domingo, 25 de agosto de 2013

Capítulo 72.

CAPÍTULO 72.
Narra  Verónica.

-Yo: Déjame demostrarte lo mucho que te quiero, déjame hacerte el amor.-Susurré algo nerviosa.
Él apoyó sus codos en la cama y me miro, una sonrisa salió de su boca.
-Harry: Ven.-Ordenó con ternura.
-Yo: No, antes quiero hacer algo.
Él me miro extrañado y yo reí, me alejé un poco de la cama seguida por sus ojos que no  dejaban de mirarme fijamente. Agarré los extremos finales de la camiseta y la subí despacio hacia arriba hasta sacarla por mi cabeza, la tiré al suelo y quedé desnuda ante él, solo las bragas me cubrían, estaba algo nerviosa, su mirada cambió, ahora me miraba con deseo, un poco de oscuridad manchaba su resplandor verdoso, sus pupilas se dilataron, sus ojos recorrian todo mi cuerpo, cada milímetro de este era violado por su cruel mirada, humedeció su labio inferior con la lengua, gesto que me estremeció. Respiré hondo y lleve mis manos hasta el borde de mis bragas las que deslicé hacia abajo muy despacio, sus ojos no se apartaron ni un segundo de mis movimientos, cuando pasaron por mis rodillas las deje caer y una vez en mis tobillos con ayuda de mis pies las terminé de sacar, alcé mi cabeza y ahora sí estaba completamente desnuda para él, me acerqué lentamente a la cama, podía notar como sus ojos me miraban ansiosos porque llegara junto a él, subí a la cama y puse la palma de mi mano en su pecho empujándolo para que cayera en la cama y quedase tumbado. Él cogió mi cintura pero yo aparté sus manos de mi cuerpo y me acerqué a su oído.
-Yo: No puedes tocarme.-Susurré, él dio un gruñido pero se resignó y estiró sus brazos sobre la cama.
Me senté sobre él, por debajo de su ombligo, mi feminidad chocó con su piel causándome un gran cosquilleo, di un gran suspiro y me incliné sobre él hasta llegar a su boca en la que me paré, rocé sus labios, su respiración estaba ya agitada y su caliente aliento  entraba por mi boca, humedecí mis labios y seguidamente los presioné con los suyos los que me besaban con desesperación, con deseo, su lengua hizo presión en mi boca, abrí paso y se adentró sin piedad en mi cavidad bucal, recorriendóla por cada parte, dejando huella con su lengua que pronto chocó con la mía, se enredaban, entramos en un pelea, la que pronto finalicé con una mordida en su labio inferior haciéndolo gruñir en mi boca. Separé mi boca de la suya unos milímetros y rocé mi nariz con la suya, pude ver como sonreía, sus hoyuelos se marcaban, eso era una debilidad que nunca podría superar, me acerqué rápidamente y di un mordisco en su mejilla, justo al lado de su hoyuelo, de su mejilla viaje hasta su oído, mordí su lóbulo con fuerza y él gimió, seguí hasta su cuello en el cual me detuve un rato, besé, succioné, mordí, mientras él soltaba roncos gemidos que me excitaban más, volví a succionar esta vez con fuerza hasta dejarle una buena marca la que humedecí con mi lengua para que no se irritase. Bajé hasta su pecho, lo besé de hombro a hombro, me detuve en el centro y subí dando besos hasta su garganta, el inclinó su cabeza más hacia atrás para dejarme paso y  succioné un poco la parte delantera de cuello haciéndolo gemir, subí hasta su barbilla y di un pequeño mordisco, di besos por su mandíbula y llegué hasta su boca nuevamente, sus labios estaban algo abiertos y él respiraba con fuerza.
-Harry: Nena no aguanto más, tengo que tocarte.-Susurró y posó sus manos en mi cintura, sus calientes manos en mi piel fueron como toneladas de descargas eléctricas, no pude contenerme y no lo aparté. En un descuido él atrapó mis labios, los que succionó con fiereza sin dejar nada que desear, una de mis manos pasó a su pelo él que agarré con fuerza, él gimió. Después de succionar mi lengua tomó entre sus dientes mi labio inferior haciendo que gimiera en su boca, lo mantuvo unos segundos y después lo soltó, sus labios estaban rojos e hinchados, sus ojos me examinaban detenidamente, una de sus manos pasó a mi pelo, quitó la gomilla con delicadeza y mi pelo descendió por mi cuerpo como si de una cortina se tratase, él sonrió, llevó su mano a mi nuca y me atrajo a él, besándome con fuerza para después soltarme y dejarme exhausta. Me eché un poco hacia atrás y choqué con su bulto que ya se hizo notar, me estremecí. Me incorporé y me levanté de él quedando a un lado, mis manos fueron hasta su cinturón el que quité con ansiedad, desabotoné el pantalón y él levantó un poco su cadera para ayudarme a retirarlo, lo bajé despacio y cuando llegó a sus tobillos, él lo terminó de quitar con sus pies. Su miembro estaba cruelmente presionado por la tela de los bóxers, yo lo miré e inconscientemente me mordí el labio, me incliné y comencé un camino de besos desde su pecho hasta su ombligo, besando cada parte de su torso mientras él daba algún suspiro que otro. Mis labios llegaron hasta el elástico de los bóxers, los cogí con ambas manos y tiré de ellos hacia abajo, los tiré al suelo y volví a mirarlo, su gran erección daba pulsadas ya liberada. Me acerqué a su oído.
-Yo: Ahora quiero que cojas las sábanas, no puedes tocarme.-Susurré y terminé chupando su lóbulo. Él soltó un pequeño gemido, agarró con ambos puños las sábanas y yo le sonreí. Besé sus labios y volví hacía abajo haciendo un  camino de besos, cuando llegué a su ombligo me pare, abrí sus piernas un poco para dejarme espacio entre ellas, me acomodé entre estas y me puse de  rodillas, tomé su miembro entre mis manos, comencé a masajear de arriba abajo, sin parar, él comenzó a gemir, con una mano subía y bajaba por su erección y con la otra comencé a hacer círculos sobre su punta rosada con mi dedo, sus muslos se tensaron, me incliné un poco e introduje su gran miembro en mi boca, comencé a succionar con mi lengua, lo sacaba y lo introducía en mi cavidad bucal apretando su miembro con mis labios, subí mi mirada hacia él, sus brazos se tensaron y sus puños apretaron con fuerza las sábanas, su boca estaba entreabierta, su respiración estaba entrecortada intentando no gemir con fuerza, con mi lengua comencé a hacer círculos en la punta, de un extremo a otro, en ese momento él dio un ronco gemido que me excitó.
Puse ambas manos en sus muslos y chupé su erección con fuerza.
-Harry: Jo-joder nena..-Jadeó.
Yo seguí con mi tarea, su miembro estaba duro pero suave a la vez, era una textura única y no desagradable, nada de él lo era.
-Harry: Pa-para o me-me corro.-Gimió.
Yo di un leve mordisco en su miembro y lo dejé  caer perfectamente erecto sobre su piel. Él estaba con los ojos cerrados y respirando con rapidez, me levanté y fui hasta su maleta, encontré el cuadradito plateado y volví a la cama, me coloqué nuevamente entre sus piernas y coloqué el condón en su miembro haciendo que volviera a gemir, me incorporé y me senté encima de su erección, introduciéndola en mi con fuerza, solté un fuerte gemido, él colocó sus manos con fuerza en mis caderas y comenzó a penetrarme, nuestros  cuerpos se movían al compás, me incliné y acerqué mi boca a la suya, llevé mis manos a las suyas, las solté de su agarre en mis caderas, él siguió moviendo su cuerpo bajo el mío para penetrarme, yo gemí y él enseguida me silenció con sus labios, puse sus manos en el colchón y apoyé las mías en su pecho, comencé a moverme encima de él haciendo círculos, a ritmo lento, tentador, un ritmo que acabaría con mi consciencia en cualquier momento, podía notar cada milímetro de mis paredes que eran acariciadas con su miembro
-Harry: Me-me corro.-Jadeó en mis labios lo que me excitó hasta el punto de abrir paso al orgasmo, comencé a dar fuertes saltos sobre su erección, todo mis músculos flaquearon, mis  piernas temblaron y sentí su caliente líquido hervir en mi interior, ambos gritamos con fuerza al mismo tiempo, llegando al clímax juntos, derrotada me dejé caer sobre su pecho que subía y bajaba con rapidez, el mío no era menos, una capa de sudor nos envolvía, el clímax nos consumía, ambos estábamos exhaustos él pasó sus brazos por mi espalda y me abrazó con ternura, así estuvimos unos 15 minutos hasta  que nos recuperamos un poco, me levanté y su miembro salió de mi interior haciendo que ambos volviéramos a gemir, quité el condón y fui a tirarlo, volví a la cama y me tumbé junto a él, aún estaba agitado y yo seguía en trance por lo que acaba de suceder. Él con sus brazos me pegó a su cuerpo, su calor me arropó una vez más, me recosté sobre su pecho, sus brazos me arroparon por la espalda y mi cintura, dio un beso en mi cabeza, sintiendo cada latido en mi oído, una perfecta melodía que me hizo dormir.

Narra Harry.

El sonido de un móvil me sacó de mi profundo sueño, abrí los ojos como pude y me di cuenta de que mi pequeña descansaba pacíficamente sobre mi pecho y sus pequeñas manos me apretaban a ella, era hermosa así sin más, la noche de ayer fue una de las mejores de mi vida y fue gracias a ella, quiero despertarme cada mañana y tenerla así a mi lado. Me di cuenta de era su móvil el que sonaba, alargué uno de mis brazos a la mesita y cogí el móvil, un mensaje de..¿MARCOS? Mire hacia Vero para ver si seguía dormida y así era, abrí el mensaje.

''Buenos días preciosa, me gustaría invitarte a algo esta tarde, ¿un café?¿un helado?¿bebida? lo que tú quieras, podríamos quedar y así nos conocemos más, podría llevar a Nicol, que por cierto no deja de preguntar por ti, espero que contestes :)’'

Cerré el mensaje y solté su móvil en la mesa, ¿quién se había creído el tipo ese? Sabe que tiene novio y aún así insiste, mis ganas de dejarlo tirado en el suelo me están consumiendo, pero tengo que contenerme por ella, una más y la pierdo. Y sí..¿borro el mensaje? Así no lo verá y el imbécil ese se quedará con las ganas de quedar con ella, quizás esto no esté bien pero lo haré.
Cogí su móvil y busqué el mensaje, lo borré  y en ese momento una dulce voz me sobresaltó.
-Verónica: Mi amor, ¿Qué haces con el móvil?.-Dijo su voz dormida mientras subía su cabeza hasta mi hombro.
-Harry: Sólo miraba la hora.-Dije nervioso y lo solté en la mesita, voltee de nuevo para ella y con mi mano agarré su mejilla, la acerqué a mí y la besé, deseo tanto sentir sus labios conmigo, podría estar así todo el día, sus labios son una adicción.
-Yo: ¿Qué hacemos hoy?
-Harry: Ya me encargo yo de eso.-Sonreí y volví a besarla.

Narra Verónica.

Harry y yo nos duchamos juntos, después yo me adelanté y bajé abajo mientras él terminaba de arreglarse. Cuando baje me encontré con Niall y mi hermano sentados en la cocina sin decir nada, ambos con cara de resaca mundial.
-Yo: Buenos días.-No pude evitar reír.
-Víctor: Lo serán para ti.-Dijo pasando la mano por su cabeza.
-Yo: La culpa vuestra, os teníais que ver ayer.-Dije riendo mientras me sentaba frente a ellos.
-Niall: Me pesa la cabeza 400 toneladas.-Dijo irritado.
-Víctor: Al menos podrías darme mi beso de buenos días.-Dijo con enfado.
Yo negué con la cabeza y me levanté, lo abracé por la espalda y deje un beso en su mejilla, hice lo mismo con Niall.
-Yo: Me debes un baile.-Dije en su oído riendo, volví a mi asiento mientras él reía.
-Víctor: ¿Y Harry?.-Dijo serio, su rostro cambió, al nombrarlo dejó de reír. ¿Qué le pasaría ahora?
-Yo: Ahora baja, se está terminando de vestir..¿Por qué?
-Víctor: Tengo que hablar con él.-Dijo seco.
Yo asentí, en ese momento apareció él por la puerta.
-Harry: Buenos días, aunque viendo vuestras caras..-Rió.
-Niall: Me voy a suicidar.
-Harry: Come algo y te animas.-Rió.
-Yo: No, mejor yo os preparo una tila, un café o algo.-Dicho esto me levanté y fui a preparar el desayuno.

Narra Harry.

Cuando entre en la cocina pude notar como Víctor me acuchillaba con los ojos, no entiendo que le pasaba, pero me miro mal. Cuando Vero se levantó para preparar el desayuno yo me senté en el sitio que ocupaba ella.
-Víctor: Ven al jardín.-Dijo sin mirarme y salió de allí.
Yo miré a Niall buscando una respuesta pero él se encogió de hombros, salí de allí y fui tras él.
-Harry: ¿Qué pasa?.-Dije  y el volteo, me miraba algo ¿enfurecido? Se acercó a mí y quedamos frente a frente.

-Víctor: Sabes que te aprecio, pero te juro que como *apretó su mandíbula* como vuelvas a lastimar a mi hermana te daré tal paliza que no podrás levantarte de la cama en una semana ¿me estás oyendo?.-Gritó.

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