miércoles, 7 de agosto de 2013

Capítulo 20.


CAPÍTULO 20. ‘’Sergio’’.
Narra Verónica.

Hace 5 minutos que Carlos se fue, pues tenía que cuidar de su hermano pequeño, mi madre me llamó y me dijo que por temas de trabajo esta noche no podría venir al hospital y para colmo Víctor seguía sin dar señales de vida. Como siempre acabé sola.

Miré el reloj que tenía delante de mí, era redondo, de estos típicos que se cuelgan en las paredes grandes, eran las 9 y media. Me quedé 10 minutos con la vista en el  maldito reloj, tic-tac, tic-tac. Salí de mi trance, me levanté y fui hacia la ventana, la noche estaba cayendo, a estas horas mis chicos ya estarían actuando *pensé*

Pude notar como las lágrimas daban paso a caer por mi cara, yo presa del dolor pegué un puñetazo en el cristal de la ventana que acabó por romperse, me clavé un cristal en la palma de la mano que comenzó a sangrar, me daba igual, no pensaban reclamar ayuda, me daba igual si moría desangrada, no tenía nada que perder, o si? *pensaba* la raja que me hice en la mano me dolía bastante pero era más grande todo el dolor que tenía  acumulado en mi interior.

Cogí la foto de mi padre..
Si tú estuvieras aquí todo sería tan diferente…-Dije mirando fijamente la foto mientras rompía en un llanto que jamás cesaría.

Solté la foto en la mesita y me senté en el suelo de la habitación, con mi espalda apoyada en la pared, la herida me sangraba mucho, yo lo ignoraba, solo lloraba y lloraba.. tenía ganas de cortarme de quitarme del medio por una vez, fui a los cajones de la mesita y busque algo con lo que cortarme las vendas, lo único que encontré fue una lima de uñas, quizás eso me serviría.
Me volví sentar en el suelo, dónde estaba hace escasos segundos y con ayuda de la lima me corte las vendas, dejando mis muñecas resentidas  al  descubierto.

Noté como la puerta se abrió pero ni caso hice, seguro que sería Víctor y ya me daba igual si me encontraba así.  A los pocos segundos escuché un portazo, entonces inconscientemente me levanté. No podía ser, debía estar soñando, él no podía estar aquí, ¿No había tenido bastante ya?

-Yo: Se-sergio..¿Qué haces aquí?.-Logré decir con hilo de voz. Mis piernas empezaron a temblar, las lágrimas estaban haciendo fuerza para salir de un momento a otro.
Él no me contestó, solo sonrió con esa maldita sonrisa que solo él ponía,  en su mirada solo podía ver oscuridad, rencor..¿Rencor? Pero si fue él el que destrozó mi vida.
Yo me quedé ahí de pie al lado de la cama, sin poder moverme mientras él se acercaba despacio hacia mí, algo malo iba a pasar.

Cuando solo nos separaban unos escasos milímetros, él me empujó contra la pared y puso ambas manos a cada lado de mi cabeza, quedando completamente inmóvil.  Mis piernas de un momento a otro me fallarían, por un momento recordé todo lo que pasó ese día, todos esos recuerdos repugnantes vinieron a mi mente, haciéndome sentir despreciable, una vez más  estaba en esta situación, apenas podía respirar, estaba presa del dolor y del miedo. Yo no podía mirarle a la cara, mi rostro se agachó y mi mirada se perdió.  Él pego su cuerpo aún más si se podía al mío. Su respiración estaba extremadamente agitada.
-Sergio: Con que..¿no te alegras de verme muñeca?.-Dijo con ese tono de arrogancia, como siempre.
Yo no dije nada, no podía, no me salía la voz. Al ver que yo no contestaba, una de sus manos fue hacia mi barbilla, me subió el rostro hasta quedar mi mirada frente a la suya, no pude aguantar más y las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas, mi vista era borrosa, ya que tenía los ojos ahogados en lágrimas. Él ni se inmutó, al contrario, comenzó a reírse, como si no le importara nada. En estos 3 años no había cambiado nada.
-Sergio: ¿Tienes miedo?.-Dijo acercando su boca a mi cuello, su respiración era fuerte, yo me sentía helada, esto no podía estar pasando. Depósito un fuerte beso en la piel sensible de mi cuello.
Quitó sus manos de la pared y las posicionó en mi cintura, un nudo se apoderó de mi garganta, no podía dejar que me volviera a tocar, una vez más no, asique con las pocas fuerzas que tenía puse mis manos en su pecho, manchando su camisa de sangre, por la herida. Seguidamente lo empujé y logré apartarlo de mi por un momento, me armé  de valor y..
-Yo:¿Acaso no tuviste suficiente? Vete si no quieres que grite y tengas problemas.-Dije en medio del llanto.
Él se volvió a acercar a mí pero esta vez me cogió ambos brazos con fiereza, con rabia, me estaba haciendo daño, pero a mí ya me daba igual, solo quería despertarme y que todo esto fuera una pesadilla.
-Sergio: Por tu culpa me tuve que ir de la ciudad durante dos años, porque a la princesita se le ocurrió contarle a su querido hermanito que yo le había dado una paliza.-Dijo zarandeándome. Verónica, tú serás solo mía. O ¿acaso no recuerdas lo que dejamos pendiente aquel día en mi casa?.

-Yo: Cómo supiste que yo estaba aquí?.-Dije aterrada, él no apartaba su mirada de mí y eso me causaba un miedo interno terrible.
-Sergio: eso no importa, ahora volví, y juro que te haré la vida imposible Verónica, ni tu hermano ni nadie me lo va a impedir, no pararé hasta hacerte mía.-Mi cuerpo caería al suelo en pocos minutos. Sentí como si mi sangre se congelara, mi corazón se parase, ahora ya sí que no merecía la pena vivir. No dije nada, me quedé mirando sus ojos mientras seguía con mi llanto imposible de frenar. No es que le tuviera miedo por ser un año más grande que yo, sus 19 años me daban igual, me daba miedo por cómo era, por todo lo que me hizo, él era capaz de todo. Noté como una vez más esos nudillos tocaban mi mejilla. Yo exploté, todas las fuerzas de mi cuerpo se esfumaron y caí al suelo. Estaba completamente aturdida, solo sentí un fuerte golpe en mi cabeza,  y a los pocos minutos un portazo, mi vista comenzó a oscurecerse, sabía que él me había dado ese golpe en la cabeza, no resistí más, mis ojos se cerraron, entrando en un largo sueño..

Narra Sergio.


Para que nadie sospechase, antes de salir de allí, arrastré su cuerpo hasta dejarlo cerca del armario, cogí una silla y la puse de modo que pareciera que ella cayó de esta. Después de esto, me aseguré de que nadie llegase y salí de allí antes de que pudieran verme. Esto solo acababa de empezar..

2 comentarios:

  1. OMG! Yo pense que la iba a violar, jo pobre, me da una pena, la chica tiene suficiente con estar en el hospital encima llega ese cabron y la pega, Almu haz que muera, o que entre en la carcel, lo merece, me ha encantado el capi, espero el siguiente, donde anda Victor?
    Te quiero

    Atte: Tu renacuaja

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  2. No eres mala ni na.. JAJAJAJAJAJAJA ay, pues en le siguiente capi, veremos cuando Víctor regresa al hospital. Y no me hagas hablar, QUE NO PUEDO REVELARRRRTEEEEEE NADAAAAAAAAAAAAAAAAAA AG.
    Te amo.

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