domingo, 18 de agosto de 2013

Capítulo 60.

CAPÍTULO 60.
Narra Verónica.

Después de llegar me senté en el sofá y mi hermano fue a por una manta con la que me arropó.
-Víctor: Ten, te hará bien.-Dijo dándome un baso de tila.
Yo me la tomé sin decir nada, estaba sin voz, en mi cabeza solo estaba él.
Mi hermano se sentó a mi lado y paso su brazo por mi espalda y me apegó a su pecho, yo me recosté en este,  mis manos seguían temblando. Dejé a Harry allí tirado con Sergio, y ahora no sé dónde estaría, o si estaría bien.
-Víctor: Él va a estar bien, tranquila por favor.-Dijo frotando sus manos con las mías para calmarme.

-Víctor: Voy arriba a cambiarme, quédate aquí tranquila.-Dijo levantandose del sofá yo asentí y él subió, ya estaba algo más tranquila. Un cosquilleo en mi muslo me hizo salir de mi trance, era el móvil me estaban llamando, lo saqué de mi pantalón y vi que era Harry, mis manos comenzaron a temblar, lo cogí rápidamente.

'Conversación telefónica'

-Yo: Harry, ¿estas bien?.-Dije angustiada, el nudo en la garganta apretó con fuerza.
Él no respondía, sólo podía oír una fuerte respiración.
-Yo: Por favor, dime algo.-Comencé a llorar.
-Harry: Di-dime que me qui-quieres, por, fa-favor.-Dijo con dificultad, su ronca voz estaba rota. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y un miedo invadió  mi corazón.
-Yo: ¿Dónde estas? ¿Qué te pasa?.-Sollocé.
-Harry: No sé, estoy fuera de la carretera, un camión me hizo salir de ella, no recuerdo nada más.-Dijo dolorido.
-Yo: ¿DÓNDE ESTAS? TENGO QUE IR A BUSCARTE. ¿CÓMO QUE NO TE HA PASADO NADA GRAVE?.-Grité asustada.
-Harry: El caminón no llegó a chocar conmigo, yo tube que salirme de la carretera para esquivarlo, el parachoques del volante hizo que no me golpeara contra él.-Dijo irritado.
-Yo: Dime dónde estas por favor.-Susurré entre lágrimas.
-Harry: No lo sé, sólo dime que me quieres, dímelo.-Susurró, su respiración era muy fuerte, se  notaba que le costaba trabajo respirar, yo cada vez me angustiaba más.
-Yo: te quiero, te quiero, pero necesito verte y ver que estas bien.-Dije ahogada por las lágrimas.
-Harry: No llo-llores pequeña, veré como salgo de aquí y..y iré a verte.-Dijo sollozando.
Estaba llorando, joder, yo necesitaba ayudarlo, ir a cuidarlo.

'Fin de conversación telefónica'

No me dejó contestar y cortó. Yo estaba llena de miedo, las lágrimas caían sin freno, me levante del sofá y comencé a caminar de un lado al otro del salón mientras con mis manos temblorosas apretaba el avión en mi pecho con fuerza.
-Víctor: ¿Qué pasa? escuché  gritos.-Dijo asustado mientras venía hacía mi.
-Yo: Ha-Harry me llamó, él tubo un accidente, no sabe dónde está, no-no lo sabe.-No pude continuar, el llanto no me dejo.
Víctor me arropó con sus brazos y yo me escondí en su cuello el cual estaba empapado en lágrimas.
-Víctor: sh, no llores, ya no más.-Susurró acariciando mi espalda.
Yo no pude decir nada, seguí llorando encima de él.

Ya había pasado una hora desde aquella llamada, ni rastro de él,  yo estaba sentada en el sofá,  mis piernas no dejaban de moverse nerviosas,  y sentía un fuerte dolor en el pecho.
-Víctor: Mamá esta acostada, menos mal que no se dio cuenta de todo esto.-Suspiró mientras entraba al salón, se sentó en el sillón y su mirada se perdió.
De repente escuchamos el rugido de un moto cerca, rápidamente me levante de un salto y mire por la ventana, era  su furgón, era él.
-Víctor: ¿Qué pasa?.-Dijo mirándome.
-Yo: ES ÉL.-Grité y las lágrimas comenzaron a caer, Salí corriendo hasta la puerta, la abrí con fuerza y salí. Él salía del coche arrastrándose, se dio cuenta de mi presencia y una leve sonrisa se reflejó en su rostro. Sus luces verdes volvían a ser las de antes. Yo salí corriendo hacía él, abrió sus brazos y yo caí en su pecho, él dio un pequeño gruñido de dolor, se me olvidó que hace horas le habían dado una paliza. Me separé de él suavemente y mire su rostro, su labio ensangrentado, su mejilla amoratada, su camisa sucia, rasguños en sus brazos y su respiración forzada.
-Yo: Mira como estas.-Sollocé mientras pasaba la yema de  mis dedos por su mejilla maltratada.
-Harry:  no me dejes, te necesito, por favor.-Dijo débil acercando su mejilla a mi mano para que siguiera acariciándola. Una lágrima cayó por su mejilla y chocó con mi mano, estaba llorando, no podía verlo así.
-Yo: No voy a dejarte, no llores, por favor.-Susurré secando sus lágrimas con mis pulgares.
Él no dijo nada, se abalanzó sobre mí, paso sus brazos por mi espalda y escondió su cabeza en mi cuello, el que empapó con algunas lágrimas, yo pase mis manos por su nuca  y acaricié con delicadeza la zona.
-Harry: Te quiero.-Sollozó en mi cuello.
-Yo: sh, tranquilo, deja de llorar pequeño.-Susurré acariciando su nuca.
-Harry: Creí que te perdía, que me dejarías, que no serías mía.-Digo entre sollozos.
Me separé de él y cogí su cara con mis manos haciendo que me mirase, sus ojos estaban rojos y su mirada pedía ayuda.
-Yo: Vamos para dentro, tengo que curarte esas heridas, necesitas ropa limpia y descansar.-Susurré. Me separé de él, lo cogí con fuerza de su mano y lo lleve hasta mi casa, cuando entramos Víctor no estaba, seguro quiso dejarnos solos.
Lo lleve hasta el salón y se sentó en el sofá, le quite la camisa y pude observar algunos rasguños en su abdomen. Él estaba en absoluto silencio, me puse de cuclillas delante de él y pase la yema de mis dedos por su abdomen dolorido, él dio un suspiro, baje mis manos hasta sus pies y quité los botines desgastados y los coloqué en el suelo, cogí la manta que mi hermano me dio y la puse sobre él.
-Yo: Quédate aquí, enseguida vuelvo.
Él asintió y yo fui a por el botiquín, volví y lo puse al lado de él, me puse de cuclillas y saqué el alcohol y un algodón.
-Harry: Ponte aquí.-Susurró indicándome que me sentase en sus piernas.
Yo hice caso y me sente sobre él suavemente para no hacer daño, empapé el algodón y lo acerqué a su cara, ante la atenta mirada de sus ojos puestos en mi.
-Yo: Esto va a doler un poco.-Susurré antes de presionar sobre la herida de su labio, él no dijo nada, yo lo acerqué, su ceño se frunció y soltó un leve gruñido. Yo seguí curando la herida con delicadeza intentando hacer el menor daño posible, para hacerlo mejor coloqué mi otra mano en su barbilla y la sostuve mientras curaba su labio.
-Yo: Ya está, lo tienes algo hinchado.-Dije apartando el algodón de la herida.
-Harry: Gra-gracias.-Susurró.
Yo solté el algodón y pase la yema de mi dedo por su labio, llegando a la herida, él cerró los ojos y disfruto del acogedor roce.
Me incliné más sobre él y deposité un  cálido beso en la zona irritada.
-Yo: te quiero.-Susurré encima de sus labios. Dicho esto di un tierno beso en sus labios, me separé nuevamente y aparté algunos rizos de su frente, hacia atrás, sus luces verdes me miraban detenidamente, pendientes de cada movimiento que hacía. Pase mi mano por su morado en la mejilla y este apretó la mandíbula en señal de dolor.
-Yo: Perdón, no quería *me interrumpió*.
-Harry: Sigue, por favor.-Dijo su rota voz.
Yo hice caso y sin decir nada seguí acariciando su mejilla, él apegó su rostro más a mi mano, disfrutando del roce. Su respiración se relajó algo más, cosa que me tranquilizó.
-Yo: No es muy propio ahora en verano pero te vendrá bien.-Dije quitándome de encima de él y fui hacia la cocina, preparé una taza de chocolate caliente y fui hasta el salón, él seguía en la posición en la que lo deje, sentado, con la manta cayendo por sus hombros. Me senté a su lado.
-Yo: Toma.-Dije mientras le ofrecía la taza.
Él no dijo nada, la tomó entre sus manos y bebió, mi mirada no de apartó de él en ningún momento.
Terminó y me dio la taza, volví a la cocina y la deje allí.
-Yo: Vamos a mi habitación, allí estarás cómodo, él asintió y se levanto con la manta enroscada en su cuerpo. Caminé con él detrás de mí, me paré en la puerta de la habitación de mi hermano.
-Yo: Ve yendo tú, cogeré ropa para ti. Él siguió por el pasillo hasta mi habitación y yo entré a la de mi hermano, estaba recostado en su cama, al verme se incorporó.
-Víctor: ¿cómo está?.-Dijo preocupado.
-Yo: He curado algunas heridas, ahora está más calmado, necesita un baño y descansar.-Dije mientras rebuscaba en el armario de mi hermano, cogí unos pantalones blancos de chándal, una camiseta blanca de mangas cortas y unos bóxers grises.
-Yo: Me llevo esto para que se cambie.-Dije y me dispuse a salir de allí pero él me llamó.
-Víctor: Vero.. ven.-Susurró.
Yo me acerqué y me senté en la cama junto a él, hice una gesto con mi cabeza para que hablase y así hizo.
-Víctor: no te enfades con él, por favor, él ha hecho todo esto solo por ti,  por qué te quiere.-Dijo con tristeza. Entiendo si no quieres hablarme a mí, pero no pelees con él, ha arriesgado su vida por ti, si tú no fueras llegado, Sergio lo fuera matado, él te vio y sacó fuerzas de dónde no las tenía y luchó.-Dijo firme.
-Yo: Víctor.. dije y cogí una de sus manos con suavidad.  Tranquilo, no voy a dejar de hablarte, pero tú no impediste que Harry se viera con Sergio..*me interrumpió*
-Víctor: ¿Crees que él se fuera estado quieto? No, no lo viste el día que nos lo encontramos en el gimnasio.-Dijo serio.
-Yo:  Me voy, él ahora me necesita. Descansa.-Dije dándole un beso en la mejilla y saliendo de allí.
Volví a la habitación y él estaba tumbado en la cama, con la manta cubriéndolo de pies a cabeza, yo me acerqué y me senté en el borde de esta. Pase mi mano sobre sus rizos y los peiné hacia atrás.
-Yo: Mi amor, necesitas un baño, traje ropa limpia, te lo prepararé.-Susurré.
-Harry: Quédate conmigo.-Susurró clavando sus ojos en los míos. Yo me incliné y me acerqué a su oído.
-Yo: Solo voy a prepararte el baño, ahora vuelvo.-Susurré en este y después di un tierno beso en su mejilla.
Me levanté y fui hacia el baño, puse el tapón y abrí el grifo llenando la bañera de agua templada, busqué la esponja y el gel y lo coloqué en el borde de esta, cuando estuvo llena, cerré el grifo y volví, él estaba en la misma posición.
-Yo: Ya está listo el baño.-Dije acercándome a él.
Se levantó y dejó la manta en la cama, se quitó los jeans y quedó en bóxers, se acercó a mi.
-Harry: Ven conmigo, por favor.-Susurró.
-Yo: ¿De verdad quieres?.-Dije acariciando su mejilla con ternura.
-Harry: Lo necesito.-Dijo mirándome fijamente.
Yo asentí, cogí su mano y lo llevé hasta el baño.
-Yo: Métete.-Ordené.
Él quitó torpemente su ropa interior y se metió en la bañera, dejo su espalda caer en  esta y se sumergió, cerró los ojos y respiró tranquilo. Me aliviaba verlo así.
Yo quite mi ropa y la puse en el canasto de ropa sucia junto con la suya, quité mi ropa interior y cogí mi pelo en un moño para no mojarlo.
Me metí en la bañera y me senté frente a él, agarré mis rodillas con mis brazos y me concentré en él, observando cada movimiento que hacía, él abrió los ojos y me miro fijamente, después me regaló una pequeña sonrisa. Y se incorporó.
-Yo: Date la vuelta.-Susurré, él no dijo nada y se puso de espaldas a mí. Yo cogí la esponja y la llené de gel. Me acerqué más a él y comencé a enjabonar su fuerte espalda con cuidado, recorriendo cada centímetro de esta, solté la esponja  coloqué mis manos en sus hombros, comencé a masajear la zona con firmeza.
-Yo: Relájate.-Susurré y di un corto beso en su nuca. Seguí con el masaje hasta que sus músculos se relajaron.
-Yo: Rodeáte.-Ordené tiernamente.
Así hizo, volvió a quedar frente a mí, me acerqué a él y me di cuenta de que abrió sus piernas, me acomodé entre estas y pase la esponja por todo su pecho, baje por su abdomen y di con delicadeza sobre los rasguños, él cerró los ojos, una vez enjabonado, solté las esponja y acaricie su abdomen un par de veces, él daba leves suspiros.
Cogí su cara entre mis manos y la levanté un poco para ver cómo estaba su labio.
-Yo: esta mejor.-Dije mientras pasaba mis dedos por la zona.
Él sonrió y pude ver sus hoyuelos. Acerqué su cara con la mía y uní nuestros labios, los que se besaban con ternura, muy despacio y con cuidado de no hacer daño a su herida.

Lo aclaré y después yo me enjaboné y aclaré bajo su atenta mirada, salí de la bañera y me enrollé en una toalla blanca. Detrás de mi salió él y yo coloqué una toalla en sus caderas. Salimos fuera y nos vestimos en completo silencio.
Él se colocó lo que le traje de mi hermano y yo me coloqué un pijama corto. Solté mi pelo, dejándolo caer libre sobre mí y recogí el baño, volví y él estaba ya tumbado, me metí en la cama y nos cubrí con la manta, me puse de lado, dándole la espalda, a los pocos segundos noté como colocaba su brazo en mi cintura y lo dejaba reposar en mi vientre, enredó sus piernas con las mías y colocó mi pelo en la almohada, escondió su cara en mi nuca, su respiración ya volvió a la normalidad, me hacía cosquillas, mi piel se erizó, su corazón bombeaba calmado, sentí sus latidos en mi espalda, el calor de su pecho me abrazaba.
-Harry: Gracias.-Susurró débil en mi  nuca para después besarla con ternura.
-Yo: Descansa.-Susurré acariciando su mano que caía sobre mi vientre.

Unidos, ambos dormimos en completa armonía, no se que pasaría de ahora en adelante, lo que si se esque mientras él estuviera a mi lado sería feliz.

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