sábado, 31 de agosto de 2013

Capítulo 84.

CAPÍTULO 84.
Narra Verónica.

Me acerqué hasta llegar a él sin decir nada, un olor a alcohol se adentró por mi fosas nasales desgarrándome, esto era espantoso, olía fatal a droga, a bebida ¿por qué? Verlo así era doloroso, este no es mi Harry, mi rizos, mi pequeño, ¿Qué monstruo se apoderó de él? Un dolor profundo se apoderó de mi pecho, me quedé paralizada, lo tenía frente a mí en unas circunstancias desastrosas, no sabía que hacer o mejor dicho tenía miedo de hacer algo, no era así como yo esperaba que me recibiera. No pude seguir pensando mucho más, sentí un gran peso encima de mí, Harry se me abalanzó y me apretó con sus brazos, mis piernas dieron pasos hacía atrás para no perder el equilibrio y caer, me quedé intacta, mis brazos se quedaron parados a ambos lados de mi costado, inmovilizada por los suyos, sus dos brazos me encarcelaban, su cara se escondió en mi cuello, ahora que lo tenía pegado a mí ese olor a alcohol me ahogó, era terrible, intenté zafarme de su agarre pero fue inútil, su cuerpo derrotado estaba descansando encima del mío, el gran cuerpo de Harry estaba arrollándome, intenté olvidarme un poco del estado en el que estaba y me di cuenta de que llevaba un rato abrazado a mí, proporcionándome su calor, su seguridad, quería llorar, había necesitado tanto de sus brazos, de su calor, de su voz, de sus ojos, de su presencia, de su oxígeno, pero me tragué las ganas de llorar, no podía verme débil ante él ya que estaba echo polvo, era yo quién tenía que darle fuerza a él.
-Yo: Harry, Harry sueltáme.-Susurré mientras intentaba separarme de él.
-Harry: te amo Verónica, me importa una mierda todo, no te dejaré ir, te secuestraré para que no huyas de mí.-Dijo casi sin poder, su lengua se trababa, no soportaba verlo así, estaba borracho y no tenía cosciencia de lo que decía. Después de mucho forcejeo logré separarme de él, quedó parado frente amí, observandome nuevamente como si yo no fuese real, solo una simple alucinación. Dí un paso más hacia adelante y acerqué mi mano a su mejilla.
-Yo: Qué has hecho styles..-Dije mientras acariciaba con suaivdad su cara.
Las lágrimas comenzaron a caer por sus ojos, sus verdes ojos que ahora se escondían tras una capa rojiza, mojada que los ocultaba, reaccioné rápidamente y con mis pulgares fui retirando cada lágrima que descendía por su piel.
-Yo: No llores pequeño-Susurré.
-Harry: Quiero casarme contigo, yo te quiero más que ami vida, no puedes dejarme.-Volvió a decir su voz entrecortada por el consumo de alcohol y yo suspiré, será mejor que primero lo haga volver a la vida real y después hablemos, lo agarré del brazo y me encaminé hasta su casa, una vez en la puerta él se paró y yo con él.
-Yo: ¿Qué haces?
-Harry: ¿Dónde me llevas? Me dejarás en mi casa y después te irás y me quedaré solo otra vez, no quiero.-Dijo y se soltó  de mi agarre.
-Yo: Vamos para dentro YA. Harry que estás descalzo, sólo con un pantalón y asquerosamente borracho, vas a ponerte malo, vamos dentro y no lo repito más.-Dije seria mientras me encargaba de acuchillarlo con la mirada aunque lo único que quisiera fuera abalanzarme sobre él y abrazarlo. Él negó con la cabeza y yo lo volví a cocer del brazo y como él estaba algo mareado logré meterlo dentro de su casa, cerré la puerta con mi pie e inspeccioné el lugar, casa bastante grande, bonita decoración, todo al estilo de Harry. Vi un pequeño pasillo, supongo que eso me dirigía al salón o a la cocina, fui por él con Harry cogido del brazo que no decía nada y llegué al salón dónde me encontré una botella de alcohol tirada en la mesa completamente vacía. Voltee a Harry y le pegué un puñetazo en el pecho.
-Yo: ¿Tú eres gilipollas?
Él no dijo nada, ni siquiera cuando le pegué, estaba como si quisiera que lo golpease, como si quisiera que me desquitase con él. Me di la vuelta antes de enfadarme más y cogí la botella, salí  hasta llegar a la amplía cocina, tiré con rabia la botella a la basura y volví al salón, Harry esta vez se encontraba tirado en el sofá, cual borracho tirado en mitad de la calle, tenía ganas de llorar, no sé porque tubo que llegar a estos extremos. Me acerqué a él y me puse de cuclillas, con mi mano subí su cara hasta que me encontré con su rostro lleno de lágrimas nuevamente, no pude soportarlo y me tiré encima de él y lo abracé, lo abracé con fuerza ignorando el asco que sentía por el olor tan desagradable a alcohol que desprendía, yo lo único que necesitaba era abrazarlo, él pasó sus brazos por mi cintura y me apretó con fuerza, su cara cayó en mi cuello, el que pronto se inundó por sus lágrimas, seguía llorando sin control, yo comencé a acariciar su pelo una y otra vez.
-Harry: soy un imbécil, un inmaduro, un maldito hijo de *lo imterrumpí*
-Yo: Eres mi imbécil.-Susurré. Él freno su llanto un momento para oír mis palabras, sollozaba silenciosamente.
-Harry: ¿Qué has dicho?.-Murmuró.
Me separé un poco de él y terminé de secar las lágrimas que había en sus mejillas, agarré su cara con mis manos e hice que me mirase, aunque sus luces verdes ahora estuvieran ocultas.
-Yo: Que eres mi imbécil.-Dije segura analizando cada gesto de su rostro.
Por un momento el tiempo se detuvo, su boca entreabierta daba paso a su aliento para salir con libertad y terminar en mi boca, era cálido, pero una vez más el olor alcohol estaba presente. Sus ojos hinchados me miraban con ¿Esperanza?¿miedo?¿felicidad? esta vez ni yo misma lo sabía, me acerqué un poco más y rocé mi nariz con la suya mientras acariciaba sus mejillas con mis manos, él cerró los ojos disfruntando del roce y yo no me detuve más, presioné mis labios con los suyos pero esta vez con miedo y delicadeza, los rastreé por cada rincón, sus labios seguían tan cálidos como el primer día, era como una sustancia adictiva de la que nunca podría separarme a pesar de que la sustancia alcohólica se hiciera notar, anhelaba este beso más que a mi vida. Ninguno de los dos queríamos que este beso terminase pero el aire se nos empezaba a acabar así que tuvimos que separarnos, sé que estaba borracho y que posiblemente mañana él no recordaría todo esto pero me dio igual, sé que él sintió ese beso tanto como yo, sus labios me lo hicieron saber, chocamos nuestras frentes, nuestras respiraciones agitadas se unieron, él volvió a cerrar sus ojos y yo lo seguí, pasamos así unos segundos pero volví a la realidad dándome cuenta del estado en el que se encontraba. Me separé de él con cuidado y agarré su mano para que se levantase, él me siguió.
-Yo: Llévame al baño.-Ordené ya que no me conocía su casa.
Él negó con la cabeza.
-Harry: No, no quiero que me dejes.-Dijo cegado por la sustancia ingerida.
-Yo: Harry por dios, acabemos ya con esto, o me llevas o yo lo buscaré, igualmente lo encontraré.-Dicho esto tiré de él y busqué hasta encontrar unas escaleras, subí por estas tirando de él que se hacía derogar pero finalmente llegamos al segundo piso, no tenía tiempo para admirar todo el lujo y lo hermosa que era la casa, así que fui andando hasta que me paré frente una puerta, abrí y sin duda esta era su habitación, entré y vi que había otra puerta, esto solo podía ser el baño, caminé y la abrí, efectivamente un gran baño, jacuzzi, ducha y bañera, todo separado, dios mío. Me volteé y solté su mano, fui directa al botón de sus pantalones, cuando lo quité y baje la cremallera noté como él comenzó a reír, pero era la típica risa de ebrio, esa que a mí me estresaba, lo ignoré y comencé a bajar sus pantalones hacía abajo, cuando llegué a sus tobillos levante cada uno de sus pies y se los quité, observé con detalle cada centímetro de sus piernas, perfectas, jodidamente perfectas. Me levanté y mi vista se fue hasta sus bóxers, mordí mi labio sin querer, esto era muy tentador. Pero Verónica que mierda dices, no es el momento idiota.-Me gritó mi subconsciente y tenía razón, ahora no era el momento de esto. Subí mi vista hasta su rostro, él seguía riendo, me gustaba verlo reír pero no me gustaba como lo hacía ahora, lo hacía por el alcohol y porque se creía que iba a violarlo aquí o algo, una pequeña risa se escapó de mi boca.
-Yo: No te voy a violar, tranquilo.-Reí.
Él con un brazo me acercó a él, su cuerpo ardiendo me abrasaba.
-Harry: No me importaría que lo hicieras.-Dijo muy cerca de mis labios, MUY CERCA. No Vero reacciona, esto ahora no puede pasar. Con todo el dolor de mi corazón puse mis manos en su pecho y me separé de él.
-Yo: Quítate los calzoncillos, ahora.-Ordené.
Él volvió a reír.
-Harry: No quiero.
-Yo: O te los quitas o te los quito.
-Harry: Quítamelos.-Dijo pícaro.
Bien, sabía a lo que estaba jugando, pero no caería, mi cabeza  era más fuerte. Me acerqué y mis dedos viajaron al elástico de sus bóxers, respiré hondo y los baje rápidamente llegando a sus tobillos, él terminó de sacarlos. Me levanté y no pude evitar repasarlo con la mirada, tenía delante de mí a Harry completamente desnudo. Vero, está borracho, no es el momento.-Me repetía mi subconsciente. Tragué saliva con fuerza y lo cogí por el brazo tirando de él hasta la ducha, cuando lo tenía debajo del grifo, lo prendí, el agua fría comenzó a caer por su cuerpo escultural haciéndolo aún más irresistible.
-Harry: DIOS ESTÁ HELADA.-Gritó mientras intentaba salir pero me puse haciendo barrera para que no pudiera escapar.
-Yo: Despierta cariño, despierta.-Reí mientras él me miraba con recelo. Pasados unos minutos corté el agua y busqué una toalla, encontré una blanca y volví a la ducha, se la enrosqué en la cintura dejando su torso húmedo al descubierto, sus rizos mojados caían por su frente haciéndolo jodidamente adorable. ¿Estaría algo más centrado? ¿Sería consciente de que estoy aquí? Él me miraba detenidamente, sus ojos estaban mejor pero sus ojeras seguían marcadas, su cuerpo se notaba agotado. Él agarró mi brazo y me pegó a él, mi abrigo se humedeció un poco. Por los menos ya no apestaba a alcohol.
-Harry: Eres real.-Susurró mientras analizaba cada centímetro de mi cara, aún no se cree que esté aquí, maldito alcohol.
-Yo: Harry, a la cama ahora.-Ordené mientras me soltaba de su agarre. Salí a su habitación con sus pasos por detrás, rebusqué por sus cajones hasta dar con los bóxers, cogí unos negros y se los lancé, me fui al armario y cogí una camiseta blanca de magas cortas y se la volví a lanzar, cuando lo miré estaba con la ropa en la mano y me miraba fijamente, en su rostro pude ver la diversión, ¿estaba disfrutando del momento? Definitivamente odio a Harry borracho aunque verlo así me provocó una risa.
-Yo: Ponte eso y te metes en la cama.-Dije mientras volvía al baño para coger sus jeans sucios y los bóxers, salí con ellos y Harry se estaba poniendo la camiseta, joder que alivio, menos mal que me hizo caso. Caminé hasta la puerta  pero su enredada  voz me detuvo.
-Harry: ¿Dónde vas?¿Me vas a dejar?.-Pude notar la angustia en su voz y eso me estremeció, parecía un auténtico niño de 6 años asustado. Me volteé y lo encontré de pie, su mirada era triste, apagada.
-Yo: Sólo voy a llevar esto *levanté mi brazo dónde llevaba sus jeans y los bóxers sucios* a lavar.-Sonreí.
Él soltó un puñado de aire aliviado.
-Yo: Cuando vuelva quiero que estés en la cama, ¿me oyes?.-Advertí, él simplemente asintió.
Salí de la habitación y después de dar vueltas por su casa llegué al lavado, allí dejé la ropa y la puse a lavar, fui a la cocina y llené un vaso de agua, subí para arriba y cuando entré en la habitación me sorprendió, Harry no estaba en la cama, seguía de pie y cuando me vio pude notar como sus ojos se iluminaban ¿De verdad pensó que lo dejaría?
-Yo: ¿Por qué no estás en la cama?.-Dije acercándome a él.
Él no contestó, yo le ofrecí el vaso de agua y él lo aceptó, se lo bebió todo bajo mi atenta mirada y después me lo dio, lo solté en la mesita y volví hacia él. Lo tomé por la mano y lo llevé hasta la cama, quité la cobija echándola para abajo.
-Yo: Venga, es hora de que descanses.-Solté su mano y le indiqué que se tumbase pero él no lo hizo.
-Yo: Harry..-Suspiré.
-Harry: No quiero dormir solo una noche más no puedo.-Susurró su voz entrecortada, parecía querer llorar, dios no no puedo soportarlo. Coloqué mi mano en su mejilla y la acaricié, el volvió a cerrar los ojos para disfrutar cada segundo del tacto, se veía tan grande pero tan pequeño a la vez, tan fuerte pero tan débil, tan valiente y a la vez tan asustado. Harry seguía siendo ese niño de 16 años con miedos, con inseguridades, seguía siendo el mismo, la fama no lo cambió y eso me reconfortaba. Subí con mi mano hasta sus rizos, tenía el pelo mojado se me olvidó secarlo.
-Yo: ¿Espérame aquí vale?
Él asintió y fui hasta el baño, busqué otra toalla más pequeña y salí.
-Yo: Siéntate.-Señalé en la cama, él por extraño que parezca me hizo caso se sentó, me senté en uno de sus muslos y con la toalla comencé a secar su pelo con delicadeza, pasé la toalla por su cabeza con cuidado mientras intentaba masajear para que se relajase, después de un rato su pelo estaba ya casi seco, me levanté y dejé la toalla en el baño.
-Yo: venga, ahora ya a dormir.-Dije poniendo delante de él que estaba sentado en el borde de la cama.
Él me colocó entre sus piernas y me abrazó por la cintura, pegó su cabeza a mi vientre.
-Harry: Quédate conmigo por favor.-Susurró, pude notar cálido aliento traspasar la tela del abrigo y chocar con mi piel, yo puse mi mano en su cabeza  y acaricié sus rizos nuevamente.
-Yo: Mi amor, me voy a quedar pero tienes que descansar.
Él se separó de mi y se tumbó en la cama. Yo cogí la manta y lo arropé, sentía sus ojos clavados en mí, no iba a irme, jamás lo dejaría y menos así, me quité los botines  y los jeans.
-Harry: Puedes coger una camiseta mía, si quieres.
Yo asentí y cogí una camiseta de él, me quité el abrigo y me la coloqué, su aroma quedo impregnado en mí. Volví y me metí en la cama, me arropé y rápidamente él se acercó a mí y recostó su cabeza en mi pecho mientras pasaba un brazo por mi cintura.
-Yo: Duerme tranquilo, yo estaré aquí.-Susurré pasando una de mis manos por su espalda.

Él enredó una de piernas con las mías y sin decir nada cerró sus ojos, descansado con paz. Yo no dejé de acariciar su pelo, su brazo, sentía su calor abrazándome, estaba indefenso, lo abracé fuerte con mis brazos y vi como se formaba una pequeña sonrisa en sus labios. Levanté un poco mi cabeza y deposité un beso en la suya, no sé cuando, pero dormí, dormí cuidando esta vez yo de mi ángel.

viernes, 30 de agosto de 2013

Capítulo 83.

CAPÍTULO 83.
Narra Harry.

Después de un rato con Tom por fin él se marchó a hacer no se qué cosa, no quise decirle nada sobre Vero, estaba aturdido, no sabía que pensar, ella había vuelto pero ¿Por qué motivo? ¿Con quién está? La sangre comenzó a quemar por mis venas, la puerta volvió a sonar, ¿Tom se habrá olvidado algo? ¿Y sí es ella? Corrí esperanzado hacia la puerta pero abrí me encontré con el maldito de Liam, era hora de saldar cuentas.
-Liam: Tenemos que hablar.-Dijo serio.
-Yo: ¿Hablar? Lo único que quiero es partirte la boca.-Dije tenso, ya podía notar el calor en mis puños, jamás pensé que estaría con Liam en está situación pero él solo se lo buscó ¿no había más mujeres? No, tenía que fijarse en la mía LA MÍA.
-Liam: ¿De verdad  vas arreglar las cosas siempre a golpes? Déjame pasar y hablamos.
-Yo: Tienes un minuto, lo que pase después ya no te lo digo.-Escupí y lo deje entrar, fuimos hasta el salón y él me miro de arriba abajo.
-Liam: Hueles a alcohol que apestas, mira que ojeras tienes, Harry ¿de verdad te mereció la pena alejarte de ella sin saber cómo fueron las cosas? ¿te mereció la pena dejarla destrozada?
Sus palabras fueron como balas en mi pecho, la ira me comenzaba a cegar.
-Yo: Habla o juro que te mato.-Dicho esto me senté en el sofá y él en el sillón.
-Liam: Sí, nos besamos. Pero ella no tuvo la culpa, ella no tuvo nada que ver, fui yo quién la besé, después de eso ella comenzó a llorar como nunca, gritando que te amaba,  que no te merecía, que era una..*Tragó saliva* no diré lo que dijo porque no lo es. Ella estaba asustada, ella me dejó claro que a mí me quería pero como a un hermano y que tú eres todo para ella. ¿Acaso crees que va a tatuarse  lo que se tatuó sin amarte? Ella iba dejarlo todo y venirse aquí contigo, iba a separarse su hermano ¿no te deja eso claro lo que te quiere? ¿De verdad crees que ella se merece el trato que le diste? ¿El no oírla? ¿no dejar que te explicase? ¿Enserio Harry?  Jamás vi a una mujer como ella, nunca y tú la dejaste simplemente por no querer saber cómo pasaron las cosas, por tu maldito orgullo Harry.
No podía seguir oyendo más, mi cabeza iba a estallar, mi corazón estaba en la garganta, y un mal se apoderó de todo mi cuerpo, soy un asco de hombre ¿Qué hice?¿Qué cojones hice?
-Yo: BASTA, NO SIGAS.-Grité levantándome, empecé a caminar por el salón desesperado mientras pasaba la mano por mi pelo una y otra vez, él se levantó y vino hasta a mí.
-Liam: Aprende de tus errores, pero hazlo pronto, quizás cuando te des cuenta sea ya demasiado tarde. Ella no estará siempre para aguantar tus celos, tu orgullo y tus caprichos de crío. Piensa con la cabeza y se adulto por una vez. Si la quieres, no las dejes ir. Me voy.
A los pocos minutos escuché un portazo, destrozado, sí esa era la palabra que me definía en este instante. Ahora por mi mente solo viajan frases sueltas, palabras que me apuñalan fríamente.

''Tú mismo, pero vas a arrepentirte de esto toda tu vida, vas a perder a mi hermana y cuando te des cuenta de la gran gilipollez que hiciste será demasiado tarde''

Esas palabras que me dijo Víctor, a las que no hice caso, esas palabras ahora me ahogan como si de una ola se tratase.

’'HARRY, HARRY ESPERA POR FAVOR''

Sus gritos, ella vino hasta a mí para que no me fuera y yo no hice nada, ni si quiera tuve el calor de mirarla.

''No te vayas, no me dejes''

Sus súplicas, sentir como sus pequeños brazos me apretaban con fuerza y oír sus súplicas con inseguridad mientras mojaba mi camisa con su llanto, ahora esto dolía, dolía en lo más hondo de mi interior, un daño irremediable.

''Te quiero''

Su último susurro, su último te quiero, el que yo no supe oír, no supe ver la sinceridad en sus palabras, en sus lágrimas, no, mi puto orgullo y mi cabeza tenían que pensar en lo peor sin querer ver la realidad de todo esto, soy lo peor, no la merezco, ella merece a alguien mejor que la sepa cuidar como se merece no un crío como ha dicho Liam, soy una mierda y lo soy por haber hecho llorar a la persona que amo. Ella ahora no quiere saber nada de mí, es un hecho y ahora mi vida ya no tiene razón de peso para ser feliz. Fui directo a la cocina y busqué como un loco cualquier botella, me encontré con una, la única que me quedaba, la cogí y fui hasta el salón, me tiré en el sofá y comencé a beber, sólo quería beber y olvidar, beber e ignorar todo el dolor, mi corazón estaba muerto y mi alma estaba con ella, porque ella llego a mi vida para llevarse  mi corazón, para siempre, bebí  hasta perder la razón.

Narra Verónica.

-Yo: ¿Cómo te fueron las clases?.-Dicho esto introduje un trozo de tomate en mi boca.
-Carlos: Bien, cómo siempre algo pesadas pero bueno, es lo que hay.-Sonrió para dar un trago de cerveza.
-Yo: Me alegro.-Le devolví al sonrisa.
-Carlos: ¿Qué has decidió?¿Vas a querer ir a casa de Harry?.-Preguntó algo serio.
-Yo: Carlos.. ya hablamos de eso y sí, iré.-Afirmé.
El negó con la cabeza.
-Carlos: ¿A qué hora?
-Yo: A las 9, haber si con suerte me prepara la cena.-Intenté bromear para quitar tensión en el ambiente.
-Carlos: De acuerdo.-Dijo poco convencido.
Terminamos de comer y decidimos salir a correr un poco, necesitaba liberar tensiones. Me coloqué unas mallas negras y una camiseta básica blanca de mangas cortas, recogí mi pelo en una trenza y me puse las zapatillas, una vez lista baje dónde  Carlos me esperaba.

-Carlos: Dios Vero que energía tienes.-Dijo abriendo la puerta de la casa.
-Yo: Exagerado.-Reí entrando en su casa.
-Carlos: Me iré a duchar.-Sonrió  y subió la escalera. Yo decidí ducharme también, estaba extremadamente sudada y con calor. Me di una ducha templada y salí, me puse delante del armario pensando en que ponerme para ver a Harry, aunque pensándolo bien..
1-Me ha visto de todas formas.
2-Sólo voy a su casa.
3-Quizás me cierre la puerta en la cara así que para que arreglarse tanto.
Después de razonar, opté por unos jeans ajustados, un abrigo negro de manga larga y unos botines negros. Sequé mi pelo con el secador y lo dejé caer formándose algunas ondas en las puntas. No me puse mucho maquillaje, un poco rímel y brillo en los labios, me eché colonia, cogí mi móvil y bajé abajo. Carlos estaba comiéndose una manzana en la cocina. Antes de ir con él decidí llamar a mi hermano.

'Conversación telefónica'

-Víctor: Princesa.-Pude notar en su tono la ilusión que tenía porque lo llamé.
-Yo: Princeso.-Reí.
-Víctor: Te echo de menos y solo llevas fuera un día.
-Yo: Y yo.-Suspiré.
-Víctor: ¿Qué tal con Carlos? ¿y Harry?
-Yo: Machote, las preguntas de una en una.-Volví a reír.
-Víctor: mandona.-Bufó.
-Yo: A ver, con Carlos genial, ya sabes cómo es él y con Harry pues.. aún no lo vi, justo dentro de nada Carlos me llevara a su casa haber que pasa..-Dije triste.
-Víctor: Levanta ese ánimo, estas dónde siempre quisiste en LONDRES, pase lo que pase yo voy a estar a tu lado y si hace falta ir a Londres ya, iré.
-Yo: Siempre consigues alegrarme tonto.-Sonreí.
-Víctor: pequeña te tengo que dejar, he quedado con Nick y más gente para salir..cuando hables con Harry llámame y me cuentas ¿De acuerdo?
-Yo: Sí. Ve y disfruta y dale un beso a Lucía de mi parte. Ah y no te pases con el alcohol, ah  y no acoses a nadie por favor.-Reí.
Oí un gruñido al otro lado del teléfono.
-Víctor: Aunque estés a mil kilómetros de mi vas a seguir mandándome?
-Yo: Creo que sí.
-Víctor: Te quiero payasa.
-Yo: Y yo inútil.

'Fin conversación telefónica'

Hablar con mi hermano siempre me deja bien, me hace reír y eso me encanta, volví a la cocina.
-Carlos: ¿Hablabas con Víctor no?-Rió.
-Yo: Sí ¿cómo lo sabes?-Alcé un ceja.
-Carlos: Ay Vero Vero..*rió* os conozco de hace ya muchos años, sé  como son vuestras conversaciones, nada normales.-Volvió a reír y yo lo fulminé con la mirada.
-Carlos: Vale, no me pegues.-Alzó las manos en defensa y no pude evitar reír.
-Yo: Anda, vamos ya.-Dije impaciente, él suspiró y salimos, le di la dirección de su casa y el trayecto en ese maravilloso coche duró unos 20 minutos. Guao, la casa era enorme, aunque ¿Vero de que te asustas?.-Se burló mi subconsciente. Pues a veces me olvido de que se trata de Harry Styles. Carlos aparcó y cruzó conmigo la calle, llegamos a un jardín y caminamos hasta la puerta.
-Carlos: Tengo turno hasta las 2, pero cualquier cosa tú llámame y vendré a por ti ¿de acuerdo?
-Yo: Sí sargento.-Reí y lo abracé antes de que él pudiera rechistar. Le di un beso en la mejilla y vi como se alejó con su coche, voltee hacía la puerta, mi corazón comenzó a agitarse, era ahora o nunca, respiré 3 veces y con mis nudillos toqué la puerta con fuerza. Pasaron minutos y nadie abría ¿no estaría?¿Estaría con otra?¿Estaría de fiesta? Pensé en llamar nuevamente, toqué con más insistencia esta vez pero nadie abría, rendida me di la vuelta y me dispuse a salir de allí derrotada pero algo me hizo parar, una voz, una sensación, un sentimiento, un calor extraño de un presencia conocida, oí la puerta y con un poco de miedo volteé para encontrarme con mi ángel, pero esta vez no brillaba, estaba apagado, oscuro, muerto, sus hinchados ojos me miraba incrédulo, cómo si lo que estuviera viendo no fuera real, cómo si yo fuera una visión, mis pies se paralizaron, no sabía qué hacer, ni que decir, él tampoco decía nada, sólo estaba parado en la puerta, a lo lejos pude observar su aspecto, llevaba unos jeans y no llevaba camiseta, iba descalzo, su pelo estaba demasiado despeinado, tenía ojeras y sus ojos lo delataban, había llorado o lo estaba haciendo, mi ángel no relucía, pasó a la sombra.

-Harry: ¿Eres real? ¿tú estás aquí?.-Dijo con dificultad. No no podía ser..¿Estaba ebrio?

Capítulo 82.

CAPÍTULO 82.
Narra Verónica.

Una voz taladrándome el oído y un zarandeo en mi brazo me hicieron volver al mundo, abrí los ojos y me encontré con un par de ojos azules mirándome atentamente.
-Niall: Hemos llegado, dormilona.-Rió.
Me incorporé y me levanté junto a Niall, saludé a Liam y bajamos, puse mi primer pie en el suelo y sentí un escalofrío recorrerme todo el cuerpo, esto siempre fue un sueño, estar en Londres y lo que nunca me imaginé que estaría con mis ídolos que se convirtieron en grandes amigos y este es el mejor regalo. Sonreí y lo observé todo  a mi alrededor, me sentí libre, fue como dejar atrás mi triste pasado.
-Niall: ¿Contenta?.-Dijo sacándome del trance.
Yo no dije anda, simplemente lo abracé, no tenía palabras para describir todo lo que sentía en ese momento, el me abrazó fuerte y pude sentirlo conmigo, todo era perfecto, todo en este instante era perfecto. Nos separamos y la piel se me puso de gallina, me di cuenta de que hacía frío, y yo solo llevaba  unos shorts y una camiseta de tirantes, serás gilipollas, EN LONDRES NO HACE EL TIEMPO QUE HACE EN ESPAÑA.-Me gritó mi querido subconsciente.
-Liam: ¿Tienes frío?
-Yo: Un poco.-Reí.
-Liam: Anda toma *se quitó su chaqueta* a quién se le ocurre venir a Londres así.-Dijo poniéndomela mientras reía.
-Yo: No pensé, sólo eso.-Reí.
Ya con la chaqueta de Liam me sentí mucho mejor, su calor corporal estaba impregnado en ella, recordé que tenía que llamar a Carlos.
-Yo: Chicos, voy a hacer una llamada.-Dije y me alejé un poco mientras ellos cogían las maletas.

'Conversación telefónica'

-Carlos: Nueva Londinense.-Rió.
-Yo: guiri.-Bromeé.
-Carlos: ahora tú también lo eres.
-Yo: Idiota. ¿Piensas recogerme o me dejarás tirada?
-Carlos: ¿No crees que tendrías que haberte vestido un poco más para venir?.-Rió.
-Yo: ¿Pero como sabes tú como voy yo?

'Fin de conversación telefónica'

No me dio tiempo a reaccionar unos brazos me atraparon por la cintura levantándome por los aires, di un grito y esa risa me calmó, era Carlos comenzó a reír, me dejó en el suelo  y voltee. Vaya con Carlos, Londres le está sentando genial, siempre fue guapísimo pero ahora lo está más o será que hace ya que no lo veo.
-Yo: Vuelve a darme un susto así y te mato.-Apunté con el dedo.
-Carlos: ¿Pero qué recibimiento es este señorita?-Dijo indignado.
Yo reí y me lancé a sus brazos, echaba mucho de menos a Carlos, él siempre fue un apoyo importante, siempre estuvo ahí y sus abrazos siempre fueron de los mejores.
-Yo: Estás más fuerte eh.-Dije mientras sus brazos me apretaban.
-Carlos: Será el deporte.-Rió.-Tú estás  igual de bonita que siempre.-Dijo separándome de él para mirarme a la cara, sus ojos marrones me miraban con cariño y su sonrisa me alegraba, me ruboricé, como siempre algo normal en mí y el rió.
-Yo: Anda ven, que te presento a alguien.-Dije tirando de su brazo hasta Niall y Liam.
-Yo: Ellos son Liam y Niall, aunque ya lo sabes por mí.-Reí.-Chicos él es Carlos.-Sonreí y los tres estrecharon la mano.
-Liam: ¿Entonces te vas con él?
-Yo: Sí, necesito que me deis la dirección de Harry y la vuestra si queréis que vaya a dar por culo un rato.-Reí.
-Carlos: Un momento.. ¿Harry no sabe que estás aquí?.-Dijo confuso.
-Yo: Cuando lleguemos a tu casa, hablamos.-Dije seria y él frunció el ceño.
-Liam: Cuando llegue te mando un mensaje con las direcciones.-Sonrió y seguidamente me abrazó.
-Niall: Tú, yo, Nando’s.-Dijo abrazándome.
-Yo: Trato hecho.-Reí y di un beso en su mejilla.
Pude ver como un furgón negro vino a por ellos, seguro era Paul, los vi alejarse y Carlos cogió mis maletas.
-Carlos: Pero niña ¿Qué traes aquí?
-Yo:  Mis cosas idiota y eso que no lo traje todo.-Reí.-Anda dame ya las llevo yo.
-Carlos: Tú quieta, las llevo yo.-Dijo serio y no tuve más remedio que aceptar, caminamos hasta un aparcamiento que había cerca del lugar y vi que se acercó a un precioso coche rojo.
-Yo: ¿Es tuyo?.-Dije pasando mi mano por el capó.
-Carlos: Todo mío.-Sonrió orgulloso.
-Yo: Si que te pagan bien en el local ese eh.-Reí.
-Carlos: Digamos que sí.-Rió.
Me abrió la puerta de copiloto y entré en el maravilloso coche, toda la tapicería era negra, los asientos eran de cuero, oh dios maldito Carlos que coche. Él rodeó el coche y entró, arrancó y enseguida pusimos camino a su apartamento, yo saqué la cabeza por la ventanilla, dejando que el aire fresco golpeara mi cara, iba como una tonta observando cada sitio por el que pasábamos, esto es increíble, las calles de Londres, el ambiente, la gente, creo que moriré.
-Carlos: ¿Te gusta?.-Su voz me sacó de mi paraíso, voltee y miré hacia él que iba concentrado en el volante con una gran sonrisa, me encantaba verlo así, se nota que le va genial en Londres.
-Yo: Esto.. esto es..increíble.-Dije en un gran suspiro mientras sonreía como una tonta. Él quitó la vista del volante y me miro.
-Carlos: Ahora que tú estás aquí es más increíble.-Dijo y volvió a mirar a la carretera.
-Yo: Tú siempre tan caballeroso rubio.-Reí, sabía que le daba coraje que lo llamase así.
-Carlos: Soy moreno, no me digas rubio.-Bufó y yo reí.
Él puso la radio y comenzó a sonar la gran voz de Bruno Mars con locked out of heaven, está canción siempre me hacía bailar, me dejé llevar olvidando la presencia de Carlos y comencé a cantarla mientras bailaba en el asiento como una loca, Carlos comenzó a reír y yo también.
-Carlos: Hace tiempo que no te veía así, y me encanta.-Sonrió.
-Yo: oh yeah yeah oh yeah yeah yeah UH.-Grité presa de un ataque de risa.
El camino duró media hora hasta que llegamos, Carlos aparcó delante de una casa, no muy grande pero bastante bonita. Vino corriendo a abrirme la puerta, me tendió la mano para salir del coche y la acepté, una vez fuera sacó mis maletas y fue hasta la puerta de aquella casa, lo seguí y entramos,  era bastante acogedora, y la tenía decorada totalmente a su estilo, siempre le fue lo rústico, la madera y todas esas cosas.
-Yo: ¿No vivías en un piso?.-Dije confusa mientras observaba el interior del salón.
-Carlos: Ya no, me mudé, quería tener mi casita particular.-Rió.
-Yo: Está muy bien.-Sonreí.
-Carlos: Hay un problema.-Dijo rascando su cabeza.
-Yo: ¿Cuál?
-Carlos: Bueno la casa tiene habitación de invitados pero como yo pensé que no tendría a nadie no compré otro colchón y pues.. solo tengo mi cama.
-Yo: ¿y? Yo duermo en el sofá tonto.-Reí.
-Carlos: De eso nada, tú en la cama y yo aquí.-Dijo serio.
-Yo: Que no, encima de que invado tu hogar ¿te echo de tu cama? No cariño no.
-Carlos: Ya lo veremos.-Desafió.
-Yo: Será mejor que lleve las cosas arriba.
Cogí las maletas pero él me las arrebató y subió disparado hacia arriba, suspiré y lo seguí.
-Carlos: Este es el cuarto de invitados, hay armarios y un baño, puedes dejar tus cosas aquí.-Dijo sonriendo.-Ahora voy a preparar algo para comer, te aviso.-Dicho esto salió de allí y yo me senté en una silla que había al lado de la puerta. Estaba en Londres y aún no lo creía, yo necesitaba saber de Harry, dónde estaba, cómo estaba, yo quería verlo y que me escuchara, que me diera la oportunidad de oírme, pero será mañana, hoy estoy agotada y tengo que asimilar mi llegada a Londres. El pitido de mi móvil me aceleró, lo saqué del bolsillo trasero de los shorts y vi que era un mensaje de Liam, me daba las direcciones, sus casas no quedaban muy lejos unas de otras, decidí contestarle.

''Gracias Payne. ¿Louis y Zayn están aquí? Por cierto, tengo tu chaqueta xx''

La respuesta no tardó en llegar.

''Denada señorita, no hasta la semana que viene no regresan. No te preocupes, quédatela y cuando vengas a visitarme me la devuelves xx''

Guardé el móvil y comencé a colocar algunas cosas en los armarios, menos mal que traje ropa de invierno, dios, acostumbrarme a esto me costará. Cuando terminé Carlos me llamo desde abajo para comer, me quité la chaqueta de Liam y la doblé, la coloqué en el armario y me puse una sudadera  mía de adidas, bajé y ya estaba la mesa puesta.
-Carlos: Hice sopa de verduras con filete de pollo.-Dijo sonriendo.
-Yo: Estoy loca por comer lo que hiciste, huele bien.-Dije inhalando el olor que había en la cocina.
Nos sentamos y el almuerzo fue muy divertido, Carlos me contó cómo le iba por aquí, y yo le conté lo de Harry, él se enfado un poco pero al final fue comprensivo conmigo, aunque si ahora viera a Harry lo mataría seguro. Terminamos de almorzar y yo me ofrecí a fregar los platos ya que el cocinó, después de muchas insistencias aceptó, terminé y fui con él hasta el salón.
-Carlos: Esta noche tengo turno de 10 a 2 en el local, tú vendrás.-Afirmó.
-Yo: Pero Carlos yo..*me interrumpió*
-Carlos: He dicho que vendrás, no te dejaré sola y además así sales y de distraes, te presentó a algunos amigos y conoces un poco el ambiente de aquí.
No me quedó más remedio y acepté aunque ahora no tenía muchas ganas de fiesta, sólo tenía ganas de verlo a él..

El resto del día fue divertido, Carlos tras saber lo de Harry no dejó de hacerme reír y distraerme en todo momento cosa que agradecía, con él siempre me olvidaba de todo  y reía. Me enseñó su dormitorio y volvimos a discutir sobre el tema de dormir, seguimos sin dejar nada claro. Después hicimos un poco de zapping. Y fui a arreglarme, a las 9 y media nos teníamos que ir, no sabía exactamente que ponerme, Carlos me dijo que es un local grande, que siempre está muy ambientado, por lo tanto me arreglaré. Me puse unos jeans negros ajustados y una camisa blanca metida por el pantalón, me puse unos tacones negros y dejé que mi pelo tomara la forma que quisiera sobre mí, me maquillé ya que mi cara era un desastre, tenía algunas ojeras y estaba desastrosa. Cogí mi móvil y bajé, Carlos me esperaba en la puerta.
-Carlos: Está noche necesitarás un escudo para protegerte de los moscardones.-Dijo mirándome de arriba abajo.
-Yo: Tu eres tonto.-Dije notando como mis mejillas tomaban un tono distinto. Lo observé e iba realmente bien, jeans negros y camisa azul, supongo que sería lo que tendría que llevar.
Salimos y decidí ir caminando, quería ver las calles en la noche y Carlos aceptó, tomó mi mano y me llevó hasta el famoso club, yo iba totalmente embobada mirando para todos lados, parecía tonta pero aun no me creía que estuviera aquí. Cuando por fin llegamos pude observar el montón de gente que entraba dentro, la música se oía desde fuera, Carlos tenía razón respecto a lo del ambiente, apretó mi mano y entramos, abrí los ojos como platos, todo era gigante, dos barras extra largas, luces de colores por todos lados, zonas vip, sillones de cuero rojo y negro, era alucinante. Carlos me llevó hasta la barra dónde había una chica  algo mayor que él con una falda negra y camisa azul, también trabajaría aquí.
-Carlos: Sam, ella es la chica de la que te hablé. Vero ella es Sam, una compañera de trabajo.
La chica me sonrió amablemente y me dio dos besos los que correspondí, parecía maja.
-Yo: ¿Entras ya a tu turno?.-Dije en su oído para que me oyera.
-Carlos: Sí, estaré por aquí, puedes quedarte y tomar algo o sino únete a la fiesta.
-Yo: Me quedó aquí, ponme vodka violeta camarero.-Bromeé y el rió.
-Carlos: Sus deseos son órdenes para mí.-Dicho esto se alejó un poco y yo me acomodé en el taburete que había a mi lado.  La música retumbaba en mi pecho, era brutal. Carlos apareció y con él mi bebida, la dejó en la barra.
-Carlos: Esto corre a cargo de mi cuenta.-Dijo sonriendo.
-Yo: Gracias.-Sonreí y di un gran sorbo del vaso, sintiendo ese ardor que me era placentero por mi garganta, él siguió con su trabajo atendiendo a la gente y yo me relajé un poco.
Xx: Tequila Carlos.-Gritó un chico que se colocó a mi lado, era alto, moreno y fuerte.
-Carlos: Aquí tienes, hacía ya un tiempo que no te veía por aquí.
Vaya por lo visto se conocían.
Xx: Me fui unas semanas a nueva york con mi hermana.-Dijo después de dar un sorbo a su bebida.
-Carlos: Te presento a Vero, es una  buena amiga de España, Vero él es Tom.-Dijo mirándome, él chico volteo y me escaneó con la mirada cosa que me molestó un poco, después de acercó y me dio dos besos en la mejilla.
-Tom: Un placer preciosa.-Dijo sonriendo.
-Yo: Igualmente.-Le devolví al sonrisa.
Carlos volvió a lo suyo y aquel chico se quedó a mi lado.
-Tom: ¿Con que.. de España eh?
-Yo: Sí, ¿tú eres de aquí?
-Tom: Sí, me gustan las españolas.-Dicho esto volvió a dar un sorbo de la bebida y volvió a mirarme.
-Yo: Gracias.-Sonreí.
-Tom: Ahora tengo que irme pero me encantaría verte otro día.
-Yo: Claro, yo estaré con..Harr..con Carlos.-Dije aturdida, Harry una vez más volvió a mi cabeza.
El se acercó a mí y volvió a besarme en la mejilla.
-Tom: Hasta pronto preciosa.-Dijo en mi oído.
Yo me limité a sonreír y él se alejó, volví a dar un trago acabándome toda la bebida,  no sé porque pero el tal Tom no me daba buena espina. Las horas pasaron y llegaron las 2, Carlos se despidió de algunos amigos y nos marchamos a casa, la cabeza me iba a estallar, sólo tomé una copa pero la música y Harry me hicieron demasiada presión. 
-Yo: Mañana tienes que llevarme a casa de Harry por favor.-Dije mientras caminábamos.
-Carlos: Pero ese idiota no te merece, te dejó tirada Vero.-Bufó.
-Yo: Carlos..-Suspiré.
-Carlos: Está bien, está bien, pero como te haga daño yo mismo le partiré la cara.
-Yo: Todos los hombres  sois iguales.-Reí.
-Carlos: Todos no.-Protestó.
-Yo: De acuerdo, casi todos.-Reí.

 Por fin llegamos a casa, ambos estábamos cansados y fuimos directos a dormir, yo quise quedarme en el sofá pero Carlos me obligó a irme a la cama, le dije que se quedara que no me importaba y aceptó, una vez tumbada observe como Carlos dormía plácidamente, cogí la foto de Harry y pase mis dedos por su sonrisa, una lágrima se me escapó, Carlos era una genial compañía pero yo estaba vacía por dentro sin él, sentía frío sin su calor, yo lo necesitaba y mañana sería la última oportunidad que tengo para recuperarlo, entre algunas lágrimas me dormí.

Narra Harry.

Un fuerte dolor de cabeza me despertó, abrí los ojos y volví a mirar a mi lado para ver si ella estaba conmigo pero no.. un día más sin despertar con ella, esto era un infierno. ¿A quién quise engañar? Sin ella mi mundo de viene abajo, desde que me vine no he hecho otra cosa que no sea pensar en ella, y beber para olvidarme de todo. Me levanté y fui abajo, me encontré la botella de vodka tirada en la mesa de la cocina, por eso me dolor de cabeza, anoche bebí hasta perder el conocimiento, cogí la botella y con todo el coraje la tiré a la basura, busqué una pastilla para el dolor y me la tomé, iba a volver a mi habitación pero en ese momento sonó el timbre. Me pareció extraño, no avisé a nadie de que llegué aquí, subí corriendo arriba y me puse unos jeans, bajé y abrí la puerta.
-Tom: Amigo.-Sonrió.
-Yo: Tom, ¿cómo supiste que llegué?.-Dije extrañado.
-Tom:  twitter,  tus fans rastrean cada uno de tus movimientos.-Rió.
Yo no estaba para muchas risas.
-Yo: ¿Qué quieres?.-Dije seco, pues por un momento pensé que ella podía ser la que llamaba a mi puerta pero era imposible, yo la dejé destrozada en España y ella ya no querrá verme. Tom me sacó de mis pensamientos.
-Tom: ¿Dormiste mal? Vaya humor tío, hueles a alcohol.-Dijo acercándose a mí, yo me eché para atrás y lo invité a pasar. Llegamos al salón y me senté.
-Tom: ¿Por qué estas así?.-Dijo mirándome.
-Yo: Estoy bien, no sé que me ves de malo.
-Tom: Mira que cara tienes, estás malhumorado y hueles que apestas a alcohol.
-Yo: No tengo que darte explicaciones.-Definitivamente hoy no estaba para visitas, sentía pagarlo con Tom pero no podía hacer otra cosa.
Él suspiro y asintió con la cabeza.
-Tom: Bueno venía a ver como estabas aunque ya lo veo y a contarte algo.-Dijo emocionado.
-Yo:  tú dirás.
-Tom: Anoche fui al funclub y conocí a una española preciosa, la tenías que ver dios, estaba buenísima.-Dijo sonriendo. Cuando dijo española mi princesa volvió a mi cabeza, no podía estar peor, la necesitaba.
-Yo: tú siempre pensando en lo mismo.-Reí aunque paré, la risa me retumbaba en toda la cabeza y me dolía.
-Tom: Estaba muy buena joder con las españolas, pues se llamaba Vero, Verónica.
Todo mi cuerpo se congeló, el dolor de cabeza me apretó con fuerza, Vero dijo VERO. ¿Ella estaría aquí?¿Pero si está aquí porque no vino  a verme?¿Será que de verdad ya  no quiere saber nada de mí?¿pero y con quién estaba ella en ese local? Víctor tenía razón, me iba a arrepentir. Mi tormento comenzó de nuevo, las mil preguntas asaltaron a mi mente sin dejarla respirar.
-Tom: ¿Todo bien?.-Dijo sacándome de mis pensamientos.
-Yo: Sí, perfecto.-Mentí.-Descríbela.-Ordené.
-Tom: Era alta pero intuyo que los tacones que llevaba la ayudaban a serlo, pelo largo, castaño claro y ojos verdes, preciosa.

Mi cuerpo se congeló aún más, era Vero, ella..

jueves, 29 de agosto de 2013

Capítulo 81.

CAPÍTULO 81.
Narra Verónica.

Todo el humo de aquel lugar se metía por mis fosas nasales, podía inhalar con facilidad el humo que habitaba en el ambiente de aquel local, lo respiraba haciéndolo llegar a lo más hondo de mis pulmones, intentando evadirme de todo y de todos, cogí mi vaso que estaba en la barra y bebí todo el ron de un solo trago, sintiendo como descendía por mi garganta, creando una especia de ardor, picaba, ardía, era placentero, sólo esto me haría olvidar toda la mierda que tenía encima, el volumen de aquella fuerte música casi llegaba a taponar mis oídos, mi vista estaba totalmente perdida, iba a dar el último trago a mi bebida pero una mano me arrebató brutalmente el vaso haciéndome salir de mi mundo.
-Liam: Ya basta, Vero deja de hacerte daño.-Dijo soltando el vaso en la barra.
-Yo: Dame mi vaso.-Ordené. Era el tercero, estaba algo ida pero sabía muy bien lo que hacía.
-Liam: Se acabó de beber, no te voy a dar nada, nos vamos.-Dijo cogiéndome del brazo, me llevó entre la muchedumbre que bailaba descontroladamente  y logramos salir a la calle, una vez allí me solté de su agarre.
-Yo: No me quiero ir, está es vuestra despedida.-Escusé.
-Liam: ¿Eso significa que no vas a venir?.-Dijo cogiendo mi cara entre sus manos.
Sí, Liam y Niall volvían mañana a Londres y después de lo sucedido me propusieron viajar con ellos, alojarme allí e arreglar las cosas con Harry, al principio estuve decidida iría, pero visto lo visto las ganas se esfumaron,  aunque Harry se fue ayer, no he recibido ni un mensaje, ni una llamada, nada, para colmo tampoco a twitteado, no responde a las llamadas de los chicos NADA. Quizá Sergio comience a tener razón, sólo fui un juego para él. Obtuvo lo que quiso de mi y cuando se cansó se marchó dejándome  muerta en vida, como antes de que lo conociera.
-Yo: No creo que sea lo correcto, él pasa de mí lo ha dejado claro.-Dije bajando mi mirada, sus manos me soltaron y él me abrazó, una vez más Liam volvía a cuidarme, la cabeza me daba vueltas, la música, el alcohol y el tabaco me dejaron loca.
-Liam: él ha hecho eso en un impulso, te puedo asegurar que está fatal, pero su orgullo y el no querer saber como ocurrieron las cosas lo reprimen, lo conozco pequeña.-Susurró acariciando mi pelo.
Me separé un poco de él y miré a sus ojos, su mirada era sincera, sus palabras también.
-Yo: Iré pero.. me quedaré en el piso de Carlos, tú y Niall necesitáis vuestro espacio y ni loca voy a acoplarme en la casa de Harry sin saber si me acogerá o me cerrará la puerta en las narices.-Dije irritada.
-Liam: Sabes que no eres una molestia, que puedes quedarte en mi casa o con Niall si quieres, pero bueno no te voy a presionar.-Dijo sonriendo.
-Yo: Iré con Carlos.-Afirmé, el asintió y me volvió a abrazar.

Me levanté con un fuerte dolor de cabeza, me incorporé en la cama y me encontré con mi hermano a mi lado, durmiendo como un pequeño, su imagen era jodidamente adorable. Ahora recuerdo por que estaba aquí, recuerdo sus palabras anoche cuando llegamos del local

''mañana te vas, y necesito dormir contigo pequeña''

 Así hizo, dormió dándome la mejor de las protecciones, me acerqué a él y acaricié su mejilla, él dio un gruñido y yo reí, tomé mi móvil y vi que eran las 6 de la mañana, el avión salía a las 8, me levanté, fui al baño y me di un relajante baño para que todos mis músculos se relajasen, cuando estaba apunto de caer dormida en la bañera el pitido de mi móvil me sobresaltó, sequé mi mano con la toalla que tenía al lado y rápidamente lo cogí con la esperanza de que fuera Harry pero no.

Mensaje.

''Mi pequeña, buenos días. Cuando llegues me llamas y voy a recogerte ¿De acuerdo? Te quiero :) Carlos.’’

Yo sonreí por el cariño de Carlos, me hacia falta verlo, contarle y que él me aconsejará como siempre hizo. Contesté.

''Grandullón, buenos días. Claro, te llamo cuando lleguemos, tenemos muchas cosas que hablar.. te quiero. Vero :)’’

Dejé el móvil en la pila y terminé mi relajante baño, cuando me arreglé salí y mi hermano recién se despertaba.
-Yo: Buenos días gordo.-Reí.
-Víctor: Gorda tú.-Bromeó.-Y no son buenos días.-Dijo cabizbajo.
Joder, sabía que lo decía porque me iba, era la primera vez en 18 años que me iba a separar de mi hermano, el que siempre estuvo ahí para salvarme, el que siempre estuvo ahí para regañarme, y el único que me protegía, ¿de verdad aguantaría mucho tiempo sin él? Lo dudo.
Me acerqué a él que estaba de pie al lado de la cama y lo abracé, me puse de puntillas y escondí mi cara en su cuello, no quería llorar porque no quería que la última imagen que tuviera de mí fuera llorando, así que me tragué las lágrimas creando un fuerte nudo en mi garganta. El me apretó con sus fuertes brazos.
-Victor: ¿Qué voy hacer yo ahora eh?.-Susurró.
-Yo: Quiero que vengas.-Dije entrecortada, el nudo en mi garganta hacía presión, no lo podría soportar por mucho tiempo.
Él notó mi ansiedad y me separó de él, cogió mi cara entre sus manos y me hizo mirarlo, sus perlas azules me miraban con ternura ala vez con tristeza y también me decían que tenía que ser fuerte.
-Víctor: Te prometo que cuando tenga un hueco iré, no lo dudes mi amor.-Susurró y besó con fuerza mi frente.-Pero escúchame bien *Asentí* necesito que estés bien, pase lo que pase con Harry  prométeme que serás fuerte, anoche hablé con Carlos y sé que te dejo en buenas manos y además estarán los chicos. Tú eres fuerte pequeña, tú lo aprendiste a ser, tienes que serlo por mí ¿de acuerdo?.-Dijo examinándome con la mirada.
No pude aguantar más, el nudo en mi garganta se desató y las lágrimas comenzaron a caer.
-Víctor: No quiero lágrimas.-Dijo mientras las iba quitando con sus pulgares.
Yo: Te quiero imbécil.-Sollocé.
El soltó una leve risa y me apretó a él, hundí mi cara en su pecho e inhale su suave olor, me sentía tan segura, tan protegida.
-Víctor: Te amo, eres la luz de mis ojos, eres mi pequeña, mi pequeño tesoro ese que siempre deseé y papá y mamá me dieron y ese regalo eres tú.-Pude notar su voz vidriosa, él comenzaría a llorar en breves. Cuando nombró a mi padre todo mi cuerpo  reaccionó, lo necesitaba, necesitaba a mi padre. Las palabras que me acaba de decir Víctor me dejaron boquiabierta. ''eres la luz de mis ojos'' sólo él podía decirme esas cosas tan hermosas.
-Yo:  uro que te quiero más que a mi vida, eres un idiota pero te quiero.-Susurré y vi como una lágrima caía por sus perlas azules, con mis dedos las quité y el sonrió.
-Víctor:  Te exijo que me llames todos los días, skype o lo que te de la gana pero que hablemos cada día, no es una pregunta es una orden.-Él y su sobreprotección, me recuerda tanto a..Harry.
-Yo: Que sí bobo ¿de verdad piensas que no te llamaría?.-Dije y un golpe con mi índice en su frente, este frunció el ceño y después rió.
-Víctor: Más te vale.-Amenazó y yo reí.-También quiero que te plantees lo del conservatorio, sería genial que entraras y te formaras, piénsalo.-Yo asentí.
-Yo:  Será mejor que te vistas, a este paso el avión de nos va.
-Víctor: Echaré de menos esto.-Dijo nostálgico.
-Yo: ¿El qué?
-Víctor: Que me mandes, que vayas de madre autoritaria.-Rió.
Yo suspiré y golpee su brazo con delicadeza.
….

-Yo: Mamá cuídate y cuida del loco de mi Víctor.-Dije mientras la abrazaba, era la primera vez que me separaba de ellos y me estaba costando una vida.
-Mi madre: Tranquila, estaremos bien, sólo me preocupas tú, llámanos ¿de acuerdo?-Dijo angustiada.
Yo puse una de mis manos en su mejilla y la acaricié.
-Yo: Estaré bien, no te lo digo nunca pero.. te quiero.-Sí por fin decía a Lucia que la quería. Ella abrió los ojos como platos y después me abrazó con fuerza, me dejé abrazar y pude sentir ese calor de madre, ese que solo se siente con ella.
-Mi madre: te amo.-Dijo dando un beso en mi cabeza. Me separé de ella y miré a mi hermano, su cara era un poema, sus perlas azules estaban apagadas, su mandíbula apretada y en su cara era imposible encontrar rastro de su hermosa sonrisa, Víctor siempre ha sido orgulloso, nunca permite que lo vean llorar, sólo se abre conmigo, muestra todas sus emociones conmigo y es algo que valoro.
-Yo: ¿Acaso  no me vas a despedir como me merezco?.-Dije abriendo los brazos, él me dedicó una pequeña sonrisa y vino hacia mí, sus brazos me cogieron por la cintura alzándome, quedando en el aire, enrosqué mis piernas por su cintura y me aferré a su espalda.
-Víctor: Te quiero mocosa, llámame, y tomate las cosas con calma.
-Yo:  yo te quiero más, pero no puedo irme de aquí sin ver tu sonrisa.-Dije y él sin dudarlo me regaló una de las mejores, pase mi mano por su pelo y lo despeiné un poco, reímos, me soltó en suelo con delicadeza.
-Víctor: ¿Hermanos?.-Dijo alzando la mano.
-Yo: Hasta la puta muerte.-Dije y la choqué, sí a veces podíamos ser como dos críos pero eso era lo que más amaba.
En ese instante sonó la voz indicando que el vuelo saldría ya, me alejé un poco y dejé que los chicos se despidieran de mi hermano, los tres se cogieron un cariño impresionante, vi el gran abrazo que se dieron mi hermano y Niall, y después se unió Liam. Cuando terminaron con las despedidas Liam y Niall vinieron junto a mí y Niall me dio la mano. A lo lejos nos despedimos de mi madre y mi hermano con la mano.
-Víctor: CUIDAAAAAAAAAAAAAROS.-Gritó.
-Todos: Y TÚ.-Dijimos al unísono.

Terminamos de subir al avión, yo me senté con Niall y Liam se puso tras nosotros. Estaba jodidamente asustada, nerviosa, deprimida, feliz a la vez porque uno de mis sueños se cumpliría: pisar Londres, pensar eso suavizaba un poco la situación. Apoyé mi cabeza en el hombro de Niall y el vuelo comenzó, ahora todo estaba en manos del destino..

Capítulo 80.

CAPÍTULO 80.
Narra Harry.

No quise oír más, ya oí lo suficiente, parte de mi corazón se acaba de romper, mi cabeza no es capaz de asimilar la información dada hace minutos, sólo tengo en mente  ''Me beso..nos besamos'' esas palabras que pensé que nunca llegarían lo hicieron ¿Por qué? ¿No soy yo lo suficiente para ella? ¿y él?  Me paré en la puerta de su habitación, tenía unas ganas terribles de partirle la cara pero no soy así y menos en el estado que él se encuentra, ya tendré tiempo de  hablar con él, si es que es hablar. Seguí directo por el pasillo y baje abajo, salí al jardín y me senté en este, cogí un gran sorbo de aire fresco y aspiré, necesito pensar, necesito estar solo, definitivamente esa era la mejor opción. Llamaré a Paul.

'Conversación telefónica'

-Paul: Harry ¿Qué tal? ¿todo bien?
-Yo: Sí..bueno, sólo quiero que me saques un billete de vuelo para volver a Londres, lo necesito para mañana temprano.
-Paul: Está bien, pero.. ¿ocurre algo?
-Yo: Nada, es hora de volver ya.-Dije seco.
-Paul: De acuerdo, le dejaré un mensaje con la hora del vuelo, buenas noches.
-Yo: Adiós.

'Fin conversación telefónica'

Ya estaba echo, me iría a Londres mañana por la mañana, quizá eso sea lo mejor, necesito ver hasta que punto ella me hace falta, necesito pensar y aclarar la mente, y viajar será lo mejor.. o eso creo, pero ahora no hay tiempo de arrepentirse, ya está dicho.  Me levanté y al voltearme me encontré con Niall de brazos cruzados mirándome algo ¿molesto? Genial ahora tendría que dar explicaciones.
-Niall: ¿Mañana? ¿A Londres? ¿Qué?.-Dijo sin entender nada.
-Yo: ¿A ti no te enseñaron a no oír conversaciones ajenas?.-Dije algo irritado.
-Niall: Vamos, ¿Qué pasa?
-Yo: Que quiero volver, ¿es malo eso?
-Niall: Pero Harry..¿Vero?¿Lo sabe?
-Yo: No, no lo sabe, se enterara mañana.
-Niall: ¿Por qué te vas?¿la dejas?.-Dijo incrédulo.
-Yo: Necesito tiempo para pensar, estar solo, sólo eso..-Sentí como si me dieran un fuerte puñetazo en el estomago, me comencé a sentir solo, vacío y aún no me había marchado, por otro lado una parte de mí estaba llena de ira y de enfado, decepción quizá.
-Niall: De verdad que no te entiendo, nosotros volveremos pasado mañana.-Dijo cabizbajo.
-Yo: Pues muy bien.-Dije seco, pero es que mis ánimos no estaban para más.
-Niall: Eres  imbécil.-Dicho esto volvió a entrar y se fue.
Mierda, ahora pago con quién no lo merece, esto me está matando. ¿Ahora qué hago? Si vuelvo a la habitación me encontraré con algo que no quiero pero.. allí están mis cosas y bueno, dormiré en el sofá y mañana cuando todos duerman iré por mis cosas. Volví a la casa y me recosté como pude en el sofá, ¿a quién engaño? Me era imposible dormir, pero debía hacerlo. Me llegó el mensaje de Paul.

''El vuelo sale a las 8''

Puse la alarma del móvil  a las 6 para salir antes de que nadie pudiera verme y pronto me dormí.

Mi móvil sonó, lo que indicaba que era hora de levantarse, abrí los ojos y me incorporé en el sofá, me dolía toda la columna vertebral, que mal se duerme aquí. Me levanté y sigilosamente fui hacia mi habitación, cuando tenía el pomo de la puerta en mis manos un mano cayó en mi hombro, voltee y era Víctor, mierda las cosas se complican.
-Víctor: ¿Por qué cojones te vas así?.-Dijo enfurecido.
-Yo: Necesito hacerlo.-Dije volteándome para quedar frente con él.
-Víctor: ¿Qué ha pasado para que hagas esto?
-Yo: Pregúntale a ella, o no mejor pregúntale a tu amigo Liam.-Dije dando golpes en su hombro, él me miro confuso pero al segundo entendió lo que quise decir y negó con la cabeza.
-Víctor: Ni si quiera has oído como pasó ¿a qué no?
-Yo: Oí lo suficiente, oí que se besaron ¿para qué quiero saber más?
-Víctor: habla con ella, ella te explicará, seguro que hay una explicación para esto.
-Yo: Víctor si no te importa mi vuelo sale  a las 8 y tengo que irme.-Dicho esto voltee hacia la puerta hasta que su voz me llegó como puñaladas en mi espalda.
-Víctor: Tú mismo, pero vas a arrepentirte de esto toda tu vida, vas a perder a mi hermana y cuando te des cuenta de la gran gilipollez que hiciste será demasiado tarde.
No pude voltear para verlo, no pude hacerlo. Abrí la puerta con cuidado,  ella estaba en la cama, estaba encogida, parecía tener frío o sentirse sola, mis piernas solas se movieron hasta la cama, vi que tenía una foto en su pecho sujetada con una de sus manos, esa foto.. esa foto era la misma del hospital, era yo, mi alma se rompía nuevamente ¿de verdad sería capaz de alejarme de ella? ¿lo soportaría? ¿Víctor tendría razón? Mi cabeza no dejaba de atormentarme, decidí no darle más vueltas, me alejé y recogí todas mis cosas, me vestí y después de acabar cogí la maleta y fui hacia la puerta, antes de salir voltee para verla por última vez, tenía unas ganas  horribles de llorar pero no lo hice, tenía que sacar fuerzas, ella me decepcionó, ella se besó con Liam.. y lo que es peor CON LIAM.  Salí de la habitación y bajé, por suerte no había nadie, salí de la casa y fui en el furgón hacia el aeropuerto. Cuando llegué me senté en las sillas a esperar, miré la hora en mi móvil, las 7, aún quedaba una hora. Sólo me quedaba esperar..

Narra Verónica.

Un golpe frío me hizo despertar asustada, me incorporé y mire a mi lado, quise creer que todo lo que había ocurrido era una pesadilla, que cuando despertase, él estaría a mi lado, envolviéndome con sus brazos, pero no..él no estaba. Las lágrimas comenzaron a caer por mi cara, me levanté y solté su foto en la mesita, me di cuenta de que no estaban sus cosas ni su maleta, esto solo podía significar una cosa, no Harry no puede haberse ido, no, comencé a llorar con más fuerza aún, salí de la habitación y fui corriendo hasta abajo, pero no había nadie, tampoco en el jardín, no dejaba de gritar su nombre pero nadie respondió, él..él no estaba. Volví a mi habitación pero antes de entrar una mano me cogió por la muñeca, quise voltear y que fuera mi ángel el que estuviera ahí pero no, era mi hermano y su cara no me gustaba nada.
-Yo: ¿DÓNDE ESTÁ? ¿DÓNDE ESTA HARRY?.-Grité entre lágrimas mientras zarandeaba su brazo.
El agarró mis brazos con sus manos y me sostuvo quieta, yo no tenía fuerzas para nada ya, sólo para llorar.
-Víctor: Coge un vuelo a las 8 para Londres, él ya debe de estar en el aeropuerto.-Dijo tenso.
En ese momento sentí como cada parte de mi interior se volvía oscura, sentí que moría en mi vida, se iba sin mí, yo no podía permitir esto. Me solté del agarre de mi hermano y fui corriendo a la habitación, me puse lo primero que encontré y recogí el pelo en una cola alta, las lágrimas no dejaban de caer, salí por la puerta y mi hermano me miraba con confusión.
-Yo: Llévame a ese maldito aeropuerto YA.-Sollocé.
-Víctor: Vero..¿Estás segura de que quieres hacerlo?.-Dijo poco convencido.
-Yo: QUE ME LLEVES.-Grité.
El asintió y yo baje abajo a esperarlo mientras él se cambiaba, mi cabeza daba vueltas, me sentía aturdida, esta mañana todo estaba bien, todo era perfecto, el tiempo se tenía que haber parado en el hospital, cuando él me abrazaba y me decía que nunca se separaría de mi, promesa que no cumplió.
-Víctor: Vamos.-Dijo entrando al salón.
Yo no dije nada, lo seguí y montamos en su coche, miré el reloj y eran las 8 menos cuarto, joder no llegaré.
-Yo: Víctor por favor, acelera, no nos dará tiempo.-Dije nerviosa.
Él aceleró todo lo que pudo, el final de trayecto fue como una película de terror, yo estaba helada, las lágrimas no frenaron, todo me daba vueltas y me sentía..sola.
Cuando llegamos bajé corriendo sin esperar a mi hermano, me adentré y había mucha gente, yo necesitaba encontrar esos rizos, tenía que hacerlo, caminé apresurada hasta la zona de despegue y esa dichosa voz indicó que el vuelo salía. Me puse más nerviosa, la gente comenzó a moverse en dirección a la zona y yo fui tras ellos, vi como la gente subía al avión, no lo encontraba, las lágrimas comenzaron a caer con desesperación hasta que entre lágrimas logré ver sus rizos, el caminaba hacía las escaleras, me daba igual si no podía acercarme pero salí a correr como nunca.
-Yo: HARRY, HARRY ESPERA POR FAVOR.-Grité mientras llegaba hasta él, él se dio la vuelta y su cara cambio en cuanto me vio, se dispuso a seguir su camino pero yo me aferré a su espalda, no quería que se fuera, no así.
-Yo: No-no te va-vayas, no me de-dejes.-Sollocé mientras mojaba toda la camisa por su espalda.
Sus músculos se tensaron, él no volteo a mirarme, él no dijo nada, solo respiraba con fuerza.
-Harry: Tengo que irme, el vuelo sale ya. No hagas esto más difícil Vero.-Dijo su voz rota.
No quería, esto no podía estar pasando.
-Yo: Te quiero.-Sollocé. Él se soltó de mi agarre con suavidad y caminó por esa escalera sin voltear a verme, no me miro, cuando llegó al último escalón se detuvo, por un momento un rayito de esperanza creció en mí, pensé que el volvería a mis brazos, que al menos me miraría pero no lo hizo, terminó entrando a ese avión. Caí de rodillas al suelo, mis fuerzas eran nulas, las pocas que tenía las usaba para llorar, me dejó, me sentí sola, desnuda, vacía, empecé a oír mi nombre pero no voltee hasta que unos brazos me cogieron por la cintura y me levantaron.
-Víctor: No llores, pequeña por favor, él se va a arrepentir de haber hecho esto, te lo juro.-Dijo para pegarme a él, yo no dije nada, caí encima de su pecho y lloré, lloré hasta quedarme sin lágrimas.

-Víctor: Vamos, tienes que recoger tus cosas, nos vamos.-Dicho esto pasó uno de sus brazos por mi cintura y me llevó hasta el coche, el camino fue absoluto silencio, sólo se oían mis sollozos, estaba sola, yo no podría vivir sin él, no sentía esta sensación en mi cuerpo desde que entré al hospital, tengo miedo a recaer, a volver a dónde él un día me sacó. Sin Harry ya no tenía sentido vivir.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Capítulo 79.

CAPÍTULO 79.
Narra Liam.

Escuche un ruido que golpeó con fuera mi cabeza, tenía los ojos cerrados y los abrí con suavidad, me dolía todo, la cabeza, y sentía un fuerte pinchazo en mi costado, pude ver que estaba en el hospital, alcé un poco la vista y me encontré a Harry y Vero despidiéndose, Harry se iba y Vero se quedaba conmigo, vi como Harry salió de la habitación y antes de que ella volteara de nuevo a mí cerré los ojos para hacerme el dormido, no sé porque lo hice.
Se quedó en silencio, así pasaron unos minutos hasta que sentí como se hundía el colchón, su pequeña mano cogió la mía y la apretó, pude sentir su calor, su suavidad, lo frágil que era, de repente noté otra de sus manos en mi mejilla, cuando me tocó sentí un extraño ardor, sería por el golpe que me dieron, ella acarició suavemente la zona, ignoré el escozor y me centré en su tacto, oí un pequeño sollozo y al poco tiempo una humedad en mi pecho, mierda estaba llorando, no me dio tiempo a reaccionar ya que dejo caer parte de su cuerpo sobre mi pecho, me sentía tan de tenerla así, aunque me doliera un poco el costado, todo eso era ignorado por ella, puso su pequeña mano en mi pecho y comenzó a llorar con más fuerza, me estaba destrozando por dentro pero no podía despertar ahora por arte de magia, tenía que mantenerme. Ella comenzó a hablar y puse mis 5 sentidos en sus palabras.

-¿Es irónico verdad? Quién diría que Liam Payne podría estar así, que alguien le hubiera pegado de tal modo a LIAM PAYNE JODER.Ahora estás dormido y no me oirás pero me da igual, Liam eres increíble, antes de conocerte ya lo eras, yo te quería antes de conocerte y ahora imagínate. Tú siempre has estado ahí para ayudarme, cada consejo, cada abrazo, cada sonrisa que me has dedicado, cada risa que me has sacado. ¿Recuerdas el día que me encontraste en el salón llorando?  Me querías traer helado para que no llorase. ¿y la otra noche en la fiesta? Hiciste que me olvidara de todo por un momento. ¿Y ese día en el aeropuerto? Todo lo que me dijiste, lo de los cortes, lo de la comida, TODO. Gracias, gracias por todo, por cada cosa que has hecho por mí, nunca sabré como agradecértelo, ponte bien por favor,  te quiero.

Mi cuerpo quedó paralizado, todo lo que me acaba de decir entre lágrimas,  abrí mis ojos sin que se diera cuenta. Mi pecho estaba empapado por sus lágrimas, y ella estaba aferrada a mí como si tuviera miedo, parecía una pequeña asustada.  Esto quizá fuera un error, pero era ahora o nunca, sólo me dejé llevar por mis impulsos, agarré su cara con mis manos y la hice subir el rostro hasta encontrar el mío, sus ojos estaba hinchados, rojizos y alguna lágrimas seguía cayendo por sus mejillas.
-Verónica: Liam..-Susurró entrecortada.
-Yo: Sh, no llores.-Susurré y sin pensarlo más junté mis labios con los suyos, después de tanto tiempo podía sentirlos, eran suaves, cálidos, ella se quedó parada, impactada y sus labios no se movían, normal, no creo que se imaginara que podría hacer esto,  lo que me sorprendió es que sus labios comenzaron a moverse al ritmo de los míos, sus lágrimas frenaron, me sentía increíble en este momento, todo el dolor que sentía por los golpes fue curado por sus labios, quizá nunca más vuelva a probarlos así que quiero vivir cada segundo de este beso aunque sea lo último que haga. De repente ella se separó, se incorporó y comenzó a respirar algo agitada, sus manos estaban temblorosas, yo intente incorporarme un poco pero no pude, el dolor de mi costado me hizo caer de nuevo en la cama haciéndome soltar un gruñido. Ella lo vio y corrió para ayudarme, metió su brazo por mi espalda y me incorporé un poco. Se volvió a sentar en el borde de la cama, parecía que quería decir algo pero no lo hizo,  estaba cohibida y sin embargo yo me sentía el más feliz de todos.
-Yo: Me llego a morir y si no hago esto…no me lo fuera perdonado jamás, ni si quiera en la otra vida.-Susurré, fue lo único que alcancé a decir.
Ella volteo a mirarme, su mirada me pedía una explicación una respuesta, una salida.
-Verónica: Esto.. esto no debió suceder, no..-Dijo nerviosa y ..¿confundida?
-Yo: Ven.-Dije haciéndole un hueco en mi cama, ella miró dudosa pero al final se tumbó a mi lado, ninguno decía nada, para mí era confortable estar así, aunque ahora ella no entendiera nada para mí tenerla conmigo era suficiente, aunque fuera en un silencio.
-Verónica: ¿Por qué lo has hecho?.-Volteo para mirarme.
-Yo: Tenía que hacerlo, era ahora o nunca.-Dije algo nervioso.
Ella me miro aún confusa, volvió su mirada al techo y suspiró.
-Verónica: Harry..-Susurró, pude notar que las lágrimas pronto caerían por su cara y no quería eso así que la abracé, ella comenzó a llorar en mi cuello mientras decía cosas.
-Verónica: Harry, él no merece esto, yo lo amo, yo lo quiero, y ahora él me dejara, yo no puedo estar sin él, esto fue un maldito error.-Sollozó en mi cuello.
Sus palabras fueron como puñales en mi corazón. ''un maldito error'' ese conjunto de palabras me hizo más daño que todos los golpes que me dieron los tipos aquellos,  yo me resigné, sabía los riesgos que conllevaban besarla y sé que este era uno de ellos, yo no quiero perderla, yo la quiero y quiero que sea feliz, aunque mi corazón se rompa el mil pedazos porque no sea yo el que la llene.
-Yo: Tranquila, Harry no va a dejarte, él te necesita, no podría estar sin ti.-Dije acariciando su cabello intentando calmarla, todo lo que decía era un nudo en mi garganta, yo la quería y estaba diciéndole que otro la quería, que no la dejaría, es de imbéciles esto, pero yo.. yo la quiero, no quiero que sufra.
-Verónica: Liam yo te quiero, lo sabes, sabes que desde el primer momento fuiste alguien especial, me proteges, te preocupas por mí, me siento bien entre tus brazos, pero para mí eres un hermano, te amo, pero te amo como a un hermano.-Dijo subiendo su cabeza hasta encontrarse con mi mirada, sus ojos una vez más rojos e hinchados.

''te amo, pero te amo como a un hermano'' ''para mí eres un hermano''
Esas palabras una vez más se clavaron en mi corazón, pero yo no podía obligarla a nada, lo que tengo claro es que por nada del mundo la perdería, sus amistad era más valiosa que todo esto y quizá si un día Harry faltase yo podría estar con ella.
-Yo: Harry no tiene porque saber de esto.
Ella suspiró y se puso nerviosa una vez más, se separó de mi y se incorporó.
-Verónica: Jamás mentiría a Harry, para mi va a ser imposible mirarlo a los ojos y saber que pasó esto, yo…yo tengo que hablar con él.-Dijo algo asustada.
-Yo: Si Harry se entera..*me interrumpió*
-Verónica: Asumiré las consecuencias de mis actos, pero jamás mentiré a la persona a la que amo, sinceridad ante todo,  ahora me comienzo a plantear si de verdad yo lo merezco.-Dijo levantándose para irse al sillón.
-Yo: No quiero que sufras, conozco a Harry.. se puede liar una buena.
-Verónica: Me da igual, he sufrido cosas peores. Si él me llama puta y se me deja lo entenderé porque quizá sea eso lo que soy, UNA MALDITA PUTA.-Gritó.
Yo me incorporé todo lo que pude hasta quedar sentado.
-Yo: Nunca más vuelvas a decir eso.-Dije enfadado.
Ella volteo para mirarme, su rostro mostraba enfado.
-Verónica:  Es lo que soy Liam, él no merece esto joder.-Dijo con un hilo de voz.
-Yo: No te tortures más, descansa, mañana hablaremos con él y todo estará bien ¿de acuerdo?.-Dije sonriendo para darle tranquilidad.
-Verónica: De acuerdo, pero hablaré sólo yo con él, estos es entre los dos.-Dijo para después apagar la luz. Me tumbé y no dejé de darle vueltas a todo, pase la yema de mis dedos por mis labios y sonreí, ese beso jamás lo olvidaría.

Narra Verónica.

Un zarandeo en mi brazo me hizo salir de mi profundo sueño,  me dolía algo la espalda, el maldito sillón era incómodo con cojones. Abrí los ojos lentamente cuando me encontré con esas luces verdes que brillaban para mí, para alguien que no lo merecía, los recuerdos de lo sucedido ayer volvían a mi mente como punzadas, sentía ganas de llorar pero este no era el sitio para hablar con Harry.
-Harry: Buenos días princesa.-Susurró para después dar un cálido beso en mi frente, me estremecí, sus palabras, sus besos, yo nunca podría vivir sin esto. Me sentía la persona más repugnante de este puto mundo.
-Harry: ¿Pasa algo?.-Dijo acariciando mi mejilla, me miraba con preocupación, él y su sobre protección.-Pude reír en mi interior.
-Yo: No, sólo me duele la espalda, ya sabes, esto es..incómodo.-Sonreí para parecer normal.
Él asintió poco convencido, me dio su mano y me levanté, puse observar que Liam no estaba en la cama.
-Yo: ¿y liam?.-Dije extrañada.
-Harry:  Ya le dieron el alta, recogió sus cosas y nos espera abajo, los chicos nos esperan en casa.-Dijo sonriendo.
Yo simplemente asentí, estaba algo nerviosa, asustada, una marea de sensaciones corrían por mi cuerpo. De repente el calor de su cuerpo me arropó, sus brazos se colaron por mi cintura una vez más y mi cuerpo quedó perfectamente encajado con el suyo.
-Harry: Tuve que abrazar la puta almohada para pensar que eras tú y no sentirme vacío.-Susurró muy cerca de mis labios. Me quedé fría, no me esperaba esas palabras, él echándome de menos y yo besándome con Liam, soy una hija de puta.
-Yo: No quiero estar más sin ti, no puedo, no quiero.-Susurré y las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, él me miro confuso, pero rápidamente secó las lágrimas con sus pulgares y me pegó a él, mi cabeza cayó sobre su pecho, podía sentir sus pulsaciones algo aceleradas.
-Harry: Tranquila, nunca más  me voy a separar de ti, no llores por favor nena.-Susurró.
Yo solo pude guardar silencio y hundirme más en su pecho, inhalar su aroma y dejar que su olor inundase mis fosas nasales hasta llegar a lo más alto y hacerme navegar en un mar de paz, armonía, dónde no hay problemas.
Después de unos minutos mi llanto cesó, él cogió mi cara entre sus manos y su mirada analizó cada milímetro de mi cara.
-Harry: No quiero que llores, entiéndelo, joder no quiero.-Dijo rozando su nariz con la mía, lo que me hizo sonreír, ¿ves? Sólo el consigue esto, sólo el te saca de la oscuridad para llevarte hacia la luz.-Gritó mi subconsciente.
-Yo: tengo miedo.-Susurré.
-Harry: ¿de qué?
-Yo: De perderte.
Él no dijo nada, sólo unió mi boca a la suya, me besó como nunca antes, sentir el calor de sus labios fue un consuelo, una tirita para mis heridas, una venda para mi vacío, mis labios necesitaban de los suyos, no quería separarme de él, no quería que el aire se acabara.
-Harry: mía *beso* siempre *beso*.-Después de esto chocó su frente con la mía, mientras sus ojos se clavaban en los míos.  Logró una vez más que sonriera, una sonrisa se plantó en mi boca gracias a él.
-Harry: Vamos, Liam nos espera.-Dijo cogiendo mi mano con fuerza.
Yo seguí su paso hasta el parking, Liam nos esperaba y al vernos me sonrió, su sonrisa me dijo que me calmara que todo estaría bien pero no.. aún quedaba lo peor, quería detener el tiempo y quedarme besándolo para siempre, pero la puta realidad me azotaba con fuerza nuevamente.
El camino a casa fue  de lo más extraño, yo quise sentarme atrás, sola para pensar, y Liam se sentó con Harry, de vez en cuando hablaron,  pero estaba tan asustada que no me centré en su conversación. Llegamos, Liam bajó con ayuda de Harry y lo llevó hasta la puerta del jardín dónde estaban mi hermano  y Niall, los 3 se dieron un abrazo grupal cosa que me estremeció, unos brazos por mi cintura me sacaron del trance.
-Harry: Eres tan hermosa.-Dijo su ronca voz sobre mi nuca, una cosquilleo interno me desató, las mariposas volaban con fuerza por mi estomago, podía morir ahí mismo.
Estaba más cariñoso de la cuenta, ¿Sería que anoche al no tenerme se dio cuenta de que me necesitaba más de lo que el pensaba? Su voz me volvió a sacar de mis pensamientos.
-Harry: Vamos a la habitación, tienes que descansar, esta noche no dormiste bien.-Dijo empujándome con suavidad para que caminase, no dije nada y así hice, saludé a mi hermano y a Niall con la cabeza y subimos hasta mi habitación. El se sentó en la cama y yo fui al baño sin decirle nada. Me quité la ropa y puse el reproductor de mi móvil, la música sería la única capaz de ayudarme. Me metí en la bañera y prendí el grifo, dejando que el agua cayera sin freno por todo mi cuerpo, intentando relajarme. De repente comenzaron a sonar los acordes de Little things, los recuerdos saltaron a mi mente en forma de flashback,  recuerdo cuando iba a cortarme y esta canción me frenaba, cuando  tuve esa pesadilla, esa maldita pesadilla que aún la tengo presente, ''estaréis unidos para siempre'' esa voz al final de la oscuridad que me advirtió con eso. Mi menté también recordó cuando Harry, cuando él me despertó del coma, cuando él me cantó al oído esa canción, cuando lo vi por primera vez. Mientras la canción pasa, mi vista se veía borrosa y mis ojos se inundan, comencé a llorar pero intento frenar, no quiero que Harry me escuché, salgo de la bañera y rápidamente apagué el reproductor, me sequé, coloqué mi ropa interior y me puse unos shorts negros  y una camiseta de Nirvana de mangas cortas y pantalón corto, estrujé mi pelo mojado y lo dejé caer por debajo de mi pecho algo húmedo, intenté asegurarme de que mis ojos estuvieran bien, Harry se daría cuenta de que lloré, respiré hondo y salí.
-Harry: Vamos a desayunar.-Dijo levantándose de la cama. Había estado esperándome.
 Asentí y me acerqué a él, tomó mi mano y fuimos hasta el salón.

El resto del día fue confuso, el desayuno fue silencioso, cada uno estaba a su bola, noté la mirada de Harry encima de mí en muchas ocasiones, pasamos el resto del día en casa, mañana volaríamos a Madrid,  y yo tenía que acabar con esto ya, tenía un nudo en mi garganta que no me dejaba respirar, después de cenar todos decidimos acostarnos ya que mañana teníamos que madrugar, fuimos a mi habitación y mientras él se cambiaba yo me puse el pijama corto.
-Harry: llevas todo el día rara, ¿Qué te pasa?.-Dijo directo.
Yo me bloqueé, caminé junto a él que estaba recostado en la cama, con la espalda apoyada en el cabezal y me senté en el borde, quedando a su lado.
-Yo: no-no te merezco.-Dije apenas en un susurro mientras bajé mi mirada, no podía mirarlo a los ojos.
El cogió mi barbilla con una sé sus manos y levantó mi rostro.
-Harry: ¿De qué hablas?
El nudo en mi garganta comenzó a apretarse, juraría que mi voz se esfumó, saqué fuerzas y tras un largo suspiró lo solté.
-Yo: Anoche..anoche Liam y yo..-Frené las lágrimas comenzaron a caer.
-Harry: ¿Tú y él..qué?.-Dijo tenso aún sosteniendo mi barbilla.
-Yo: Me besó..no-nos besamos.-Dije ahogada en lágrimas
En ese momento todo se detuvo, él soltó mi barbilla y se levantó de la cama, y ahí me quedé yo, parada, sin poder moverme, lo perdí..