CAPÍTULO 82.
Narra Verónica.
Una voz taladrándome el oído y un zarandeo en mi brazo me
hicieron volver al mundo, abrí los ojos y me encontré con un par de ojos azules
mirándome atentamente.
-Niall: Hemos llegado, dormilona.-Rió.
Me incorporé y me levanté junto a Niall, saludé a Liam y
bajamos, puse mi primer pie en el suelo y sentí un escalofrío recorrerme todo el cuerpo, esto siempre fue un sueño, estar en Londres y lo que nunca me
imaginé que estaría con mis ídolos que se convirtieron en grandes amigos y este
es el mejor regalo. Sonreí y lo observé todo
a mi alrededor, me sentí libre, fue como dejar atrás mi triste pasado.
-Niall: ¿Contenta?.-Dijo sacándome del trance.
Yo no dije anda, simplemente lo abracé, no tenía palabras
para describir todo lo que sentía en ese momento, el me abrazó fuerte y pude
sentirlo conmigo, todo era perfecto, todo en este instante era perfecto. Nos
separamos y la piel se me puso de gallina, me di cuenta de que hacía frío, y yo
solo llevaba unos shorts y una camiseta
de tirantes, serás gilipollas, EN LONDRES NO HACE EL TIEMPO QUE HACE EN ESPAÑA.-Me
gritó mi querido subconsciente.
-Liam: ¿Tienes frío?
-Yo: Un poco.-Reí.
-Liam: Anda toma *se quitó su chaqueta* a quién se le ocurre
venir a Londres así.-Dijo poniéndomela mientras reía.
-Yo: No pensé, sólo eso.-Reí.
Ya con la chaqueta de Liam me sentí mucho mejor, su calor
corporal estaba impregnado en ella, recordé que tenía que llamar a Carlos.
-Yo: Chicos, voy a hacer una llamada.-Dije y me alejé un
poco mientras ellos cogían las maletas.
'Conversación
telefónica'
-Carlos: Nueva Londinense.-Rió.
-Yo: guiri.-Bromeé.
-Carlos: ahora tú
también lo eres.
-Yo: Idiota. ¿Piensas recogerme o me dejarás tirada?
-Carlos: ¿No crees que tendrías que haberte vestido un poco
más para venir?.-Rió.
-Yo: ¿Pero como sabes tú como voy yo?
'Fin de conversación
telefónica'
No me dio tiempo a reaccionar unos brazos me atraparon por
la cintura levantándome por los aires, di un grito y esa risa me calmó, era
Carlos comenzó a reír, me dejó en el suelo
y voltee. Vaya con Carlos, Londres le está sentando genial, siempre fue
guapísimo pero ahora lo está más o será que hace ya que no lo veo.
-Yo: Vuelve a darme un susto así y te mato.-Apunté con el
dedo.
-Carlos: ¿Pero qué recibimiento es este señorita?-Dijo
indignado.
Yo reí y me lancé a sus brazos, echaba mucho de menos a
Carlos, él siempre fue un apoyo importante, siempre estuvo ahí y sus abrazos
siempre fueron de los mejores.
-Yo: Estás más fuerte eh.-Dije mientras sus brazos me
apretaban.
-Carlos: Será el deporte.-Rió.-Tú estás igual de bonita que siempre.-Dijo separándome
de él para mirarme a la cara, sus ojos marrones me miraban con cariño y su
sonrisa me alegraba, me ruboricé, como siempre algo normal en mí y el rió.
-Yo: Anda ven, que te presento a alguien.-Dije tirando de su
brazo hasta Niall y Liam.
-Yo: Ellos son Liam y Niall, aunque ya lo sabes por
mí.-Reí.-Chicos él es Carlos.-Sonreí y los tres estrecharon la mano.
-Liam: ¿Entonces te vas con él?
-Yo: Sí, necesito que me deis la dirección de Harry y la
vuestra si queréis que vaya a dar por culo un rato.-Reí.
-Carlos: Un momento.. ¿Harry no sabe que estás aquí?.-Dijo
confuso.
-Yo: Cuando lleguemos a tu casa, hablamos.-Dije seria y él
frunció el ceño.
-Liam: Cuando llegue te mando un mensaje con las
direcciones.-Sonrió y seguidamente me abrazó.
-Niall: Tú, yo, Nando’s.-Dijo abrazándome.
-Yo: Trato hecho.-Reí y di un beso en su mejilla.
Pude ver como un furgón negro vino a por ellos, seguro era
Paul, los vi alejarse y Carlos cogió mis maletas.
-Carlos: Pero niña ¿Qué traes aquí?
-Yo: Mis cosas idiota
y eso que no lo traje todo.-Reí.-Anda dame ya las llevo yo.
-Carlos: Tú quieta, las llevo yo.-Dijo serio y no tuve más
remedio que aceptar, caminamos hasta un aparcamiento que había cerca del lugar
y vi que se acercó a un precioso coche rojo.
-Yo: ¿Es tuyo?.-Dije pasando mi mano por el capó.
-Carlos: Todo mío.-Sonrió orgulloso.
-Yo: Si que te pagan bien en el local ese eh.-Reí.
-Carlos: Digamos que sí.-Rió.
Me abrió la puerta de copiloto y entré en el maravilloso
coche, toda la tapicería era negra, los asientos eran de cuero, oh dios maldito
Carlos que coche. Él rodeó el coche y entró, arrancó y enseguida pusimos camino
a su apartamento, yo saqué la cabeza por la ventanilla, dejando que el aire fresco golpeara mi cara, iba como una tonta observando cada sitio por el que pasábamos,
esto es increíble, las calles de Londres, el ambiente, la gente, creo que
moriré.
-Carlos: ¿Te gusta?.-Su voz me sacó de mi paraíso, voltee y
miré hacia él que iba concentrado en el volante con una gran sonrisa, me
encantaba verlo así, se nota que le va genial en Londres.
-Yo: Esto.. esto es..increíble.-Dije en un gran suspiro
mientras sonreía como una tonta. Él quitó la vista del volante y me miro.
-Carlos: Ahora que tú estás aquí es más increíble.-Dijo y
volvió a mirar a la carretera.
-Yo: Tú siempre tan caballeroso rubio.-Reí, sabía que le
daba coraje que lo llamase así.
-Carlos: Soy moreno, no me digas rubio.-Bufó y yo reí.
Él puso la radio y comenzó a sonar la gran voz de Bruno Mars
con locked out of heaven, está canción siempre me hacía bailar, me dejé llevar
olvidando la presencia de Carlos y comencé a cantarla mientras bailaba en el
asiento como una loca, Carlos comenzó a reír y yo también.
-Carlos: Hace tiempo que no te veía así, y me encanta.-Sonrió.
-Yo: oh yeah yeah oh yeah yeah yeah UH.-Grité presa de un
ataque de risa.
El camino duró media hora hasta que llegamos, Carlos aparcó
delante de una casa, no muy grande pero bastante bonita. Vino corriendo a
abrirme la puerta, me tendió la mano para salir del coche y la acepté, una vez
fuera sacó mis maletas y fue hasta la puerta de aquella casa, lo seguí y
entramos, era bastante acogedora, y la
tenía decorada totalmente a su estilo, siempre le fue lo rústico, la madera y
todas esas cosas.
-Yo: ¿No vivías en un piso?.-Dije confusa mientras observaba
el interior del salón.
-Carlos: Ya no, me mudé, quería tener mi casita
particular.-Rió.
-Yo: Está muy bien.-Sonreí.
-Carlos: Hay un problema.-Dijo rascando su cabeza.
-Yo: ¿Cuál?
-Carlos: Bueno la casa tiene habitación de invitados pero
como yo pensé que no tendría a nadie no compré otro colchón y pues.. solo tengo
mi cama.
-Yo: ¿y? Yo duermo en el sofá tonto.-Reí.
-Carlos: De eso nada, tú en la cama y yo aquí.-Dijo serio.
-Yo: Que no, encima de que invado tu hogar ¿te echo de tu
cama? No cariño no.
-Carlos: Ya lo veremos.-Desafió.
-Yo: Será mejor que lleve las cosas arriba.
Cogí las maletas pero él me las arrebató y subió disparado hacia
arriba, suspiré y lo seguí.
-Carlos: Este es el cuarto de invitados, hay armarios y un
baño, puedes dejar tus cosas aquí.-Dijo sonriendo.-Ahora voy a preparar algo
para comer, te aviso.-Dicho esto salió de allí y yo me senté en una silla que
había al lado de la puerta. Estaba en Londres y aún no lo creía, yo necesitaba
saber de Harry, dónde estaba, cómo estaba, yo quería verlo y que me escuchara,
que me diera la oportunidad de oírme, pero será mañana, hoy estoy agotada y
tengo que asimilar mi llegada a Londres. El pitido de mi móvil me aceleró, lo
saqué del bolsillo trasero de los shorts y vi que era un mensaje de Liam, me
daba las direcciones, sus casas no quedaban muy lejos unas de otras, decidí
contestarle.
''Gracias Payne.
¿Louis y Zayn están aquí? Por cierto, tengo tu chaqueta xx''
La respuesta no tardó en llegar.
''Denada señorita, no
hasta la semana que viene no regresan. No te preocupes, quédatela y cuando
vengas a visitarme me la devuelves xx''
Guardé el móvil y comencé a colocar algunas cosas en los
armarios, menos mal que traje ropa de invierno, dios, acostumbrarme a esto me
costará. Cuando terminé Carlos me llamo desde abajo para comer, me quité la
chaqueta de Liam y la doblé, la coloqué en el armario y me puse una sudadera mía de
adidas, bajé y ya estaba la mesa puesta.
-Carlos: Hice sopa de verduras con filete de pollo.-Dijo
sonriendo.
-Yo: Estoy loca por comer lo que hiciste, huele bien.-Dije
inhalando el olor que había en la cocina.
Nos sentamos y el almuerzo fue muy divertido, Carlos me
contó cómo le iba por aquí, y yo le conté lo de Harry, él se enfado un poco
pero al final fue comprensivo conmigo, aunque si ahora viera a Harry lo mataría
seguro. Terminamos de almorzar y yo me ofrecí a fregar los platos ya que el
cocinó, después de muchas insistencias aceptó, terminé y fui con él hasta el
salón.
-Carlos: Esta noche tengo turno de 10 a 2 en el local, tú
vendrás.-Afirmó.
-Yo: Pero Carlos yo..*me interrumpió*
-Carlos: He dicho que vendrás, no te dejaré sola y además
así sales y de distraes, te presentó a algunos amigos y conoces un poco el
ambiente de aquí.
No me quedó más remedio y acepté aunque ahora no tenía
muchas ganas de fiesta, sólo tenía ganas de verlo a él..
…
El resto del día fue divertido, Carlos tras saber lo de Harry
no dejó de hacerme reír y distraerme en todo momento cosa que agradecía, con él
siempre me olvidaba de todo y reía. Me
enseñó su dormitorio y volvimos a discutir sobre el tema de dormir, seguimos
sin dejar nada claro. Después hicimos un poco de zapping. Y fui a arreglarme, a
las 9 y media nos teníamos que ir, no sabía exactamente que ponerme, Carlos me
dijo que es un local grande, que siempre está muy ambientado, por lo tanto me
arreglaré. Me puse unos jeans negros ajustados y una camisa blanca metida por
el pantalón, me puse unos tacones negros y dejé que mi pelo tomara la forma que
quisiera sobre mí, me maquillé ya que mi cara era un desastre, tenía algunas
ojeras y estaba desastrosa. Cogí mi móvil y bajé, Carlos me esperaba en la
puerta.
-Carlos: Está noche necesitarás un escudo para protegerte de
los moscardones.-Dijo mirándome de arriba abajo.
-Yo: Tu eres tonto.-Dije notando como mis mejillas tomaban
un tono distinto. Lo observé e iba realmente bien, jeans negros y camisa azul,
supongo que sería lo que tendría que llevar.
Salimos y decidí ir caminando, quería ver las calles en la
noche y Carlos aceptó, tomó mi mano y me llevó hasta el famoso club, yo iba
totalmente embobada mirando para todos lados, parecía tonta pero aun no me
creía que estuviera aquí. Cuando por fin llegamos pude observar el montón de
gente que entraba dentro, la música se oía desde fuera, Carlos tenía razón
respecto a lo del ambiente, apretó mi mano y entramos, abrí los ojos
como platos, todo era gigante, dos barras extra largas, luces de colores por todos lados, zonas vip, sillones de cuero rojo y negro, era
alucinante. Carlos me llevó hasta la barra dónde había una chica algo mayor que él con una falda negra y
camisa azul, también trabajaría aquí.
-Carlos: Sam, ella es la chica de la que te hablé. Vero ella
es Sam, una compañera de trabajo.
La chica me sonrió amablemente y me dio dos besos los que
correspondí, parecía maja.
-Yo: ¿Entras ya a tu turno?.-Dije en su oído para que me
oyera.
-Carlos: Sí, estaré por aquí, puedes quedarte y tomar algo o
sino únete a la fiesta.
-Yo: Me quedó aquí, ponme vodka violeta camarero.-Bromeé y
el rió.
-Carlos: Sus deseos son órdenes para mí.-Dicho esto se alejó
un poco y yo me acomodé en el taburete que había a mi lado. La música retumbaba en mi pecho, era brutal.
Carlos apareció y con él mi bebida, la dejó en la barra.
-Carlos: Esto corre a cargo de mi cuenta.-Dijo sonriendo.
-Yo: Gracias.-Sonreí y di un gran sorbo del vaso, sintiendo
ese ardor que me era placentero por mi garganta, él siguió con su trabajo
atendiendo a la gente y yo me relajé un poco.
Xx: Tequila Carlos.-Gritó un chico que se colocó a mi lado,
era alto, moreno y fuerte.
-Carlos: Aquí tienes, hacía ya un tiempo que no te veía por
aquí.
Vaya por lo visto se conocían.
Xx: Me fui unas semanas a nueva york con mi hermana.-Dijo
después de dar un sorbo a su bebida.
-Carlos: Te presento a Vero, es una buena amiga de España, Vero él es Tom.-Dijo mirándome,
él chico volteo y me escaneó con la mirada cosa que me molestó un poco, después
de acercó y me dio dos besos en la mejilla.
-Tom: Un placer preciosa.-Dijo sonriendo.
-Yo: Igualmente.-Le devolví al sonrisa.
Carlos volvió a lo suyo y aquel chico se quedó a mi lado.
-Tom: ¿Con que.. de España eh?
-Yo: Sí, ¿tú eres de aquí?
-Tom: Sí, me gustan las españolas.-Dicho esto volvió a dar
un sorbo de la bebida y volvió a mirarme.
-Yo: Gracias.-Sonreí.
-Tom: Ahora tengo que irme pero me encantaría verte otro
día.
-Yo: Claro, yo estaré con..Harr..con Carlos.-Dije aturdida,
Harry una vez más volvió a mi cabeza.
El se acercó a mí y volvió a besarme en la mejilla.
-Tom: Hasta pronto preciosa.-Dijo en mi oído.
Yo me limité a sonreír y él se alejó, volví a dar un trago acabándome
toda la bebida, no sé porque pero el tal
Tom no me daba buena espina. Las horas pasaron y llegaron las 2, Carlos se
despidió de algunos amigos y nos marchamos a casa, la cabeza me iba a estallar,
sólo tomé una copa pero la música y Harry me hicieron demasiada presión.
-Yo: Mañana tienes que llevarme a casa de Harry por
favor.-Dije mientras caminábamos.
-Carlos: Pero ese idiota no te merece, te dejó tirada
Vero.-Bufó.
-Yo: Carlos..-Suspiré.
-Carlos: Está bien, está bien, pero como te haga daño yo
mismo le partiré la cara.
-Yo: Todos los hombres
sois iguales.-Reí.
-Carlos: Todos no.-Protestó.
-Yo: De acuerdo, casi todos.-Reí.
Por fin llegamos a
casa, ambos estábamos cansados y fuimos directos a dormir, yo quise quedarme en
el sofá pero Carlos me obligó a irme a la cama, le dije que se quedara que no
me importaba y aceptó, una vez tumbada observe como Carlos dormía plácidamente,
cogí la foto de Harry y pase mis dedos por su sonrisa, una lágrima se me
escapó, Carlos era una genial compañía pero yo estaba vacía por dentro sin él,
sentía frío sin su calor, yo lo necesitaba y mañana sería la última oportunidad
que tengo para recuperarlo, entre algunas lágrimas me dormí.
Narra Harry.
Un fuerte dolor de cabeza me despertó, abrí los ojos y volví
a mirar a mi lado para ver si ella estaba conmigo pero no.. un día más sin
despertar con ella, esto era un infierno. ¿A quién quise engañar? Sin ella mi
mundo de viene abajo, desde que me vine no he hecho otra cosa que no sea pensar
en ella, y beber para olvidarme de todo. Me levanté y fui abajo, me encontré la
botella de vodka tirada en la mesa de la cocina, por eso me dolor de cabeza,
anoche bebí hasta perder el conocimiento, cogí la botella y con todo el coraje
la tiré a la basura, busqué una pastilla para el dolor y me la tomé, iba a
volver a mi habitación pero en ese momento sonó el timbre. Me pareció extraño,
no avisé a nadie de que llegué aquí, subí corriendo arriba y me puse unos
jeans, bajé y abrí la puerta.
-Tom: Amigo.-Sonrió.
-Yo: Tom, ¿cómo supiste que llegué?.-Dije extrañado.
-Tom: twitter, tus fans rastrean cada uno de tus
movimientos.-Rió.
Yo no estaba para muchas risas.
-Yo: ¿Qué quieres?.-Dije seco, pues por un momento pensé que
ella podía ser la que llamaba a mi puerta pero era imposible, yo la dejé
destrozada en España y ella ya no querrá verme. Tom me sacó de mis
pensamientos.
-Tom: ¿Dormiste mal? Vaya humor tío, hueles a alcohol.-Dijo acercándose
a mí, yo me eché para atrás y lo invité a pasar. Llegamos al salón y me senté.
-Tom: ¿Por qué estas así?.-Dijo mirándome.
-Yo: Estoy bien, no sé que me ves de malo.
-Tom: Mira que cara tienes, estás malhumorado y hueles que
apestas a alcohol.
-Yo: No tengo que darte explicaciones.-Definitivamente hoy
no estaba para visitas, sentía pagarlo con Tom pero no podía hacer otra cosa.
Él suspiro y asintió con la cabeza.
-Tom: Bueno venía a ver como estabas aunque ya lo veo y a
contarte algo.-Dijo emocionado.
-Yo: tú dirás.
-Tom: Anoche fui al funclub y conocí a una española
preciosa, la tenías que ver dios, estaba buenísima.-Dijo sonriendo. Cuando dijo
española mi princesa volvió a mi cabeza, no podía estar peor, la necesitaba.
-Yo: tú siempre pensando en lo mismo.-Reí aunque paré, la
risa me retumbaba en toda la cabeza y me dolía.
-Tom: Estaba muy buena joder con las españolas, pues se
llamaba Vero, Verónica.
Todo mi cuerpo se congeló, el dolor de cabeza me apretó con
fuerza, Vero dijo VERO. ¿Ella estaría aquí?¿Pero si está aquí porque no
vino a verme?¿Será que de verdad ya no quiere saber nada de mí?¿pero y con quién
estaba ella en ese local? Víctor tenía razón, me iba a arrepentir. Mi tormento
comenzó de nuevo, las mil preguntas asaltaron a mi mente sin dejarla respirar.
-Tom: ¿Todo bien?.-Dijo sacándome de mis pensamientos.
-Yo: Sí, perfecto.-Mentí.-Descríbela.-Ordené.
-Tom: Era alta pero intuyo que los tacones que llevaba la
ayudaban a serlo, pelo largo, castaño claro y ojos verdes, preciosa.
Mi cuerpo se congeló aún más, era Vero, ella..
No hay comentarios:
Publicar un comentario