lunes, 12 de agosto de 2013

Capítulo 43.

CAPÍTULO 43. ‘’Nick’’.
Narra Verónica.

El sonido de mi móvil interrumpió mi agradable sueño,  refunfuñé y apagué la maldita alarma, anoche hablando con Harry me acosté muy tarde y encima ahora tenía que irme al gimnasio. Me puse bocabajo y hundí mi cara en la almohada. Pero mi móvil volvió a sonar, esta vez era un mensaje, lo cogí  y era de él.

''Buenos días princesa, pasa un buen día en el gimnasio hahaha :) te amo xx’’

Reí ante su comentario.

''Buenos días  cielo, no te burles más de mi, si algún chico intenta propasarse conmigo no te reirás tanto hahahaha, pasa un buen día tu también, te amo :)’’

Pulsé a enviar y listo.
Fui al baño y con mis manos me llene la cara de agua fría para acabar de despertarme, sequé mi rostro con la toalla, lavé mis dientes y me vestí, me puse unas mallas negras  y una camiseta de basket naranja, me puse las zapatillas y recogí mi pelo en un cola alta. Me eché colonia y bajé a bajo dónde me esperaba Víctor con el desayuno en la mesa, me acerqué a él que estaba sentado y deposité un beso en su mejilla.
-Yo: Buenos días.-Sonreí.
-Víctor: Buenas.-Sonrió.
Me senté en la silla quedando frete a él y desayunamos, zumo y tostadas.

-Yo: Vaya esto es bastante grande.-Dije mientras caminaba por el salón de deporte, había muchos trastos para hacer ejercicio, y  de todo tipo. Yo seguí a mi hermano que iba a cambiarse, lo esperé fuera, a los pocos minutos salió.
Solo llevaba unos pantalones de chándal negros que quedaban por su rodilla, me recordaba a unos que  vi puestos a Harry en una foto. Y arriba no llevaba nada, su torso al aire, en su pies llevaba unas zapatillas y una toalla pequeña blanca caía sobre su hombro.
-Yo: Las chicas que vienen aquí, seguro que solo lo hacen para verte.-Reí.
El negó con la cabeza y rió.
-Víctor: Vamos, la gente empezará a llegar.-Agarró mi mano y me llevó hasta la zona dónde estaba todo lo del boxeo, sacos, guantes, hasta un cuadrilátero había en medio.
-Yo: Víctor, ¿aquí se hacen peleas o es solo para practicar?.-Pregunté curiosa.
-Víctor: Pues siempre se usa para practicar, solo ha habido dos peleas graves, pero eso pasó por descuido de los dueños de esto.
-Yo:¿Y fue tan grave?
-Víctor: Ese día yo no trabajaba y no vine, al día siguiente el jefe me contó todo, dos tipos se habían peleado y uno acabó en el hospital.
-Yo: Joder, ¿tan duro es el boxeo?
-Víctor: Ay, hermanita hermanita..-Rió. Si sabes practicarlo puedes hacer bastante daño a  quién te propongas.-Me guiñó un ojo.
Yo lo mire asustada, a mi hermano el boxeo le apasionaba igual que a Harry pero me daba miedo de que él pudiera pelear en serio.
-Yo: ¿Tu-tu no peleas verdad?
-Víctor: No, tampoco se me ha presentado la oportunidad.
Osea que si alguien le dijera de pelear ¿él lo haría?
-Yo: Prométeme que no pelearás en serio.-Dije clavando mis ojos en los suyos.
-Víctor: Eh, tranquila Vero, no lo haré, solo me gusta mucho y por eso lo práctico pero mi intención no es matarme con un imbécil a golpes.-Sonrió
Yo respiré aliviada.

-Yo: Víctor estoy sudando, voy a dar una vuelta por aquí ¿Vale?.-Dije quitándome los guantes de boxeo y dejándolos en el suelo.
-Víctor: Vale, si necesitas algo, ya sabes.-Dijo mientras golpeaba el saco.
Me había tenido media hora dándole puñetazos a un saco de mil toneladas, era el primer día y este ya quería matarme. Tenía bastante calor,  estaba sudando y la camiseta me sobraba, recordé que me puse debajo de esta un top negro encima del sujetador asique me quité la camiseta, los chicos que habían allí estaban bastante distraídos con lo que hacían asique no creo que nadie me mirase. Cogí la camiseta con la mano y apreté la gomilla de mi cola, ya que con tanto movimiento se había soltado un poco. Cogí una botella de agua y me dispuse a ir hasta las bicicletas estáticas pero choque con algo, o con alguien mejor dicho, caí al suelo. Alcé mi vista y vi a un chico bastante alto, rubio, ojos azules, y un cuerpo bastante trabajado, iba sin camiseta, solo unos pantalones de chándal lo cubrían, no sé porque pero pensé en Niall. El tipo se me quedó mirando sin decir nada, yo me sentí bastante incómoda, aún mi cuerpo me daba un poco de vergüenza, me levanté y me puse la camiseta.
-Yo: La próxima vez mira bien por dónde andas.-Dije seca y seguí mi camino pero una mano agarrando mi muñeca me detuvo, volteé y era el mismo que me había tirado al suelo.
-Yo: ¿Qué haces?.-Dije mirando su agarre.
-Solo quería pedirte perdón, no quería tirarte al suelo, me llamo Nick ¿y tú hermosa?-Me sonrió.
Yo me solté de su agarre y lo mire fijamente a los ojos.
-Yo: Verónica, me llamo Verónica.-Dije seca.
-Nick: ¿cómo es que nunca te vi por aquí?
¿Pero porque cojones no dejaba de preguntarme cosas? Suspiré.
-Yo: ¿Porqué nunca vine?.-Reí falsamente. Mi hermano es Víctor, ¿supongo que lo conocerás no?
-Nick: Vaya, ¿Víctor es tu hermano?.-Dijo con sorpresa. Siempre dijo que tenía una hermana y que era hermosa pero nunca te vi.-Me guiñó el ojo.
Me estaba cansando, lo mandaría a la mierda en nada.
-Yo: Bueno, me voy, tengo mejores cosas que hacer.
-Nick: Me encanta Madrid ¿Sabes?
¿A qué  mierda venía eso? Le digo que me voy y el sigue una conversación que no llevaría a nada.
-Yo: ¿No eres de aquí?
-Nick: No, soy de Londres.-Sonrió.
Ya había notado un acento raro a la hora de hablar, y su físico lo delataba, era el  típico británico.
-Yo: Hablas bastante bien español.
-Nick: Lo estudié.
-Yo: Bueno, me voy, encantada de conocerte.-Volví a sonreír falsamente.
-Nick: igualmente preciosa.-Sonrió. Espero volver a verte.
Yo no dije nada simplemente me fui.

Después de toda la mañana en el gimnasio decidí volver a casa, Víctor aún no terminaba hasta las 2, asique me fui sola a casa aunque él no quisiera, no iba a tirarme una hora más allí, estaba agotada, sudada y con ganas de tirarme al sofá.
El gimnasio quedaba a media hora de mi casa, mi paso era calmado, paseaba por la calle observando el ritmo de la ciudad, gente para arriba, gente para abajo,  mucho tráfico, la verdad se me hacia extraño todo esto, pase mucho tiempo  apartada de la sociedad.
Me adentré en un callejón que siempre estaba solitario, lo tomé porque era un atajo que me llevaría a casa más rápido. Empecé a notar unos pasos detrás de mí, no hice caso y seguí caminando hasta que una mano agarró fuertemente mi muñeca, me giré  quedando frente a frente con..Sergio. Mi cuerpo volvió a paralizarse, su presencia mataba todas mis fuerzas internas. ¿Esto nunca acabaría? Me pegó contra la pared como siempre hacia para acorralarme y puso ambas manos a cada lado de mi cabeza contra la pared.
-Sergio: Hasta que por fin nos vemos.-Sonrió.
-Yo: ¿Me vas a dejar de una maldita vez?.-Dije encarándolo.
El negó con la cabeza y rió.
-Sergio: Nunca, ¿sabes lo que tienes que hacer no? ¿Lo has hecho ya?
Mierda, ¿ahora qué le digo?
-Yo: yo.. yo no lo he dejado. Dije bajando la mirada a mis pies.

Su ceño se frunció, su mandíbula se tenso  y sus ojos se clavaron en los míos, seguidamente apretó su puño y golpeo la pared justo al lado de mi cabeza. Yo me sobresalté y pegue un grito.

-Yo: Sergio para.-Dije empezando a llorar.
-Sergio: ¡QUE LO DEJES DE UNA MALDITA VEZ O TE JURO QUE LO MATO!

Ese conjunto de palabras fueron las suficientes para romper mi cuerpo en mil pedazos, sentí un fuerte dolor en mi pecho, dijo que lo mataría, mis piernas comenzaron a temblar.
Yo no dije nada, seguí con la cabeza agachada y lágrimas inundando mi cara.
El respiró irritado y agarró mi barbilla con una de sus manos y subió mi cara hasta encontrarme con la suya.
-Sergio Entiende que tú solo puedes ser mía.-Dijo mirando fijamente mi boca.
-Yo: ¡NUNCA!-Grité entre lágrimas.
El me cogió por la cintura y empezó a besarme el cuello, mordía, sus dientes clavados en mi piel más sensible me hicieron dar un grito ahogado, yo intenté alejarlo de mi pero mi cuerpo flaqueó, solo gritaba para que alguien me oyera pero aquello era un callejón, era difícil que alguien pasase. Mientras seguía besando mi cuello, su mano fue bajando por mi cintura y paso por detrás hasta llegar a mi trasero, el que apretó con fuerza y me pegó más a él, yo volví a gritar mientras lloraba.

-¡DEJALA EN PAZ IMBÉCIL!-Gritó una voz que me sonaba de algo.
Sergio paró lo que estaba haciendo y volteo para ver quién frenaba su violación, cuando miré me di cuenta de que era  Nick, el chico del gimnasio.
-Nick: No me has oído? Que la sueltes.-Dijo acercándose a nosotros, Sergio se separó de mi y todo su cuerpo se tenso, se paró delante de Nick, los dos frente a frente, eran de la misma estatura, entre ambos comenzó a haber una gran tensión, yo estaba pegada a la pared, presa del llanto.
-Sergio: ¿tú quién cojones eres para decidir eso?.-Escupió.
-Nick: No lo decido yo, lo ha hecho ella.-Me señaló. Y ella te ha dicho que la dejes, asique dejala.-Dijo con la mandíbula tensa.
Sergio agarró a Nick por los cuellos de su camiseta y lo empujó.
-Sergio: No me vuelvas a decir lo que hacer, ¿entendido? Quédate con la zorra esta, total, no estarás siempre con ella para protegerla. Dicho esto Nick se soltó se su agarre y golpeo a Sergio  que empezó a sangrar por el labio, este no se detuvo y le devolvió el golpe  a Nick, dejándole en la mejilla una importante marca. Yo no iba a dejar que le hiciera daño a Nick por defenderme asique me acerqué corriendo y me metí entre los dos, mirando a Sergio.
-Yo: Déjalo, por favor.-Supliqué.
El me miró con rabia y me cogió del brazo.
-Sergio: Cómo él o tú digan algo, te mato.-Dijo en mi oído para después soltarme e irse.
Nick rápidamente me abrazó, yo empecé a llorar desconsoladamente entre sus brazos.
-Nick: ¿Quién es ese? ¿Qué le pasa contigo? Vamos a la policía ahora mismo.
Yo me separé de él y quedamos frente a frente.
-Yo: ni se te ocurra contar esto a nadie, ¿me oyes? NADIE.
-Nick: Verónica, ese tipo te iba a violar. Me da igual lo que digas, si no hablas tú, lo haré yo.
Lo tomé del brazo y me acerqué a él.
-Yo: Hazlo por mí, no digas nada por favor, yo te prometo que solucionaré esto, pero dame tiempo, esto entre él y yo, por favor.-Dije clavando mis ojos en los suyos mientras las lágrimas seguían su curso por mi cara.
-Nick: Está bien *bufó* pero si se te vuelve a acercar o a hacerte algo le partiré la cara y entonces iré a la policía.

Antes de abrir la puerta de mí casa miré el reloj, ya eran las 2 y media, mierda, ahora Víctor me haría un interrogatorio. Quiero morirme. Introduje las llaves en la cerradura y abrí la puerta, me adentré al salón y ahí estaba él, con cara de pocos amigos.

Menos mal que Víctor se tragó lo de que estuve con Nick dando una vuelta. Terminé de ducharme y miré mi cuello en el espejo, una marca amoratada yacía en él. Mierda Sergio me había  hecho una marca, me puse el pijama y me metí en la cama. Tenía que llamar a Harry pero no lo hice, tenía miedo, estaba asustada por las palabras que Sergio dijo ''lo mato’’. No me sacaba esa frase de mi cabeza. Cogí el móvil y tenía 2 llamadas perdidas de él. Me decidí a mandarle un mensaje para tranquilizarlo,  ahora no podía hablar con él.

''Mi amor, perdón por no cogerte el móvil, he estado liada, después del gimnasio llegué y dormí durante toda la tarde y después de cenar una amiga de mi madre vino y no pude llamarte. ¿Qué tal tu día? Espero que bien, mañana hablaremos.. Descansa te amo mucho, nunca lo olvides por favor, pase lo que pase, te amo..’’ 

Cuando escribí las últimas palabras las lágrimas comenzaron a mojar mis sábanas, no podía más con esto, estaba cansada de Sergio y sus maltratos, gritos, amenazas  y de su puta obsesión conmigo. Di a enviar y me desplomé en la cama, no podía dormir, mi cabeza no dejaba de darle vueltas al asunto ¿Qué debía hacer?  El sonido de mi móvil me sacó de mis pensamientos. Cogí el móvil y un mensaje de Harry llegó.

''Nena.. me tienes preocupado, llevas un tiempo rara, de repente estas genial y a ratos estas así, yo se que algo no va bien, y necesito saberlo, por favor.. dime qué es lo que está pasando, no tengas miedo. Te amo, no me dejes así, cuéntame que pasa’’

No contesté, simplemente tiré el móvil a la mesita y hundí mi cara en la almohada, di un grito ahogado en esta para después comenzar a llorar de nuevo.

Entre lágrimas caí dormida..

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