martes, 6 de agosto de 2013

Capítulo 16.

CAPÍTULO 16.  ‘’Prisas’’.
Narra Víctor.

Escuché el chirrido de la puerta, lo que significaba que Vero volvía a la habitación, guardé rápidamente el móvil y me senté en el sillón como si nada.

-Verónica:  La tía que ''limpia’’ *hizo con sus dedos las comillas* los baños es una borde.-Bufó.
-Yo: ¿Qué te ha pasado?.-Reí por su cara de enfado.
-Verónica: Me ha tenido una hora esperando a que según ella, limpiara el servicio, estúpida.-Refunfuñó.
Ahora entiendo el porqué de su tardanza. *pensé*
-Yo: Oh, pobrecilla, a la pequeña la hicieron esperar. -Bacilé.
-Verónica: Tonto.-Rió.
-Yo: Objetivo conseguido.-Sonreí victorioso.
-Verónica: ¿Qué?.-Dijo confundida.
-Yo:  te hice reír.
-Verónica: siempre lo haces.-Me regalo la mejor de sus sonrisas mientras se sentaba en la cama.

La mañana transcurrió lenta, ella estaba muy deprimida, pues no era para más y yo estaba nervioso pensando en cómo colarme en el hotel, o en el estadio o dónde quisiera que ellos estuvieran.
Dieron las 14:00, lo que significaba que subirían el almuerzo.

-Yo: bueno, bajaré a almorzar al restaurante, vale?
-Verónica: Claro, ve tranquilo.
-Yo: Cómo suba y no te hayas comido lo que te pongan  vamos a tener problemas.-Amenacé.
Ella asintió y bajo la mirada al suelo.
Mientras ella comía yo bajé al restaurante para comer allí  y pensar, estaba muy estresado, en este momento necesitaba un poco de gimnasio y boxeo.

Narra Verónica.

Genial, la sopa estaba asquerosa, era de verduras, mis ganas de vomitar aumentaban, pero la tenía que tomar si no mi hermano me mataría.
Ahora que lo pienso, desde que llegué esta mañana del baño, lo  he notado algo nervioso, apurado, como si tuviera que hacer algo de vida o muerte, bueno no voy a preocuparme, seguro será porque se acuerda de que ''por su culpa’’ yo no voy al concierto y se sigue sintiendo mal *pensé*
Cuando estaba por tomar la última cucharada de sopa, tocaron a la puerta.
-Enfermera: Vengo a llevarme la comida.-Sonrió.
-Yo: Por mi puedes llevarte lo que quieras.-Dije de mala gana.
Seguidamente quitó la bandeja de mis piernas, cambió el dichoso suero y salió de la habitación.
Estuve como 15 minutos mirando al techo, recostada en la cama esperando a mi hermano.
Ya eran las 14:30, las horas hoy pasaban como años. Menudo día te espera *pensé*
Cuando estaba sumergida una vez más en mis pensamientos, la puerta se abrió, era Víctor.
Se acercó y se sentó en el filo de la cama quedando a mi lado.

-Víctor: ¿Comiste todo?.-Me  miró firme.
-Yo:  pregúntale a la enfermera.-Bufé.
-Víctor: No me hace falta, confío en ti.-Sonrió. Toma, te traje un helado.
No me lo podía creer, este chico siempre acertaba, me trajo un helado de chocolate y vainilla, yo estaba a punto de morir.
Me lo comí y después pusimos el televisor un rato. Seguía notando algo raro a Víctor, asique le pregunté.
-Yo: Víctor, ¿Qué te pasa?
-Víctor: A mí? Que podría pasarme?.-Dijo quitando importancia.
-Yo: Te conozco, estas raro, como inquieto, a mí no me engañas.-Lo miré fijamente.
Él balbuceó unos instantes,  se notaba que no sabía que decir.
-Víctor: Yo..esto.. pues.*Mientras pasaba su mano izquierda por su cabello. Me siento culpable de que hoy tú estés aquí, hoy deberías de estar loca de contenta y haciendo cola para verlos, no soporto esto.-Dijo finalmente.
-Yo: Hemos hablado mil veces de esto no crees?.-Dije fingiendo una sonrisa, pues seguí mal pero no quería verlo así, ya no más, él no tuvo la culpa.
Él no dijo nada asique me incorporé en la cama y lo abracé.
-Yo:  sabes que tú no tienes la culpa de esto, vale? Confía en mí.-Dije acariciando su mejilla.
-Víctor: te prometo que te llevaré a verlos.-Dijo intentando sonreír.
-Yo: se que lo harás.

Después de esto nos dimos un abrazo  y estuvimos hablando, viendo el televisor..
Miré el reloj y  marcaba las 15:30.

-Yo:  sólo son las 15:30, el día va en mi contra o qué? Quiero que termine esto ya, quiero que pase este día, no quiero sufrir más.-Dije elevando el tono de voz.
-Víctor: ¡¿CÓMO?! YA SON LAS Y MEDIA?.-Dijo pegando un salto del sillón.
-Yo: em, sí, y?.-Dije confundida.
Víctor empezó a recoger sus cosas, parecía que se iba.
-Víctor: tengo que irme, me salió un asunto en el gimnasio que tengo que resolver, ahora vendrá Carlos para quedarse contigo mientras estoy fuera, te prometo que volveré lo más pronto que pueda, vale?.-Dijo con prisa.


No entendía nada, hoy era martes y que yo sepa los martes él no tenía trabajo, pero en fin solo asentí. Él se acercó a mí  y depositó un cálido beso en mi frente. Seguidamente salió corriendo de la habitación y ahí me quedé yo, mirando   al techo una vez más y sola.. genial Verónica, genial *pensé*. Llevaba media hora en absoluto silencio, solo se podía oír los sonidos típicos en un hospital, sillas por todos lados, llantos de pequeñajos, voces y pasos por esos siniestros pasillos. De repente, tocaron en la puerta..

No hay comentarios:

Publicar un comentario