CAPÍTULO 49.
‘’No necesito nada más’’.
Narra Verónica.
Los rayos de sol que aterrizaban en mi cara me hicieron
despertar. Abrí los ojos despacio, contemplando lo que estaba a mi lado, mi
ángel descansaba pacíficamente, mi cabeza reposaba en su pecho que subía y
bajaba con cautela, sus pulsaciones eran calmadas, su fuerte brazo me sujetaba
de la cintura y me mantenía a su lado, ¿no me había soltado en toda la noche?
¿tendría miedo a perderme?.-Suspiré esbozando una gran sonrisa, levanté la mano
que acariciaba su vientre y alcé la sábana que nos cubría para comprobar si lo
que pasó anoche fue un sueño o fue real, efectivamente fue real, ambos
estábamos completamente desnudos. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo
recordando lo sucedido anoche, una sonrisa juguetona se formó en mis labios, mi
mano volvió a su torso, empecé a hacer círculos en este, con la yema de mis
dedos rozaba su piel, que se puso de gallina, subí mi cabeza para quedar frente
la suya, sus ojos permanecían cerrados, sus largas pestañas caían sobre su
piel, sin embargo en sus labios se formó una sonrisa, yo acerqué mi dedo y lo
puse en uno de sus hoyuelos, él rió, aún con los ojos cerrados. Intenté moverme
para separarme de él pero su brazo me lo impidió acercándome de nuevo a él, yo
reí ante su gesto, me acerqué a su oído.
-Yo: Despierta bebé.-Reí en su oído.
Se veía tan adorable, sus
rizos esparcidos por la almohada, sus ojos cerrados con suavidad, su
respiración tranquila, es increíble como pasaba de ser tan pasional a ser tan
adorable.
En un ágil movimiento me senté en su vientre, sus ojos seguían cerrados.
Muy bien, quieres jugar, juguemos.-Pensé.
Me incliné sobre él haciendo que nuestras narices se
unieran, comencé a soltar cortos besos por la comisura de sus labios, seguí por
sus mejillas, hasta llegar a su frente, bajé hasta su nariz y llegué nuevamente
a su boca. Me paré en esta sin hacer nada, solo respiraba en ella.
Él abrió los ojos y frunció el ceño.
Objetivo conseguido.-Pensé. Una sonrisa malvada se formo en
mi boca que estaba a pocos milímetros de la suya, sus ojos se clavaron en los
míos.
-Harry: Vamos.-Susurró, indicándome que lo besara, pero no
le sería tan fácil.
-Yo: Ahora no quiero.-Reí en sus labios para levantarme
rápidamente, enrollé mi cuerpo desnudo en la sábana, dejándolo a él sin nada
que lo cubriese, salí corriendo al baño y cerré la puerta. Apoyé mi espalda en esta y comencé a reír a
carcajada limpia.
Me puse frente al espejo y observe mi aspecto, mi larga
melena caía amoldándose a mi cuerpo, estaba algo alborotada, el rimel se había
caído, parecía un zombie, dejé caer la sábana al suelo y con mis manos llené mi cara de agua bien
fresca para retirar el rimel y despejarme. Me fije en mi cuello y tenía un morado,
pasé mis dedos por la zona afectada y sonreí. Harry me ha marcado.-Suspiré.
Ahora que lo pensaba, no se oía nada, ¿Se habría enfadado? Acerqué mi
oído a la puerta y seguía sin escuchar nada. Extraño.-Pensé. Abrí la puerta
despacio y me lo encontré justo enfrente, al verme me lanzó una sonrisa malvada
y me miro de arriba abajo, mierda se me olvido taparme con la sábana.-Maldije.
Mis mejillas ardieron.
-Harry: Me la vas a pagar.-Dijo para acercarse a mí.
Antes de que me atrapase corrí fuera del baño, él me rió al
verme correr, parado en la puerta del baño.
-Harry: Puedes correr lo que quieras, de aquí no puedes
salir.-Dijo riendo.
Mierda, soy una imbécil, tenía razón, no podía salir de la
habitación desnuda.
Él se acercó a mi lentamente lo que me ponía más nerviosa
aún, yo me quedé parada, total, me cogería igualmente. Cuando por fin llegó a
mí, me cogió por la cintura y me levantó, yo inconscientemente enrollé mis
piernas en su cintura.
-Harry: Vamos a la ducha.-Dijo en mis labios con una sonrisa
demasiado malvada.
Mierda, ya sabía lo que haría, intenté zafarme de su agarré
pero fue imposible, empezó a caminar conmigo a cuestas hacia el baño mientras
yo movía mis piernas para soltarme, pero era inútil, sus brazos me sostenían
con fuerza.
-Yo: HARRY NO, SUELTÁME.-Grité.
-Harry: Nunca.-Dijo tranquilo, mientras reía.
Cuando llegamos al baño nos metimos en la ducha, el me soltó
y se puso frente a mí, alargó su brazo y presionó el grifo. Una cascada de agua
fría empezó a bañarme violentamente, mi cuerpo entero tembló, maldito Harry.
-Yo: DEJAME SALIR DE AQUÍ, ESTA HELADA.-Escupí mirándole a
los ojos, mientras el sonreía por la escena.
Acercó su mano al grifo y puso el agua templada, los
músculos de mi cuerpo se relajaron y se destensaron. El rompió todo el espacio que había entre
nosotros y pasó sus brazos por mi cintura apretándome a él que comenzó a
mojarse, el agua caía sobre nosotros, puse mis manos en su torso mojado y miré
fijamente sus ojos.
-Harry: Nadie se mete con Styles.-Rió.
-Yo: Esta te la guardo, idiota.-Bufé.
Él acercó su frente a la mía, su cálido aliento cubría mi
boca.
-Harry: Estas
preciosa cuando te enfadas.-Dijo para después chocar sus carnosos labios con
los míos, cada uno de sus besos eran toques de vida para mí, olvidé mi enfado y
me adentré en su boca, saboreando todo tipo de espacio en esta, mordí su labio
inferior y el soltó un pequeño gruñido que me hizo reír.
Juntos nos duchamos,
no hubo más roces, solo nuestras miradas chocaban mientras nos
enjabonábamos, sonrisas, miradas cómplices, y un silencio acogedor, solo se
escuchaba el sonido el agua al caer.
Salió de la ducha y se enrolló una toalla blanca por debajo
de su cintura dejando al descubierto su formado torso esculpido por dioses
griegos, en el cual pequeñas gotitas de agua resbalaban haciéndolo
irresistible. No pude evitarlo y mordí mi
labio inferior. ÉL me sonrió y tomó mi mano, salí de la ducha y él se colocó detrás de mí
para pasar una toalla que cayó por mis hombros y me cubrió. Después dio un beso
en mi mejilla y salimos del baño.
-Yo: No tengo ropa de cambio.-Dije riendo mientras él estaba
de espaldas a mí colocándose unos bóxers blancos, dejándome contemplar su
trasero. Volteo y me miro, aún estaba con la toalla cubriéndome.
-Harry: No te preocupes.-Dijo para ir hacia un cajón del
cual sacó unos bóxers negros y una
camiseta negra de las suyas. Se acercó a la cama y dejó las cosas.-Ponte
esto.-Dijo regalándome una hermosa sonrisa. Enseguida vuelo.-Dijo y salió de la
habitación, solo en bóxers, este chico siempre igual.-Reí.
Yo asentí y fui hasta la cama, termine de secar mi cuerpo
con la toalla y la dejé en una silla, me puse sus bóxers que me quedaban más
bien como un pantalón muy corto. Tomé su camiseta con mis manos y la acerqué a
mi nariz, olía a él, su olor entro por mis fosas nasales cual droga
adentrándose en mi cuerpo. Cerré los ojos e inhale ese olor unos minutos,
después me la puse, me quedaba un poco por debajo de mi cintura, me sentía tan
bien con su ropa en mi piel, era algo indescriptible. Sequé mi pelo, y lo deje
caer, recogí mi ropa interior y el vestido y los coloqué en una mesita. Decidí
salir al balcón en lo que venía Harry, Abrí las grandes ventanas y salí, los
rayos de sol traspasaban mi piel, apoyé mis manos en la barandilla y respiré
hondo, hoy el día era bastante hermoso, el cielo estaba radiante, un azul
intenso, muchas nubes, muchos pájaros volando libres de un lado a otro, sin
rumbo fijo. Y una cálida brisa de verano arropaba la ciudad. Cuando estaba
sumergida en el trance, unas manos me hicieron salir de él.
-Harry: ¿Te dije que te ves preciosa con mi ropa?.-Susurró
en mi oído, mi piel entera se erizó. Me giré y lo abracé, me salió hacerlo,
escondí mi cabeza en su cuello y él me arropó con sus brazos, nada malo podría
pasar en este instante, este momento era único, todo esto era tan maravilloso
que aún no lo creía, me era imposible entender todo lo que había pasado. Ahora
si era feliz, porque mi felicidad es él y si está conmigo no necesito nada más
para serlo, solo su presencia.
…
El desayuno estuvo tranquilo, tomamos zumo y tostadas, el
terminó de vestirse, jeans negros, camiseta de tirantes gordos blanca. Puso en
su cabello un pañuelo marrón que lo hacía jodidamente sexy, y en sus pies puso
sus clásicos botines marrones.
-Harry: ¿Qué quieres hacer hoy?.-Dijo levantándose de la
silla para recoger las cosas.
-Yo: Para, déjame a mi recoger, que no hice nada.-Dije
quitándole los vasos y el plato de las manos. Él bufo y se fue al sofá de cuero
y yo terminé de recoger las cosas y me fui con él, me senté a su lado. Y apoyé
mi cabeza en su hombro.
-Harry: ¿Qué quieres hacer hoy?.-Preguntó por segunda vez.
-Yo: Te quiero llevar a mi casa, presentarte a mi madre
aunque ya la viste, pero de una manera más formal, y quiero enseñarte mi habitación.-Dije levantando mi cabeza, y chocando mi mirada con la suya.
-Harry: Por mi bien, aunque eso de ver a tu madre me pone
nervioso.
-Yo: ¿Por qué tonto?.-Dije riendo.
-Harry: Bueno, pues *balbuceó* seguro me hará las típicas
preguntas que una madre hace al novio de su hija.-Dijo esto y pude notar como sus
mejillas tomaban un tono algo rosado.
Dijo ¿novio? Ahora que lo pienso nunca me dijo que si quería
salir con él, y yo ya me había acostado con él. ¿Qué se supone que éramos? Una
ronca voz me sacó de mis pensamientos.
-Harry: pequeña, ¿Qué te pasa?
Yo pensé si decírselo o no, pero me armé de valor, tenía que
saber que éramos exactamente.
-Yo: Harry, dijiste novio, tú nunca me has pedido nada.-Dije
seria, mirando fijamente a sus ojos esperando alguna respuesta.
Su ceño se frunció.
-Harry: Lo que yo he hecho contigo, no lo he hecho con
ninguna otra, jamás he sentido lo que siento por ti, anoche no te follé, anoche
te hice el amor, no necesito decirte el típico ¿quieres ser mi novia?, no lo
necesito, sé que eres mía, se que te amo,
y sí, eres mi novia, creo que con todo lo que te preparé anoche
fue una especie de declaración, Vero.-Tomó mis manos entre las suyas. Te quiero, entiende que tú no eres una
más, tú eres la única que ocupa mi corazón, ¿Te crees que fuera vuelto hasta
aquí después de terminar la gira agotado si no me importaras? Lo hice, aún sin
saber cual sería tu respuesta, no podía dejarte ir, Yo ..*lo interrumpí* me
abalancé encima de él y lo besé, lo besé como nunca mientras que las lágrimas
caían por mi cara, todo lo que me acaba
de decir me hizo sentir algo que nunca había sentido, mi corazón bombeó con
fuerza y todos mis sentidos se activaron, presioné sus labios con los míos con
más fuerza, la lágrimas caían sin censura, sus manos me arroparon por la
espalda, mientras sus labios corrían por los míos.
-Harry: No llores, por favor.-Susurró en mis labios, su
aliento se adentro por mi boca llegando a infinidad de sitios en mi interior.
-Yo: Eres increíble.-Dije frenando mi llanto mientras sus
lucecitas verdes me iluminaban.
Me dejé caer en su pecho, arropada por él, así estuvimos
unos minutos en absoluto silencio.
…
-Yo: ¿Cómo voy a salir a la calle así?.-Reí mientras me
señalaba, solo iba en bóxers y una camiseta que tapaba mis pechos desnudos.
-Harry: Así estas bien.-Me miro pícaro.
Yo negué con la cabeza y reí.
-Yo: No pienso salir casi desnuda a la calle.-Dije firme.
-Harry: puedo prestarte unos pantalones de deporte, pero te
quedaran grandes.-Rió.
-Yo: Cualquier cosa que me tape.
Se acercó a el armario y sacó unos pantalones negros de
chándal, sí, eran esos que vi en una foto, como los de mi hermano, me los puse
y me quedaban bastante grandes, me quedaban un poco por debajo de la rodilla.
-Yo: No voy a ponerme tacones vestida así, asique iré
descalza.
-Harry: Te llevo en brazos hasta el coche.-Sonrió.
-Yo: ¿No tengo otra opción no? Él negó con la cabeza, cogió
su móvil y las llaves del furgón que alquilaron, cogí mi ropa y zapatos y los
metí en una bolsa, él me agarró a caballito, yo caí sobre su espalda y pasé mis
brazos por su cuello y me aferré a su pecho, apoyé mi barbilla en su hombro y
él sujetó mis piernas con ambos brazos. Salimos de la habitación, y en el
pasillo nos encontramos a una mujer con su hijo, nos miraron extrañados, la
situación era graciosa.
-Yo: Nos miran.-Rei en su oído.
-Harry: ¿Quién se resiste a mi? Nadie.-Dijo con tono de
superioridad. Yo pellizque uno de sus pezones por encima de la camiseta y el
gruñó.
…
-Yo: Tranquilo, mi madre no vuelve hasta la tarde, ahora
solo estará mi hermano.-Reí ante su nerviosismo.
-Harry: Mejor.-Suspiró tranquilo.
Introduje las llaves en la cerradura y abrimos, entramos y
cerré la puerta con mi pie. Lo cogí de la mano y lo llevé hasta el salón dónde
se encontraba mi hermano tirado en el sofá y semi desnudo, como era habitual.
-Yo: Víctor llegamos.-Dije soltando la bolsa en la mesa.
Mi hermano se levantó fue hasta Harry, estrecharon sus
manos.
-Yo:-Iré arriba para ponerme algo que me quede bien.-Reí.
Ellos asintieron y yo subí corriendo hasta mi habitación.
Me quité sus pantalones y los bóxers, los doblé y los puse
sobre la cama, me quité la camiseta para poder ponerme un sujetador, y después
volví a ponérmela, me sentía bien con ella. Me puse un culote azul que hacía juego con mi sujetador y me coloqué unos shorts vaqueros algo desgastados
y bastante cortos. En los pies me puse
mis converse blancas, cuando ya estaba lista bajé, mi hermano y Harry estaban
en el sofá hablando y cuando llegué se callaron, extraño, pero no le di
importancia. Me senté al lado de Harry.
Narra Harry.
La casa de mi pequeña era bastante grande y bonita, mientras
ella se cambiaba Víctor me ofreció sentarme, nos sentamos en el sofá mientras mirábamos
la TV.
-Víctor: Tu plan salió bien por lo que veo no?.-Dijo sonriendo.
-Yo: Fue increíble, la mejor noche de mi vida.-Sonreí.
-Víctor: No sabes cuánto me alegro, eres un gran chico, y me
gustas para ella, pero eso sí, *me miro fijamente* como le hagas daño te la
verás con el maestro del boxeo.-Dijo dando golpecitos en mi hombro.
Yo me tensé un poco, solo de imaginarme a Víctor golpeándome.
-Yo: Puedes estar tranquilo, jamás la haré sufrir.-Dije
serio.
Él asintió para volver su mirada al televisor.
Yo respiré aliviado.
-Víctor: ¿Te contó que ocurrió para que dejara de
hablarte?.-Preguntó sin quitar la vista de la TV.
En ese momento recordé que tenemos una conversación
pendiente.
-Yo: Sí, ella me dijo algo, pero no fue del todo clara, hoy
le diré que me explique.
-Víctor: ¿Por qué? ¿Qué te dijo?
-Yo: Que ella solo quería protegerme, que renunció a mí por mi seguridad, que tenía miedo.
Víctor me miró confuso, intentando buscar una respuesta a
todo esto, como yo.
-Víctor: Espero que
me lo cuente, odio que se calle ese tipo de cosas, ella puede pasarlo mal y se
calla.-Dijo algo molesto.
-Harry: Tranquilo, hablaré con ella.-Dije poniendo mi mano
en su hombro.
Él asintió, vimos que Vero venía y nos callamos ,se dejo mi
camiseta puesta, cosa que me encantaba, se veía preciosa.
Narra Verónica.
Agarré la mano de Harry y entrelacé mis dedos con los suyos,
dejé mi cabeza caer en su hombro. Vimos durante un rato la TV hasta que terminó
el programa.
-Yo: ¿Comemos?.-Pregunte incorporándome y mirándolos a
ambos.
-Víctor: comemos.-Afirmó.
Mire a Harry y el asintió. Estaba un poco ¿cortado? Esto no
era normal en él.
-Yo: Hoy prepararé yo algo, lo mínimo que sé hacer.-Reí.
Ellos asintieron, mientras Víctor se llevaba a Harry a su habitación a enseñarle algunas cosas del
gimnasio, boxeo y esas cosas de hombres. Antes de subir la escalera Víctor
volteo.
-Víctor: No quemes la casa Vero.-Rió. Harry siguió la risa y
yo fulminé a mi hermano con la mirada. Ambos subieron y yo fui directa a la
cocina.
Veamos, ¿Qué puedo hacer sin que me salga mal o quemado?- Me
dije.
Después de un rato dándole vueltas a la cabeza opté por lo
fácil, ensalada y huevos, puse la sartén y los huevos, mientras se freían
preparé la ensalada. Cuando todo estaba listo los llamé, ellos bajaron riendo y
se sentaron, Harry frente a Víctor, yo fui a por la sartén y saqué los huevos,
los serví a cada uno y después la ensalada.
-Yo: ¿Cerveza o zumo?.-Dije delante de la nevera.
-Víctor: CERVEZA.-Gritó.
-Harry: Otra para mí.-Siguió.
Yo cogí una jarra con zumo y dos cervezas y fui hasta la
mesa, allí me senté al lado de Harry y comenzamos a comer.
La comida fue divertida, Harry y mi hermano
hablaron bastante, él nos contó anécdotas de algún concierto, y él y mi hermano congeniaron bastante bien,
yo solo reía y los escuchaba atenta, me encantaba que mi hermano se llevara
bien con mi novio.
-Yo: Ahora recoges tú la mesa *apunte con el dedo* ya que yo
cociné.
-Víctor: De acuerdo, sargento.-Se burló. Harry rió ante la escena.
-Yo: Vamos, lo cogí de la mano y lo llevé hasta mi
habitación, me paré en la puerta. Lo que vas a ver ahora es mi habitación, mi
único refugio y dónde me siento bien.
El asintió sonriendo y abrí la puerta.
Él entro y observó todos los rincones de esta, se
acerco a los posters y sonrió.
-Harry: Buena directioner.-Rió.
Yo negué con la cabeza y reí.
-Yo:¿Te gusta?
-Harry: me gusta.-Afirmó. Después se tiró a mi cama y colocó
sus brazos detrás de su cabeza mientras me observaba. Ven aquí.-Me señaló con
su mano para que fuera con él, así hice, le quité los botines y me quite las
converse y los coloqué en el suelo, me subí en la cama y me tumbé a su lado.
-Harry: Tenemos una conversación pendiente.-Dijo mirando al
techo.
En ese momento recordé lo de Sergio, un puño aterrizó en mi
estomago, algo no iba bien, lo presentía.
-Yo: Ah nada, ignóralo, fue una tontería.-Dije quitándole importancia.
Él volteo y me miro, su mirada era intensa, mostraba enfado,
no me creía.
-Harry: ¿Ahora me vas a decir que por ''una tontería’’ *hizo
comillas con sus dedos* pasaste de mi durante dos semanas?.-Dijo alzando la
voz. La primera vez que Harry me levantaba la voz, odiaba verlo así de frío.
Un nudo se apoderó de mi garganta, no sabía que mierda
hacer.
Él se levantó y comenzó
a caminar de un lado a otro por mi habitación. Yo me incorporé quedando sentada en la cama, observando cada
uno de sus movimientos.
-Yo: Harry..-Susurré.
Él me miró y no dijo nada, la he cagado..
No hay comentarios:
Publicar un comentario