CAPÍTULO 37. ‘’Avión’’.
Narra Harry.
Un extraño ruido me sacó de mi maravilloso sueño, como
abriera los ojos y fuera Louis juro que lo mato.
Abrí los ojos lentamente ya que los rayos de sol que
entraban por el balcón me estaban dejando ciego. Me incorporé en la cama y se
me hizo raro no despertarme en el hospital. Miré a mí alrededor y no estaban ni
Louis ni Niall que eran con los que compartía habitación, fui al baño y allí
estaban discutiendo porque Niall perdió su cepillo de dientes y cree que
Louis se lo había robado. Yo solo los miré y me reí, nunca cambian.-Pensé.
Me vestí, y bajamos todos a desayunar.
-Zayn: ¿Has hablado ya con Verónica?.-Dijo dándole un bocado
a su tostada.
Yo me quedé callado, no quería ni pensarlo.
-Zayn: Eso es un no.
-Niall: Harry, no te preocupes, ella estará bien, y cuando
acabemos el tour podrás venir de nuevo.-Dijo sonriendo.
-Liam: Niall tiene razón, no te atormentes más, disfruta con
ella el resto del día por que mañana por la mañana nos vamos.-Dijo cabizbajo.
-Yo: tenéis razón, hoy pasaré el día con ella.-Dije decidido.
-Louis: Pero cuidado con lo que le haces.-Dijo pervertido.
¿Este tío siempre pensaba en lo mismo o qué?-Reí en mi interior.
-Yo: Lo que te pasa es que tienes celos Lou.-Dije picándolo.
El se cruzó de brazos, intentando hacerse el enfadado pero
de poco le sirvió a los pocos segundos empezó a reírse.
Terminamos de desayunar y ellos subieron a las habitaciones
para prepararse, hoy se iban con Víctor a pasar el día al gimnasio, yo le pedí
a Paul que me llevara al hospital ya que no me dejaba salir solo.
…
Toqué dos veces en la puerta y ella abrió.
Narra Verónica.
Después de despedir a Víctor me comí lo que me trajo del
restaurante, unos deliciosos mini-pastelitos de chocolate y un vaso de leche,
pensé en vestirme y quitarme mi pijama de patos por si Harry venía, no quería
que me viera con semejante cosa puesta.
Cogí unos pintillos vaqueros y me puse mi camiseta de basket morada que llevaba
escrito el número '23' de lady, amaba esa camiseta, me di un poco en el pelo
con mis manos y lo deje caer como siempre. Guardé el pijama en la bolsa y volví
a la cama, cogí el móvil y pensé en
llamar a Harry pero al final no lo hice, quizás estaba dormido y no quería
despertarlo. Solté el móvil en la mesita y cogí su foto, la agarré con ambas
manos y me quedé mirándola.
-¿Quién me iba a decir a mí que 3 años después volverías
para devolverme la vida?.-Dije pasando mi mano por la foto.
-Pase lo que pase, te querré siempre.-Dicho esto besé la
foto y la solté en la mesita. Justo en ese momento tocaron a la puerta, me levanté
y fui hacia ella, cuando abrí no me esperaba que fuera él el que estaba al otro lado. Ahí
estaba parado frente a mí, con su
hermosa sonrisa, con sus perfectos hoyuelos, con su pelo alborotado, con sus
ojos clavados en los míos, vestía con una camiseta de manga corta blanca y sus
clásicos jeans negros ajustados y sus botines marrones. ¿Podría ser más
perfecto? No, no puede.-Pensé. Me fijé y una de sus manos estaba detrás de su
espalda, ocultaba algo.
-Harry: ¿La señorita
no me va a dejar pasar?.-Dijo sacándome de mis pensamientos, en ese momento
reaccioné.
-Yo: tonto, claro, pasa.-Dije con una sonrisa. Cuando entró
cerré la puerta y me fui con él que se sentó en la cama.
Antes de que yo me pudiera sentar él se levantó y me agarró
por la cintura con un brazo, ya que el
otro seguía ocultado en su espalda. Yo crucé mis brazos por su cuello.
-Harry: Ahora sí, Buenos días pequeña.-De su espalda sacó
una rosa preciosa. Yo la tomé y la olí, si no fuera porque Harry me sostenía yo
fuera caído al suelo, olía demasiado bien y su olor traspasó mis fosas nasales
llegando a mi cerebro.
-Yo: Es.. es hermosa Harry.-Dije sonriendo
-Harry: Lo es, pero
nada comparado contigo.-Yo me ruboricé y mis mejillas ardieron, el notó y rió.
¿Sabes? Estas hermosa cuando te sonrojas.-Dijo dejando un pequeño beso en mi
nariz.
Yo con mi mano libre que andaba por su nuca, lo acerqué a mi
boca para después besarle, besarle era como una adicción, una vez que lo
pruebas, no puedes parar y sus labios
para mi eran una droga adictiva. Mi lengua buscaba desesperada la suya, él me
abrió paso y me adentré en un claro paraíso, mi lengua recorriendo cada
milímetro de la suya, una descarga cayó en mi cuerpo al sentir sus labios con
los míos, él mordió mi labio inferior y mi cuerpo se erizó por completo, antes
de dejarnos respirar dio un corto beso en mis labios para después sonreír en
estos.
…
La mañana fue increíble, aunque estuviera en una habitación
de hospital, Harry me transportaba a otro lugar, estuvimos hablando de muchas
cosas. Hasta que Harry sacó el tema que
nunca quise tocar. Estábamos sentados en la cama.
-Harry: Hablamé de ese tal Sergio.-Cuando pronunció su
nombre su mirada cambió, sus ojos verdes se volvieron oscuros, su mirada se
cargó de rabia y su mano apretó la mía
con fuerza.
-Yo: ¿Qué quieres saber?.-Dije pesada.
-Harry: ¿Dónde está? ¿Has sabido de él después de lo que
pasó?.- Dijo firme.
Yo no sabía qué hacer, ni loca podía contarle a Harry lo que
pasó en esta misma habitación, sino de armaría una buena. Pero por otro lado
eso implicaría mentirle y no quería tener secretos con él, lo odiaba, pero esto
lo hacía por su seguridad, no iba a dejar que hiciera una locura.
-Yo: No..no he sabido de él.-Mentí y no pude mirarle a los
ojos.
Él con su mano libre tomó mi barbilla y levantó mi rostro
hasta chocar con su mirada.
-Harry: mírame a los ojos y repítelo.-Dijo serio.
Mierda, mierda, mierda, ¿cómo iba a mentirle en los ojos? No
podía, tierra trágrame.
-Yo: Harry.. hazme caso, no sé nada de él ni quiero.-Dije
fingiendo una sonrisa para parecer convincente.
Él asintió poco convencido.
…
Llegó la hora de almorzar y Harry pidió permiso al doctor
para llevarme a comer al restaurante de abajo.
Comimos ensalada y pasta, acompañado de un zumo. Con él no
me costaba trabajo comer, es más lo hacía con ganas. Después de almorzar pagó
la comida, ya que no me dejó que yo pagara mi parte y volvimos a mi habitación.
Cuando llegamos Harry se desplomó en la cama, se estiró y se
tumbó. Yo me quedé mirándolo, intentaba sacar algún defecto pero no podía, por
más que lo intentaba llegaba él y me sacudía con su perfección. Me hizo una
señal con su mano para que fuera me acerqué y me quedé de pie frente a la cama.
-Harry: Ven aquí.-Me hizo un pequeño hueco en la cama.
-Yo: Harry ahí no cabemos los dos, estaremos
espachurrados.-Reí
-Harry: ¿Y? anda ven.-Hizo pucheros a lo que yo no pude
resistirme, me quité las zapatillas y las puse junto a sus botines y me tumbé a
su lado, su brazo pasaba por mi espalda, mi cabeza descansaba en su pecho que
subía y bajaba con calma, mientras con mi mano acariciaba su torso.
-Yo: Así podría pasarme toda la vida.
-Harry: Y yo.-Dio un beso en mi cabeza. Tenemos que hablar
Vero.-Noté como su cuerpo se tensó y su respiración se agitó un poco, llegó el
momento.-Pensé.
-Yo: Hablemos.-Me incorporé con él que se sentó apoyando su
espalda en la pared y me obligó a sentarme encima de sus piernas quedando
frente a él.
Él no decía nada, solo me miraba, notaba su nerviosismo.
-Yo: Harry.. tranquilo, habla.-Acaricié su mejilla.
El tomó mis manos y las metió entre las suyas, esto me
recordaba a cuando estuve en coma.-sonreí.
-Harry: Me voy mañana.-Dijo a carrerilla y sin respirar.
Yo me quedé sin voz, pues sí sabía que se irían pero
¿mañana? Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, no quería que se fuera
de mi lado, no podía. ¿Por qué ahora? El de inmediato me empujó contra él para
protegerme una vez más con sus fuertes brazos que arropaban mi espalda, yo me
dejé caer en su pecho mientras mi llanto iba a más.
-Harry: sh, no llores, Por favor, hazlo por mí, no
llores.-Suplicó. Yo no podía frenar pero lo intenté por él, me fui calmando
mientras el acariciaba mi espalda, cuando las lágrimas dejaron de salir, me
incorporé encima de él, y me quedé mirando sus ojos, estaban cristalinos, parecía
querer llorar, si el lloraba ya sí que no lo soportaría.
Me incliné y agarré su cara con mis manos, sin pensarlo más
lo besé, lo besé como si fuera la última vez,
al unir nuestras bocas unas lágrimas se escaparon de mis ojos y chocaron
con su cara, mientras me besaba sus manos circulaban por mi espalda haciéndome
estremecer y haciendo poner la piel de gallina, yo mientras tanto jugaba con
sus rizos. Finalicé el beso con un mordisco en su labio inferior y él expulso
un gruñido. Nos separamos pero seguimos muy juntos, su fuerte respiración
acariciaba mi cara una vez más.
-Harry: te quiero.-Dijo su ronca voz en mis labios.
-Yo: ¿A qué hora os vais?-Dije en sus labios.
-Harry: A primera hora de la mañana. Dicho esto yo me separé
de él quedando en la posición de antes, yo sentada en sus piernas y él apoyado
en la pared.
Respiré hondo porque no quería volver a llorar, me armé de
valor y formulé la pregunta que no quería hacer.
-Yo: y..¿qué va a pasar ahora?.-Pregunté con miedo mirándole
a los ojos.
El suspiró para luego regalarme una de sus sonrisas. No dijo
nada, me cogió y me levantó, el quedó de pie y me dejó de nuevo en la cama
sentada. Se sentó detrás de mí, sus
manos se posaron en mis hombros, acariciándolos, haciéndome entrar en un
mundo de paz, me transportaba a otro lugar y me olvidaba de todo, solo con su
piel rozando la mía, después apartó mi pelo a un lado, dejando al descubierto
la parte más sensible de mi cuello, sus manos
rodearon mi cintura acariciando mi vientre, mi espalda chocaba con su
pecho que subía y bajaba pausadamente, era increíble la capacidad que tenía
este chico para alterarse y relajarse cuando quisiera. Puso su barbilla en mi
hombro y empezó a dejar besos por mi cuello, besos que consiguieron que de mi
interior salieran algunos gemidos. El rió ante mi reacción, sus rizos que
rozaban mi piel me hacían cosquillas. Si lo que quería era dejarme muerta ante
él, lo estaba consiguiendo. Paró de darme besos y subió hasta mi oído.
-Harry: Ahora sabrás lo que pasará.
Dicho esto me soltó de su agarre y se separó de mi espalda
unos minutos, yo iba a rodearme para ver que hacia pero él me paro.
-Harry: no vale mirar.-Dijo gracioso y yo obedecí.
Al poco rato noté como pasaba por mi cara un colgante y lo
dejaba caer en mí, seguidamente pasó sus manos por detrás de mi cuello y lo
abrochó. No podía creerlo, me había puesto su colgante, ese avión de papel se
posaba en mi piel, algo tan importante para él me lo había dejado a mí. Una vez abrochado yo subí mi mano y toqué el avión. Él seguidamente volvió a la
posición de antes, sus brazos apretándome a su torso y su boca acercándose a mi
oído.
-Harry: Aquí tienes esto en muestra de mi amor, tienes que
cuidarlo, porque cuando acabe el tour vendré por él y a por ti, quiero que
entiendas que te quiero, que no eres cualquiera, que desde que llegaste a mi
vida, todo ha cambiado, me has hecho sentir cosas que nunca antes había
sentido, estoy aquí por ti, y no pienso dejarte. Dicho esto bajó a mi cuello y
dejó un beso.
Mi sangre estaba congelada, mi cuerpo estaba helado, su voz
ronca y todo el contenido de sus palabras habían penetrado hasta llegar a mi
corazón, pegándole mil punzadas, yo moría por momentos, ¿estaba soñando? No
esto era real, era demasiado para mí. Un par de lágrimas brotaron de mis ojos
pero frené, no iba a llorar más. Yo me solté de su agarré y en con un solo
movimiento me giré para abalanzarme
encima de él haciéndolo caer en la cama tumbado, yo quedé encima de él y lo
besé, lo besé como nunca, quise dejarle claro en el beso que lo quería, que lo
deseaba, que era mi vida, su lengua buscaba desesperada a la mía, yo abría paso
y el entró sin censura en ella, su lengua recorriendo cada espacio de mi boca,
lenguas luchando entre ellas por ver quién resistía más, sus manos empezaron a
bajar por mi espalda mientras las mías se enredaban en su pelo. El mordió mi
labio inferior lo que hizo gemir, la situación estaba subiendo de tono.
Mientras yo succionaba su boca pude notar como un bulto iba creciendo debajo de
mi trasero lo que me hizo estremecer y volver a expulsar un leve gemido.
-Yo: Harry para.-Dije besándolo, era inevitable.
Él no paró, seguía matándome con su boca, si seguía así yo
perdería el control de mis actos y no
quería que mi primera vez fuera en un hospital.
-Yo: Harry, aquí no.-Dije librándome se sus labios.
Él guardó silencio unos segundos y después suspiró para
mostrarme una gran sonrisa, lo que me tranquilizó no quería que se enfadase.
Nos incorporamos y quedamos sentados uno frente al otro. Él
tomó mi mano.
-Harry: Lo siento, no pude controlarme.-Dijo apenado.
Yo acaricié sus manos con mis pulgares.
-Yo: ¿Estas tonto? No lo sientas, yo tampoco me
controlé.-Reí y él me miró aliviado.
-Harry: Yo tampoco quiero que sea aquí, ya sabes.-Sus
mejillas se encendieron, estaba tan adorable así.
-Yo: Ni yo.-Sonreí acariciando su mejilla. Esto.. *dije
tocando el avión que caía en mi pecho* no puedo aceptarlo, mi amor *Si, había
dicho mi amor* tu nunca te lo quitas y..*me calló poniendo su dedo en mis
labios*
-Harry: y nada, te lo he dado porque quiero que lo tengas,
quiero que sepas que eso te lo doy en seña de mi amor, quiero que me esperes,
quiero que cada vez que me eches de menos, mires ese colgante y me sientas
contigo, quiero que sepas que volveré y que confío en ti y se que me cuidarás
el colgante.-Dijo acariciando mi mejilla.
-Yo: Yo prometo cuidarlo más que a mi vida,
pero..¿volverás?.-Dije casi sin voz.
-Harry: sí.-Dijo
seguro mientras sus dos lucecitas verdes iluminaban mi rostro.
-Yo: Harry son tres meses..¿y sí tu…-Me calló con su boca
haciendo presión sobre la mía, su avalancha hacia mí me hizo caer tumbada en la
cama quedando él encima de mí, apoyando su peso con ambos brazos a cada lado de
mi cabeza, su lengua buscaba con desesperación a la mía que no tardó en hacerse
notar, su lengua recorrió cada milímetro de la mía haciéndome sentir mil cosas
en mi interior, yo succioné la suya y di un pequeño mordisco que lo hizo gemir,
mis manos fueron directas a su cabello, una vez más jugueteaba con los rizos de
este, sabía que a él le enloquecía, sus dientes se clavaron suavemente en mi
labio inferior, sujetándolo sin hacer daño alguno, lo tuvo entre sus dientes un
par de segundos y finalmente lo soltó,
volvió a besarme pero esta vez sin lenguas de por medio, solo dos labios
analizándose unos a otros. Cuando ya no podíamos más, paramos, necesitábamos coger aire. Él se incorporó y yo me volví a
sentar, nuestras respiraciones estaban aún agitadas por lo sucedido, mis
mejillas nuevamente se prendieron y el
rió.
-Yo: No te rías, no tiene gracia.-Dije poniendo cara de
enfadada pero de poco sirvió ya que no aguante la risa.
-Harry: Si sabes que estás más hermosa cuando te
sonrojas.-Me guiño un ojo lo que me hizo morir ahí mismo. Y.. a tu comentario
de antes, te sirvió eso como respuesta?-Tomó mi mano.
-Yo: Prométeme que volverás.-Dije mirando fijamente sus ojos.
-Harry: Te lo prometo.-Sonrió. Era jodidamente tierno cuando
sonreía, pero podía ser lo más sexy y provocador cuando quería, este hombre
acabaría con mi vida.-Reí
-Harry: ¿De qué te ries?-Preguntó confuso.
-Yo: ¿Yo? De nada.-Sonreí.
…
Abrí los ojos con lentitud, y me di cuenta de que estaba encima
del pecho de Harry y este tenía su brazo por detrás de mi espalda sujetándome por
la cintura. Al verme así con él sonreí sobre su pecho, pegué mi oído en él,
cerré los ojos y me concentré en escuchar cada pálpito, cada contracción, cada
bombeo, cada paso que su corazón daba, su respiración estaba tranquila, su
corazón era una dulce melodía que entraba por mi oído llegando a lo más
profundo de mi ser, estuve así unos 10 minutos, alcé mi cabeza y ahí estaba él,
sus ojos cerrados, sus rizos estrellados en la almohada, su boca entreabierta y
su respiración dormida, se veía jodidamente ¿perfecto?¿irresistible?¿tierno?¿adorable?¿encantador?
vale Verónica, para.-Pensé mientras una sonrisa se formaba en mi boca. Me
acerqué a su cuello, con la punta de mi nariz rocé su piel más sensible y reí
sobre este, seguidamente deposité un corto pero cálido beso en su cuello, subí
mi boca hasta su oído..
-Daría cada segundo de mi vida por despertar así todos los
días.-Susurré en él. Volví mi mirada a su rostro, una sonrisa se dibujó en su
cara aún con los ojos cerrados, yo me escondí en su cuello inhalando su olor,
era como droga para mis fosas nasales, él con su brazo apretó más mi cuerpo
hacia él, con un solo movimiento me colocó encima de él y abrió sus ojos, pude
verlos, sus hermosos ojos, esas lucecitas verdes que iluminaban cada poro de mi
piel. Su sonrisa se mantenía intacta, me incliné hacia él dejando caer mi
frente en la suya, nuestras narices chocaban, sus ojos atravesaban a los míos,
su respiración azotaba a mi cara. En un momento él se humedeció su labio
inferior con la lengua. ¿Por qué hacia eso?¿Por qué? Yo no podía controlarme, sin
pensármelo más choque mis labios con los suyos, mi lengua catando cada
milímetro de su boca, abrí paso y esta
vez fue la suya la que entró en la mía explorando cada rincón de esta, dejando
marca, sus manos se fueron a mi espalda, rozándola con la yema de sus dedos de
arriba hacia abajo, cosa que me estremecía, mis manos reposaban en su torso que
subía y bajaba algo agitado.
-Harry: puedes *beso* despertar *beso* así *beso* todos
*beso* los *beso* días *beso* que *beso* quieras* beso* El último beso fue más intenso, después paró. ¿Te
ha quedado claro? Sonrió en mi boca.
Yo después de esto quedé muerta, la sangre se paró, mi
cuerpo sentía un cosquilleo por todas las partes, ¿cómo podía amarlo así? A
veces este amor que sentía por el me asustaba.
-Yo: Nos quedamos dormidos, Hazza.-Reí en su boca, para
soltar un pico y después incorporarme seguida de él. Me levanté y fui hacia la
ventana, el cielo estaba oscureciendo, lo que significa que ya era de casi de
noche, volteé y el estaba poniéndose sus zapatos, yo volví a girarme hacia la
ventana, la abrí y dejé que el suave viento azotara mi rostro.
Unos brazos enrollándose en mi cintura me hicieron salir de mi trance,
era él. Puse mis manos encima de las suyas y lo apreté más aún a mí. El dejo caer su
barbilla en mi hombro y cerró los ojos, yo hice lo mismo, y ahí estábamos los
dos, sintiendo cada molécula de aire que
golpeaba nuestros rostros con delicadeza, abrí mis ojos y lo observé, los suyos
seguían cerrados, entonces volteé mi cara y le di un beso en uno de sus
hoyuelos ya que estaba sonriendo, aproveché. Él al sentirlo abrió sus ojos, yo
me rodeé quedando frente a él.
-Yo: Siempre quise hacerlo.-Reí.
-Harry: podrás hacerlo siempre que quieras.-Sonrió. Nena *¿me
había dicho nena? ¿Nena con su ronca voz? Definitivamente quería verme muerta,
suspiré* ¿puedo quedarme esta noche contigo? Dejé mis maletas preparadas,
podría dormir aquí y por la mañana podríamos irnos juntos al aeropuerto .-Dijo mirándome
fijamente mientras sonreía.
¿Había dicho irnos al aeropuerto?¿irnos? Pero a mí no me
dejaban salir ¿o sí?
-Yo: Pero a mí no me dejan salir que yo sepa.-Dije cabizbaja.
-Harry: Víctor habló hoy con el médico antes de irse y le
pidió permiso para que salieras, solo serían dos horas y te ha dejado, bajo el cuidado de tu hermano.-Sonrió.
-Yo: ¿¡ENSERIO?!-Dije poniendo mis manos en su pecho.
-Harry: Claro, o te creías que me iba a ir sin que vinieras
al aeropuerto?-Dijo acercando su boca a la mía.
En ese momento, salí de mi paraíso de luz y color y volví a la
tierra, mañana el hombre al que amo, ese que me ha devuelto las ganas de vivir
que perdí, se va, mi sonrisa se borró y agaché la mirada, no quería
llorar, pero me sería imposible. Harry soltó una de sus manos y la llevo a mi
barbilla y subió mi cara hasta encontrarme con la suya, su sonrisa tampoco
estaba.
Acercó mi boca a la suya y seguidamente la besó, fue un beso
tierno, sin lenguas, nuestros labios declarándose amor mutuamente, besándonos como
si no existiera un mañana.
-Harry: no quiero que estés mal, necesito que ahora seas más
fuerte que nunca, por tu salud, tienes que ponerte bien, ¿lo sabes? .No
contesté, simplemente lo besé.
-Yo: Llamaré a mi hermano para que no venga ya que te quedas
tú.
-Harry: no lo hagas, ya lo hice yo.-Dijo esbozando una
sonrisa.
-Yo: osea, que todo esto ya lo tenías planeado no?.-Dije dando
un golpecito en su nariz.
-Harry: sí, sabía que no ibas a decirme que no.-Rió.
Yo negué con la cabeza y sonreí.
….
-Harry: Bonito pijama.-Dijo aguantando la risa.
Pues llevaba el dichoso pijama de patos, sí Vero, genial.
-Yo: Oye *golpeé su brazo* es bien bonito.-Reí.
-Harry: más bonita eres tú.-Sonrió pícaramente.
-Yo: Anda, vamos a dormir ya, mañana a las 8 tenemos que irnos,
¿Recuerdas? Él respiró hondo, apagó la luz y nos cubrió con la sábana, me cogió
por la cintura y me apegó a él, yo caí en su pecho y él me recogió con su brazo,
él dormía en bóxers, no sé cómo iba a aguantar esto, menos mal que estaba
agotada y me dormí pronto con el sonido de su corazón en mi oído.
No hay comentarios:
Publicar un comentario