viernes, 30 de agosto de 2013

Capítulo 82.

CAPÍTULO 82.
Narra Verónica.

Una voz taladrándome el oído y un zarandeo en mi brazo me hicieron volver al mundo, abrí los ojos y me encontré con un par de ojos azules mirándome atentamente.
-Niall: Hemos llegado, dormilona.-Rió.
Me incorporé y me levanté junto a Niall, saludé a Liam y bajamos, puse mi primer pie en el suelo y sentí un escalofrío recorrerme todo el cuerpo, esto siempre fue un sueño, estar en Londres y lo que nunca me imaginé que estaría con mis ídolos que se convirtieron en grandes amigos y este es el mejor regalo. Sonreí y lo observé todo  a mi alrededor, me sentí libre, fue como dejar atrás mi triste pasado.
-Niall: ¿Contenta?.-Dijo sacándome del trance.
Yo no dije anda, simplemente lo abracé, no tenía palabras para describir todo lo que sentía en ese momento, el me abrazó fuerte y pude sentirlo conmigo, todo era perfecto, todo en este instante era perfecto. Nos separamos y la piel se me puso de gallina, me di cuenta de que hacía frío, y yo solo llevaba  unos shorts y una camiseta de tirantes, serás gilipollas, EN LONDRES NO HACE EL TIEMPO QUE HACE EN ESPAÑA.-Me gritó mi querido subconsciente.
-Liam: ¿Tienes frío?
-Yo: Un poco.-Reí.
-Liam: Anda toma *se quitó su chaqueta* a quién se le ocurre venir a Londres así.-Dijo poniéndomela mientras reía.
-Yo: No pensé, sólo eso.-Reí.
Ya con la chaqueta de Liam me sentí mucho mejor, su calor corporal estaba impregnado en ella, recordé que tenía que llamar a Carlos.
-Yo: Chicos, voy a hacer una llamada.-Dije y me alejé un poco mientras ellos cogían las maletas.

'Conversación telefónica'

-Carlos: Nueva Londinense.-Rió.
-Yo: guiri.-Bromeé.
-Carlos: ahora tú también lo eres.
-Yo: Idiota. ¿Piensas recogerme o me dejarás tirada?
-Carlos: ¿No crees que tendrías que haberte vestido un poco más para venir?.-Rió.
-Yo: ¿Pero como sabes tú como voy yo?

'Fin de conversación telefónica'

No me dio tiempo a reaccionar unos brazos me atraparon por la cintura levantándome por los aires, di un grito y esa risa me calmó, era Carlos comenzó a reír, me dejó en el suelo  y voltee. Vaya con Carlos, Londres le está sentando genial, siempre fue guapísimo pero ahora lo está más o será que hace ya que no lo veo.
-Yo: Vuelve a darme un susto así y te mato.-Apunté con el dedo.
-Carlos: ¿Pero qué recibimiento es este señorita?-Dijo indignado.
Yo reí y me lancé a sus brazos, echaba mucho de menos a Carlos, él siempre fue un apoyo importante, siempre estuvo ahí y sus abrazos siempre fueron de los mejores.
-Yo: Estás más fuerte eh.-Dije mientras sus brazos me apretaban.
-Carlos: Será el deporte.-Rió.-Tú estás  igual de bonita que siempre.-Dijo separándome de él para mirarme a la cara, sus ojos marrones me miraban con cariño y su sonrisa me alegraba, me ruboricé, como siempre algo normal en mí y el rió.
-Yo: Anda ven, que te presento a alguien.-Dije tirando de su brazo hasta Niall y Liam.
-Yo: Ellos son Liam y Niall, aunque ya lo sabes por mí.-Reí.-Chicos él es Carlos.-Sonreí y los tres estrecharon la mano.
-Liam: ¿Entonces te vas con él?
-Yo: Sí, necesito que me deis la dirección de Harry y la vuestra si queréis que vaya a dar por culo un rato.-Reí.
-Carlos: Un momento.. ¿Harry no sabe que estás aquí?.-Dijo confuso.
-Yo: Cuando lleguemos a tu casa, hablamos.-Dije seria y él frunció el ceño.
-Liam: Cuando llegue te mando un mensaje con las direcciones.-Sonrió y seguidamente me abrazó.
-Niall: Tú, yo, Nando’s.-Dijo abrazándome.
-Yo: Trato hecho.-Reí y di un beso en su mejilla.
Pude ver como un furgón negro vino a por ellos, seguro era Paul, los vi alejarse y Carlos cogió mis maletas.
-Carlos: Pero niña ¿Qué traes aquí?
-Yo:  Mis cosas idiota y eso que no lo traje todo.-Reí.-Anda dame ya las llevo yo.
-Carlos: Tú quieta, las llevo yo.-Dijo serio y no tuve más remedio que aceptar, caminamos hasta un aparcamiento que había cerca del lugar y vi que se acercó a un precioso coche rojo.
-Yo: ¿Es tuyo?.-Dije pasando mi mano por el capó.
-Carlos: Todo mío.-Sonrió orgulloso.
-Yo: Si que te pagan bien en el local ese eh.-Reí.
-Carlos: Digamos que sí.-Rió.
Me abrió la puerta de copiloto y entré en el maravilloso coche, toda la tapicería era negra, los asientos eran de cuero, oh dios maldito Carlos que coche. Él rodeó el coche y entró, arrancó y enseguida pusimos camino a su apartamento, yo saqué la cabeza por la ventanilla, dejando que el aire fresco golpeara mi cara, iba como una tonta observando cada sitio por el que pasábamos, esto es increíble, las calles de Londres, el ambiente, la gente, creo que moriré.
-Carlos: ¿Te gusta?.-Su voz me sacó de mi paraíso, voltee y miré hacia él que iba concentrado en el volante con una gran sonrisa, me encantaba verlo así, se nota que le va genial en Londres.
-Yo: Esto.. esto es..increíble.-Dije en un gran suspiro mientras sonreía como una tonta. Él quitó la vista del volante y me miro.
-Carlos: Ahora que tú estás aquí es más increíble.-Dijo y volvió a mirar a la carretera.
-Yo: Tú siempre tan caballeroso rubio.-Reí, sabía que le daba coraje que lo llamase así.
-Carlos: Soy moreno, no me digas rubio.-Bufó y yo reí.
Él puso la radio y comenzó a sonar la gran voz de Bruno Mars con locked out of heaven, está canción siempre me hacía bailar, me dejé llevar olvidando la presencia de Carlos y comencé a cantarla mientras bailaba en el asiento como una loca, Carlos comenzó a reír y yo también.
-Carlos: Hace tiempo que no te veía así, y me encanta.-Sonrió.
-Yo: oh yeah yeah oh yeah yeah yeah UH.-Grité presa de un ataque de risa.
El camino duró media hora hasta que llegamos, Carlos aparcó delante de una casa, no muy grande pero bastante bonita. Vino corriendo a abrirme la puerta, me tendió la mano para salir del coche y la acepté, una vez fuera sacó mis maletas y fue hasta la puerta de aquella casa, lo seguí y entramos,  era bastante acogedora, y la tenía decorada totalmente a su estilo, siempre le fue lo rústico, la madera y todas esas cosas.
-Yo: ¿No vivías en un piso?.-Dije confusa mientras observaba el interior del salón.
-Carlos: Ya no, me mudé, quería tener mi casita particular.-Rió.
-Yo: Está muy bien.-Sonreí.
-Carlos: Hay un problema.-Dijo rascando su cabeza.
-Yo: ¿Cuál?
-Carlos: Bueno la casa tiene habitación de invitados pero como yo pensé que no tendría a nadie no compré otro colchón y pues.. solo tengo mi cama.
-Yo: ¿y? Yo duermo en el sofá tonto.-Reí.
-Carlos: De eso nada, tú en la cama y yo aquí.-Dijo serio.
-Yo: Que no, encima de que invado tu hogar ¿te echo de tu cama? No cariño no.
-Carlos: Ya lo veremos.-Desafió.
-Yo: Será mejor que lleve las cosas arriba.
Cogí las maletas pero él me las arrebató y subió disparado hacia arriba, suspiré y lo seguí.
-Carlos: Este es el cuarto de invitados, hay armarios y un baño, puedes dejar tus cosas aquí.-Dijo sonriendo.-Ahora voy a preparar algo para comer, te aviso.-Dicho esto salió de allí y yo me senté en una silla que había al lado de la puerta. Estaba en Londres y aún no lo creía, yo necesitaba saber de Harry, dónde estaba, cómo estaba, yo quería verlo y que me escuchara, que me diera la oportunidad de oírme, pero será mañana, hoy estoy agotada y tengo que asimilar mi llegada a Londres. El pitido de mi móvil me aceleró, lo saqué del bolsillo trasero de los shorts y vi que era un mensaje de Liam, me daba las direcciones, sus casas no quedaban muy lejos unas de otras, decidí contestarle.

''Gracias Payne. ¿Louis y Zayn están aquí? Por cierto, tengo tu chaqueta xx''

La respuesta no tardó en llegar.

''Denada señorita, no hasta la semana que viene no regresan. No te preocupes, quédatela y cuando vengas a visitarme me la devuelves xx''

Guardé el móvil y comencé a colocar algunas cosas en los armarios, menos mal que traje ropa de invierno, dios, acostumbrarme a esto me costará. Cuando terminé Carlos me llamo desde abajo para comer, me quité la chaqueta de Liam y la doblé, la coloqué en el armario y me puse una sudadera  mía de adidas, bajé y ya estaba la mesa puesta.
-Carlos: Hice sopa de verduras con filete de pollo.-Dijo sonriendo.
-Yo: Estoy loca por comer lo que hiciste, huele bien.-Dije inhalando el olor que había en la cocina.
Nos sentamos y el almuerzo fue muy divertido, Carlos me contó cómo le iba por aquí, y yo le conté lo de Harry, él se enfado un poco pero al final fue comprensivo conmigo, aunque si ahora viera a Harry lo mataría seguro. Terminamos de almorzar y yo me ofrecí a fregar los platos ya que el cocinó, después de muchas insistencias aceptó, terminé y fui con él hasta el salón.
-Carlos: Esta noche tengo turno de 10 a 2 en el local, tú vendrás.-Afirmó.
-Yo: Pero Carlos yo..*me interrumpió*
-Carlos: He dicho que vendrás, no te dejaré sola y además así sales y de distraes, te presentó a algunos amigos y conoces un poco el ambiente de aquí.
No me quedó más remedio y acepté aunque ahora no tenía muchas ganas de fiesta, sólo tenía ganas de verlo a él..

El resto del día fue divertido, Carlos tras saber lo de Harry no dejó de hacerme reír y distraerme en todo momento cosa que agradecía, con él siempre me olvidaba de todo  y reía. Me enseñó su dormitorio y volvimos a discutir sobre el tema de dormir, seguimos sin dejar nada claro. Después hicimos un poco de zapping. Y fui a arreglarme, a las 9 y media nos teníamos que ir, no sabía exactamente que ponerme, Carlos me dijo que es un local grande, que siempre está muy ambientado, por lo tanto me arreglaré. Me puse unos jeans negros ajustados y una camisa blanca metida por el pantalón, me puse unos tacones negros y dejé que mi pelo tomara la forma que quisiera sobre mí, me maquillé ya que mi cara era un desastre, tenía algunas ojeras y estaba desastrosa. Cogí mi móvil y bajé, Carlos me esperaba en la puerta.
-Carlos: Está noche necesitarás un escudo para protegerte de los moscardones.-Dijo mirándome de arriba abajo.
-Yo: Tu eres tonto.-Dije notando como mis mejillas tomaban un tono distinto. Lo observé e iba realmente bien, jeans negros y camisa azul, supongo que sería lo que tendría que llevar.
Salimos y decidí ir caminando, quería ver las calles en la noche y Carlos aceptó, tomó mi mano y me llevó hasta el famoso club, yo iba totalmente embobada mirando para todos lados, parecía tonta pero aun no me creía que estuviera aquí. Cuando por fin llegamos pude observar el montón de gente que entraba dentro, la música se oía desde fuera, Carlos tenía razón respecto a lo del ambiente, apretó mi mano y entramos, abrí los ojos como platos, todo era gigante, dos barras extra largas, luces de colores por todos lados, zonas vip, sillones de cuero rojo y negro, era alucinante. Carlos me llevó hasta la barra dónde había una chica  algo mayor que él con una falda negra y camisa azul, también trabajaría aquí.
-Carlos: Sam, ella es la chica de la que te hablé. Vero ella es Sam, una compañera de trabajo.
La chica me sonrió amablemente y me dio dos besos los que correspondí, parecía maja.
-Yo: ¿Entras ya a tu turno?.-Dije en su oído para que me oyera.
-Carlos: Sí, estaré por aquí, puedes quedarte y tomar algo o sino únete a la fiesta.
-Yo: Me quedó aquí, ponme vodka violeta camarero.-Bromeé y el rió.
-Carlos: Sus deseos son órdenes para mí.-Dicho esto se alejó un poco y yo me acomodé en el taburete que había a mi lado.  La música retumbaba en mi pecho, era brutal. Carlos apareció y con él mi bebida, la dejó en la barra.
-Carlos: Esto corre a cargo de mi cuenta.-Dijo sonriendo.
-Yo: Gracias.-Sonreí y di un gran sorbo del vaso, sintiendo ese ardor que me era placentero por mi garganta, él siguió con su trabajo atendiendo a la gente y yo me relajé un poco.
Xx: Tequila Carlos.-Gritó un chico que se colocó a mi lado, era alto, moreno y fuerte.
-Carlos: Aquí tienes, hacía ya un tiempo que no te veía por aquí.
Vaya por lo visto se conocían.
Xx: Me fui unas semanas a nueva york con mi hermana.-Dijo después de dar un sorbo a su bebida.
-Carlos: Te presento a Vero, es una  buena amiga de España, Vero él es Tom.-Dijo mirándome, él chico volteo y me escaneó con la mirada cosa que me molestó un poco, después de acercó y me dio dos besos en la mejilla.
-Tom: Un placer preciosa.-Dijo sonriendo.
-Yo: Igualmente.-Le devolví al sonrisa.
Carlos volvió a lo suyo y aquel chico se quedó a mi lado.
-Tom: ¿Con que.. de España eh?
-Yo: Sí, ¿tú eres de aquí?
-Tom: Sí, me gustan las españolas.-Dicho esto volvió a dar un sorbo de la bebida y volvió a mirarme.
-Yo: Gracias.-Sonreí.
-Tom: Ahora tengo que irme pero me encantaría verte otro día.
-Yo: Claro, yo estaré con..Harr..con Carlos.-Dije aturdida, Harry una vez más volvió a mi cabeza.
El se acercó a mí y volvió a besarme en la mejilla.
-Tom: Hasta pronto preciosa.-Dijo en mi oído.
Yo me limité a sonreír y él se alejó, volví a dar un trago acabándome toda la bebida,  no sé porque pero el tal Tom no me daba buena espina. Las horas pasaron y llegaron las 2, Carlos se despidió de algunos amigos y nos marchamos a casa, la cabeza me iba a estallar, sólo tomé una copa pero la música y Harry me hicieron demasiada presión. 
-Yo: Mañana tienes que llevarme a casa de Harry por favor.-Dije mientras caminábamos.
-Carlos: Pero ese idiota no te merece, te dejó tirada Vero.-Bufó.
-Yo: Carlos..-Suspiré.
-Carlos: Está bien, está bien, pero como te haga daño yo mismo le partiré la cara.
-Yo: Todos los hombres  sois iguales.-Reí.
-Carlos: Todos no.-Protestó.
-Yo: De acuerdo, casi todos.-Reí.

 Por fin llegamos a casa, ambos estábamos cansados y fuimos directos a dormir, yo quise quedarme en el sofá pero Carlos me obligó a irme a la cama, le dije que se quedara que no me importaba y aceptó, una vez tumbada observe como Carlos dormía plácidamente, cogí la foto de Harry y pase mis dedos por su sonrisa, una lágrima se me escapó, Carlos era una genial compañía pero yo estaba vacía por dentro sin él, sentía frío sin su calor, yo lo necesitaba y mañana sería la última oportunidad que tengo para recuperarlo, entre algunas lágrimas me dormí.

Narra Harry.

Un fuerte dolor de cabeza me despertó, abrí los ojos y volví a mirar a mi lado para ver si ella estaba conmigo pero no.. un día más sin despertar con ella, esto era un infierno. ¿A quién quise engañar? Sin ella mi mundo de viene abajo, desde que me vine no he hecho otra cosa que no sea pensar en ella, y beber para olvidarme de todo. Me levanté y fui abajo, me encontré la botella de vodka tirada en la mesa de la cocina, por eso me dolor de cabeza, anoche bebí hasta perder el conocimiento, cogí la botella y con todo el coraje la tiré a la basura, busqué una pastilla para el dolor y me la tomé, iba a volver a mi habitación pero en ese momento sonó el timbre. Me pareció extraño, no avisé a nadie de que llegué aquí, subí corriendo arriba y me puse unos jeans, bajé y abrí la puerta.
-Tom: Amigo.-Sonrió.
-Yo: Tom, ¿cómo supiste que llegué?.-Dije extrañado.
-Tom:  twitter,  tus fans rastrean cada uno de tus movimientos.-Rió.
Yo no estaba para muchas risas.
-Yo: ¿Qué quieres?.-Dije seco, pues por un momento pensé que ella podía ser la que llamaba a mi puerta pero era imposible, yo la dejé destrozada en España y ella ya no querrá verme. Tom me sacó de mis pensamientos.
-Tom: ¿Dormiste mal? Vaya humor tío, hueles a alcohol.-Dijo acercándose a mí, yo me eché para atrás y lo invité a pasar. Llegamos al salón y me senté.
-Tom: ¿Por qué estas así?.-Dijo mirándome.
-Yo: Estoy bien, no sé que me ves de malo.
-Tom: Mira que cara tienes, estás malhumorado y hueles que apestas a alcohol.
-Yo: No tengo que darte explicaciones.-Definitivamente hoy no estaba para visitas, sentía pagarlo con Tom pero no podía hacer otra cosa.
Él suspiro y asintió con la cabeza.
-Tom: Bueno venía a ver como estabas aunque ya lo veo y a contarte algo.-Dijo emocionado.
-Yo:  tú dirás.
-Tom: Anoche fui al funclub y conocí a una española preciosa, la tenías que ver dios, estaba buenísima.-Dijo sonriendo. Cuando dijo española mi princesa volvió a mi cabeza, no podía estar peor, la necesitaba.
-Yo: tú siempre pensando en lo mismo.-Reí aunque paré, la risa me retumbaba en toda la cabeza y me dolía.
-Tom: Estaba muy buena joder con las españolas, pues se llamaba Vero, Verónica.
Todo mi cuerpo se congeló, el dolor de cabeza me apretó con fuerza, Vero dijo VERO. ¿Ella estaría aquí?¿Pero si está aquí porque no vino  a verme?¿Será que de verdad ya  no quiere saber nada de mí?¿pero y con quién estaba ella en ese local? Víctor tenía razón, me iba a arrepentir. Mi tormento comenzó de nuevo, las mil preguntas asaltaron a mi mente sin dejarla respirar.
-Tom: ¿Todo bien?.-Dijo sacándome de mis pensamientos.
-Yo: Sí, perfecto.-Mentí.-Descríbela.-Ordené.
-Tom: Era alta pero intuyo que los tacones que llevaba la ayudaban a serlo, pelo largo, castaño claro y ojos verdes, preciosa.

Mi cuerpo se congeló aún más, era Vero, ella..

No hay comentarios:

Publicar un comentario