CAPÍTULO 65.
Narra Verónica.
Abrí los ojos lentamente y me encontré con Harry, seguía
dándome la espalda, era una tontería pero era raro, él nunca dormía conmigo
así, siempre tenía que estar pendiente de mí, pero bueno no le daré más
importancia. Pensé en subir el desayuno aquí, me levanté con cuidado, me fui a
la ropa de Harry y cogí su camiseta negra de los ramones, me la coloqué y me
puse mis pantalones de pijama, arreglé mi pelo con las manos y bajé a bajo
dónde ya estaban todos desayunando, hasta mi madre.
-Yo: Buenos días.-Dije en un bostezo mientras entraba a la
cocina.
-Todos: Buenos días.-Dijeron sonrientes.
Gran situación: mi hermano semi-desnudo, como siempre, mi
madre con cara de no haber dormido en 6 días, Niall comiendo como si se acabara
el mundo mañana y Liam riendo ¿De qué? Pues ni yo lo sé. Me hacía bastante
gracia.
Me acerqué y di un beso a todos, cogí una silla y me senté
entre Niall y mi hermano.
-Mi madre: Mañana viajo a Málaga, ya me dieron unos días de
descanso.-Suspiró.
-Niall: ¿Málaga? Ahí he estado yo muchas veces y es
genial.-Dijo después de dar un bocado a su tostada.
-Víctor: ¿Mamá, los abuelos siguen teniendo la otra casa de
alquiler?.-Preguntó mientras bebía batido.
-Mi madre: Sí y está libre.-Sonrió.
-Víctor: ¿Por qué no vamos?.-Dijo mirándome.
-Yo: ¿Allí?
-Víctor: Sí, podríamos quedarnos en la otra casa de los abuelos , solo serían 3 días
así desconectamos de todo esto un poco y de paso vienen ellos.-Dijo mirándolos.
-Niall: SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII.-Gritó.
Todos reímos, parecía un niño pequeño.
-Yo: Por mi bien, luego hablo con Harry aunque no creo que
tenga inconveniente.
-Mi madre: Entonces mañana nos vamos , me voy, sacaré
billete para todos, Hasta luego.-Dijo sonriendo y luego salió.
-Liam: ¿no desayunas?.-Dijo mirándome extrañado.
-Yo: Oh sí, venía a por algunas cosas, decidí desayunar con
Harry arriba, pero vosotros me liais.-Dije riendo.
Dicho esto me levante y fui a la nevera, saqué la jarra con
zumo, y en una bandeja coloqué unas tostadas, mermelada de fresa, nocilla y un
cuchillo.
-Yo: Me voy, ¿Qué haréis hoy?.-Dije antes de salir.
-Víctor: Vamos al gimnasio y después a las piscinas.-Dijo
pasando la mano por su abdomen.
-Liam: ¿Venís?.
-Yo: Ahora le preguntaré a Harry, y os digo algo.-Le sonreí y salí de allí.
Al llegar a la habitación Harry seguía dormido, dejé la
bandeja en la mesa y se me ocurrió ser mala por un rato. Cogí el bote de
nocilla y metí mi dedo, me acerqué a él y me puse de cuclillas, con mi dedo
llené su mejilla de nocilla, volví a meter el dedo y lo pasé por sus labios,
con cuidado de no despertarlo, cuando lo dejé
lleno de esta me levanté y dejé el bote en la bandeja mientras lo
observaba y reía. Me senté en el pequeño sillón que había y comencé a beber
zumo mientras mi mirada recorría a mi ángel de arriba abajo esperando a que
despierte.
Pasaron unos minutos y me levante, me acerqué a la cama y me
senté en el borde de esta.
-Yo: Despierta.-Susurré acariciando su brazo.
Él dio un gruñido y después abrió los ojos, paso la lengua por su labio inferior y pudo
notar el chocolate en este, frunció el ceño y me miro, su mirada me decía que
la había cagado. Quise levantarme y correr pero sus brazos me aprisionaron, me
agarró por la cintura, me senté en la suya ante su fija mirada en mi, vio que tenía su camiseta
puesta sonrió, su perfecta sonrisa volvió a llenar cualquier tipo de vacío que
quedara en mi cuerpo.
-Harry: Quítamelo.-Ordenó su ronca voz aún algo dormida.
Sabía dónde acabaría esto así que me solté de su agarre como
pude y me baje de él, que gruñó pero lo ignoré, me acerqué a la puerta y puse
el seguro. Voltee y lo miré sus carnosos labios sonrieron ante mi acto y yo me
mordí el labio. Me acerqué a él lentamente y me volví a colocar en su cintura,
me quite la camiseta y la tire a no sé dónde.
-Harry: Dios.-Susurró mientras me violaba con la mirada.
Yo quedé en sujetador, me incliné sobre él llegando a su
boca pero sin tocarla.
-Yo: ¿Qué quieres que haga?.-Susurré en sus labios.
-Harry: Retira el chocolate.-Ordenó tiernamente.
Su respiración comenzó a agitarse, con una de mis manos eché
algunos rizos que caían en su frente hacia atrás, después coloqué mis manos a
cada lado de su cabeza y acerqué mi boca
a su mejilla, besé quitando el dulce chocolate, mientras yo hacía mi trabajo,
sus manos apretaban mi cintura con fuerza, apegándome a su bulto que ya se
hacía notar. Solo me quedaba su boca por limpiar, me detuve en esta, mientras
su respiración chocaba con mi cara.
-Harry: Hazlo ya.-Susurró algo agitado.
Sin más aviso recorrí cada milímetro de sus labios con mi
lengua, sintiendo el dulce sabor a chocolate mezclado con el adictivo sabor de
sus labios, era una mezcla explosiva que me haría perder la cabeza, terminé de
succionar sus labios, mordí el inferior y este dio un leve gemido.
Me fui directa a su cuello, comencé a besar duramente su
zona más sensible haciendo que de su boca saliera algún gemido, succioné, clavé
mis dientes y este soltó un gran gemido, pretendía dejarlo marcado y así hice,
humedecí la zona maltratada con mi lengua.
Volví a su boca y lo besé salvajemente, el me abrió paso y
me adentré en su paraíso, recorrí cada milímetro de su boca y nuestras lenguas
se movieron al mismo compás, sintiendo, saboreando, nos separamos por falta de
aire.
-Yo: Sabes bien.-Dije humedeciendo mi labio inferior.
-Harry: No aguanto más.-Dijo y sus brazos intentaron hacerme
cambiar de posición pero yo lo impedí.
-Yo: Hoy quiero hacerte yo el amor.-Susurré para después
besarlo con ternura, sus labios que estaban algo rojos e hinchados, más adicción
aún.
-Yo: Eres *beso* todo *beso* mío *beso*.-Él reía entre beso
y beso, con sus manos me apretó a su gran bulto, ambos gemimos, el roce era
enloquecedor. Yo me incorporé y me quité el sujetador ante su ansiosa mirada,
volví a inclinarme y nuestros pechos desnudos se unieron, el dio un gemido por
el roce y yo lo silencie con mis labios. Comenzamos una nueva guerra de lenguas
mientras que sus manos viajaban por mi espalda con suavidad hasta llegar a mi
trasero, lo apretó con fuerza y yo gemí en su boca. Metió sus manos por los
pantalones y los fue bajando, yo me los acabé de quitar con su ayuda, me
levanté y me deshice de la ropa interior que me quedaba, quedé completamente
desnuda, sus ojos se iluminaron haciendo que los míos brillaran en su reflejo
con intensidad, me miraba con deseo,
admirando cada centímetro de mi cuerpo, yo me acerqué a él y me senté en
sus muslos, me incliné y empecé a besar su pecho, haciendo un camino, bajando
por su abdomen hasta llegar al elástico de los bóxers , los baje lentamente
aumentando su desesperación hasta que los quité por completo, su gran erección
palpitaba, mi vista se fue hacia su miembro y me mordí el labio
inconscientemente, me incliné y tomé su miembro con ambas manos, comencé a
masajear de arriba abajo sin control, él cerró los ojos y agarró las sábanas con
sus puños mientras las apretaba, su
respiración comenzó a acelerarse, sin más aviso introduje su gran erección en
mi boca, la que entraba y salía de esta con rapidez, su ronca voz comenzó a dar
sonoros gemidos que me excitaban aún más.
Empecé a lamer la punta de su miembro sin piedad, mi lengua
recorría cada milímetro de esta, subí mi vista hacia él, su boca estaba
entreabierta, sus ojos cerrados y sus puños haciendo fuerza contra las sábanas.
-Harry: Di-Dios.-Jadeó.
Yo seguí con mi trabajo disfrutando de su placer.
-Harry: Pa-Para o llego.-Dijo su voz entrecortada.
Decidí parar con mi tortura, me baje de él, y fui a buscar un
preservativo mientras él se recuperaba de lo sucedido. Volví con el cuadradito
plateado, me senté en sus piernas, lo coloqué en su miembro con suavidad y él
volvió a gemir. Me incorporé y me senté
encima de su erección, penetrándome hasta el final, era la primera vez que
hacía esto, Harry colocó sus manos en mi trasero, yo me incliné rozando su boca
y comencé a dar saltos sobre su miembro que entraba y salía de mi con rapidez,
él comencó a gemir, yo lo callé con mis labios, sus manos comenzaron a mover mi
trasero de arriba hacia abajo, su miembro penetraba con fuerza en mí,
haciéndome volar, los gemidos salían de lo más hondo de mi interior, algunos
callados por su boca que se unía a la mía con prisa, una de mis manos fue hasta
su pelo el que agarré con fuerza haciendo que él gimiera, mientras seguía
saltando sobre su miembro mi boca fue directa a su cuello, observe la marca que
deje hace un rato pero no estaba conforme, quería más, comencé a succionar sin
piedad mientras agarraba su pelo, él movía mis caderas con sus manos haciéndome subir y bajar sobre su
erección con desesperación, yo di un mordisco y él dio un gruñido, humedecí la
zona y ahogue un grito en su cuello al ser penetrada con fuerza. Me incorporé y
quedé sentada sobre su miembro, comencé a mover mi cadera haciendo círculos
sobre su erección, él quitó las manos de mis caderas y las llevó a las sábanas
las que apretó con fuerza, yo hacía movimientos circulatorios muy lentos,
agonizantes, excitantes, ambos íbamos a explotar, solo era cuestión de tiempo.
-Harry: rá-rápido nena.-Jadeó.
Yo no hice caso, y seguí con mis movimientos lentos, di un
fuerte gemido.
-Harry: Por fa-favor.-Gimió.
Comencé a moverme con rapidez, haciendo círculos sin parar,
la habitación se llenaba de nuestros gemidos y nuestras respiraciones agitadas,
su cadera comenzó a moverse al ritmo de la mía, comenzó a envestir con fuerza
yo puse mis manos en su pecho para apoyarme y el colocó sus manos en mi cintura apretándome a su miembro mientras me envestía con fuerza. Tocó el punto, rozó
el clímax, mis músculos internos se contraían brutalmente, mis paredes hicieron
presión contra su erección.
-Yo: Ya- ya llego.-Jadeé.
-Harry: estás tan apretada.-Digo su ronca voz
entrecortada.
Las envestidas siguieron hasta que llegamos ala cima, un
calor subió desde mis pies hasta mi cabeza, mis piernas temblaron y mi
feminidad palpitaba, sentí un líquido caliente vaciarse en mi interior. Yo
grité con fuerza y él rápidamente puso su mano en mi nuca y me llevo hasta su boca
silenciando nuestros gemidos, llegamos juntos al merecido orgasmo.
…
Después de nuestros ''buenos días’’ nos dimos una ducha bien
fresca y desayunamos, Harry no quiso que fuéramos con los chicos así que nos
quedamos en casa, le conté lo de ir unos días a la costa y le gustó la idea, un
poco de playa estaría genial.
-Yo: No hay nada en la televisión.-Suspiré mientras pasaba
canales una y otra vez.
Él tenía su cabeza en mis piernas, mientras tecleaba el
móvil como un obsesionado.
-Harry: Le hablé a mi madre de ti.-Dijo quitando el móvil de
su cara para mirarme.
-Yo ¿¡QUÉ!?.-Dije sorprendida.
-Harry: Tranquila.-Rió.-Es mi madre, lo normal es que sepa
porque tenía tanta urgencia en venir a España ¿no crees?.-Dijo sonriendo.
-Yo: ¿Pero que le dijiste exactamente?.-Dije nerviosa.
-Harry: Que nos vamos a casar y que estas
embarazada.-Dijo dando una gran carcajada
-Yo: Eres idiota.-Dije riendo mientras le tiraba de un rizo
haciéndolo gruñir.
-Harry: te odio.-Susurró con su ronca voz jodidamente sexy.
-Yo: Demuéstralo.-Desafíe, sabía que no estaba bien tentar a
Styles pero ya me daba igual.
Él frunció el ceño y
rápidamente se levantó me cogió por la cintura y me llevo como un saco de
patatas hasta la cocina.
-Yo: ¿me vas a cocinar?.-Vacilé.
Me sentó en la mesa, abrió mis piernas y se acomodó entre
estas.
-Harry: algo mejor.-Susurró en mi oído lo que hizo que toda
mi piel se erizase, él lo notó y rió en mi oído.
-Yo: ¿El qué?.-Dije curiosa.
-Harry: Voy a odiarte.-Susurró esta vez encima de mis labios
para después besarlos salvajemente sin piedad, dejándome helada, su lengua violó con crueldad a la mía, la recorrió
de extremo a extremo, mordió mi labio inferior y yo gemí en sus labios.
-Yo: idiota.-Susurré encima de sus labios.
-Harry: voy a odiarte
hasta amarte.-Susurró en los míos, un escalofrío invadió a todo mi ser.
Él se separó un poco y sus manos fueron directas a mis
shorts, los que quito con una habilidad sorprendente, quedé en bragas ante su mirada deseosa.
Yo cerré mis piernas, él frunció el ceño y me miró con enfado,
se acercó a mi mientras sus ojos verdes se clavaban en los míos como intrusos.
-Harry: Abre las piernas.-Ordenó en un susurro encima de mi
boca.
-Yo: No quiero.-Volví a desafiar, Verónica estás jugando con
fuego.-Me dije.
Él se separó de mí mientras me observaba detenidamente,
estaba disfrutando de la situación.
-Harry: Hazlo para mi.-Susurró.
Inconscientemente las abrí y él sonrió de lado. Se volvió a
acercar en mi y se acomodó entre estas.
-Harry: Eres buena.-Susurró en mi odio y nuevamente mi piel
se erizó.
Se separó de mí y se inclinó un poco, puso sus dedos en el
borde de mis bragas y sin previo aviso las bajó, dejándome desnuda de cintura
para abajo.
Él se volvió a separar para analizarme detenidamente, mis
mejillas entraron en calor, él lo vio y rió.
-Harry: Estas preciosa cuando te sonrojas.-Sonrió.
-Yo: ¿Qué pretendes?.-Dije confusa al ver que me desnudó.
-Harry: Sólo voy a demostrarte como te odio, como tú querías.-Dijo hablando
despacio, haciendo que mis hormonas se revolucionarán y todo mi cuerpo entrara en trance.
Dicho esto se acercó a mí
y con sus manos separó más mis piernas, se agachó y empezó a besar mis muslos, ahora sabía lo
que pretendía, mi cuerpo entero se tensó, él pudo notarlo y se levantó,
acercándose a mi boca.
-Harry:
Tranquila.-Susurró y besó mis labios con ternura, transportándome a un
paraíso de luz, de color, de felicidad, en el que solo estamos él y yo. Ese
beso me tranquilizó, el sonrió y volvió a la posición de antes, beso mis muslos
con calma, de repente sentí un calor en mi feminidad, una humedad azotando a mi
punto más vulnerable, su lengua chocó con mi clítoris, era algo totalmente nuevo,
nuevas sensaciones que experimentar, solo él me haría conocedora de todas estas
experiencias. Su lengua comenzó a hacer círculos en este, oleadas de placer
azotaron a mi cuerpo, comencé a dar leves gemidos.
-Yo: Ha-hazza.-Jadeé.
Él continuó con su tortura,
su lengua rodeaba con fuerza a mi clítoris haciéndome estallar, podía
sentir como volaba, me sentía en el aire, flotando, el placer me ahogaba, su
lengua frenó y este subió su vista hacia la mía, mi respiración estaba muy
agitada por lo sucedido, él me miro fijamente y sonrió. Se levantó y se acercó a mi boca sin tocarla.
-Harry: Me gusta que me llames Hazza.-Susurró.
Yo no pude decir nada, estaba exhausta por lo que acaba de
ocurrir.
Él llevo su dedo corazón a su boca y lo introdujo en esta un
par de veces, después bajo su mano y con la yema de sus dedos volvió a rozar mi
clítoris haciéndome estallar nuevamente, un par de sacudidas e introdujo su
dedo en mi interior, comencé a gemir desesperada y él me calló con sus labios
haciendo presión sobre los míos, su brazo se movía con rapidez y su dedo
entraba y salía de mí con fuerza. Su dedo comenzó a hacer círculos
en mi interior, círculos lentos, agonizantes, se estaba vengando por lo de esta
mañana.
-Yo: más rápido.-Supliqué
con un hilo de voz.
-Harry: dilo fuerte, quiero oírte.-Susurró en mis labios
mientras seguía moviendo su dedo dentro de mí.
Yo estaba perdiendo la consciencia, no sé de dónde sacaría
las fuerzas para gritar.
-Yo: RÁPIDO HAZZA.-Grité como pude en un gemido.
Se ve que le valió porque su dedo se adentró en mi con
fuerza, tocando el punto, iba fuerte y
con rapidez, yo no dejaba de gemir en su boca, estaba a punto de llevarme al orgasmo por segunda
vez en un día. Mis paredes se contraían con intensidad, mis piernas temblaron y
un ardor recorrió toda mi feminidad, indicándome que el orgasmo había llegado.
Di un fuerte gemido y él me calló con sus labios mientras iba bajando la
intensidad de su dedo en mi interior, fue bajando la velocidad hasta que lo
sacó y volví a gemir, estaba al borde de un desmayo, dejé mi cabeza caer en su
pecho, mi respiración se disparó, estaba derrotada, el placer acabó con mis
fuerzas, Harry se separó de mí, llevó el dedo con el que me había transportado
al clímax a su boca y lo lamió.
-Harry: Tan bien como siempre.-Sonrió.
Yo no dije nada, no podía estaba en coma, él me puso la ropa
interior con delicadeza y me ayudó a ponerme los shorts, me cogió en brazos,
enrosqué mis piernas en su cintura y quedé a su altura, mi respiración seguía
algo agitada.
-Harry: Te odio.-Susurró y después beso con suavidad mis
labios.
-Yo: Y yo.-Susurré.
…
El resto del día estuvo bien, los chicos llegaron y almorzamos todos
juntos, la comida fue de los más loca, mi madre almorzó con nosotros, los chicos nos contaron las cosas que es había pasado fuera, por la tarde estuvimos haciendo zapping y preparando las maletas ya que
mañana a las 8 salíamos para Málaga, decidimos dormir para madrugar y nos
acostamos, yo dormí en los brazos de mi ángel, segura y llena de paz.
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