CAPÍTULO 48. ‘’Soy
tuya’’.
Narra Verónica.
-Harry: ¿Segura?.-Preguntó acariciando mi mejilla.
-Yo: Nunca estuve tan segura de algo.-Dije decidida.
Él sonrió y después me besó, fue un beso tierno, cálido, un
beso que me dio seguridad en este momento. Paro de besarme y se quitó de encima
de mí, y se tumbó él.
-Harry: Siéntate.-Dijo indicándome con su mano que me
sentase sobre él, hice caso y me coloqué en sus caderas, sentí un bulto crecer
en mi trasero, no pude evitarlo y solté un leve gemido al roce, me incliné y sin previo aviso capturé
su boca, mi lengua buscaba la suya, la que se hacía esperar, lo hacía a
propósito.
-Yo: Vamos *beso* Harry *beso*.-El rió entre beso y beso.
Ahora sus manos se posaron en mi cintura apegándome más a él, al hacer esto su
gran bulto rozó mi feminidad haciéndome estremecer, un gemido salió de mi boca,
ahora él unió sus labios con los míos, me besaba con desesperación, su lengua
buscaba la mía, yo abrí paso y este entro en ella ansioso, su lengua golpeaba a
la mía, la succionaba una y otra vez, esta vez fui más lista y di un pequeño mordisco en su
lengua, atrapándola entre mis dientes, él gimió, su voz ronca penetró en mi
boca, nuestras feminidades seguían chocando lo que me hacia perder la
consciencia, él no dejaba de soltar gemidos al roce, sus manos empezaron a
recorrer toda mi espalda, de arriba abajo, mis manos pasaron a juguetear con su
pelo, pude notar como su piel se erizaba, sin duda este era su punto débil. La
cosa iba cada vez a más, yo cada vez estaba más cómoda y lo deseaba dentro de
mí, olvidé todo el miedo y empecé a moverme encima de su erección la que estaba
atrapada por la tela del bóxer y el pantalón, él empezó a soltar leves gemidos,
yo me acerqué a su boca y lo callé con un beso, pude notar su excitación y
saber que yo era la causante me encantaba. Mientras bailaba encima de su
erección mi lengua jugueteaba con la
suya, empecé a dar pequeños mordiscos en su labio inferior, el gimió, yo reí
encima de sus labios. Sus manos comenzaron a bajar por mi espalda hasta llegar
a mi trasero, el que apretó con fuerzas a su erección haciéndome gemir encima
de sus labios. Mis manos se soltaron de sus rizos, me incorporé quedando
sentada encima de su cintura y me acerqué a los botones de su camisa, empecé a quitarlos uno a uno mientras su mirada me penetraba una vez más, sus ojos
se volvieron algo oscuros, su mirada era intensa, eso hizo que mis mejillas ardieran,
pero lo ignoré, cuando llegué al final de la camisa, quité el último botón y él
se incorporó un poco para poder quitársela, la lancé al suelo y me quedé
embobada admirando cada milímetro de su torso desnudo, puse mi mano en su pecho, dónde su corazón bombeaba con rapidez, estaba
muy agitado, empujé para que cayera nuevamente y quedara tumbado. Mi boca
comenzó un caminito de besos desde su boca hasta su cuello, en este me detuve
un rato, empecé a besar, a morder,
succionaba su piel más sensible haciendo que él soltara sonoros gemidos
mientras sus manos se mantenían en mi cintura. Di un húmedo beso en la zona succionada y seguí con mi caminito de besos hasta
toparme con unos de sus pájaros tatuados, me paré en este y di un corto beso,
seguí hasta llegar a uno de sus pezones, me paré antes de hacer nada. Yo era
novata en esto, solo sabía lo que había oído de mi hermano, lo básico ¿y si
hacia el ridículo? O ¿si no lo hacía bien? El miedo volvió a azotar todo mi
cuerpo. Vale, tranquila Verónica, si no le gusta él te lo hará saber. Unas
manos en mi cara me hicieron salir de mis pensamientos. Cogió mi cara entre
ambas manos y la subió hasta quedar frente a la suya.
-Harry: Me gusta.-Dijo encima de mis labios para después besarlos con ternura.
¿Cómo sabía lo que estaba pensando? ¿tanto me conocía?
Yo sonreí y me solté de
su agarre volviendo a mi posición anterior, una vez ahí empecé a chupar
su pezón, su piel entera se erizó, mientras jugaba con su pezón subí mi vista
hacía él, permanecía con los ojos cerrados y sus boca entreabierta, eso era
buena señal, yo seguí con mi tarea y empecé a succionar, di un pequeño mordisco,
los tuve unos segundos entre mis dientes, él expulsó un gemido que era melodía
para mis oídos.
No he fallado aquí.-Reí victoriosa.
Seguí con el camino de besos hasta su otro pezón y repetí la
misma acción de antes, su bulto iba creciendo aún más. Después de terminar con
sus pezones, subí hasta su cuello, empecé a dar besos hasta llegar a sus labios
que estaban entreabiertos, sus ojos se abrieron y se clavaron en los míos, sus
manos una vez más me apretaron a su gran bulto haciéndome gemir.
-Yo: ¿Te gustó?.-Dije en su boca, mientras respiraba muy
agitada por el roce de nuestros sexos.
-Harry: Me volvió loco.-Dijo clavando sus ojos en los míos.
Yo me ruboricé ante la situación, él lo notó y soltó una
risa floja.
Sus manos viajaban por mi espalda buscando con desesperación
el cierre de mi vestido, hasta que por fin llegó, bajó la cremallera lentamente
y me incorporé con él, alcé mis brazos y él se encargó de quitar mi vestido y
tirarlo a la infinidad de la habitación. Ahora estaba en ropa interior ante él,
era la primera vez que un hombre me veía así, me sentí un poco avergonzada,
tenía miedo de no gustarle o de que mi cuerpo le decepcionase, él aprovechó mi
despiste y me dejó caer con suavidad en la cama, quedando él encima de mí, puso
ambas manos a cada lado de mi cabeza, yo involuntariamente abrí mis piernas
para que él de acomodase entre estas, al hacerlo noté su gran bulto chocar con
mi feminidad la que me dio un gran pinchazo que me hizo gemir, estaba
totalmente vulnerable ante él. Se inclinó y unió nuestras frentes mientras
nuestras narices chocaban y nuestras respiraciones se cruzaban.
-Harry: No sientas vergüenza, no tengas miedo ante mí, eres
perfecta.-Dijo para después saborear mis labios con los suyos, una mezcla de
ternura, deseo, amor, desesperación hizo que el beso fuera un estallido para
perder la cabeza, mis manos rodearon su fuerte espalda desnuda, con mis dedos
acariciaba de arriba abajo poniendo su piel de gallina, este mordió mi labio
inferior haciéndome gemir en su boca. Nuestras feminidades seguían en constante
roce lo que a mí me hacía perder la
cordura, dejo a mis labios hinchados descansar para bajar hasta mi cuello el cuál
violó con su boca, succionaba, mordía, besaba con fuerza, yo estaba a punto de
perder la cabeza, me estaba poniendo muy mala, mi punto débil siempre fue ese.
Para suavizar con su boca humedeció la
zona maltratada hace unos segundos. Su boca fue bajando hasta llegar al
principio de mis pechos aún cubiertos por un sujetador negro, él comenzó a
besar esta zona por encima de la tela que los cubría, yo gemí ante su acto,
nunca antes alguien me había tocado como él, todo esto eran sensaciones nuevas,
algo que me encantaba, solo él podía hacerme
volar con un toque. Paró con su acción y se incorporó quedando sentando
en mis caderas, pasó ambas manos por detrás de mi espalda buscando el broche
del sostén, yo me incorporé un poco para hacerle más fácil la liberación,
después de unos segundos maniobrando con el broche, logró deshacerse de la poca tela que cubría mis pechos, quedando
completamente desnudos ante él, él me miro unos segundos y sonrió, me volví a
tumbar y él se inclinó, fue directo hacia unos de mis pechos, acercó sus
hinchados labios a mi pezón, empezó a besar, lo chupó, su lengua navegaba por
este haciéndome estremecer, toda mi piel se erizó, lo succionaba mientras que
con su manos jugaba con el otro, terminó dando un mordisco, dejando mis pezones
perfectamente erectos y húmedos, estaba experimentando sensaciones nunca antes
vividas, él me hacía sentir única. Después de violar cruelmente mis senos
volvió a mi boca, la cual beso
salvajemente un par de veces sin censura.
-Harry: ¿Te sentiste bien?.-Su voz ronca chocó en mis
labios.
-Yo: Me sentí como nunca antes me había sentido,
increíble.-Dije sonriendo en sus labios.
Él volvió a besarme sin piedad, mientras comenzaba a mover
sus caderas encima de las mías, su erección chocando con mi feminidad la que
estaba algo húmeda por toda la excitación, estos roces me estaba haciendo
perder la cabeza.
Él ahogaba algunos gemidos en mis labios, mis manos bajaron
por su espalda y se metieron por debajo de su vientre el que acariciaba, de
arriba hacia abajo, mientras él seguía trabajando con mi boca yo buscaba el cierre se su cinturón
con ansiedad. Hasta que por fin lo encontré, maniobré un par de veces y lo
quité, lanzándolo al final de la cama. Mis dedos buscaron el botón y lo
hallaron para rápidamente quitarlo, él paró lo que estaba haciendo, se
incorporó y bajó sus pantalones con mi
ayuda, los tiró al suelo y volvió a la posición de antes, ahora solo una tela
impedía que nuestras feminidades se unieran, su gran erección estaba presionada
por la tela del bóxer negro, volví a abrir mis piernas y este me embistió con
fuerza, haciéndome soltar un pequeño grito por el gran cosquilleo que sentí en
mi feminidad al choque con la suya aún reprimida en un trozo de tela. Él puso
una mano al lado de mi cabeza sosteniendo todo su peso y la otra empezó a
acariciar a mi vientre, haciéndome cosquillas con la yema de sus dedos, fue bajando
hasta llegar a mis bragas, mi cuerpo entero tembló, sabía lo que ahora vendría,
él notó mis nervios y subió la mano hasta mi mejilla mientras sus lucecitas
verdes volvieron para alumbrarme y hacerme saber que todo estaba bien.
-Harry: tranquila princesa, relájate si estas tensa no
disfrutarás.-Dijo a escasos centímetros de mi boca mientras su suave mano
acariciaba mi rostro.
Sus palabra y sus gestos me hicieron calmarme, me relajé un
poco más.
Él depósito un cálido beso en mis labios y su mano volvió a la
posición de antes, introdujo sus dedos por debajo de la tela de mi ropa
interior lentamente hasta que noté sus dedos acariciando mi clítoris
suavemente, lo que me hizo morir ahí mismo, comencé a expulsar leves gemidos
que eran callados por sus labios, nunca antes había sentido esto, era como
volar, su dedo corazón empezó a hacer círculos en mi zona más vulnerable,
inconscientemente mis caderas comenzaron a moverse al ritmo de sus dedos,
mientras gemía en su boca. Él paro con su abuso
y sacó sus manos de mi ropa interior, introdujo unos de sus dedos en su
boca y lo lamió mientras su mirada permanecía en la mía en todo momento. Sacó
su largo dedo de la boca y se acercó a la mía.
-Harry: Tranquila, si te duele, solo dímelo.-Dijo dando un
beso en la comisura de mis labios.
Yo asentí, estaba demasiado excitada como para pensar con
claridad, volvió a meter su mano dentro de mi ropa interior e introdujo uno de
sus dedos en mi interior, lo hizo lentamente y con suavidad, al hacerlo noté un
pinchazo, un pequeño dolor que me hizo gritar, él se dio cuenta y sacó sus dedo
rápidamente.
-Harry: Lo siento princesa, no quería hacerte daño.-Dijo
mirándome fijamente.
-Yo: No pasa nada, sigue.-Dije calmándolo con la mirada.
Él hizo caso y volvió a introducir su dedo en mi interior,
lo metía y sacaba con suavidad, acariciando mis paredes, el dolor fue
disminuyendo y se mezclo con ráfagas de placer que me hicieron ignorar el poco
dolor que quedaba. Mis gemidos comenzaron a ser más flojos indicando que había
menos dolor. El besó mi boca silenciándome.
-Harry: te quiero.-Dijo para volver a besar mis labios.
Su dedo seguía navegando en mi interior, una y otra vez, yo
sentí que en muy poco llegaría a la cima, él introdujo un dedo más en mí, ahora
eran dos los que presionaban mi zona más sensible, comenzó a moverlos dentro de
mi haciendo círculos, muy despacio, yo perdería la consciencia en cualquier
momento, mis caderas de movían al ritmo de sus dedos. Él siguió y solo un par
de veces más fueron suficientes para que mi espalda de curvara y todo mi cuerpo
temblase, había llegado al clímax, una oleada de placer azotó todo mi interior
haciéndome navegar hacia un mundo desconocido. Di un fuerte gemido indicando
que ya había llegado por primera vez al orgasmo. Él retiró los dedos de mi
interior y los llevó hasta su boca, los metió y chupó unos segundos para
después sacarlos.
-Harry: Sabes bien.-Sonrió.
Yo me ruboricé demasiado, mis mejillas estallarían. Mi
respiración intentaba calmarse y mi cuerpo reanimarse después de lo sucedido,
cuando logré volver en sí, una de mis manos fue dirigida hasta su cabello, el
cual estaba muy alborotado, besó mis labios y se incorporó, y quitó la única
prenda que me cubría y la tiró al suelo, ya estaba completamente desnuda ante
él, el me observó unos segundos y después me sonrió, yo me volví a sonrojar,
después volvió a tumbarse encima de mí, su gran erección, rozó con mi húmeda
feminidad desnuda, él gimió en mi cuello mientras lo besaba una y otra vez mis
manos viajaron por su espalda, rodeé y pase a su vientre, bajé despacio y
llegué al elástico de sus boxers, lo tomé y muy despacio los fui bajando, él se
incorporó un poco y los termino de quitar, arrojándolos a quién sabe dónde,
ahora ya estábamos los dos desnudos uno frente al otro, no pude evitarlo, mis
ojos se fueron directamente a su gran erección, en mi cara se formó una gran
sonrisa al saber que todo eso entraría dentro de mí. El me miro y me sonrió
pícaramente mientras sus ojos me penetraban sin piedad. Se levantó y fue a por
el pantalón que estaba en el suelo y de su bolsillo sacó un cuadradito
plateado, el cual trajo hasta la cama,
yo se lo arrebaté de las manos y él me miró confuso.
-Yo: Déjame a mí.-Dije esto para después indicarle con la
mano que se tumbase, él hizo caso y se tumbo, yo me senté encima de sus
piernas, a la altura de sus rodillas, mordí el papelito plateado y saqué el preservativo. Vale Vero, tranquila, esto no puede ser tan difícil, no pienses y lo
harás bien.-Me mentalizaba.
Tomé su erección con
una de mis manos y la masajeé de arriba hacia abajo durante unos minutos, él
cerró los ojos y agarró las sábanas con sus puños mientras las apretaba. Me
encantaba tenerlo así. Repetí la acción
con mi mano unos minutos y le coloqué el preservativo con delicadeza, volviendo a
masajear, él gimió y abrió sus ojos, una sonrisa de formó en sus labios,
dándome a entender que lo hice bien. De un solo movimiento quedé tumbada y
el de rodillas frente a mí, con sus
manos separó mis piernas, se acomodó en estas tomó su erección con una mano y
la acercó a mi feminidad la que empezaba a palpitar, se inclinó hasta llegar a
mi boca.
-Harry: Si te duele, dímelo y pararé, relájate y déjate
llevar. Intentaré hacerte el menor daño
posible, te amo.-Dicho esto beso mis labios. Acercó su erección hacia mis
paredes y se adentró en mí, causando un fuerte dolor, un grito salió de mi boca
alertándolo, el rápidamente salió de mi.
-Harry: Lo siento princesa, no quería *lo interrumpí*
-Yo: Sigue.-Dije apartando con mi mano algunos rizos que había
pegados en su frente por el sudor.
Él asintió y volvió a
penetrarme, entraba y salía suavemente y despacio, callaba mis gritos de dolor
con tiernos besos que hacían que lo ignorase un poco. Él dolor fue cesando y
una mezcla de placer invadió todo mi interior, los gritos de dolor fueron cambiando y se
convirtieron en gemidos.
-Harry: ¿Puedo ir más rápido?.-Preguntó con la voz
entrecortada.
-Yo: Hazlo.-Ordené.
Él sonrió y me penetró sin piedad fuertemente, sentí un
pequeño pinchazo, me dolió un poco pero sus besos me hicieron olvidarme de el
dolor, siguió con sus envestidas, escondió su cara en mi cuello, ahogaba sus
gemidos en este mientras yo clavé mis uñas en su espalda y gemía con
desesperación.
-Harry: Estas tan apretada.-Dijo con un hilo de voz mientras
jadeaba. Sus rizos caminando por mi cuello me hacían cosquillas, mi piel se
erizó.
-Yo: Ha-Harry.-Su nombre salió en un gran gemido.
Sus embestidas fueron a más,
el dolor se había esfumado prácticamente, sus caderas empezaron a hacer
círculos sobre mí, su erección de movía dentro de mi haciéndome estremecer, él
dio un grito ahogado en mi cuello, lo que me excito aún más. Mis músculos se contrajeron, el orgasmo estaba cerca.
-Yo: Vo-voy a llegar.-Dije apenas sin voz.
-Harry: Nena aguanta.-Dijo volviéndome a envestir, mi
feminidad comenzó a dar pulsadas, mis paredes cada vez de contraían más, de
repente su erección tocó un punto, sentí algo nunca vivido, mil oleadas de
placer me azotaron con crueldad, mi espalda se arqueó, mis manos apretaron su
espalda con fuerza, toqué la cima, él me hizo llegar a lo más alto, mi segundo
orgasmo. Mis piernas temblaron al sentir
como él se descargaba en mi interior, un líquido caliente se derramó dentro de
mí haciéndome temblar, ambos gritamos al mismo tiempo, al mismo compás, de mi
boca solo salía su nombre y de la suya el mío, ambos llegamos al clímax juntos.
Él se dejo caer por completo encima de mí, su pecho contra el mío que subía y
bajaba sin freno, él escondió su cara en mi cuello, su cálida respiración abrazaba a este. Aún seguía dentro de
mí, yo acariciaba su espalda, él salió de mi y ambos volvimos a gemir, se quitó
el preservativo y lo tiro a la papelera, volvió a la cama y se tumbó a mi lado,
con su brazo me aferró a él, yo caí encima de su torso, su pecho subía y
bajaba, cogió la sábana y nos arropó, quedando bajo una suave tela que protegía
a nuestros cuerpos desnudos. Nos mantuvimos un rato en silencio hasta que
nuestras respiraciones volvieron a la normalidad. Su brazo paso por detrás de
mi espalda, quedando en mi cintura, la que sujetaba con fuerza, mi cabeza
descansaba en su pecho sudado y una de mis manos se posaba en su vientre.
Acerqué mi cabeza a su oído.
-Yo: Gracias.-Dije para quedarme observándolo, su pelo
alborotado, algunos rizos pegados en su frente que lo hacían jodidamente
adorable, y su preciosa sonrisa, que me dejaba muerta. El volteo su rostro
hasta fijar su mirada en la mía.
-Harry: Ha sido increíble, te amo princesa.-Dicho esto besó
mis labios, un beso lento, sin lenguas, solo sus labios repasando cada
milímetro de los míos. Nos separamos y volví a colocar mi cabeza sobre su
pecho, él me apretó aún más, sintiendo su calor y cada uno de sus latidos.
-Harry: Para ser la primera vez, lo hiciste genial.-Dijo
para después besar mi cabeza.
Mis mejillas se prendieron,
menos mal que esta vez estaba aferrada a su pecho y no pudo verlo.
-Yo: Te amo.-Dije dando un corto beso en un torso.
-Harry: eres mía.-Susurró.
-Yo: soy tuya.-Sonreí.
Escuchando sus latidos, sintiendo su calor, admirando su
cuerpo desnudo, caí en un profundo sueño..
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