sábado, 17 de agosto de 2013

Capítulo 58.

CAPÍTULO 58.
Narra Verónica.

Un cosquilleo en mi pecho hizo que me despertase, abrí  los ojos lentamente y comprendí porque sentí el cosquilleo, los rizos y su respiración pacifica acariciaban mi pecho con delicadeza. Una sonrisa salió de mi boca al verlo aferrado a mí, nunca estuvo así, siempre solía ser yo la que despertaba aferrada a él, pero esta vez no. Su fuerte brazo aprisionaba a mi vientre llegando a mi cadena y con su gran mano la apretaba con firmeza, para no dejarme ir, su cabeza descansaba en mi pecho desnudo con tranquilidad y sus piernas estaban enredadas con las mías. Uno de mis brazos pasaban por detrás de su espalda. Todo mi cuerpo se mantenía vivo con el calor que él  desprendía, sin duda estaría así el resto de mi vida. Con mi mano libre comencé a acariciar su pelo, enrollé algunos rizos en mi dedos, después de un rato así baje mi mano a su mejilla, con la yema de mis dedos recorrí cada milímetro de esta, sus ojos estaban cerrados en pura armonía, sus largas pestañas caían con delicadeza, mientras acariciaba su mejilla este sonrió sin abrir los ojos, vi un hoyuelo salir, no me lo pensé más y lleve mi dedo hasta este, y presioné, una pequeña risa se me escapó y él abrió los ojos mientras sonreía. Subió su cabeza hasta mi hombro, nuestras miradas se unieron.
-Harry: Buenos días princesa.-Susurró su ronca voz recién despierta.
Yo acerqué mi boca a la suya que estaba a escasos milímetros y presioné mis labios con los suyos, el calor de sus labios hizo que todas mi hormonas se activasen. Me separé de él y sonreí.
Él volvió a mi pecho y así estuvimos un largo rato, abrazados, sin decir nada, un silencio reconfortable nos arropaba.

-Yo: Harry que está mi hermano.-Reí mientras lo miraba.
-Harry: ¿y?.-Rió.
-Yo: ¿Vas a bajar en ropa interior a desayunar? Venga, ponte al menos el pantalón.-Ordené.
Al final se lo puso a regañadientes y bajamos, yo me quedé en pijama.
-Yo: Buenos días.-Dije bostezando mientras entrábamos a la cocina dónde estaba mi hermano apoyado en la mesa con ambos puños y su cabeza estaba agachada. Me pareció extraño. Me acerque a él y puse mi mano en su hombro, él levantó su cabeza y me miro dándome una leve sonrisa y después miro a Harry y su rostro cambió, se puso serio.
-Yo: ¿Qué pasa Víctor?
Él suspiró, cogió una silla y se sentó delante de la mesa, sin decir nada.
Yo me senté quedando frente a él, mientras esperaba una respuesta.
-Harry: Yo..yo voy al baño.-Dijo y  salió de la cocina.
-Yo: Víctor, estas raro desde hace unos días ¿Qué ocurre  grandullón?.-Dije con un tono calmado.
Él estiró su fuerte brazo y cogió una de mis manos, la que acarició con su pulgar mientras me miraba.
-Víctor: no es nada,  no tuve una buena noche, solo eso.-Dijo poco convencido.
Lo conocía perfectamente, algo me oculta y sé que tiene que ver con Harry.
-Yo: No te creo.-Dije seria.
En ese momento él apretó mi mano con fuerza .
-Víctor: Tranquila, te prometo que no es nada.-Dijo sonriendo.
Yo asentí, aunque no lo creía, de algún modo ya me enteraría.
….

-Víctor: Me voy un rato al gimnasio ¿vienes Harry?.-Dijo levantándose del sillón y dirigiéndose a la cocina. Él se levanto de mi lado y fue detrás de él y yo me quede mirando la televisión.

Narra Harry.

Me levanté y fui detrás de Víctor a la cocina.
-Víctor: Este es el plan.-Dijo mirándome fijamente.
Yo puse toda mi atención mientras él hablaba.
-Víctor: Para que ella no sospeche me quedaré con ella hasta las 10 que  llegara mi madre del trabajo y así no estará sola, saldré lo más rápido que pueda para allí. Sí notas algo raro, o la cosa no va bien, me llamas de inmediato, ¿de acuerdo?.-Dijo extremadamente serio.
-Harry: Tranquilo, lo haré.-Dije seguro.
-Víctor:  Te lo repito, llámame si pasa algo.-Dijo acuchillándome con la mirada.
Yo asentí y salimos de allí para volver al salón.

Narra Verónica.

Al cabo de unos minutos volvieron, Víctor seguía igual de serio y Harry me sonrió al verme.
-Víctor: Me voy.-Dicho esto se acercó a mí y besó mi frente.
Salió por la puerta y se marchó.
-Yo: ¿Piensas quedarte de pie todo el día?.-Dije viendo a Harry totalmente  concentrado en sus pensamientos. Él reaccionó y volvió a mi lado.
Él dejo caer su cabeza en mi hombro y cogió una de mis manos, entrelazó nuestros dedos  y apretó con fuerza. Yo apoyé mi cabeza en la suya y así estuvimos un gran rato mientras veíamos la TV.
-Yo: ¿Los tatuajes duelen mucho?.-Pregunte rompiendo el silencio. Él se incorporó sin soltar mi mano, y me miro.
-Harry: Depende del sitio, de la resistencia que tengas y todas esas chorradas.-Rió.
-Yo: Y ¿a ti te dolieron mucho?.-Dije pasando mi mano libre por los pájaros del pecho.
-Harry: No, no mucho.-Sonrió. ¿Por qué lo preguntas?.-Dijo curioso.
-Yo: Porque quiero tatuarme.-Sonreí.
-Harry: ¿el qué?
-Yo: Si vienes conmigo, lo sabrás.-Reí.
-Harry: Claro que iré contigo, ¿no me lo dirás entonces?.-Dijo haciendo pucheros.
-Yo: No.-Dije riendo y el refunfuñó.
Me solté de su mano y me senté en sus piernas.
-Yo: Vamos, no te enfades.-Dije acariciando su suave mejilla.
Él paso su mano por mi nuca y me llevó hasta su boca, me besó con fuerza y ternura a la vez, una mezcla de sensaciones invadieron todo mi cuerpo, besarlo era como volar. Nos separamos por falta de aire.
-Harry: te odio.-Susurró su ronca voz encima de mis labios.
-Yo: Yo más.-Dije en su boca mientras inhalaba su cálido aliento.
-Harry: no.
-Yo: sí.
-Harry: no.
-Yo: que sí.-Reí en sus labios.
-Harry: bésame.-Dijo colocando sus manos en mi cintura con suavidad.
-Yo: No beso a quién me odia.-Dije acercándome  más a su boca, rozando sus labios pero sin besarlo, lo haría sufrir. Él quiso acercar su boca a la mía por completo pero yo me aparté rápidamente mientras reía. Su ceño se frunció, su mirada me dijo que con él no se juega. Apretó sus manos a mi cintura y me levantó, mi cuerpo quedo flotando mientras él me sostenía, me colocó con delicadeza en el sofá, dejándome tumbada, se colocó entre mis piernas y comenzó a besarme con fiereza, mis labios comenzaban a hincharse por el  abuso, los suyos tomaban un rojizo que los hacía más irresistibles aún. Una de sus manos de metió por debajo de mi camiseta *mierda no me puse sujetador.-pensé* y llegó a uno de mis pechos, apretó este con fuerza haciéndome gemir, él callaba todos mis jadeos con sus carnosos labios. Después de torturar a uno de mis senos sacó su mano de mi camiseta y la puso en mi cadera, su boca pasó a mi cuello. Presionó sus labios con fuerza, succionó con crueldad mi piel más sensible mientras yo soltaba sonoros gemidos.
-Harry: Mía *succionó* siempre *mordió*.- Terminó clavando sus dientes en mi zona más sensible haciéndome gemir con fuerza. Por último humedeció la zona maltratada con su lengua y volvió a mi boca.
-Harry: Con Styles no se juega princesa.-Susurró su ronca voz encima de mis labios.
Yo seguía un poco aturdida por lo sucedido, todas mis hormonas habían explotado ante sus actos.
Él acercó sus labios a los míos, los rozó pero sin besarlos, cuando iba a capturarlos se alejó de mi y se incorporó, mientras reía. Maldito rulos, me había hecho lo mismo que yo antes.
¿Me encendía y ahora pretendía dejarme así?
Me incorporé y arreglé mi camiseta que estaba algo subida por su mano.
-Harry: Puedes odiarme ahora.-Dijo tras una gran carcajada.
-Yo:  Esto no se queda así.-Dije asesinándolo con la mirada.
Me levanté sin mirarlo y fui hacia la cocina  a por algo de agua, estaba demasiado acalorada por culpa de él. Bebí un poco  e intente relajarme antes de volver al salón.

-Víctor: Ya estoy aquí.-Dijo desde la entrada.
-Harry: Estamos en el salón.-Dijo acomodando su cabeza en mis piernas.
A los pocos segundos entró, parecía algo más relajado.
-Yo: ¿Dónde comiste?.-Empecé el interrogatorio, a veces parecía su madre.
-Víctor: En el bar de al lado.-Dijo sentándose en el sillón.
-Yo ¿Por qué no avisaste de que no venias a comer?.-Dije enfadada.
-Víctor: Vero, no empieces con tus venas de madre protectora, se me pasó llamar, nada más.-Rió.
Yo lo fulminé con la mirada y note como Harry reía en mis piernas.
-Víctor: Voy a darme una ducha, huelo que apesto.-Dijo poniendo caras lo que me hizo reír.
Subió al baño y nosotros seguimos viendo la televisión, a los 20 minutos bajo ya arreglado.
-Víctor: Harry,  son las 7, ¿no tienes que irte ya?.-Dijo mirando su reloj.
Él se incorporo y quedo sentado a mi lado, yo lo mire confundida.
-Harry: Tienes razón, debo irme ya, ¿nena me traes el móvil y la camiseta?.-Dijo haciendo pucheros a los cuales no pude resistirme.
-Yo: Está bien.-Dicho esto me levante y me dirigí a mi habitación a por sus cosas.

Narra Harry.

Mientras Vero subió a por mis cosas aproveché para hablar con Víctor.
-Harry: ¿Podrías ser más discreto no?.-Dije levantándome.
-Víctor: Lo siento, se me escapó.-Dijo  irritado.
-Harry:  ¿Lo has vuelto a ver?
-Víctor: No, desde aquel día no ha vuelto por el gimnasio.
Yo asentí, escuchamos unos pasos y guardamos silencio.
-Verónica: Volví, toma.-Dijo dándome las cosas.
Me puse la camiseta, metí mi móvil en el bolsillo del pantalón, arregle mi pelo con las manos y fui hasta la puerta con Vero.
La cogí por la cintura para sentir su sensible piel con la mía por última vez. Ella paso suaves manos por mi cuello y acercó su boca a la mía.
-Verónica: Esta noche cuando vuelvas al hotel llámame para quedarme tranquila ¿vale?.-Susurró encima de mis labios. Odiaba mentirle, pero lo hacía por su bien.
-Yo: Claro.-Dicho esto la bese con fuerza, sintiendo el calor de sus labios una vez más, la calidez de sus labios, su textura, su sabor, todo eso hacía que cada milímetro de mi cuerpo se sumergiera en un mar de felicidad, de paz. La abracé con fuerza y besé su mejilla.
-Harry: Te amo princesa.-Susurré en su oído, pude notar como su piel se erizó.
-Yo: y yo mi amor.-Susurró.
Me costó separarme de ella, pero tuve que hacerlo. Salí por la puerta y monté en el furgón, puse mi vista en el volante y puse camino a el hotel.
Llegué y me encontré con Paul en el pasillo, me acerqué a él.
-Paul: Me vuelvo esta noche a Londres.
-Yo: ¿Qué?¿por qué?.-Dije confundido.
-Paul: Me necesitan allí, además tú aquí estas bien, estas con la familia de Víctor, ya eres grandecito y sabrás cuidarte.
-Yo: De acuerdo.-Dije y nos dimos un abrazo.
Volví a mi habitación y me tire en la cama, saqué mi móvil y me quede un rato contemplando  a mi princesa. Me quedaba embobado viendo su foto.

Subí al furgón y prendí el motor, comencé a conducir en dirección al gimnasio, dónde iba a encontrarme con Sergio, puse la radio e intenté calmarme. Cuando por fin llegué aparqué y antes de ir a algún lado volví a mirar la foto de Vero en mi móvil, lo guardé y fui hasta el descampado que quedaba detrás del gimnasio, estaba algo oscuro, no se veía bien, pero allí no había nadie, supuse que estaría en el almacén viejo y fui hasta allí pero tampoco había nadie, se notaba que aquello estaba viejo.  Decidí llamar a Víctor.

'Conversación telefónica'

-Víctor: ¿Pasa algo?.-Dijo asustado.
-Harry: No tranquilo, simplemente que aquí no hay nadie, todo esto está vacío.-Dije mirando a mi alrededor.
-Víctor: Es extraño que él no esté allí,  mantente  atento, puede salir cuando menos lo esperes yo intentaré ir lo más pronto posible.-Ordenó.
-Harry: De acuerdo, te dejo, creo que he oído algo.
-Víctor: Harry, piensa en mi hermana, por favor, cuídate.-Suplicó.
-Harry: Esto solo lo hago porque la amo, tranquilo.
-Víctor: Hasta luego.

'Fin de conversación telefónica'

Guardé el móvil en mi bolsillo, escuche algo.
-Sergio: El niño de papá ha llegado.-Dijo  su arrogante voz en mi espalda.
Yo voltee y efectivamente, ahí estaba.
Me acerqué a él decidido y lo agarré por los cuellos de su camisa.
-Yo: Te dije que vendría.-Dije tenso.
-Sergio: Eh, tranquilo.-Dijo soltándose con desprecio de mi agarre.
-Yo: ¿Tranquilo? ¿TÚ ME PIDES TRANQUILIDAD? NO HE VENIDO AQUÍ A PASAR EL RATO, HE VENIDO A DARTE LO QUE TE MERECES CABRÓN.-Grité.
Él comenzó a reír de una manera arrogante, mis nervios cada vez estaban peor, o le pegaba o reventaba aquí mismo.
-Sergio: Vamos, si tú quieres, podemos salir de aquí sin golpes.-Dijo parando de reír.
-Harry: ¿De qué hablas?.-Dije confundido.
Él se acercó a mí y tomó aire..

Narra Verónica.

Cuando Harry se fue sentí un vacío en mi interior, esto de depender de él comenzaba a asustarme. Solo habían pasado dos horas y lo echaba terriblemente de menos.
Fui a la cocina a por algo de comer, mire el reloj y eran las  9 y cuarto. Cogí una manzana y volví  al salón pero me pare detrás de la entrada mi hermano estaba hablando por móvil. Esto no estaba bien, pero me aburría, cotillear un rato no estaría mal.

''Es extraño que él no esté allí,  mantente  atento, puede salir cuando menos lo esperes yo intentaré ir lo más pronto posible’’

''Harry, piensa en mi hermana, por favor, cuídate’’

Al oír esas palabras un fuerte nudo se apoderó de mi estomago, un frío intenso inundó cara poro de mi piel atravesándolos, y adentrándose en mi cuerpo, me sentí vacía, algo me dijo que nada iba bien.
-Yo: VÍCTOR DIME QUE COJONES ESTÁ PASANDO.-Grité entrando en el salón.
Él puso cara de sorprendido y guardo su móvil en el bolsillo, dudó sin saber que decir.
-Víctor: Vero cálmate, no pasa nada.-Dijo nervioso.
-Yo: QUE LO ESCUCHÉ TODO, NO ME NIEGUES LA VERDAD EN LA CARA QUE NO SOY UNA NIÑA.-Grité más irritada aún, él comenzó a dar vueltas de un lado a otro del salón mientras pasaba una de sus manos por su pelo, yo me estaba empezando a  cansar.
-Yo: Que me digas de una puta vez que pasa, dónde está Harry, ¿DÓNDE ESTA?.-Terminé gritando desesperada. Él seguía caminando de un lado a otro sin contestarme, las lágrimas comenzaron a caer por mi mejilla sin freno, necesitaba saber que mi ángel estaba bien.

Él paro de caminar en cuanto me vio llorar y se acercó a mí, cogió con sus manos mi cara y la elevó hasta encontrarme con sus ojos que me miraban con miedo.
-Yo: Por favor, dime dónde está, que está pasando.-Sollocé entre lágrimas.
Él beso mi frente y después volvió a mirarme.
-Víctor: Harry está con Sergio.-Digo irritado.
Yo me solté de su agarre con enfado y empecé a caminar a mi habitación seguida por él.
-Víctor: Vero, yo.. *lo interrumpí*
-Yo: CALLATÉ.-Grité secando mis últimas lágrimas.
Busque algo que ponerme, quité el pijama y me puse unos jeans negros y una camiseta blanca de mangas cortas y  me puse las converse blanca regastadas.
-Víctor: ¿Qué haces?
-Yo: Vamos, llévame dónde ellos están.-Dije seca sin mirarlo.
-Víctor: No.-Dijo seguro.
-Yo: Déjate de gilipolleces y vamos.-Dije saliendo de la habitación una vez más seguida por él, llegué al salón y cogí mi móvil, lo metí en el bolsillo de mi pantalón.
-Víctor: No voy a llevarte.-Dijo decidido, yo  voltee mientras él me miraba fijamente.
Me acerqué a él quedando a escasos centímetros.
-Yo: No te lo diré una vez más, que me lleves.-Dije tensa.
-Víctor: Es peligroso.-Dijo con enfado.
-Yo: MALDITA SEA VÍCTOR, QUE HARRY ESTÁ EN MANOS DE ESE LOCO, QUE ME LLEVES O TE ARREPENTIRÁS.-Grité enfurecida.
Él cogió las llaves de su coche y fue hacia la puerta sin decir nada, yo lo seguí. Subimos y este prendió el motor, colocó sus manos en el volante con fuerza y su mandíbula se tenso, fijo su mirada en el asfalto y comenzó a conducir.
Yo seguía con un nudo en el estomago que no me dejaba respirar.
-Víctor: Lo-Lo siento.-Susurró mientras conducía.
Yo no dije nada, era tanto el enfado que tenía que no podía decirle nada, mi hermano me había fallado.
-Víctor: ¿No me vas a hablar?.-Dijo mirándome para volver la vista al frente.
-Yo: Dedícate a conducir rápido y llegar al maldito lugar de una puta vez.-Dije enfurecida.
Él negó con la cabeza y después suspiró.

El final del trayecto fue bastante tenso, llegamos y nos bajamos, vi que estábamos en el gimnasio, seguí a Víctor que me llevo detrás de un descampado que estaba completamente solo y se veía muy poco, nos adentramos en este y él me llevo hasta una especie de almacén viejo,  unos gritos rompieron el tenso silencio, los gritos venían de allí dentro, y esa voz.. esa voz era la de Harry..

No hay comentarios:

Publicar un comentario