sábado, 17 de agosto de 2013

Capítulo 57.

CAPÍTULO 57. ‘’última vez’’.
Narra Verónica.

-Yo: Pásalo muy bien vale? Estudia mucho y lígate ya a alguna guiri, joder.-Dije mientras lo abrazaba.
-Carlos: Nunca cambias enana, espero tus llamadas eh? No me olvides.
-Yo: Sabes que ya mismo yo estaré por allí también bobo.-Dije feliz
-Carlos: Nos pegaremos unas buenas fiestas.-Rió.
Yo negué con la cabeza y lo bese fuertemente en la mejilla, odiaba las despedidas y más cuando era gente a la que quería.
La dichosa voz indicando que el vuelo con destino a Londres sería ya arruinó el momento.
-Carlos: Cuídate, por favor y sigue así de hermosa.-Mis mejillas se prendieron.
Escondí mi cabeza en su cuello para oler su perfume por última vez.
-Yo: Te quiero grandullón, gracias por todo.-Susurré.
Él beso mi frente y me separé, volviendo con Harry y mi hermano.
-Carlos: Adiós hermano.-Se acercó y dio un abrazo a Víctor.
-Carlos: Adiós, cuídala o te mataré.-Advirtió estrechando la mano con mi novio.
-Harry: Lo haré.-Afirmó serio.
Sin duda había tensión entre ambos.
Carlos se alejó y subió al avión, yo le dije adiós con la mano y una lagrimilla cayó por mi mejilla.
-Harry: no llores.-Dijo abrazándome.
Yo sonreí en su pecho.

Narra Harry.

Dejamos a  Vero en su casa, con la escusa de que Víctor y yo iríamos a recoger unos materiales que llegaron para el gimnasio, ella se tragó la mentira y se quedó en su casa con Lucía.
En realidad íbamos al gimnasio, Víctor quería que entrenáramos porque mañana me vería la cara con Sergio. Llegamos y nos preparamos.
-Víctor: Golpea sin miedo.-Dijo levantando ambos brazos, en cada mano sostenía un cuadrado de esponja cubierto por un cuero negro.
Yo comencé a dar golpes secos  en cada almohadilla, golpeaba sin parar, las ganas de dejarlo tirado en el suelo me comían.
-Víctor: Esta bien, pararemos con esto.-Dijo quitándose las almohadillas de cuero.
Yo asentí algo irritado,  había pasado mucho tiempo golpeando sin parar.
Fuimos  a los sacos y ambos comenzamos a  golpear el nuestro.
Yo daba golpes firmes y hacia algún que otro remate en el centro. Víctor era muy buen instructor. Después de un rato fuimos al ring allí comenzamos a pelear, nos golpeábamos sin hacernos daño, simplemente entrenábamos.
Terminamos y fuimos a los baños a cambiarnos.
-Víctor: ¿Estás seguro de que quieres hacerlo?.-Preguntó preocupado.
-Harry: Sin ninguna duda.-Dije seguro.
-Víctor: Recuerda, no estás solo en esto.-Dijo poniendo su mano en mi hombro.

Narra Verónica.

Mi madre se fue a trabajar y yo me quedé sola, como me aburría decidí preparar algo para Harry y mi hermano. Fui a la cocina y pensé en que hacer, decidí  hacer tortilla, era algo típico en España que mi novio tenía que probar. Saqué la sartén y los huevos, los batí y corté las patatas, después de mezclarlo todo, dejé que se hiciera y me senté en la silla, con la mirada puesta en la sartén. Él sonido de mi móvil me hizo salir del trance. Lo saqué de mi bolsillo y era otro maldito mensaje de Sergio.

''Queda muy poco’’.

Volví a guardar el móvil en mi bolsillo. ¿Qué cojones pretendía? Sus mensajes me estaban volviendo loca, no sé qué quería decir, ¿y si planeaba hacerle daño a él? No no, no puede ser, intenté quitarme esa idea de la cabeza y pensar que solo lo hacía para molestarme. Me centré en la cocina, cuando ya se hizo, la puse en un plato, tenía buena pinta o por lo menos eso parecía.-Reí en mi interior.
-Víctor: ¿DÓNDE ESTA LA HERMANA MÁS PRECIOSA DE ESTE MUNDO?.-Gritó desde el salón.
Yo negué con la cabeza y reí.
-Yo: EN AL COCINAAAAA PRINCESOTE.-Grité.
A los pocos segundos apareció con Harry al lado que venía riendo. Se veían tan tiernos los dos.
Me acerqué a mi hermano y chocamos los 5, él tan idiota como siempre. Y después me abalancé a mi novio, el me apretó con sus brazos y me dio un cálido beso en los labios que me dejo inconsciente.
Me separé de él ante la atenta mirada de mi hermano mientras reía.
-Yo: Vamos a comer, anda.-Dije cambiando el tema.
Ellos se sentaron en la mesa y yo fui a por la comida y las bebidas.
Llegué y puse la tortilla en la mesa, una jarra con zumo y un par de botellines de cerveza.
-Víctor: Vero, ¿tu sola has hecho esto?.-Dijo señalando la tortilla.
Harry soltó una carcajada y yo lo fulminé con la mirada.
-Yo: A veces eres adorable y otras un completo idiota.-Bufé.
El negó con la cabeza y rió.
-Víctor: No te chines, solo me asombra.-Dijo sonriendo.

-Harry: Estaba muy buena.-Dijo sonriendo.
-Víctor: Demasiado para ser cierto.-Rió.
Yo me acerqué a él y lo golpeé en el brazo, después volví a sentarme con Harry en el sofá mientras mi hermano me asesinaba con la mirada desde el sillón.
-Yo: mm.. quiero helado.-Dije apoyando mi cabeza en el hombro de mi novio.
-Harry: ¿Dónde está?.-Suspiró.
-Yo: En el congelador, último cajón.-Sonreí victoriosa.
Él negó con la cabeza y fue hasta la cocina, a los pocos minutos apareció con una tarrina de helado en su mano y en la otra dos cucharas.
Se sentó a mi lado y me dio la tarrina y una cuchara.
-Yo: Así me gusta.-Dije palmoteando su hombro mientras reía.
-Harry: Te odio.-Dijo riendo.
-Yo: Sabes que no.-Sonreí mordiendo mi labio inferior.
-Harry: no hagas eso aquí.-Dijo arrebatándome la tarrina y metiendo su cuchara en esta la que después introdujo  en su boca y saboreó lentamente mientras sus ojos verdes me miraban con picardía.
-Yo: Me pides que yo no haga nada,   y ahora ¿tú me haces eso?.-Reí.
-Harry: Me amas.-Me guiñó un ojo y después humedeció su labio inferior con su lengua lo que acabó por volverme loca.
Yo voltee la mirada a la TV mientras comía helado intentando evadirme de la provocación de Harry.

El resto de la tarde fue bastante tranquilo, vimos la TV, e hicimos tonterías sin sentido, aunque notaba algo raro en el ambiente, mi hermano y Harry cruzaban miradas de manera extraña, a veces notaba a Harry algo tenso o en su mundo, no sé qué estaba pasando.
Terminamos de cenar y salimos a la puerta con mi hermano mientras fumaba.
-Yo: ¿Mañana que hacemos? Es sábado.-Dije mirando a mi hermano que tenía la vista perdida.
Él y Harry se miraron y se mantuvieron en silencio, mi hermano dio una gran calada y después me miro.
-Víctor: Mañana por la noche no podremos salir.-Dijo soltando humo por la boca.
Yo miré extrañada a Harry, él no me dijo nada.
-Yo: ¿Por qué?
Noté como el ambiente se tensó, ¿Era mi imaginación o no sabían que decir?
Harry miro a Víctor y este asintió.
-Víctor: Vamos a una reunión de amigos y quiero llevar a Harry para que los conozca y tal.-Dijo sin dar importancia.
-Yo: ¿reunión de amigos?.-Dije extrañada.
-Víctor: Sí, ya sabes, unas cervezas y eso.-Dijo tirando la colilla al suelo, presionándola con su pie sobre este.
-Yo: ¿me vais a dejar sola?.-Dije haciendo pucheros mientras miraba a Harry y su rostro seguía serio, como si no estuviera pendiente de la conversación.
-Víctor: Pequeña, solo será un rato, no pasara nada.-Sonrió.
Yo no tuve más remedio que aceptar aunque me seguía pareciendo raro.
Volvimos dentro y nos fuimos a dormir, Harry no había abierto la boca desde que estuvimos en la calle, ya me estaba asustado.
-Yo: Iré a cambiarme.-Dije cogiendo mis cosas.
Él asintió, ni una sonrisa, ni sus hoyuelos, ni sus ojos verdes iluminándome, nada se mostraba frío.
Me metí al baño, me quité la ropa y me puse una camiseta de tirantes blanca y unos pantalones bastante cortos rosas de pijama, hacía un calor horrible. Una vez preparada salí fuera, él se encontraba ya acostado, estaba boca abajo. Yo me acerqué y me metí en la cama sin decir nada, me puse de lado y le di la espalda,  no me sentía bien, no sé lo que pasaba, de repente él se puso distante y frío conmigo y no entendía porque, desde que tocamos el tema de mañana se muestra así.
Llevaba unos minutos dando vueltas a la cabeza ya que no podía dormir, unos fuertes brazos me hicieron salir de mis pensamientos, era él, pego su fuerte pecho a mi espalda y comenzó a dar besos en mi hombro que me hicieron estremecer, no entendía nada ¿Ahora ya estaba bien? Me rodee rápidamente y quede de lado frente a él, sus ojos verdes me miraban fijamente,  ninguno decía nada, solo nos mirábamos sin esperar nada a cambio. Él llevo su mano a mi mejilla al que empezó a acariciar con suavidad, este gesto me tranquilizó.
-Harry: Quiero hacerte mía.-Susurró su ronca voz rompiendo el silencio.
Esto era muy raro, hace un rato parecía estar enfadado conmigo, seguía sin entender nada.
No pude contestar, en un abrir y cerrar de ojos él se tumbó encima de mí, colocó ambos brazos a cada lado de mi cabeza, yo involuntariamente abrí mis piernas y este se acomodó entre estas haciendo que nuestras feminidades chocasen causándome un gran cosquilleo en mi zona más vulnerable. Se inclinó sobre mí y su boca fue directa a mi cuello, el que beso con fuerza, succionó haciéndome gemir, dio un pequeño mordisco y humedeció la zona violada con su lengua. Hizo un caminito de besos desde mi cuello hasta mi boca y paro en esta, su respiración estaba muy agitada y chocaba contra mi boca, sus ojos verdes me miraron con ternura por primera vez desde que volvimos a la casa esta tarde.
-Harry: Te amo, te necesito, no quiero perderte.-Susurró en mis labios, un cosquilleo me recorrió por todo el cuerpo y sentí un pequeño pinchazo en mi corazón.
Yo no contesté, simplemente le hice el amor a sus labios, les explique a modo de besos que lo amaba, y que nunca me perdería, porque soy completamente suya. Sus cálidos labios acariciaban a los míos con suavidad, sin dejar nada que desear, acabé dando un corto beso en sus labios y después choque mis ojos con los suyos que no se apartaban de mí.
-Yo: Siempre seré tuya.-Susurré.
Él me dejo ver sus hermosos hoyuelos acompañados de una gran sonrisa encima de mis labios, por fin había sonreído.
Quitó una de sus manos de la cama y dejo todo su peso en una. Con la mano libre bajo el tirante de mi camiseta con cautela y comenzó a dar cortos besos en este, después volvió a subir su cara hasta quedar frente la mía. Metí una de mis manos por su pelo y empecé a jugar con sus rizos, él soltó un gruñido que fue callado con mis labios. En un ágil movimiento cambiamos de posiciones, yo me senté encima de su bulto que ya se hacía notar, solté un leve gemido al roce. Mientras sus ojos me traspasaban entera yo me deshice de la camiseta y la tire al suelo, pase las manos por mi espalda y me quite el sujetador, lanzándolo también al suelo. Él me observó detenidamente y después se humedeció el labio inferior con la lengua y yo le sonreí juguetona. Me incliné sobre él  y nuestros pechos desnudos chocaron, él gimió al choque y yo lo besé, mi lengua iba buscando a la suya con prisa, él puso sus manos en mi cadera y abrió paso, me adentré en su boca, y analicé cada milímetro, saboreé la textura y succioné su lengua cruelmente haciéndolo soltar leves gemidos que resonaban en todo mi interior, terminé mordiendo su labio inferior y el gruñó.
-Yo: te quiero.-Susurré en sus labios.
Él me apretó más a su gran bulto haciéndome gemir en su boca, el roce me hacía perder la cordura. Empecé a dar besos en su pecho bajando por su vientre hasta llegar al elástico de los bóxers, los baje lentamente y me deshice de ellos, su gran miembro palpitaba ya descubierto. Yo mordí mi labio inferior mientras sus ojos se clavaban en los míos.
Tome su miembro entre mis manos y comencé a masajear suavemente de arriba abajo, sin quitarle la mirada a él que cerró los ojos y apretó su mandíbula mientras soltaba cortos gemidos.
-Harry: Pa-para.-Jadeó.
Me encantaba tenerlo así ante mí, totalmente excitado, lo haría sufrir.
Me incliné e introduje su gran erección en mi boca, era la primera vez que lo hacía tenía un poco de miedo, pero me arriesgaría.
Empecé a mover su miembro dentro de mi boca, con suavidad, él comenzó a gemir fuertemente, sus puños apretaron las sábanas.
Yo lo introducía y lo sacaba con rapidez, haciéndole perder la consciencia.
-Harry: Ve-vero, oh.-Digo en un gemido.
Yo seguí con mi tortura hasta que él  cogió mi cara con sus manos y me subió hasta chocar con la suya, su respiración estaba entrecortada por lo sucedido.
-Harry: Pa-para, quiero hacerte el amor como si fuera la última vez.-Jadeo en mis labios para después besarlos con ternura.
Ese conjunto de palabras me hicieron daño.'como si fuera la última vez' ¿Por qué me decía eso?
-Harry: Princesa, tranquila.-Susurró en mis labios algo más calmado.
-Yo: no me gusta lo que dijiste.-Dije confusa.
-Harry: solo fue  por el momento, es lo que se suele decir, tranquila nena.-Dicho esto volvió a besar mis labios de una manera enloquecedora, me olvidé de sus palabras y me concentré en él. De un solo movimiento me tumbó, él se acomodó entre mis piernas, soltó un gran gemido al choque de su miembro erecto con mi feminidad.
Empezó un caminito de besos desde mi vientre hasta llegar a mi pecho, con su lengua succionó uno de mis pezones mientras con la mano torturaba al otro haciéndome morir ante él, mordió mi pezón y mi espalda se arqueó, solté un gemido que fue callado por sus labios enseguida.
Cuando terminó con la tortura  de mi senos se incorporó y me quitó los pantalones y por último mi ropa interior, dejándome desnuda ante él.  Abrió mis piernas lentamente y acercó su miembro a mis paredes haciéndome estremecer.
-Yo: Hazlo ya.-Supliqué.
Sin previo aviso me penetró con fuerza, haciéndome gemir, el presionó sus hinchados labios sobre los míos, callando nuestros gemidos mientras me envestía con fuerza.
-Harry: Te-te  amo.-Jadeó en mi boca.
Yo no pude articular palabra,  sus fuertes envestidas me dejaron prácticamente en coma. Harry nunca me hizo el amor de esta manera,  lo hacía como si fuera el último.
Se alejó de mi boca y escondió su rostro en mi cuello, donde silenciaba sus  roncos gemidos.
Su cadera comenzó a moverse lentamente y su miembro hacia círculos en mi interior muy despacio, lo que me hacía volverme loca.
-Yo: Más ra-rápido.-Jadeé.
Él no hizo caso y siguió con su lenta tortura.
-Yo: Ha-Harry por fa-favor.-Gemí.
Él acercó su boca a la mía mientras respiraba agitado.
-Harry: Di que soy tuya y lo haré.-Susurró en mis labios.
-Yo: Soy tuya, siempre lo seré.-Dije con la voz entrecortada.
-Harry: Repítelo, por favor.-Suplicó.
-Yo: Soy tuya mi amor, hasta el final.-Dije mirándolo fijamente a los ojos.
Él me beso con ternura, fue un beso cargado de amor, pude sentirlo. Mientras me besaba comenzó a moverse dentro de mí con fuerza, comencé a gemir en su boca mientras él me besaba sin final, sus envestidas fueron en aumento hasta que llegó al punto, tocó el clímax haciéndome volar como nunca, mil oleadas de placer azotaron a mi cuerpo débil, mis paredes se contraían bruscamente, mis piernas temblaron y ambos gemimos con desesperación  llegando juntos al orgasmo, él rápidamente salió de mi y se descargó encima de mi vientre, su líquido caliente cayó sobre mi piel, mientras él ahogaba gemidos en mi cuello. Esta vez él no uso preservativo, encajamos piel con piel por primera vez. Él se separó de mi y se levanto, yo quede sin fuerzas y no pude preguntarle a dónde iba, me quede tumbada intentando recuperarme, a los pocos segundos volvió y comenzó a limpiar con delicadeza mi vientre, cuando lo dejo limpio fue al baño y volvió, se tumbo a mi lado y se apegó a mí, su cabeza cayó en mi pecho, que subía y bajaba algo más calmado, uno de sus brazos se posó en mi vientre, abrazó mi cintura con fuerza y  una de sus piernas se entrelazó con las mías. Con mi mano comencé a apartar los rizos pegados que se habitaban en su frente por el sudor y acaricié su pelo. Estuvimos así un rato y cuando ambos volvimos en sí él levantó su cabeza hasta encontrarse con mis ojos, se acercó a mi boca y depositó un cálido beso.
-Harry: Ha sido lo mejor de toda mi vida.-Susurró.
Yo me ruboricé un poco y él lo notó.
-Harry: Jamás me cansaría de verte así, eres preciosa.-Sonrió.
Yo le robe un corto beso.
-Harry: Prométeme algo.-Pidió.
-Yo: Dime.-Susurré mientras miraba detenidamente sus lucecitas que ahora brillaban con una luz especial.
-Harry: Que pase lo que pase vas a ser fuerte, como tú sabes.-Susurró mientras con sus dedos acariciaba el avión que descansaba en mi pecho.
-Yo: A  tú lado siempre lo seré.-Sonreí mientras acariciaba su mejilla.
-Harry: Promételo.-Suplicó angustiado.
-Yo: te lo prometo, pero ¿Por qué te angustias mi amor?
Él no dijo nada, solo unió sus labios con los míos, traspasándome toda su energía, todas sus fuerzas.
-Harry: Dime que me quieres.-Suplicó en mis labios.
Esta situación me estaba asustando, no entendía nada.
-Yo: Te amo.-Susurré.
-Harry: para siempre.-Afirmó.

Narra Harry.

Quise hacer mía a mi princesa por última vez, por si mañana las cosas no salían bien, quise entregarle todo lo que yo tenía y así hice, hicimos el amor,  de una manera que nunca lo hice porque nunca estuve enamorado, solo ella, ella es la que supo como ocupar mi corazón al completo. Ella tiene todo lo que yo necesito para ser feliz. La hice mía y le entregué todo mi amor y ella a mí el suyo, y esta vez no use preservativo, quise sentirla piel con piel, sin nada que nos separe. Apoyé mi cabeza en su delicado pecho y me dormí abrazado a mi única mujer. A la única por la que daría mi vida.

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