lunes, 5 de agosto de 2013

Capítulo 13.

CAPÍTULO 13.  ‘’Ríete’’

-Yo: Estas loco Víctor, y si nos pillan?.-Dije riendo.
-Víctor: Tienes miedo?-Dijo desafiante.
-Yo: JA JA nunca.-Dije mirándolo fijamente.
-Víctor: Pues vamos.

Me ayudó a levantarme, me agarré  a la barra en la que llevaba la dichosa bolsa del suero y salimos de la habitación, Víctor iba delante de mí ya que tenía que ir vigilando, vaya que cualquier médico nos viera.

-Yo: Víctor, me vas a hacer un tour por todo el hospital?-Pregunté aburrida.
-Víctor: Cállate.-Dijo riendo. Sígueme.

Agarró mi mano derecha mientras que con la izquierda sujetaba  la barra de la bolsita.
Después de 15 minutos dando vueltas por el hospital, llegamos a una sala, en la puerta había una cartel en el que ponía ''zona infantil’’ y debajo ''terapia’’. Me quedé un poco  extrañada, no sabía lo que hacíamos allí.

-Yo: Víctor nos van a pillar..*susurré*
-Víctor: sh, me dijiste que no tenías miedo y te dije que hoy seríamos malos.-Expulsó una ''risa malvada’’ muy forzada, yo no pude evitarlo y comencé a reír.
Miró hacia un lado y hacia otro, como no venía nadie, abrió la puerta misteriosa y entramos.
Al entrar pude ver una amplia sala, con las paredes pintadas con todo tipo de muñecos y de muchos colores. Había una piscina de pelotas, un espacio con muchos juegos, una gran alfombra en el centro y unos mini-sillones de colores. Aquello sin duda era un paraíso infantil, supongo que eso era para los pequeños que ingresaban en el hospital, pues nunca debes quitarle el privilegio de jugar a un niño.
-Yo: Wooh..esto.. es un *me interrumpió*
-Víctor: un paraíso.-afirmó.
-Yo: pero.. ¿Por qué me has traído aquí?- Pregunté confundida.
-Víctor: quería que recordaras todos los momentos que pasamos los dos cuando éramos pequeños, te acuerdas cuando casi  me matas porque rompí una muñeca a la que tenías especial aprecio?.Dijo riendo
-Yo: oh, no me lo recuerdes, porque.. TE MATO.-Lo fulminé con la mirada intentando no reírme. Aquellos años fueron sin duda buenos tiempos.-Suspiré nostálgica.
-Víctor: Sabes que no puedes matarme, porque no puedes vivir sin tu princeso.-Dijo chistoso.
Guardé silencio mientras él se dirigía a la piscina de bolas, yo me quedé mirando toda la sala, todas las cosas que habían.
-Yo: Víctor.
-Víctor: Si? Mi bella dama.-Se volteó para mirarme.
-Yo: Tienes razón,  sin ti no puedo vivir. ¿Por qué haces esto?-de un momento a otro comenzaría a llorar.
Él se acercó a mi tomo mi mano y me llevó a los pequeños sillones que había casi al final.
Yo me senté en uno con cuidado y él en otro, quedando frente a mí.

-Víctor:¿ Por qué hago esto? Esto no es nada para lo que tú te mereces.-Tomo mi mano y la acaricio con su pulgar. Te amo demasiado, eres mi renacuajo, eres mi bichito, recuerdo el día en el que papá me dijo que tendría una hermanita, fui el niño más feliz de todos. Soñaba con tu llegada y cuando llegaste nadie me podía separar de ti, quería estar todo el tiempo contigo, jugar, hacerte reír, recuerdo tus primeros pasos, un día te caíste de culo y  hiciste pucheros, entonces yo te dije que cuando te caías, tenías que levantarte y sin llorar. Desde pequeña te inculqué eso. Pues recuerdo que después de eso te caías y nunca llegabas al llanto. Verónica.. *apretó mi mano con fuerza* Yo estoy aquí, por ti, Hago esto porque me destroza el alma verte así, no lo entiendes? Tienes una vida por delante, mil cosas por hacer, has pasado casi siete años terribles, pero yo quiero ayudarte a dejar tu pasado atrás. Te juro que haré pagar todo el daño que te hicieron y me encargaré yo mismo de Sergio.-Dijo lleno de ira. Quiero que comas, que salgas, que te enamores, que te rías como lo has hecho hace unos minutos, porque tu risa es lo más hermoso que vi. Siempre estaré contigo. Te quiero.
Me quedé paralizada, mi hermano siempre fue muy cariñoso conmigo, muy cálido. Pero jamás lo había visto como ahora. Sus palabras eran sinceras, no dejo de mirarme a los ojos mientras decía todo eso. Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas. Yo no pude decir nada, me levanté y me tiré encima de él, me importaba una mierda el suero, yo quería abrazarlo más que nunca. 
Me recosté sobre su pecho y me senté en sus piernas,  mientras él acariciaba mi pelo y calmaba mi llanto.
-Víctor: Solo prométeme algo.
-Yo: lo que quieras.
-Víctor: que lo vas a intentar.
-Yo: te lo prometo.-Lo único que quería era verlo sonreír.

Después de estar un rato abrazados nos pusimos a jugar como cuando éramos pequeños, hicimos de todo. La mañana se pasó muy rápida, entre risas, lágrimas y más risas. Con él el tiempo volaba. Esa mañana, fue la primera en la que fui feliz después de llegar a lo que yo llamaba ''el infierno’’.
Lo recogimos todo y decidimos volver a mi planta, que a las 2:00 pasaban con el almuerzo y como no me vieran allí me la cargaría.
Salimos sin  problema y llegamos..


Ese día solo una persona ocupaba todos mis pensamientos, Víctor.
Algo me decía que me esperaban días muy difíciles...

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