CAPÍTULO 69.
Narra Verónica.
Después de desayunar llegamos a la playa, no había mucha
gente, intentamos ponernos en una zona dónde estuviera tranquila por los
chicos, ellos se fueron corriendo al agua y yo me quedé con Harry en las
toallas, ambos nos quitamos la ropa y quedamos en bañador. Me senté en mi
toalla que estaba al lado de la de Harry, apoyé mis brazos en la toalla, pude
sentir el calor de la arena en mis manos, eché la cabeza hacía atrás y cerré
los ojos, sintiendo como la suave brisa acariciaba mi rostro con delicadeza, el
sonido de las olas, la frescura del mar, el cantar de los pájaros, todo en
perfecta armonía, esto era el paraíso nada que ver con Madrid, respiré aire
puro, estaba en completa relajación. Decidí tumbarme y me puse boca abajo con
la cabeza en dirección a Harry que estaba tumbado boca arriba con la mirada
perdida.
-Yo: ¿En qué piensas?.-Susurré.
Él volteo y me miro inundándome con una de sus sonrisas, sus
luces verdes tenían un brillo especial. Nuestros ojos se miraban con
desesperación, su mirada bajo hacia mi tatuaje, lo miro unos segundos y sus ojos
volvieron a clavarse en los míos, acercó su cuerpo al mío, invadiendo parte de mi
toalla, su brazo paso a mi espalda, sus dedos tocaron mi tatuaje lo que me hizo
cosquillas, solté una pequeña risa. En un abrir y cerrar de ojos me di la
vuelta y me puse boca arriba, sus ojos
navegaban por mi cuerpo de pies a cabeza, su mirada me seguía poniendo
nerviosa, mis mejillas se resintieron una vez más.
-Yo: No me mires así.-Dije intentando llamar su atención. Él
se inclinó poniendo su cara frente la mía.
-Harry: Me vuelves loco.-Susurró ronco encima de mis labios,
noté como todo mi cuerpo se estremecía.
-Yo: No te creo.-Susurré, una vez más estaba jugando con
fuego, yo misma caía en mi propia trampa.
Él rió de lado, levantó un poco su cabeza y miro a un lado y
a otro, asegurándose de que no hubiera nadie cerca, volvió a mirarme y se puso
encima de mí, puso ambas manos a cada lado de mi cabeza, no tenía escapatoria.
Acercó su boca a la mía y me besó con fiereza, succionó mis labios cruelmente,
su lengua se adentro en mi cavidad bucal, recorriendo cada espacio de esta,
luchando contra mi lengua, haciéndome estremecer, sus labios me presionaban con
fuerza, con deseo, mientras jugaba con mi lengua dejo caer todo su peso en un
solo brazo y el otro comenzó a bajar por mi cintura, nuestras narices chocaban
de vez en cuando, el beso iba subiendo de intensidad, su mano bajo hasta la
parte de mi trasero, su cuerpo desprendía un calor que me abrasaba, mientras
estaba enredada en sus labios noté como introdujo su mano por el bikini y llegó a mi clítoris el que comenzó
a acariciar con la yema de sus dedos, perdí la cordura ante el roce, los
gemidos salían solos, siempre callados por sus labios, después un poco de
tortura en mi feminidad sacó la mano de mis bragas dejándome aturdida.
-Harry: sh, no puedes gritar, hay gente.-Susurró riendo. Yo
seguía un poco inconsciente por lo que acaba de ocurrir.
No me dejó tomar más respiro, volvió a unir sus labios con
los míos con fuerza, con ansiedad, yo pase una de mis manos por su nuca atrayéndolo
más a mí, agarre su pelo y este dio un ronco gemido en mis labios.
-Yo: Tenemos que parar, nos pueden ver.-Dije entre beso y
beso pero este no me hizo caso.
La mano con la que me había dejado aturdida hace unos
momentos subió por mi vientre hasta llegar a mi pecho, cogió uno con su gran
mano y lo apretó haciéndome gemir.
-Yo: Pa-para Harry.-Jadeé.
-Harry: De acuerdo.-Susurró y volvió a apretar mi pecho haciéndome
estremecer.
Dio un beso en la comisura de mis labios y volvió a su
toalla, dejándome a mí exhausta,
mientras él reía victorioso, claro Vero eres estúpida, eso te pasa por
provocarlo.-Me dije.
Me quedé tumbada hasta recuperarme cuando lo hice unos
brazos mojados me cogieron, Liam me colgó en su hombro cual saco de patatas,
sujetaba mis piernas mientras yo daba golpes en su espalda.
-Yo: LIAM NO, POR FAVOR.-Grité mientras él se reía.
-Liam: Lo siento pequeña.-Dijo y a los pocos segundos estaba
sumergida hasta la coronilla en la mar salada.
Cuando volví a la superficie vi que era la risa de todos,
los fulminé con la mirada y me solté el pelo, miré a Liam que me daba la
espalda entretenido riéndose de mí, nadé hasta él y me colgué de su espalda,
enrosqué mis piernas en su cintura.
-Yo: Esta me la pagas.-Dije en su oído y a los pocos
segundos lo sumergí en el agua, lo dejé y salí corriendo hacia la orilla, Liam
me asesinaba desde el agua con sus ojos avellana, yo reí. Harry estaba
boca arriba, sus largas piernas estiradas
y sus brazos abiertos, tenía las gafas de sol puestas, ahora iba a pagarme el
calentón de antes. Fui sigilosa hasta él y sin pensarlo me tiré encima como si fuera un oso hambriento, mis pecho empapado chocó con brutalidad contra
el suyo, me encargué de que toda mi piel quedara pegada a la suya para mojarlo
bien.
Nuestras feminidades chocaban, el roce era enloquecedor.
-Yo: ¿Esta fresquita?.-Vacilé quitando las gafas de sus ojos
los que me observaban con intensidad, acerqué mi cara algo mojada a la suya.
-Harry: Tengo calor, mojamé más.-Susurró.
Yo junte mis labios mojados con los suyos que ardían, pude
sentir como me quemaba en su boca, mis labios rápidamente perdieron la humedad,
el calor de los suyos secaron los míos. El colocó ambas manos en mi trasero
mojado y lo apretó con fuerza haciendo que diera un pequeño gemido, noté un
bulto ya bastante alegre.
-Yo: Ahora vete al agua a relajar a tu amiguito.-Dije en sus
labios para después separarme de él, me puse de pie y observé cómo me miraba
con el ceño fruncido.
-Harry: Te odio.-Dijo apretando sus labios mientras se
levantaba.
-Yo: Revancha.-Reí.
Él se alejó y se metió de lleno en el agua, pronto vi como
se divertía con los chicos, aunque seguía distante con Liam.
Yo decidí sentarme en la toalla a dejar que los rayos de sol
me secarán. Me acerqué a una mini nevera que trajo Niall y la abrí, cervezas y
refrescos, cogí un seven up y cerré la nevera, me volví a sentar en la toalla.
Me sumergí en mi mundo, y dejé mi vista en un único punto, mi novio. Una
pequeña mano en mi hombro me sacó del
trance, voltee y vi a una pequeñaja que
me observaba muy atenta. Era preciosa, muy blanquita, ojos azules y el pelo
rubio de estos que te deslumbran.
-Yo: Hey, ¿qué pasa pequeña?.-Dije sonriendo.
Ella no dijo nada, solo se sentó a mi lado.
-Yo: Veamos.. ¿Cuántos años tienes?
Xx: 4.-Dijo tímida.
-Yo: Ajam, y..¿Cómo te llamas?.
Xx: Nicol.-Dijo tan bajito que apenas pude oírla.
-Yo: Oh que bonito nombre.-Dije dando un golpecito en su
nariz y ella rió.
-Yo: ¿Y qué haces sola? ¿y tus papis?.-Dije extrañada.
-Nicol: No sé, me he perdido.-Dijo haciendo amago de llorar.
Yo la cogí, la senté en mis muslos y la abracé.
-Yo: No llores, los vamos a encontrar ¿de acuerdo?.-Dije
acariciando su cabecita.
-Nicol: Vale.-Dijo más calmada.
-Yo: ¿Sabes algo?.-Dije separándola de mí.
-Nicol: ¿el qué?.-Dijo curiosa.
Mi intención era hacerla olvidar el llanto y parece que iba
funcionando.
-Yo: Las niñas que llorar se quedan sin poderes.
-Nicol: ¿tengo poderes?.-Dijo sonriendo.
-Yo: Sí y como llores te los quitarán.-Advertí.
La pequeña sonrió y dejo de llorar secando con sus manecitas
sus ojos.
-Yo: Ahora estás más bonita.-Dije acariciando su mejilla.
Xx: NICOL, NICOL MENOS MAL QUE ESTÁS BIEN.-Gritó una voz
masculina, voltee mi cabeza y vi como un chico bastante joven, de mi edad diría
yo venía corriendo hacia nosotras, cuando llegó se paró delante de nosotras, se
puso de cuclillas y Nicol corrió a sus
brazos. Se veían tan adorables, él era alto, ojos azules claros, pelo castaño
con cresta, me recordaba a Zayn, su
cuerpo estaba bastante trabajado y llevaba un pendiente en la oreja, era
bastante guapo. Ellos se levantaron, mientras que él la sostenía entre sus
brazos, yo también me puse de pie.
Xx: Lo siento, es que
estábamos jugando y salió a correr, es un demonio.-Dijo haciéndole cosquillas
en la barriga.
-Yo: Oh, no es nada, nos hicimos amigas ¿a que sí
Nicol?.-Dije sonriendo.
-Nicol: Sí ella es muy buena y guapa.-Dijo con una dulce voz
Xx: No me presenté, soy Marcos.-Dijo sonriendo, me dejo ver
sus perfectos dientes más blancos que la pared.
-Yo: Yo soy Verónica.-Le devolví la sonrisa.
-Marcos: Encantado hermosa.-Dijo acercándose a mí y dejando
un beso en mi mejilla.
Dijo..¿hermosa? mis mejillas se prendieron, parecería un
tomate.
-Nicol: Te has puesto roja.-Dijo mientras me señalaba y
reía.
-Yo: Eh, no te rías de mi.-dije haciendo cosquillas en su estomago.
¿Sería Marcos su padre? No, no puede ser, es muy joven,
aunque.. se parecen mucho, decidí preguntarle.
-Yo: Esto..¿es tu hija?.-Dije algo cortada.
-Marcos: Es mi hermana.-Dijo riendo.
-Yo: Ah, perdón, no sabía..*me interrumpió*.
-Marcos: No pasa nada preciosa, no eres la primera que lo
pregunta.-Dijo riendo
Una vez más volvió a decirme preciosa.
-Marcos: Bueno, tenemos que irnos, mis padres estarán
desesperados.-Dijo riendo.
-Yo: Ha sido un placer.-Sonreí. Me acerqué a ellos.-Y tú
*señalé a la pequeña* ya sabes lo que te dije ¿no?
-Nicol: Si.-Dijo sonriendo.
-Marcos: El placer ha sido todo mío.-dijo mirándome fijamente,
me puse algo nerviosa.-¿Tienes el móvil a mano?
Yo asentí y fui a por él.
-Marcos: te digo mi número y me mandas un mensaje, así te
guardo.-Me guiñó un ojo y después salió de allí mientras la pequeña me decía
adiós con la mano y yo la respondía.
Decidí mandarle el mensaje antes de que se me olvidara.
''Soy Verónica :)’’
Le di a enviar, fue breve pero efectivo. En ese momento vi
como Harry se acercaba a mí deprisa y con cara de pocos amigos.
-Harry: ¿Quién era ese? ¿Porqué te besó?
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