CAPÍTULO 13. ‘’Ríete’’
-Yo: Estas loco Víctor, y si nos pillan?.-Dije riendo.
-Víctor: Tienes miedo?-Dijo desafiante.
-Yo: JA JA nunca.-Dije mirándolo fijamente.
-Víctor: Pues vamos.
Me ayudó a levantarme, me agarré a la barra en la que llevaba la dichosa bolsa
del suero y salimos de la habitación, Víctor iba delante de mí ya que tenía que
ir vigilando, vaya que cualquier médico nos viera.
-Yo: Víctor, me vas a hacer un tour por todo el
hospital?-Pregunté aburrida.
-Víctor: Cállate.-Dijo riendo. Sígueme.
Agarró mi mano derecha mientras que con la izquierda
sujetaba la barra de la bolsita.
Después de 15 minutos dando vueltas por el hospital,
llegamos a una sala, en la puerta había una cartel en el que ponía ''zona
infantil’’ y debajo ''terapia’’. Me quedé un poco extrañada, no sabía lo que hacíamos allí.
-Yo: Víctor nos van a pillar..*susurré*
-Víctor: sh, me dijiste que no tenías miedo y te dije que
hoy seríamos malos.-Expulsó una ''risa malvada’’ muy forzada, yo no pude
evitarlo y comencé a reír.
Miró hacia un lado y hacia otro, como no venía nadie, abrió
la puerta misteriosa y entramos.
Al entrar pude ver una amplia sala, con las paredes pintadas
con todo tipo de muñecos y de muchos colores. Había una piscina de pelotas, un
espacio con muchos juegos, una gran alfombra en el centro y unos mini-sillones de
colores. Aquello sin duda era un paraíso infantil, supongo que eso era para los
pequeños que ingresaban en el hospital, pues nunca debes quitarle el privilegio
de jugar a un niño.
-Yo: Wooh..esto.. es un *me interrumpió*
-Víctor: un paraíso.-afirmó.
-Yo: pero.. ¿Por qué me has traído aquí?- Pregunté
confundida.
-Víctor: quería que recordaras todos los momentos que
pasamos los dos cuando éramos pequeños, te acuerdas cuando casi me matas porque rompí una muñeca a la que
tenías especial aprecio?.Dijo riendo
-Yo: oh, no me lo recuerdes, porque.. TE MATO.-Lo fulminé
con la mirada intentando no reírme. Aquellos años fueron sin duda buenos tiempos.-Suspiré nostálgica.
-Víctor: Sabes que no puedes matarme, porque no puedes vivir
sin tu princeso.-Dijo chistoso.
Guardé silencio mientras él se dirigía a la piscina de
bolas, yo me quedé mirando toda la sala, todas las cosas que habían.
-Yo: Víctor.
-Víctor: Si? Mi bella dama.-Se volteó para mirarme.
-Yo: Tienes razón,
sin ti no puedo vivir. ¿Por qué haces esto?-de un momento a otro
comenzaría a llorar.
Él se acercó a mi tomo mi mano y me llevó a los pequeños
sillones que había casi al final.
Yo me senté en uno con cuidado y él en otro, quedando frente
a mí.
-Víctor:¿ Por qué hago esto? Esto no es nada para lo que tú
te mereces.-Tomo mi mano y la acaricio con su pulgar. Te amo demasiado, eres mi
renacuajo, eres mi bichito, recuerdo el día en el que papá me dijo que tendría
una hermanita, fui el niño más feliz de todos. Soñaba con tu llegada y cuando
llegaste nadie me podía separar de ti, quería estar todo el tiempo contigo,
jugar, hacerte reír, recuerdo tus primeros pasos, un día te caíste de culo
y hiciste pucheros, entonces yo te dije
que cuando te caías, tenías que levantarte y sin llorar. Desde pequeña te
inculqué eso. Pues recuerdo que después de eso te caías y nunca llegabas al
llanto. Verónica.. *apretó mi mano con fuerza* Yo estoy aquí, por ti, Hago esto
porque me destroza el alma verte así, no lo entiendes? Tienes una vida por
delante, mil cosas por hacer, has pasado casi siete años terribles, pero yo
quiero ayudarte a dejar tu pasado atrás. Te juro que haré pagar todo el daño que te hicieron y me encargaré yo mismo de Sergio.-Dijo lleno de ira. Quiero que comas, que salgas, que te
enamores, que te rías como lo has hecho hace unos minutos, porque tu risa es lo
más hermoso que vi. Siempre estaré contigo. Te quiero.
Me quedé paralizada, mi hermano siempre fue muy cariñoso
conmigo, muy cálido. Pero jamás lo había visto como ahora. Sus palabras eran
sinceras, no dejo de mirarme a los ojos mientras decía todo eso. Las lágrimas
empezaron a caer por mis mejillas. Yo no pude decir nada, me levanté y me tiré
encima de él, me importaba una mierda el suero, yo quería abrazarlo más que
nunca.
Me recosté sobre su pecho y me senté en sus piernas, mientras él acariciaba mi pelo y calmaba mi
llanto.
-Víctor: Solo prométeme algo.
-Yo: lo que quieras.
-Víctor: que lo vas a intentar.
-Yo: te lo prometo.-Lo único que quería era verlo sonreír.
Después de estar un rato abrazados nos pusimos a jugar como
cuando éramos pequeños, hicimos de todo. La mañana se pasó muy rápida, entre
risas, lágrimas y más risas. Con él el tiempo volaba. Esa mañana, fue la
primera en la que fui feliz después de llegar a lo que yo llamaba ''el
infierno’’.
Lo recogimos todo y decidimos volver a mi planta, que a las
2:00 pasaban con el almuerzo y como no me vieran allí me la cargaría.
Salimos sin problema
y llegamos..
Ese día solo una persona ocupaba todos mis pensamientos, Víctor.
Algo me decía que me esperaban días muy difíciles...
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