenté olvidarme un poco del estado en el que estaba y me di cuenta de que llevaba un rato abrazado a mí, proporcionándome su calor, su seguridad, quería llorar, había necesitado tanto de sus brazos, de su calor, de su voz, de sus ojos, de su presencia, de su oxígeno, pero me tragué las ganas de llorar, no podía verme débil ante él ya que estaba echo polvo, era yo quién tenía que darle fuerza a él.
-Yo: Harry, Harry sueltáme.-Susurré mientras intentaba separarme de él.
-Harry: te amo Verónica, me importa una mierda todo, no te dejaré ir, te secuestraré para que no huyas de mí.-Dijo casi sin poder, su lengua se trababa, no soportaba verlo así, estaba borracho y no tenía cosciencia de lo que decía. Después de mucho forcejeo logré separarme de él, quedó parado frente amí, observandome nuevamente como si yo no fuese real, solo una simple alucinación. Dí un paso más hacia adelante y acerqué mi mano a su mejilla.
-Yo: Qué has hecho styles..-Dije mientras acariciaba con suaivdad su cara.
Las lágrimas comenzaron a caer por sus ojos, sus verdes ojos que ahora se escondían tras una capa rojiza, mojada que los ocultaba, reaccioné rápidamente y con mis pulgares fui retirando cada lágrima que descendía por su piel.
-Yo: No llores pequeño-Susurré.
-Harry: Quiero casarme contigo, yo te quiero más que ami vida, no puedes dejarme.-Volvió a decir su voz entrecortada por el consumo de alcohol y yo suspiré, será mejor que primero lo haga volver a la vida real y después hablemos, lo agarré del brazo y me encaminé hasta su casa, una vez en la puerta él se paró y yo con él.
-Yo: ¿Qué haces?
-Harry: ¿Dónde me llevas? Me dejarás en mi casa y después te irás y me quedaré solo otra vez, no quiero.-Dijo y se soltó  de mi agarre.
-Yo: Vamos para dentro YA. Harry que estás descalzo, sólo con un pantalón y asquerosamente borracho, vas a ponerte malo, vamos dentro y no lo repito más.-Dije seria mientras me encargaba de acuchillarlo con la mirada aunque lo único que quisiera fuera abalanzarme sobre él y abrazarlo. Él negó con la cabeza y yo lo volví a cocer del brazo y como él estaba algo mareado logré meterlo dentro de su casa, cerré la puerta con mi pie e inspeccioné el lugar, casa bastante grande, bonita decoración, todo al estilo de Harry. Vi un pequeño pasillo, supongo que eso me dirigía al salón o a la cocina, fui por él con Harry cogido del brazo que no decía nada y llegué al salón dónde me encontré una botella de alcohol tirada en la mesa completamente vacía. Voltee a Harry y le pegué un puñetazo en el pecho.
-Yo: ¿Tú eres gilipollas?
Él no dijo nada, ni siquiera cuando le pegué, estaba como si quisiera que lo golpease, como si quisiera que me desquitase con él. Me di la vuelta antes de enfadarme más y cogí la botella, salí  hasta llegar a la amplía cocina, tiré con rabia la botella a la basura y volví al salón, Harry esta vez se encontraba tirado en el sofá, cual borracho tirado en mitad de la calle, tenía ganas de llorar, no sé porque tubo que llegar a estos extremos. Me acerqué a él y me puse de cuclillas, con mi mano subí su cara hasta que me encontré con su rostro lleno de lágrimas nuevamente, no pude soportarlo y me tiré encima de él y lo abracé, lo abracé con fuerza ignorando el asco que sentía por el olor tan desagradable a alcohol que desprendía, yo lo único que necesitaba era abrazarlo, él pasó sus brazos por mi cintura y me apretó con fuerza, su cara cayó en mi cuello, el que pronto se inundó por sus lágrimas, seguía llorando sin control, yo comencé a acariciar su pelo una y otra vez.
-Harry: soy un imbécil, un inmaduro, un maldito hijo de *lo imterrumpí*
-Yo: Eres mi imbécil.-Susurré. Él freno su llanto un momento para oír mis palabras, sollozaba silenciosamente.
-Harry: ¿Qué has dicho?.-Murmuró.
Me separé un poco de él y terminé de secar las lágrimas que había en sus mejillas, agarré su cara con mis manos e hice que me mirase, aunque sus luces verdes ahora estuvieran ocultas.
-Yo: Que eres mi imbécil.-Dije segura analizando cada gesto de su rostro.
Por un momento el tiempo se detuvo, su boca entreabierta daba paso a su aliento para salir con libertad y terminar en mi boca, era cálido, pero una vez más el olor alcohol estaba presente. Sus ojos hinchados me miraban con ¿Esperanza?¿miedo?¿felicidad? esta vez ni yo misma lo sabía, me acerqué un poco más y rocé mi nariz con la suya mientras acariciaba sus mejillas con mis manos, él cerró los ojos disfruntando del roce y yo no me detuve más, presioné mis labios con los suyos pero esta vez con miedo y delicadeza, los rastreé por cada rincón, sus labios seguían tan cálidos como el primer día, era como una sustancia adictiva de la que nunca podría separarme a pesar de que la sustancia alcohólica se hiciera notar, anhelaba este beso más que a mi vida. Ninguno de los dos queríamos que este beso terminase pero el aire se nos empezaba a acabar así que tuvimos que separarnos, sé que estaba borracho y que posiblemente mañana él no recordaría todo esto pero me dio igual, sé que él sintió ese beso tanto como yo, sus labios me lo hicieron saber, chocamos nuestras frentes, nuestras respiraciones agitadas se unieron, él volvió a cerrar sus ojos y yo lo seguí, pasamos así unos segundos pero volví a la realidad dándome cuenta del estado en el que se encontraba. Me separé de él con cuidado y agarré su mano para que se levantase, él me siguió.
-Yo: Llévame al baño.-Ordené ya que no me conocía su casa.
Él negó con la cabeza.
-Harry: No, no quiero que me dejes.-Dijo cegado por la sustancia ingerida.
-Yo: Harry por dios, acabemos ya con esto, o me llevas o yo lo buscaré, igualmente lo encontraré.-Dicho esto tiré de él y busqué hasta encontrar unas escaleras, subí por estas tirando de él que se hacía derogar pero finalmente llegamos al segundo piso, no tenía tiempo para admirar todo el lujo y lo hermosa que era la casa, así que fui andando hasta que me paré frente una puerta, abrí y sin duda esta era su habitación, entré y vi que había otra puerta, esto solo podía ser el baño, caminé y la abrí, efectivamente un gran baño, jacuzzi, ducha y bañera, todo separado, dios mío. Me volteé y solté su mano, fui directa al botón de sus pantalones, cuando lo quité y baje la cremallera noté como él comenzó a reír, pero era la típica risa de ebrio, esa que a mí me estresaba, lo ignoré y comencé a bajar sus pantalones hacía abajo, cuando llegué a sus tobillos levante cada uno de sus pies y se los quité, observé con detalle cada centímetro de sus piernas, perfectas, jodidamente perfectas. Me levanté y mi vista se fue hasta sus bóxers, mordí mi labio sin querer, esto era muy tentador. Pero Verónica que mierda dices, no es el momento idiota.-Me gritó mi subconsciente y tenía razón, ahora no era el momento de esto. Subí mi vista hasta su rostro, él seguía riendo, me gustaba verlo reír pero no me gustaba como lo hacía ahora, lo hacía por el alcohol y porque se creía que iba a violarlo aquí o algo, una pequeña risa se escapó de mi boca.
-Yo: No te voy a violar, tranquilo.-Reí.
Él con un brazo me acercó a él, su cuerpo ardiendo me abrasaba.
-Harry: No me importaría que lo hicieras.-Dijo muy cerca de mis labios, MUY CERCA. No Vero reacciona, esto ahora no puede pasar. Con todo el dolor de mi corazón puse mis manos en su pecho y me separé de él.
-Yo: Quítate los calzoncillos, ahora.-Ordené.
Él volvió a reír.
-Harry: No quiero.
-Yo: O te los quitas o te los quito.
-Harry: Quítamelos.-Dijo pícaro.
Bien, sabía a lo que estaba jugando, pero no caería, mi cabeza  era más fuerte. Me acerqué y mis dedos viajaron al elástico de sus bóxers, respiré hondo y los baje rápidamente llegando a sus tobillos, él terminó de sacarlos. Me levanté y no pude evitar repasarlo con la mirada, tenía delante de mí a Harry completamente desnudo. Vero, está borracho, no es el momento.-Me repetía mi subconsciente. Tragué saliva con fuerza y lo cogí por el brazo tirando de él hasta la ducha, cuando lo tenía debajo del grifo, lo prendí, el agua fría comenzó a caer por su cuerpo escultural haciéndolo aún más irresistible.
-Harry: DIOS ESTÁ HELADA.-Gritó mientras intentaba salir pero me puse haciendo barrera para que no pudiera escapar.
-Yo: Despierta cariño, despierta.-Reí mientras él me miraba con recelo. Pasados unos minutos corté el agua y busqué una toalla, encontré una blanca y volví a la ducha, se la enrosqué en la cintura dejando su torso húmedo al descubierto, sus rizos mojados caían por su frente haciéndolo jodidamente adorable. ¿Estaría algo más centrado? ¿Sería consciente de que estoy aquí? Él me miraba detenidamente, sus ojos estaban mejor pero sus ojeras seguían marcadas, su cuerpo se notaba agotado. Él agarró mi brazo y me pegó a él, mi abrigo se humedeció un poco. Por los menos ya no apestaba a alcohol.
-Harry: Eres real.-Susurró mientras analizaba cada centímetro de mi cara, aún no se cree que esté aquí, maldito alcohol.
-Yo: Harry, a la cama ahora.-Ordené mientras me soltaba de su agarre. Salí a su habitación con sus pasos por detrás, rebusqué por sus cajones hasta dar con los bóxers, cogí unos negros y se los lancé, me fui al armario y cogí una camiseta blanca de magas cortas y se la volví a lanzar, cuando lo miré estaba con la ropa en la mano y me miraba fijamente, en su rostro pude ver la diversión, ¿estaba disfrutando del momento? Definitivamente odio a Harry borracho aunque verlo así me provocó una risa.
-Yo: Ponte eso y te metes en la cama.-Dije mientras volvía al baño para coger sus jeans sucios y los bóxers, salí con ellos y Harry se estaba poniendo la camiseta, joder que alivio, menos mal que me hizo caso. Caminé hasta la puerta  pero su enredada  voz me detuvo.
-Harry: ¿Dónde vas?¿Me vas a dejar?.-Pude notar la angustia en su voz y eso me estremeció, parecía un auténtico niño de 6 años asustado. Me volteé y lo encontré de pie, su mirada era triste, apagada.
-Yo: Sólo voy a llevar esto *levanté mi brazo dónde llevaba sus jeans y los bóxers sucios* a lavar.-Sonreí.
Él soltó un puñado de aire aliviado.
-Yo: Cuando vuelva quiero que estés en la cama, ¿me oyes?.-Advertí, él simplemente asintió.
Salí de la habitación y después de dar vueltas por su casa llegué al lavado, allí dejé la ropa y la puse a lavar, fui a la cocina y llené un vaso de agua, subí para arriba y cuando entré en la habitación me sorprendió, Harry no estaba en la cama, seguía de pie y cuando me vio pude notar como sus ojos se iluminaban ¿De verdad pensó que lo dejaría?
-Yo: ¿Por qué no estás en la cama?.-Dije acercándome a él.
Él no contestó, yo le ofrecí el vaso de agua y él lo aceptó, se lo bebió todo bajo mi atenta mirada y después me lo dio, lo solté en la mesita y volví hacia él. Lo tomé por la mano y lo llevé hasta la cama, quité la cobija echándola para abajo.
-Yo: Venga, es hora de que descanses.-Solté su mano y le indiqué que se tumbase pero él no lo hizo.
-Yo: Harry..-Suspiré.
-Harry: No quiero dormir solo una noche más no puedo.-Susurró su voz entrecortada, parecía querer llorar, dios no no puedo soportarlo. Coloqué mi mano en su mejilla y la acaricié, el volvió a cerrar los ojos para disfrutar cada segundo del tacto, se veía tan grande pero tan pequeño a la vez, tan fuerte pero tan débil, tan valiente y a la vez tan asustado. Harry seguía siendo ese niño de 16 años con miedos, con inseguridades, seguía siendo el mismo, la fama no lo cambió y eso me reconfortaba. Subí con mi mano hasta sus rizos, tenía el pelo mojado se me olvidó secarlo.
-Yo: ¿Espérame aquí vale?
Él asintió y fui hasta el baño, busqué otra toalla más pequeña y salí.
-Yo: Siéntate.-Señalé en la cama, él por extraño que parezca me hizo caso se sentó, me senté en uno de sus muslos y con la toalla comencé a secar su pelo con delicadeza, pasé la toalla por su cabeza con cuidado mientras intentaba masajear para que se relajase, después de un rato su pelo estaba ya casi seco, me levanté y dejé la toalla en el baño.
-Yo: venga, ahora ya a dormir.-Dije poniendo delante de él que estaba sentado en el borde de la cama.
Él me colocó entre sus piernas y me abrazó por la cintura, pegó su cabeza a mi vientre.
-Harry: Quédate conmigo por favor.-Susurró, pude notar cálido aliento traspasar la tela del abrigo y chocar con mi piel, yo puse mi mano en su cabeza  y acaricié sus rizos nuevamente.
-Yo: Mi amor, me voy a quedar pero tienes que descansar.
Él se separó de mi y se tumbó en la cama. Yo cogí la manta y lo arropé, sentía sus ojos clavados en mí, no iba a irme, jamás lo dejaría y menos así, me quité los botines  y los jeans.
-Harry: Puedes coger una camiseta mía, si quieres.
Yo asentí y cogí una camiseta de él, me quité el abrigo y me la coloqué, su aroma quedo impregnado en mí. Volví y me metí en la cama, me arropé y rápidamente él se acercó a mí y recostó su cabeza en mi pecho mientras pasaba un brazo por mi cintura.
-Yo: Duerme tranquilo, yo estaré aquí.-Susurré pasando una de mis manos por su espalda.

Él enredó una de piernas con las mías y sin decir nada cerró sus ojos, descansado con paz. Yo no dejé de acariciar su pelo, su brazo, sentía su calor abrazándome, estaba indefenso, lo abracé fuerte con mis brazos y vi como se formaba una pequeña sonrisa en sus labios. Levanté un poco mi cabeza y deposité un beso en la suya, no sé cuando, pero dormí, dormí cuidando esta vez yo de mi ángel.

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