CAPÍTULO 32. ‘’¿Me
estoy enamorando?’’.
Narra Harry.
Después de que todos salieran de la habitación, me acerqué y
me senté en el borde de la cama, junto a ella, como había hecho anteriormente.
¿Se habría dado cuenta de que éramos nosotros los que la
visitamos?*pensé*
Cogí sus dos manos y las puse entre las mías, arropándolas,
protegiéndolas, me volví a fijar en sus
muñecas, seguían vendadas. ¿Por qué lo hiciste?-Dije. ¿Por qué querías
morir? Con mis pulgares acaricie sus muñecas por encima de las vendas. Una vez
más, cuando cogí sus manos, cuando su piel chocó con la mía, mil sensaciones
surgieron en mi interior, ese escalofrío de siempre, esa descarga, solo ella me
transmitía esto.Tenía un nudo en el
estomago. Quizás..¿me estaba enamorando? No Harry, no puede ser, no la conoces
lo suficiente , nunca has hablado con ella.-Me dije. Pero entonces, ¿Por qué la
notaba tan cercana? ¿Por qué tenía esta necesidad de cuidarla, de protegerla,
de curar todas esas heridas que arrastra con ella? Tenía que despertar, no
podía irse, ella no. Me incliné un poco, quedando mi rostro frente al suyo,
apreté sus manos contra mi pecho, y sí no me conocía? ¿y si no sabía que era
yo? Me daba igual, lo intentaría hasta el final. Me fije en su perfecto rostro,
ya que tenía su cara a pocos centímetros de mi, era verdaderamente hermosa,
¿cómo pudo verse mal? ¿Quién fue el que
la hizo odiarse a sí misma? Su pecho, subía y bajaba con cautela, apenas se
notaba, su respiración era lenta, su cara seguía pálida, no había cambiado nada
en estos dos días. Vendré cada día a verte, y a pasar todo el tiempo contigo,
te lo prometo.-Dije en su oído.
Me incorporé y volví a colocar sus manos entre las mías.
Narra Verónica.
Cuando sus manos tocaron las mías, reconocí perfectamente,
esa piel, su suavidad, sus manos grandes, esas sensaciones que solo él me
transmitía. Sentí sus pulgares sobre las vendas de mis muñecas. Yo sentía a Harry conmigo. Pero, ¿estaba
loca? Era imposible que fuera él. Estaba empezando a perder la cabeza. Pude oír
algo más su voz, ronca, grave, todo encajaba, pero no podía ser. Mierda, quería
abrir los ojos y ver quién era el chico misterioso. ¿Por qué me hacía sentir
bien solo con su presencia?. Noté como se inclinó, presionó mis manos contra su
fuerte pecho, respiraba algo agitado, y el aire que salía de su nariz acariciaba mi rostro, es extraño, pero esa sensación era muy buena. Se acercó a
mi oído, me susurró algo, pero no
entendí muy bien que decía, solo escuché claro ''te lo prometo’’. Necesitaba saber quién era él, que quería de mí, ¿por
qué se preocupaba de esta manera por mi
vida? Se volvió a sentar y metió mis manos nuevamente entre las suyas. Noté
como su mirada no se apartaba de mí. Pasó así un rato más y después se fue,
dejándome un beso en mi mejilla, reconocía los labios carnosos del otro día,
era él, el mismo que había venido esta mañana. No me quitaba de la cabeza la
idea de que fuera Harry.
El resto del día lo
pasé con Víctor, él volvió al poco rato de que el chico misterioso saliera de
la habitación. Este día había sido de lo
más raro, pero en mi interior se despertó algo..
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