miércoles, 14 de agosto de 2013

Capítulo 49.

CAPÍTULO 49. ‘’No necesito nada más’’.
Narra  Verónica.

Los rayos de sol que aterrizaban en mi cara me hicieron despertar. Abrí los ojos despacio, contemplando lo que estaba a mi lado, mi ángel descansaba pacíficamente, mi cabeza reposaba en su pecho que subía y bajaba con cautela, sus pulsaciones eran calmadas, su fuerte brazo me sujetaba de la cintura y me mantenía a su lado, ¿no me había soltado en toda la noche? ¿tendría miedo a perderme?.-Suspiré esbozando una gran sonrisa, levanté la mano que acariciaba su vientre y alcé la sábana que nos cubría para comprobar si lo que pasó anoche fue un sueño o fue real, efectivamente fue real, ambos estábamos completamente desnudos. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo recordando lo sucedido anoche, una sonrisa juguetona se formó en mis labios, mi mano volvió a su torso, empecé a hacer círculos en este, con la yema de mis dedos rozaba su piel, que se puso de gallina, subí mi cabeza para quedar frente la suya, sus ojos permanecían cerrados, sus largas pestañas caían sobre su piel, sin embargo en sus labios se formó una sonrisa, yo acerqué mi dedo y lo puse en uno de sus hoyuelos, él rió, aún con los ojos cerrados. Intenté moverme para separarme de él pero su brazo me lo impidió acercándome de nuevo a él, yo reí ante su gesto, me acerqué a su oído.
-Yo: Despierta bebé.-Reí en su oído.
Se veía tan adorable, sus  rizos esparcidos por la almohada, sus ojos cerrados con suavidad, su respiración tranquila, es increíble como pasaba de ser tan pasional a ser tan adorable.
En un ágil movimiento me senté en su vientre,  sus ojos seguían cerrados.
Muy bien, quieres jugar, juguemos.-Pensé.
Me incliné sobre él haciendo que nuestras narices se unieran, comencé a soltar cortos besos por la comisura de sus labios, seguí por sus mejillas, hasta llegar a su frente, bajé hasta su nariz y llegué nuevamente a su boca. Me paré en esta sin hacer nada, solo respiraba en ella.
Él abrió los ojos y frunció el ceño.
Objetivo conseguido.-Pensé. Una sonrisa malvada se formo en mi boca que estaba a pocos milímetros de la suya, sus ojos se clavaron en los míos.
-Harry: Vamos.-Susurró, indicándome que lo besara, pero no le sería tan fácil.
-Yo: Ahora no quiero.-Reí en sus labios para levantarme rápidamente, enrollé mi cuerpo desnudo en la sábana, dejándolo a él sin nada que lo cubriese, salí corriendo al baño y cerré la puerta.  Apoyé mi espalda en esta y comencé a reír a carcajada limpia.
Me puse frente al espejo y observe mi aspecto, mi larga melena caía amoldándose a mi cuerpo, estaba algo alborotada, el rimel se había caído, parecía un zombie, dejé caer la sábana al suelo y  con mis manos llené mi cara de agua bien fresca para retirar el rimel y despejarme. Me fije en mi cuello y tenía un morado, pasé mis dedos por la zona afectada y sonreí. Harry me ha marcado.-Suspiré. Ahora que lo pensaba, no se oía nada, ¿Se habría enfadado? Acerqué mi oído a la puerta y seguía sin escuchar nada. Extraño.-Pensé. Abrí la puerta despacio y me lo encontré justo enfrente, al verme me lanzó una sonrisa malvada y me miro de arriba abajo, mierda se me olvido taparme con la sábana.-Maldije.
Mis mejillas ardieron.
-Harry: Me la vas a pagar.-Dijo para acercarse a mí.
Antes de que me atrapase corrí fuera del baño, él me rió al verme correr, parado en la puerta del baño.
-Harry: Puedes correr lo que quieras, de aquí no puedes salir.-Dijo riendo.
Mierda, soy una imbécil, tenía razón, no podía salir de la habitación desnuda.
Él se acercó a mi lentamente lo que me ponía más nerviosa aún, yo me quedé parada, total, me cogería igualmente. Cuando por fin llegó a mí, me cogió por la cintura y me levantó, yo inconscientemente enrollé mis piernas en su cintura.
-Harry: Vamos a la ducha.-Dijo en mis labios con una sonrisa demasiado malvada.
Mierda, ya sabía lo que haría, intenté zafarme de su agarré pero fue imposible, empezó a caminar conmigo a cuestas hacia el baño mientras yo movía mis piernas para soltarme, pero era inútil, sus brazos me sostenían con fuerza.
-Yo: HARRY NO, SUELTÁME.-Grité.
-Harry: Nunca.-Dijo tranquilo, mientras reía.
Cuando llegamos al baño nos metimos en la ducha, el me soltó y se puso frente a mí, alargó su brazo y presionó el grifo. Una cascada de agua fría empezó a bañarme violentamente, mi cuerpo entero tembló, maldito Harry.
-Yo: DEJAME SALIR DE AQUÍ, ESTA HELADA.-Escupí mirándole a los ojos, mientras el sonreía por la escena.
Acercó su mano al grifo y puso el agua templada, los músculos de mi cuerpo se relajaron y se destensaron.  El rompió todo el espacio que había entre nosotros y pasó sus brazos por mi cintura apretándome a él que comenzó a mojarse, el agua caía sobre nosotros, puse mis manos en su torso mojado y miré fijamente sus ojos.
-Harry: Nadie se mete con Styles.-Rió.
-Yo: Esta te la guardo, idiota.-Bufé.
Él acercó su frente a la mía, su cálido aliento cubría mi boca.
-Harry:  Estas preciosa cuando te enfadas.-Dijo para después chocar sus carnosos labios con los míos, cada uno de sus besos eran toques de vida para mí, olvidé mi enfado y me adentré en su boca, saboreando todo tipo de espacio en esta, mordí su labio inferior y el soltó un pequeño gruñido que me hizo reír.
Juntos nos duchamos,  no hubo más roces, solo nuestras miradas chocaban mientras nos enjabonábamos, sonrisas, miradas cómplices, y un silencio acogedor, solo se escuchaba el sonido el agua al caer.
Salió de la ducha y se enrolló una toalla blanca por debajo de su cintura dejando al descubierto su formado torso esculpido por dioses griegos, en el cual pequeñas gotitas de agua resbalaban haciéndolo irresistible. No pude evitarlo y mordí mi  labio inferior. ÉL me sonrió y tomó mi mano,  salí de la ducha y él se colocó detrás de mí para pasar una toalla que cayó por mis hombros y me cubrió. Después dio un beso en mi mejilla y salimos del baño.
-Yo: No tengo ropa de cambio.-Dije riendo mientras él estaba de espaldas a mí colocándose unos bóxers blancos, dejándome contemplar su trasero. Volteo y me miro, aún estaba con la toalla cubriéndome.
-Harry: No te preocupes.-Dijo para ir hacia un cajón del cual sacó unos bóxers negros y  una camiseta negra de las suyas. Se acercó a la cama y dejó las cosas.-Ponte esto.-Dijo regalándome una hermosa sonrisa. Enseguida vuelo.-Dijo y salió de la habitación, solo en bóxers, este chico siempre igual.-Reí.
Yo asentí y fui hasta la cama, termine de secar mi cuerpo con la toalla y la dejé en una silla, me puse sus bóxers que me quedaban más bien como un pantalón muy corto. Tomé su camiseta con mis manos y la acerqué a mi nariz, olía a él, su olor entro por mis fosas nasales cual droga adentrándose en mi cuerpo. Cerré los ojos e inhale ese olor unos minutos, después me la puse, me quedaba un poco por debajo de mi cintura, me sentía tan bien con su ropa en mi piel, era algo indescriptible. Sequé mi pelo, y lo deje caer, recogí mi ropa interior y el vestido y los coloqué en una mesita. Decidí salir al balcón en lo que venía Harry, Abrí las grandes ventanas y salí, los rayos de sol traspasaban mi piel, apoyé mis manos en la barandilla y respiré hondo, hoy el día era bastante hermoso, el cielo estaba radiante, un azul intenso, muchas nubes, muchos pájaros volando libres de un lado a otro, sin rumbo fijo. Y una cálida brisa de verano arropaba la ciudad. Cuando estaba sumergida en el trance, unas manos me hicieron salir de él.
-Harry: ¿Te dije que te ves preciosa con mi ropa?.-Susurró en mi oído, mi piel entera se erizó. Me giré y lo abracé, me salió hacerlo, escondí mi cabeza en su cuello y él me arropó con sus brazos, nada malo podría pasar en este instante, este momento era único, todo esto era tan maravilloso que aún no lo creía, me era imposible entender todo lo que había pasado. Ahora si era feliz, porque mi felicidad es él y si está conmigo no necesito nada más para serlo, solo su presencia.



El desayuno estuvo tranquilo, tomamos zumo y tostadas, el terminó de vestirse, jeans negros, camiseta de tirantes gordos blanca. Puso en su cabello un pañuelo marrón que lo hacía jodidamente sexy, y en sus pies puso sus clásicos botines marrones.
-Harry: ¿Qué quieres hacer hoy?.-Dijo levantándose de la silla para recoger las cosas.
-Yo: Para, déjame a mi recoger, que no hice nada.-Dije quitándole los vasos y el plato de las manos. Él bufo y se fue al sofá de cuero y yo terminé de recoger las cosas y me fui con él, me senté a su lado. Y apoyé mi cabeza en su hombro.
-Harry: ¿Qué quieres hacer hoy?.-Preguntó por segunda vez.
-Yo: Te quiero llevar a mi casa, presentarte a mi madre aunque ya la viste, pero de una manera más formal, y quiero enseñarte mi habitación.-Dije levantando mi cabeza, y chocando mi mirada con la suya.
-Harry: Por mi bien, aunque eso de ver a tu madre me pone nervioso.
-Yo: ¿Por qué tonto?.-Dije riendo.
-Harry: Bueno, pues *balbuceó* seguro me hará las típicas preguntas que una madre hace al novio de su hija.-Dijo esto y pude notar como sus mejillas tomaban un tono algo rosado.

Dijo ¿novio? Ahora que lo pienso nunca me dijo que si quería salir con él, y yo ya me había acostado con él. ¿Qué se supone que éramos? Una ronca voz me sacó de mis pensamientos.

-Harry: pequeña, ¿Qué te pasa?
Yo pensé si decírselo o no, pero me armé de valor, tenía que saber que éramos exactamente.
-Yo: Harry, dijiste novio, tú nunca me has pedido nada.-Dije seria, mirando fijamente a sus ojos esperando alguna respuesta.
Su ceño se frunció.
-Harry: Lo que yo he hecho contigo, no lo he hecho con ninguna otra, jamás he sentido lo que siento por ti, anoche no te follé, anoche te hice el amor, no necesito decirte el típico ¿quieres ser mi novia?, no lo necesito, sé que eres mía, se que te amo,  y sí, eres mi novia, creo que con todo lo que te preparé anoche fue  una especie de declaración, Vero.-Tomó mis manos entre las suyas. Te quiero, entiende que tú no eres una más, tú eres la única que ocupa mi corazón, ¿Te crees que fuera vuelto hasta aquí después de terminar la gira agotado si no me importaras? Lo hice, aún sin saber cual sería tu respuesta, no podía dejarte ir, Yo ..*lo interrumpí* me abalancé encima de él y lo besé, lo besé como nunca mientras que las lágrimas caían por mi cara,  todo lo que me acaba de decir me hizo sentir algo que nunca había sentido, mi corazón bombeó con fuerza y todos mis sentidos se activaron, presioné sus labios con los míos con más fuerza, la lágrimas caían sin censura, sus manos me arroparon por la espalda, mientras sus labios corrían por los míos.
-Harry: No llores, por favor.-Susurró en mis labios, su aliento se adentro por mi boca llegando a infinidad de sitios en mi interior.
-Yo: Eres increíble.-Dije frenando mi llanto mientras sus lucecitas verdes me iluminaban.
Me dejé caer en su pecho, arropada por él, así estuvimos unos minutos en absoluto silencio.


-Yo: ¿Cómo voy a salir a la calle así?.-Reí mientras me señalaba, solo iba en bóxers y una camiseta que tapaba mis pechos desnudos.
-Harry: Así estas bien.-Me miro pícaro.
Yo negué con la cabeza y reí.
-Yo: No pienso salir casi desnuda a la calle.-Dije firme.
-Harry: puedo prestarte unos pantalones de deporte, pero te quedaran grandes.-Rió.
-Yo: Cualquier cosa que me tape.
Se acercó a el armario y sacó unos pantalones negros de chándal, sí, eran esos que vi en una foto, como los de mi hermano, me los puse y me quedaban bastante grandes, me quedaban un poco por debajo de la rodilla.
-Yo: No voy a ponerme tacones vestida así, asique iré descalza.
-Harry: Te llevo en brazos hasta el coche.-Sonrió.
-Yo: ¿No tengo otra opción no? Él negó con la cabeza, cogió su móvil y las llaves del furgón que alquilaron, cogí mi ropa y zapatos y los metí en una bolsa, él me agarró a caballito, yo caí sobre su espalda y pasé mis brazos por su cuello y me aferré a su pecho, apoyé mi barbilla en su hombro y él sujetó mis piernas con ambos brazos. Salimos de la habitación, y en el pasillo nos encontramos a una mujer con su hijo, nos miraron extrañados, la situación era graciosa.
-Yo: Nos miran.-Rei en su oído.
-Harry: ¿Quién se resiste a mi? Nadie.-Dijo con tono de superioridad. Yo pellizque uno de sus pezones por encima de la camiseta y el gruñó.


-Yo: Tranquilo, mi madre no vuelve hasta la tarde, ahora solo estará mi hermano.-Reí ante su nerviosismo.
-Harry: Mejor.-Suspiró tranquilo.
Introduje las llaves en la cerradura y abrimos, entramos y cerré la puerta con mi pie. Lo cogí de la mano y lo llevé hasta el salón dónde se encontraba mi hermano tirado en el sofá y semi desnudo, como era habitual.
-Yo: Víctor llegamos.-Dije soltando la bolsa en la mesa.
Mi hermano se levantó fue hasta Harry, estrecharon sus manos.
-Yo:-Iré arriba para ponerme algo que me quede bien.-Reí. Ellos asintieron y yo subí corriendo hasta mi habitación.
Me quité sus pantalones y los bóxers, los doblé y los puse sobre la cama, me quité la camiseta para poder ponerme un sujetador, y después volví a ponérmela, me sentía bien con ella. Me puse un culote  azul que hacía juego con mi sujetador  y me coloqué unos shorts vaqueros algo desgastados y bastante cortos.  En los pies me puse mis converse blancas, cuando ya estaba lista bajé, mi hermano y Harry estaban en el sofá hablando y cuando llegué se callaron, extraño, pero no le di importancia. Me senté al lado de Harry.

Narra Harry.

La casa de mi pequeña era bastante grande y bonita, mientras ella se cambiaba Víctor me ofreció sentarme, nos sentamos en el sofá mientras mirábamos la TV.
-Víctor: Tu plan salió bien por lo que veo no?.-Dijo sonriendo.
-Yo: Fue increíble, la mejor noche de mi vida.-Sonreí.
-Víctor: No sabes cuánto me alegro, eres un gran chico, y me gustas para ella, pero eso sí, *me miro fijamente* como le hagas daño te la verás con el maestro del boxeo.-Dijo dando golpecitos en mi hombro.
Yo me tensé un poco, solo de imaginarme a Víctor golpeándome.
-Yo: Puedes estar tranquilo, jamás la haré sufrir.-Dije serio.
Él asintió para volver su mirada al televisor.
Yo respiré aliviado.
-Víctor: ¿Te contó que ocurrió para que dejara de hablarte?.-Preguntó sin quitar la vista de la TV.
En ese momento recordé que tenemos una conversación pendiente.
-Yo: Sí, ella me dijo algo, pero no fue del todo clara, hoy le diré que me explique.
-Víctor: ¿Por qué? ¿Qué te dijo?
-Yo: Que ella solo quería protegerme, que renunció a mí por  mi seguridad, que tenía miedo.
Víctor me miró confuso, intentando buscar una respuesta a todo esto, como yo.
-Víctor:  Espero que me lo cuente, odio que se calle ese tipo de cosas, ella puede pasarlo mal y se calla.-Dijo algo molesto.
-Harry: Tranquilo, hablaré con ella.-Dije poniendo mi mano en su hombro.
Él asintió, vimos que Vero venía y nos callamos ,se dejo mi camiseta puesta, cosa que me encantaba, se veía preciosa.

Narra Verónica.

Agarré la mano de Harry y entrelacé mis dedos con los suyos, dejé mi cabeza caer en su hombro. Vimos durante un rato la TV hasta que terminó el programa.
-Yo: ¿Comemos?.-Pregunte incorporándome y mirándolos a ambos.
-Víctor: comemos.-Afirmó.
Mire a Harry y el asintió. Estaba un poco ¿cortado? Esto no era normal en él.
-Yo: Hoy prepararé yo algo, lo mínimo que sé hacer.-Reí.
Ellos asintieron, mientras Víctor se llevaba a Harry  a su habitación a enseñarle algunas cosas del gimnasio, boxeo y esas cosas de hombres. Antes de subir la escalera Víctor volteo.
-Víctor: No quemes la casa Vero.-Rió. Harry siguió la risa y yo fulminé a mi hermano con la mirada. Ambos subieron y yo fui directa a la cocina.
Veamos, ¿Qué puedo hacer sin que me salga mal o quemado?- Me dije.
Después de un rato dándole vueltas a la cabeza opté por lo fácil, ensalada y huevos, puse la sartén y los huevos, mientras se freían preparé la ensalada. Cuando todo estaba listo los llamé, ellos bajaron riendo y se sentaron, Harry frente a Víctor, yo fui a por la sartén y saqué los huevos, los serví a cada uno y después la ensalada.
-Yo: ¿Cerveza o zumo?.-Dije delante de la nevera.
-Víctor: CERVEZA.-Gritó.
-Harry: Otra para mí.-Siguió.
Yo cogí una jarra con zumo y dos cervezas y fui hasta la mesa, allí me senté al lado de Harry y comenzamos a comer.
La comida fue  divertida, Harry y mi hermano hablaron bastante, él nos contó anécdotas de algún concierto,  y él y mi hermano congeniaron bastante bien, yo solo reía y los escuchaba atenta, me encantaba que mi hermano se llevara bien con mi novio.
-Yo: Ahora recoges tú la mesa *apunte con el dedo* ya que yo cociné.
-Víctor: De acuerdo, sargento.-Se burló. Harry rió ante la escena.
-Yo: Vamos, lo cogí de la mano y lo llevé hasta mi habitación, me paré en la puerta. Lo que vas a ver ahora es mi habitación, mi único refugio y dónde me siento bien.
El asintió sonriendo y abrí la puerta.
Él entro y observó todos los rincones de esta, se acerco  a los posters y sonrió.
-Harry: Buena directioner.-Rió.
Yo negué con la cabeza y reí.
-Yo:¿Te gusta?
-Harry: me gusta.-Afirmó. Después se tiró a mi cama y colocó sus brazos detrás de su cabeza mientras me observaba. Ven aquí.-Me señaló con su mano para que fuera con él, así hice, le quité los botines y me quite las converse y los coloqué en el suelo, me subí en la cama y me tumbé a su lado.
-Harry: Tenemos una conversación pendiente.-Dijo mirando al techo.
En ese momento recordé lo de Sergio, un puño aterrizó en mi estomago, algo no iba bien, lo presentía.
-Yo: Ah nada, ignóralo, fue una tontería.-Dije quitándole importancia.
Él volteo y me miro, su mirada era intensa, mostraba enfado, no me creía.
-Harry: ¿Ahora me vas a decir que por ''una tontería’’ *hizo comillas con sus dedos* pasaste de mi durante dos semanas?.-Dijo alzando la voz. La primera vez que Harry me levantaba la voz, odiaba verlo así de frío.
Un nudo se apoderó de mi garganta, no sabía que mierda hacer.
Él se levantó y comenzó  a caminar de un lado a otro por mi habitación. Yo me incorporé  quedando sentada en la cama, observando cada uno de sus movimientos.
-Yo: Harry..-Susurré.

Él me miró y no dijo nada, la he cagado..

No hay comentarios:

Publicar un comentario