domingo, 11 de agosto de 2013

Capítulo 39.

CAPÍTULO 39. ‘’Renunciar a lo que quiero ‘’
Narra Verónica.

Ha pasado ya un mes desde que Harry se marchó, un mes que para mi ha sido eterno, un mes que para mi ha sido como 3 largos años. Durante este mes Harry me ha llamado casi todos los días, cada vez que tenía un hueco hablábamos por skype, también he hablado con los chicos, ellos ahora están haciendo lo que mejor saben y es repartir sonrisas por todo el mundo. No hay día que no piense en mi ángel, en cada una de sus caricias, sus besos, sus abrazos, sus 'te quiero', cada mirada, cada gesto, su sonrisa, sus hoyuelos, todo en sí, cada día que pasaba era uno menos para volver a verlo. Por otro lado yo sigo en el hospital, he cogido peso, 5 kilos para ser exactos, los médicos me han dicho que cuando coja 5 kilos más me iré, pues mis problemas con la alimentación han mejorado bastante,  recuerdo esa vez que hice skype con Harry a la hora de almorzar, y yo no quería comer porque no me gustaba lo que había y Harry desde la pantalla hizo que me lo comiera,  no quitó sus ojos de mi hasta que lo comí todo.  Cuando no podía llamarme me mandaba algún mensaje de los suyos, un mensaje que alegraban mis duros días en el hospital. Mi hermano   has estado muy pendiente de mi como siempre , al igual que mi madre, ambos están muy orgullosos de mi fortaleza y de lo que estoy consiguiendo, ya no me veo tan saco de huesos, Víctor ha estado también  algo ajetreado con el gimnasio y el boxeo, se le va la vida en ello, y mi madre muy ocupada con su trabajo, cosa que no  me extraña, y Carlos, bueno él se ha marchado de la ciudad, se ha ido a Londres a estudiar Inglés, me alegro por él, ya que  aprender el idioma es algo que siempre quiso, también hacemos skype cuando podemos, y de Sergio, no he sabido ni rastro de él desde que vino aquel día a dejarme en coma, las primeras semanas estuve aterrada,  ahora ya no, si no ha venido en un mes ¿Por qué debería de hacerlo ahora? Lo tengo un poco olvidado.
Cuando estaba tirada en la cama reflexionando todo lo ocurrido en el último mes mi móvil empezó a sonar, lo tomé y vi que era Harry,  inconscientemente una sonrisa tonta se formó en mi boca y lo cogí.

‘Conversación telefónica’

-Harry: Princesa.-Su ronca voz resonó en mi oído, quizás acabaría de despertar, eran las 1 del mediodía y anoche tubo concierto.
-Yo: Princeso.-Bromeé.
Escuché un gruñido, reí.
-Harry: Siento no haberte llamado ayer, teníamos concierto y antes una entrevista y estuve muy liado, ¿me perdonas?.-No vi su cara pero seguro estaba haciendo su típico puchero.
-Yo: no tengo nada que perdonarte, sabes perfectamente que yo entiendo si no puedes llamarme, no te preocupes.
-Harry: Te extraño mucho, este mes ha sido el peor de mi vida, quiero tenerte conmigo.-Yo sentí que me moría ahí mismo, y un nudo se apoderó de mi garganta reteniendo el llanto que quería salir a continuación.
-Yo: Y yo Hazza, todos los días te pienso, cuando como, pienso en ti, cuando lucho pienso en ti, si tu no estuvieras  yo.. *me interrumpió*
-Harry: tu nada, porque estoy aquí, te quiero .

En ese momento tocaron en la puerta lo que se me hizo extraño ya que Víctor hoy salió con sus amigos y mi madre estaba en el trabajo. Quizás sería el almuerzo aunque era un poco temprano.

-Harry:  Nena, ¿Qué ocurre? Escucho golpes.-Dijo preocupado.
Empezaron a pegar más fuerte en la puerta, yo me asusté.
-Yo: No nada, es que me traen ya el almuerzo.-Dije aparentando normalidad.
-Harry: ¿tan pronto?.-Vale, no me creía.
-Yo: Sí, te dejo, luego te llamo vale? Te amo.
-Harry: espero tu llamada, te amo.

‘Fin conversación telefónica’

Seguían aporreando la puerta, yo me levanté, solté el móvil en la mesita y abrí la puerta, mi cuerpo se congeló, mi sangre se paró, mi corazón dejo de funcionar. ¿Él?¿cómo demonios ha vuelto después de un mes sin dar señales? Me quedé paralizada, no sabía qué hacer, pensé y me dispuse a gritar para pedir ayuda pero una de sus manos tapó mi boca mientras la otra me cogía por la cintura y me llevaba adentro de la habitación, soltó el brazo de mi cintura y rápidamente cerró la puerta de un portazo que me hizo temblar. Volvió a poner su brazo por mi cintura pegándome a él con fuerza, dejándome sin respiración. Quitó la mano de mi boca pero yo me quede sin fuerzas para soltar palabra alguna,  mi sangre quedó congelada, mi cuerpo era preso del miedo.

-Sergio: ¿Pensabas que te librarías de mi muñeca?.-Dijo con su egocéntrica voz en mi oído.
Mi cuerpo estaba temblando, apenas podía articular palabra.
-Yo: Te-te dije que.. me dejaras.-Dije con la mirada en el suelo, no me atrevía a mirarlo a la cara, si  lo hacía, caería al suelo.

Sin más, me soltó de su fuerte agarre, se separó un instante de mí y me recorrió con sus ojos de arriba abajo, lo que me dio un asco tremendo. No me había dado cuenta de que me encontraba  con unos pantalones de pijama negros  bastante cortos y una camiseta de tirantes finos azul, teniendo en cuenta de que estábamos entrando en Julio y además como no esperaba visita me puse cómoda.

-Sergio: Vaya, veo que te has puesto bien buena.-Dijo relamiéndose los labios, yo simplemente sentía asco de cómo me miraba.
Basta Verónica, recuerda lo que Harry te dice 'se fuerte', no puedes dejar que una mirada y unos músculos te venzan. Me armé de valor y me acerqué a él quedando frente a frente, aunque él me sacaba una cabeza, yo subí mi vista hasta sus ojos, que me miraban de una manera que me irritaba,  su mirada era oscura,  clavada en la mía que era asustada.
-Yo: Yo ya no soy la gilipollas de antes que se dejaba tocar por miedo, no Sergio, ahora he cambiando, y no pienso dejarte que me sigas acosando cada vez que te dé la gana.-Dije firme y sin respirar. Yo misma me quedé asombrada por mi reacción, nunca tuve el valor de plantarle cara a Sergio, siempre me asustó, ahora también lo hacía pero era distinto, ahora un ángel nadaba por mi cabeza haciéndome creer fuerte.
-Sergio: ¿Es por el  famoso ese no?¿El crío de mierda que tiene locas a medio mundo no?.-Dijo con asco.
-Yo: No lo llames así para empezar, él es un hombre, cosa que tú nunca podrás ser.-Escupí.
En ese momento  sus ojos me miraron con furia,  su mandíbula se tenso, presionó sus labios y suspiró.
-Yo: Lárgate, desaparece de mi vida  y vete con alguna puta que acepte tus maltratos, corre.-Grité.
En ese momento el me cogió de los brazos, apretándolos hasta el punto de hacerme un daño espantoso, yo no pude zafarme de él, tiene más fuerzas que yo obviamente, me pegó contra la pared y puso ambos brazos a cada lado de mi cabeza. Su postura me intimidaba, su fuerte respiración golpeaba mi cara sin piedad.
Quitó una de sus manos de la pared y cogió mi boca, apretó mi mandíbula con su gran mano, lo que me hacía bastante daño, las lágrimas comenzaron a caer y yo esperé a que él empezara a reírse de mi llanto, como siempre hizo, pero esta vez no, esta vez su mirada se mantuvo clavada en la mía y su rostro permaneció bastante serio. La mano que apretaba mi barbilla pasó a secar las lágrimas que estaba descendiendo por mis mejillas sin control. ¿Qué estaba haciendo? Sergio jamás se preocupo cuando lloraba. ¿Qué pretendía? Primero me hace daño y ahora  ¿intenta que no llore? Iba a volverme loca.
-Yo: ¡¿QUÉ COJONES QUIERES DE MI?!.-Grité en su cara mientras las lágrimas no paraban de caer.

-Sergio: ¡TE QUIERO A TI JODER, TÚ TIENES QUE SER MÍA, Y DE NADIE MÁS!.-Sus gritos fueron como un puñal clavado en mi pecho, mi sangre se volvió a congelar. Yo nunca sería de él, esto no podía estar pasando..

2 comentarios:

  1. :O OMG No Almu no lo hagas o llorare mas que en toda mi vida, que Sergio se pire, que no vuelva y que Vero se quede con Hazza, aidios, me ha encantado los capis, me encanta tu novela, lo sabes ;)
    TE QUIERO MUCHO

    Atte: Tu renacuaja x.

    ResponderEliminar
  2. Gorda tiene que ser así, y no llores boba. Ay mucjad graciad por leerme. Te amo mucho renacuaja. :)Xx

    ResponderEliminar