sábado, 10 de agosto de 2013

Capítulo 37.

CAPÍTULO 37. ‘’Avión’’.
Narra Harry.

Un extraño ruido me sacó de mi maravilloso sueño, como abriera los ojos y fuera Louis juro que lo mato.
Abrí los ojos lentamente ya que los rayos de sol que entraban por el balcón me estaban dejando ciego. Me incorporé en la cama y se me hizo raro no despertarme en el hospital. Miré a mí alrededor y no estaban ni Louis ni Niall que eran con los que compartía habitación, fui al baño y allí estaban discutiendo porque Niall perdió su cepillo de dientes y  cree que Louis se lo había robado. Yo solo los miré y me reí, nunca cambian.-Pensé.
Me vestí, y bajamos todos a desayunar.

-Zayn: ¿Has hablado ya con Verónica?.-Dijo dándole un bocado a su tostada.
Yo me quedé callado, no quería ni pensarlo.
-Zayn: Eso es un no.
-Niall: Harry, no te preocupes, ella estará bien, y cuando acabemos el tour podrás venir de nuevo.-Dijo sonriendo.
-Liam: Niall tiene razón, no te atormentes más, disfruta con ella el resto del día por que mañana por la mañana nos vamos.-Dijo cabizbajo.
-Yo: tenéis razón, hoy pasaré el día con ella.-Dije decidido.
-Louis: Pero cuidado con lo que le haces.-Dijo pervertido. ¿Este tío siempre pensaba en lo mismo o qué?-Reí en mi interior.
-Yo: Lo que te pasa es que tienes celos Lou.-Dije picándolo.
El se cruzó de brazos, intentando hacerse el enfadado pero de poco le sirvió a los pocos segundos empezó a reírse.
Terminamos de desayunar y ellos subieron a las habitaciones para prepararse, hoy se iban con Víctor a pasar el día al gimnasio, yo le pedí a Paul que me llevara al hospital ya que no me dejaba salir solo.

Toqué dos veces en la puerta y ella abrió.

Narra Verónica.

Después de despedir a Víctor me comí lo que me trajo del restaurante, unos deliciosos mini-pastelitos de chocolate y un vaso de leche, pensé en vestirme y quitarme mi pijama de patos por si Harry venía, no quería que me viera con semejante cosa puesta.
Cogí unos pintillos vaqueros y me puse  mi camiseta de basket morada que llevaba escrito el número '23' de lady, amaba esa camiseta, me di un poco en el pelo con mis manos y lo deje caer como siempre. Guardé el pijama en la bolsa y volví a la cama,  cogí el móvil y pensé en llamar a Harry pero al final no lo hice, quizás estaba dormido y no quería despertarlo. Solté el móvil en la mesita y cogí su foto, la agarré con ambas manos y me quedé mirándola.

-¿Quién me iba a decir a mí que 3 años después volverías para devolverme la vida?.-Dije pasando mi mano por la foto.

-Pase lo que pase, te querré siempre.-Dicho esto besé la foto y la solté en la mesita. Justo en ese momento tocaron a la puerta, me levanté y fui hacia ella, cuando abrí no me esperaba que fuera  él el que estaba al otro lado. Ahí estaba  parado frente a mí, con su hermosa sonrisa, con sus perfectos hoyuelos, con su pelo alborotado, con sus ojos clavados en los míos, vestía con una camiseta de manga corta blanca y sus clásicos jeans negros ajustados y sus botines marrones. ¿Podría ser más perfecto? No, no puede.-Pensé. Me fijé y una de sus manos estaba detrás de su espalda, ocultaba algo.
-Harry:  ¿La señorita no me va a dejar pasar?.-Dijo sacándome de mis pensamientos, en ese momento reaccioné.
-Yo: tonto, claro, pasa.-Dije con una sonrisa. Cuando entró cerré la puerta y me fui con él que se sentó en la cama.
Antes de que yo me pudiera sentar él se levantó y me agarró por la cintura con un brazo, ya que  el otro seguía ocultado en su espalda. Yo crucé mis brazos por su cuello.
-Harry: Ahora sí, Buenos días pequeña.-De su espalda sacó una rosa preciosa. Yo la tomé y la olí, si no fuera porque Harry me sostenía yo fuera caído al suelo, olía demasiado bien y su olor traspasó mis fosas nasales llegando a mi cerebro.
-Yo: Es.. es hermosa Harry.-Dije sonriendo
-Harry:  Lo es, pero nada comparado contigo.-Yo me ruboricé y mis mejillas ardieron, el notó y rió. ¿Sabes? Estas hermosa cuando te sonrojas.-Dijo dejando un pequeño beso en mi nariz.
Yo con mi mano libre que andaba por su nuca, lo acerqué a mi boca para después besarle, besarle era como una adicción, una vez que lo pruebas, no puedes parar  y sus labios para mi eran una droga adictiva. Mi lengua buscaba desesperada la suya, él me abrió paso y me adentré en un claro paraíso, mi lengua recorriendo cada milímetro de la suya, una descarga cayó en mi cuerpo al sentir sus labios con los míos, él mordió mi labio inferior y mi cuerpo se erizó por completo, antes de dejarnos respirar dio un corto beso en mis labios para después sonreír en estos.

La mañana fue increíble, aunque estuviera en una habitación de hospital, Harry me transportaba a otro lugar, estuvimos hablando de muchas cosas.  Hasta que Harry sacó el tema que nunca quise tocar. Estábamos sentados en la cama.

-Harry: Hablamé de ese tal Sergio.-Cuando pronunció su nombre su mirada cambió, sus ojos verdes se volvieron oscuros, su mirada se cargó  de rabia y su mano apretó la mía con fuerza.
-Yo: ¿Qué quieres saber?.-Dije pesada.
-Harry: ¿Dónde está? ¿Has sabido de él después de lo que pasó?.- Dijo firme.
Yo no sabía qué hacer, ni loca podía contarle a Harry lo que pasó en esta misma habitación, sino de armaría una buena. Pero por otro lado eso implicaría mentirle y no quería tener secretos con él, lo odiaba, pero esto lo hacía por su seguridad, no iba a dejar que hiciera una locura.
-Yo: No..no he sabido de él.-Mentí y no pude mirarle a los ojos.
Él con su mano libre tomó mi barbilla y levantó mi rostro hasta chocar con su mirada.
-Harry: mírame a los ojos y repítelo.-Dijo serio.
Mierda, mierda, mierda, ¿cómo iba a mentirle en los ojos? No podía,  tierra trágrame.
-Yo: Harry.. hazme caso, no sé nada de él ni quiero.-Dije fingiendo una sonrisa para parecer convincente.
Él asintió poco convencido.

Llegó la hora de almorzar y Harry pidió permiso al doctor para llevarme a comer al restaurante de abajo.
Comimos ensalada y pasta, acompañado de un zumo. Con él no me costaba trabajo comer, es más lo hacía con ganas. Después de almorzar pagó la comida, ya que no me dejó que yo pagara mi parte y volvimos a mi habitación.
Cuando llegamos Harry se desplomó en la cama, se estiró y se tumbó. Yo me quedé mirándolo, intentaba sacar algún defecto pero no podía, por más que lo intentaba llegaba él y me sacudía con su perfección. Me hizo una señal con su mano para que fuera me acerqué y me quedé de pie frente a la cama.
-Harry: Ven aquí.-Me hizo un pequeño hueco en la cama.
-Yo: Harry ahí no cabemos los dos, estaremos espachurrados.-Reí
-Harry: ¿Y? anda ven.-Hizo pucheros a lo que yo no pude resistirme, me quité las zapatillas y las puse junto a sus botines y me tumbé a su lado, su brazo pasaba por mi espalda, mi cabeza descansaba en su pecho que subía y bajaba con calma, mientras con mi mano acariciaba su torso.
-Yo: Así podría pasarme toda la vida.
-Harry: Y yo.-Dio un beso en mi cabeza. Tenemos que hablar Vero.-Noté como su cuerpo se tensó y su respiración se agitó un poco, llegó el momento.-Pensé.
-Yo: Hablemos.-Me incorporé con él que se sentó apoyando su espalda en la pared y me obligó a sentarme encima de sus piernas quedando frente a él.
Él no decía nada, solo me miraba, notaba su nerviosismo.
-Yo: Harry.. tranquilo, habla.-Acaricié su mejilla.
El tomó mis manos y las metió entre las suyas, esto me recordaba a cuando estuve en coma.-sonreí.
-Harry: Me voy mañana.-Dijo a carrerilla y sin respirar.
Yo me quedé sin voz, pues sí sabía que se irían pero ¿mañana? Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, no quería que se fuera de mi lado, no podía. ¿Por qué ahora? El de inmediato me empujó contra él para protegerme una vez más con sus fuertes brazos que arropaban mi espalda, yo me dejé caer en su pecho mientras mi llanto iba a más.
-Harry: sh, no llores, Por favor, hazlo por mí, no llores.-Suplicó. Yo no podía frenar pero lo intenté por él, me fui calmando mientras el acariciaba mi espalda, cuando las lágrimas dejaron de salir, me incorporé encima de él, y me quedé mirando sus ojos, estaban cristalinos, parecía querer llorar, si el lloraba ya sí que no lo soportaría.
Me incliné y agarré su cara con mis manos, sin pensarlo más lo besé, lo besé como si fuera la última vez,  al unir nuestras bocas unas lágrimas se escaparon de mis ojos y chocaron con su cara, mientras me besaba sus manos circulaban por mi espalda haciéndome estremecer y haciendo poner la piel de gallina, yo mientras tanto jugaba con sus rizos. Finalicé el beso con un mordisco en su labio inferior y él expulso un gruñido. Nos separamos pero seguimos muy juntos, su fuerte respiración acariciaba mi cara una vez más.
-Harry: te quiero.-Dijo su ronca voz en mis labios.
-Yo: ¿A qué hora os vais?-Dije en sus labios.
-Harry: A primera hora de la mañana. Dicho esto yo me separé de él quedando en la posición de antes, yo sentada en sus piernas y él apoyado en la pared.
Respiré hondo porque no quería volver a llorar, me armé de valor y formulé la pregunta que no quería hacer.
-Yo: y..¿qué va a pasar ahora?.-Pregunté con miedo mirándole a los ojos.
El suspiró para luego regalarme una de sus sonrisas. No dijo nada, me cogió y me levantó, el quedó de pie y me dejó de nuevo en la cama sentada. Se sentó detrás de mí, sus  manos se posaron en mis hombros, acariciándolos, haciéndome entrar en un mundo de paz, me transportaba a otro lugar y me olvidaba de todo, solo con su piel rozando la mía, después apartó mi pelo a un lado, dejando al descubierto la parte más sensible de mi cuello, sus manos  rodearon mi cintura acariciando mi vientre, mi espalda chocaba con su pecho que subía y bajaba pausadamente, era increíble la capacidad que tenía este chico para alterarse y relajarse cuando quisiera. Puso su barbilla en mi hombro y empezó a dejar besos por mi cuello, besos que consiguieron que de mi interior salieran algunos gemidos. El rió ante mi reacción, sus rizos que rozaban mi piel me hacían cosquillas. Si lo que quería era dejarme muerta ante él, lo estaba consiguiendo. Paró de darme besos y subió hasta mi oído.
-Harry: Ahora sabrás lo que pasará.
Dicho esto me soltó de su agarre y se separó de mi espalda unos minutos, yo iba a rodearme para ver que hacia pero él me paro.
-Harry: no vale mirar.-Dijo gracioso y yo obedecí.
Al poco rato noté como pasaba por mi cara un colgante y lo dejaba caer en mí, seguidamente pasó sus manos por detrás de mi cuello y lo abrochó. No podía creerlo, me había puesto su colgante, ese avión de papel se posaba en mi piel, algo tan importante para él me lo había dejado a mí.  Una vez abrochado yo subí mi mano y  toqué el avión. Él seguidamente volvió a la posición de antes, sus brazos apretándome a su torso y su boca acercándose a mi oído.
-Harry: Aquí tienes esto en muestra de mi amor, tienes que cuidarlo, porque cuando acabe el tour vendré por él y a por ti, quiero que entiendas que te quiero, que no eres cualquiera, que desde que llegaste a mi vida, todo ha cambiado, me has hecho sentir cosas que nunca antes había sentido, estoy aquí por ti, y no pienso dejarte. Dicho esto bajó a mi cuello y dejó un beso.
Mi sangre estaba congelada, mi cuerpo estaba helado, su voz ronca y todo el contenido de sus palabras habían penetrado hasta llegar a mi corazón, pegándole mil punzadas, yo moría por momentos, ¿estaba soñando? No esto era real, era demasiado para mí. Un par de lágrimas brotaron de mis ojos pero frené, no iba a llorar más. Yo me solté de su agarré y en con un solo movimiento  me giré para abalanzarme encima de él haciéndolo caer en la cama tumbado, yo quedé encima de él y lo besé, lo besé como nunca, quise dejarle claro en el beso que lo quería, que lo deseaba, que era mi vida, su lengua buscaba desesperada a la mía, yo abría paso y el entró sin censura en ella, su lengua recorriendo cada espacio de mi boca, lenguas luchando entre ellas por ver quién resistía más, sus manos empezaron a bajar por mi espalda mientras las mías se enredaban en su pelo. El mordió mi labio inferior lo que hizo gemir, la situación estaba subiendo de tono. Mientras yo succionaba su boca pude notar como un bulto iba creciendo debajo de mi trasero lo que me hizo estremecer y volver a expulsar un leve gemido.
-Yo: Harry para.-Dije besándolo, era inevitable.
Él no paró, seguía matándome con su boca, si seguía así yo perdería el control de mis actos  y no quería que mi primera vez fuera en un hospital.
-Yo: Harry, aquí no.-Dije librándome se sus labios.
Él guardó silencio unos segundos y después suspiró para mostrarme una gran sonrisa, lo que me tranquilizó no quería que se enfadase.
Nos incorporamos y quedamos sentados uno frente al otro. Él tomó mi mano.
-Harry: Lo siento, no pude controlarme.-Dijo apenado.
Yo acaricié sus manos con mis pulgares.
-Yo: ¿Estas tonto? No lo sientas, yo tampoco me controlé.-Reí y él me miró aliviado.
-Harry: Yo tampoco quiero que sea aquí, ya sabes.-Sus mejillas se encendieron, estaba tan adorable así.
-Yo: Ni yo.-Sonreí acariciando su mejilla. Esto.. *dije tocando el avión que caía en mi pecho* no puedo aceptarlo, mi amor *Si, había dicho mi amor* tu nunca te lo quitas y..*me calló poniendo su dedo en mis labios*
-Harry: y nada, te lo he dado porque quiero que lo tengas, quiero que sepas que eso te lo doy en seña de mi amor, quiero que me esperes, quiero que cada vez que me eches de menos, mires ese colgante y me sientas contigo, quiero que sepas que volveré y que confío en ti y se que me cuidarás el colgante.-Dijo acariciando mi mejilla.
-Yo: Yo prometo cuidarlo más que a mi vida, pero..¿volverás?.-Dije casi sin voz.
-Harry:  sí.-Dijo seguro mientras sus dos lucecitas verdes iluminaban mi rostro.
-Yo: Harry son tres meses..¿y sí tu…-Me calló con su boca haciendo presión sobre la mía, su avalancha hacia mí me hizo caer tumbada en la cama quedando él encima de mí, apoyando su peso con ambos brazos a cada lado de mi cabeza, su lengua buscaba con desesperación a la mía que no tardó en hacerse notar, su lengua recorrió cada milímetro de la mía haciéndome sentir mil cosas en mi interior, yo succioné la suya y di un pequeño mordisco que lo hizo gemir, mis manos fueron directas a su cabello, una vez más jugueteaba con los rizos de este, sabía que a él le enloquecía, sus dientes se clavaron suavemente en mi labio inferior, sujetándolo sin hacer daño alguno, lo tuvo entre sus dientes un par de segundos y finalmente lo soltó,  volvió a besarme pero esta vez sin lenguas de por medio, solo dos labios analizándose unos a otros. Cuando ya no podíamos más, paramos, necesitábamos  coger aire. Él se incorporó y yo me volví a sentar, nuestras respiraciones estaban aún agitadas por lo sucedido, mis mejillas nuevamente se prendieron  y el rió.
-Yo: No te rías, no tiene gracia.-Dije poniendo cara de enfadada pero de poco sirvió ya que no aguante la risa.
-Harry: Si sabes que estás más hermosa cuando te sonrojas.-Me guiño un ojo lo que me hizo morir ahí mismo. Y.. a tu comentario de antes, te sirvió eso  como respuesta?-Tomó mi mano.
-Yo: Prométeme que volverás.-Dije mirando fijamente  sus ojos.
-Harry: Te lo prometo.-Sonrió. Era jodidamente tierno cuando sonreía, pero podía ser lo más sexy y provocador cuando quería, este hombre acabaría con mi vida.-Reí
-Harry: ¿De qué te ries?-Preguntó confuso.
-Yo: ¿Yo? De nada.-Sonreí.

Abrí los ojos con lentitud, y me di cuenta de que estaba encima del pecho de Harry y este tenía su brazo por detrás de mi espalda sujetándome por la cintura. Al verme así con él sonreí sobre su pecho, pegué mi oído en él, cerré los ojos y me concentré en escuchar cada pálpito, cada contracción, cada bombeo, cada paso que su corazón daba, su respiración estaba tranquila, su corazón era una dulce melodía que entraba por mi oído llegando a lo más profundo de mi ser, estuve así unos 10 minutos, alcé mi cabeza y ahí estaba él, sus ojos cerrados, sus rizos estrellados en la almohada, su boca entreabierta y su respiración dormida, se veía jodidamente ¿perfecto?¿irresistible?¿tierno?¿adorable?¿encantador? vale Verónica, para.-Pensé mientras una sonrisa se formaba en mi boca. Me acerqué a su cuello, con la punta de mi nariz rocé su piel más sensible y reí sobre este, seguidamente deposité un corto pero cálido beso en su cuello, subí mi boca hasta su oído..

-Daría cada segundo de mi vida por despertar así todos los días.-Susurré en él. Volví mi mirada a su rostro, una sonrisa se dibujó en su cara aún con los ojos cerrados, yo me escondí en su cuello inhalando su olor, era como droga para mis fosas nasales, él con su brazo apretó más mi cuerpo hacia él, con un solo movimiento me colocó encima de él y abrió sus ojos, pude verlos, sus hermosos ojos, esas lucecitas verdes que iluminaban cada poro de mi piel. Su sonrisa se mantenía intacta, me incliné hacia él dejando caer mi frente en la suya, nuestras narices chocaban, sus ojos atravesaban a los míos, su respiración azotaba a mi cara. En un momento él se humedeció su labio inferior con la lengua. ¿Por qué hacia eso?¿Por qué? Yo no podía controlarme, sin pensármelo más choque mis labios con los suyos, mi lengua catando cada milímetro  de su boca, abrí paso y esta vez fue la suya la que entró en la mía explorando cada rincón de esta, dejando marca, sus manos se fueron a mi espalda, rozándola con la yema de sus dedos de arriba hacia abajo, cosa que me estremecía, mis manos reposaban en su torso que subía y bajaba  algo agitado.

-Harry: puedes *beso* despertar *beso* así *beso* todos *beso* los *beso* días *beso* que *beso* quieras* beso* El  último beso fue más intenso, después paró. ¿Te ha quedado claro? Sonrió en mi boca.
Yo después de esto quedé muerta, la sangre se paró, mi cuerpo sentía un cosquilleo por todas las partes, ¿cómo podía amarlo así? A veces este amor que sentía por el me asustaba.
-Yo: Nos quedamos dormidos, Hazza.-Reí en su boca, para soltar un pico y después incorporarme seguida de él. Me levanté y fui hacia la ventana, el cielo estaba oscureciendo, lo que significa que ya era de casi de noche, volteé y el estaba poniéndose sus zapatos, yo volví a girarme hacia la ventana, la abrí y dejé que el suave viento azotara mi rostro.
Unos brazos enrollándose  en mi cintura me hicieron salir de mi trance, era él. Puse mis manos encima de las suyas y  lo apreté más aún a mí. El dejo caer su barbilla en mi hombro y cerró los ojos, yo hice lo mismo, y ahí estábamos los dos,  sintiendo cada molécula de aire que golpeaba nuestros rostros con delicadeza, abrí mis ojos y lo observé, los suyos seguían cerrados, entonces volteé mi cara y le di un beso en uno de sus hoyuelos ya que estaba sonriendo, aproveché. Él al sentirlo abrió sus ojos, yo me rodeé quedando frente a él.
-Yo: Siempre quise hacerlo.-Reí.
-Harry: podrás hacerlo siempre que quieras.-Sonrió. Nena *¿me había dicho nena? ¿Nena con su ronca voz? Definitivamente quería verme muerta, suspiré* ¿puedo quedarme esta noche contigo? Dejé mis maletas preparadas, podría dormir aquí y por la mañana podríamos irnos juntos al aeropuerto .-Dijo mirándome fijamente mientras sonreía.
¿Había dicho irnos al aeropuerto?¿irnos? Pero a mí no me dejaban salir ¿o sí?
-Yo: Pero a mí no me dejan salir que yo sepa.-Dije cabizbaja.
-Harry: Víctor habló hoy con el médico antes de irse y le pidió permiso para que salieras, solo serían dos horas y te ha dejado,  bajo el cuidado de tu hermano.-Sonrió.
-Yo: ¿¡ENSERIO?!-Dije poniendo mis manos en su pecho.
-Harry: Claro, o te creías que me iba a ir sin que vinieras al aeropuerto?-Dijo acercando su boca a la mía.
En ese momento, salí de mi paraíso de luz y color y volví a la tierra, mañana el hombre al que amo, ese que me ha devuelto las ganas de vivir que perdí,  se va, mi sonrisa se borró y agaché la mirada, no quería llorar, pero me sería imposible. Harry soltó una de sus manos y la llevo a mi barbilla y subió mi cara hasta encontrarme con la suya, su sonrisa tampoco estaba.
Acercó mi boca a la suya y seguidamente la besó, fue un beso tierno, sin lenguas, nuestros labios declarándose amor mutuamente, besándonos como si no existiera un mañana.
-Harry: no quiero que estés mal, necesito que ahora seas más fuerte que nunca, por tu salud, tienes que ponerte bien, ¿lo sabes? .No contesté, simplemente lo besé.
-Yo: Llamaré a mi hermano para que no venga ya que te quedas tú.
-Harry: no lo hagas, ya lo hice yo.-Dijo esbozando una sonrisa.
-Yo: osea, que todo esto ya lo tenías planeado no?.-Dije dando un golpecito en su nariz.
-Harry: sí, sabía que no ibas a decirme que no.-Rió.
Yo negué con la cabeza y sonreí.
….

-Harry: Bonito pijama.-Dijo aguantando la risa.
Pues llevaba el dichoso pijama de patos, sí Vero, genial.
-Yo: Oye *golpeé su brazo* es bien bonito.-Reí.
-Harry: más bonita eres tú.-Sonrió pícaramente.

-Yo: Anda, vamos a dormir ya, mañana a las 8 tenemos que irnos, ¿Recuerdas? Él respiró hondo, apagó la luz y nos cubrió con la sábana, me cogió por la cintura y me apegó a él, yo caí en su pecho y él me recogió con su brazo, él dormía en bóxers, no sé cómo iba a aguantar esto, menos mal que estaba agotada y me dormí pronto con el sonido de su corazón en mi oído.

No hay comentarios:

Publicar un comentario