miércoles, 21 de agosto de 2013

Capítulo 67.

CAPÍTULO 67.
Narra Verónica.

Entre y mire haber si estaba en el salón pero ni rastro de él, tampoco en la cocina, así que subí arriba, fui hasta mi habitación y abrí sin hacer ruido la puerta, él estaba sentado en la cama, mirando hacia el balcón que estaba frente a él y me daba la espalda, no se dio cuenta de mi presencia, me acerqué sigilosamente y lo abracé por la espalda, pase mis brazos por su pecho y posé mi barbilla en su hombro.
-Yo: Mi amor, ¿qué pasa?.-Susurré.
Él no dijo nada, tampoco volteó para verme, cuando termine de hablar noté como todo su cuerpo se tensaba, sus músculos se apretaban como si intentara reprimirse para no hacer algo de lo que después se arrepentiría, me asusté un poco y me separé de él, me senté a su lado sin decir nada, él seguía con la vista perdida, pero su ceño estaba fruncido, su mandíbula estaba tensa.
Acerqué mi mano a su brazo, me disponía a acariciarlo pero él me freno.
-Harry: Déjame.-Dijo seco.
Es increíble como con una palabra pueden causarte el mayor de los dolores, no se dignó a mirarme, me rechazó, me dijo que lo dejase, sentí como si un cuchillo desgarrara mi corazón hasta morir, su frialdad me arruinó.
-Yo: ¿Por qué me hablas así?.-Dije con un hilo de voz mientras lo observaba.
-Harry: Déjame solo, vuelve abajo con Liam, seguro que él te espera con los brazos abiertos.-Dijo sin mirarme.
Con que todo esto era por Liam, sus celos ya me estaban cansando ¿Acaso no confiaba en mi? ¿ni en él? Él tiene miles de amigas y yo me tengo que aguantar ¿y ahora él se cabrea por Liam?
Las lágrimas comenzaron a caer sin piedad por mi cara, mi dolor interno aumentaba por segundos, él escuchó mis sollozos y me miro por primera vez.
-Harry: No llores joder.-Dijo acercándose a mí con la intención de abrazarme pero yo lo paré.
-Yo:¿Con que todo esto es por Liam? ¿No te das cuenta de tus celos? Me estoy cansando, tú tienes miles de amigas ¿y yo? Yo me aguanto, y ahora tú te pones así por mi relación con Liam. ÉL PARA MI ES UN HERMANO Y LO QUIERO TE GUSTE O NO.-Terminé gritando.
Él me miró con algo de sorpresa, apretó uno de sus puños y respiró con fuerza.
-Harry: ¿No te das cuenta tú de cómo te mira? Por favor Vero, te hace el amor con los malditos ojos, como te habla, como te trata, cómo se preocupa por ti, TODO.-Gritó
Los nervios se apoderaban de mí, él estaba viendo cosas dónde no las había, era de locos pensar que Liam tenía otras intenciones conmigo.
-Yo: No sabes lo que dices, ves cosas dónde no las hay, ¿no confías en mí? ¿De verdad crees que sería capaz de irme con alguien que no seas tú?
Él no dijo nada, NADA, sus ojos se clavaban en los míos con insistencia pero de su boca no salió nada, él silencio fue la peor puñalada que jamás me dieron. Las lágrimas nuevamente comenzaron a caer.
-Yo: Ya me lo has dejado claro.-Sollocé.
Él intentó acercarse a mi otra vez pero yo me levante de la cama con la intención de salir de la habitación, cuando estaba por salir su brazo me cogió por la muñeca haciéndome voltear.
-Harry: No quería que pensaras eso, de verdad, yo..*interrumpí*
-Yo: No intentes justificarte, a veces un silencio lo dice todo.-Dije seca y entre lágrimas, me solté de su agarre con fuerza y salí corriendo hacia abajo.
Me paré en el salón y me di cuenta de que los chicos seguían en la piscina, suspiré aliviada no quería que nadie me viese así y empezarán con los interrogatorios.
Me senté en el suelo, justo al lado del sofá, agarré las rodillas con mis brazos y hundí mi cabeza en estas, dejándole vía libre a las lágrimas para que cayeran sin freno. Cuando estaba atrapada por el llanto unos fuertes brazos me arroparon, yo alcé mi cabeza, y entre lágrimas y una vista borrosa logré verlo, era él.
-Liam: ¿Qué ocurre pequeña?.-Dijo su tranquilizadora voz.
Yo no quise decir nada, no quería recordar lo ocurrido hace unos momentos, él se dio cuenta y guardó silencio, cosa que agradecí, con sus brazos me subió hasta quedar de pie, me aferre a su pecho y él me abrazo con fuerza, yo me dedicaba a empapar más aún su pecho con mis lágrimas, una de sus manos paso a acariciar mi pelo, me sentía tan bien con él, sentía protección, él con sus silencios hacía que todo mi cuerpo se reconfortase, no hacía falta que dijera nada, su silencio era lo más tranquilo. Cuando ya no me quedaban más lágrimas por derramar, me separé de él, que me miraba con ternura y también podía notar su preocupación.
-Liam: No te ves nada bien llorando.-Dijo secando las últimas lágrimas de mi rostro con sus pulgares.
-Yo: Lo siento.-Dije cabizbaja.
-Liam: ¿Lo sientes? ¿Por qué?.-Dijo desconcertado.
-Yo: Te moje el pecho sin tú permiso.-Señale con mi dedo su pecho.
Él negó con la cabeza y rió.
-Liam: Te abracé, tómate ese abrazo como ''un permiso'' *hizo comillas con sus dedos*.
Una vez más, consiguió que riera.
-Yo: Gracias.-Dije sonriendo.
-Liam: ¿Es por Harry?.-Dijo serio.
Yo ni loca iba a decirle lo que realmente ocurría, no podía decirle, oye tu amigo, ese que  es como tu hermano esta completamente celoso de ti, y cree que tienes segundas intenciones conmigo, ni loca.
-Yo: Tuvimos una pelea, nada más.-Mentí.
Él me miro algo confuso, quizás no me creyó.
-Liam: ¿Necesitas ayuda? ¿Quieres que hable con él?.-Dijo inseguro.
-Yo: No, no lo hagas. Se solucionará, solo quiero que..que traigas helado de chocolate.-Dije cambiando de tema.
Él rió y se acercó más a mi y cogió mi cara entre sus manos.
-Liam: Te traeré helado si prometes no volver a llorar.-Dijo acariciando mis mejillas con sus pulgares.
-Yo: Trato hecho.-Sonreí.
Él se alejó y yo me senté en el sofá, mi cabeza seguía dándole vueltas a lo que había ocurrido, el maldito silencio, sus palabras, su frialdad, todo.
Una voz me sacó de mis pensamientos.
-Liam: Malas noticias.-Dijo poniéndose frente a mi.
-Yo: ¿Qué?
-Liam: Tu hermano y Niall están en la cocina, dicen que vamos a comer, que no hay helado hasta que comas.-Dijo riendo.
Yo me levante y di un leve golpe en su pecho con mis nudillos.
-Yo: No vuelvas a asustarme.-Amenacé apuntándolo con el dedo.
-Liam: No lo haré, no quiero morir asesinado por ti.-Rió.
Volvimos a la cocina, Niall se comía una hamburguesa con prisa, como siempre, y mi hermano a su lado, comía con calma, yo reí y me senté junto a Liam.
-Niall: ¿Y Harry?.-Dijo mientras comía.
-Yo: Está..arriba, no sé.-Dije triste.
En ese momento Víctor clavó sus azules ojos en los míos con gesto de preocupación, yo le sonreí falsamente para no alarmarlo.
-Víctor: Yo iré a llamarlo.-Dijo levantándose de la mesa.
-Liam: Niall, ¿puedes comer más despacio?.-Dijo riendo.
-Niall: No.-Rió.
-Yo: Os amo.-Reí.
Ambos me miraron con cara de ¿Qué?
-Yo: Os amo, porque me hacéis reír, porque.. sois los mejores.-Dije sonriendo.
-Niall: Yo te amo Vero pero.. no le digas nada a Harry o me quitara la comida.-Dijo poniendo cara de asustado y todos reímos.
En ese momento mi risa se apagó, Víctor apareció con Harry detrás, él me miro, sus ojos verdes buscaban con desesperación a los míos pero no, no lo miré, mi enfado era mayor.
Él se sentó al lado de Niall quedando frente a Liam y yo, noté como Liam se tenso un poco, quizás solo serían imaginaciones mías.

La comida fue algo tensa por mi parte y la de Harry, Niall nos hizo reír muchas veces pero la tensión se hacía notar en la mesa. Quería correr a sus brazos, quería besarlo y sentir su calor, quería drogarme con su olor, quería que todo estuviera bien como ayer, pero no, no podía hablarme así y pretender que con una mirada de pena arreglarlo todo, no, me haría la dura.
Después de comer, todos nos dimos una ducha, nos arreglamos y decidimos salir para enseñarles un poco algunos lugares de la ciudad, pero Harry no quiso venir, como era de esperar, yo quise quedarme con él, pero no, me fui.

-Víctor: Dios, estoy reventado, mis pies no pueden más.-Dijo sentándose en un banco que había por allí.
-Niall: ¿Qué hora es ya?.-Dijo sentando junto a él.
-Liam: Las 9, el tiempo se pasó volando.-Dijo riendo.
-Yo: Tenemos que volver.-Dije nerviosa.
-Víctor: ¿Qué pasa Vero?.-Dijo extrañado.
-Yo: Harry.. dejamos a Harry solo toda la tarde, tenemos que volver, cenar y eso.-Dije sonriendo intentando disimular mi preocupación por él.

Ellos asintieron y volvimos a paso lento a casa, cuando entramos los chicos se fueron al salón, pedirían unas pizzas, yo fui a la cocina haber si Harry estaba allí pero no había nadie. Subí de nuevo a mi habitación, me paré en la puerta, me pareció oír sollozos ahogados, pegué mi oreja a la puerta y esa ronca voz estaba llorando, él estaba llorando, todo mi cuerpo se congeló, no podía verlo así, mis manos comenzaron a temblar cada vez que su llanto se adentraba por mis oídos, sus sollozos llegaban a mi corazón para romperlo en mil pedazos. Entré y cerré la puerta detrás de mi, él estaba sentando, en la misma posición que me lo encontré esta mañana, me acerqué y me puse frente a él, tenía la cabeza agachada, mientras pasaba sus manos por su pelo una y otra vez, subió su rostro y sus ojos rojos e hinchados me miraron, esa mirada apagó toda mi felicidad, estaba roto, me puse de cuclillas y puse mis manos en sus rodillas, él me siguió con la mirada.

-Yo: No llores, por favor no lo hagas..

No hay comentarios:

Publicar un comentario