lunes, 12 de agosto de 2013

Capítulo 42.

CAPÍTULO 42. ‘’Hogar dulce hogar’’.

3 semanas después.

Narra Verónica.

Los rayos de sol que se colaban por la ventana chocaban con mis ojos cerrados, dando punzadas  sobre estos, no me quedo de otra y los abrí, me giré dando la espalda a la ventana ya que me había deslumbrado. Me paré un segundo y me di cuenta del día que era hoy. Pegué un salto y salí de la cama, me fui corriendo a la ventana, la abrí y deje que los rayos de sol golpearan mi cara, respiré hondo y esbocé una gran sonrisa mientras oía el cantar de los pájaros por todas partes, hoy llegó el día que tanto esperé, hoy me pesaba y si conseguía el peso querido me iría de aquí, me darían el puto alta. Salí de mi trancé y miré el reloj, las 10 en punto, fui hacia el armario y me puse unos shorts negros que hace 2 meses me quedaban  grandes y ahora me quedan totalmente ajustados. Y me puse una camiseta de encaje de tirantes  color coral y unas vans negras  yo con mi estilo tan peculiar, dejé caer mi pelo, lo dejé adoptar la forma que quisiera y ya estaba lista, alas 12 mi madre y mi hermano llegarían, me pesaría y me largaría de aquí, estaba segura de que había cogido peso.

-Doctor: bueno, vamos a ver si has conseguido subir 4 kilos más.
-Yo: sí, vamos.-Dije seca.
Me quité las zapatillas y mire la báscula fijamente, de esto depende si me voy o no.-Pensé.
Sin pensarlo más puse mis pies encima de esta, las cifras iban subiendo y mi sonrisa  cada vez era mayor, me di cuenta de que había cogido 4 kilos más, el médico miro el peso.
-Doctor: ya puedes bajarte, muy bien Verónica, tu progreso en tan solo dos meses ha sido increíble, hoy mismo te daremos el alta, ahora permitirme, tengo que ir a rellenar algunos de tus papeles. –Dicho esto salió dejándome allí muerta de felicidad.
-Víctor: ven aquí..-Me abrió sus brazos en los que rápidamente caí.
-Yo: ADIÓS HOSPITAAAAAAAAAAAAAAL.-Grité mientras mi hermano me daba vueltas por toda la habitación y mi madre reía. Víctor bajáme o me mareo.-Reí.
-Mi madre: no sabes lo orgullosa que estoy de ti hija.- Dijo acariciando mi mejilla.
-Víctor: ¿No has llamado a Styles para comunicarle la noticia?.-Dijo sonriendo.
A mi se me había olvidado con tanta emoción, no hablo con él desde hace dos días, ha estado muy liado con el tour y no hemos podido hablar, quiero darle la sorpresa.
-Yo: Voy a llamarlo,  ¿me dejais sola?
-Víctor: uh, cuidado con lo que habláis.-Me guiñó un ojo.
-Yo: eres tonto.-Reí mientras mis mejillas se prendían. ¡Venga salir un momento!
Ellos hicieron caso y salieron, me puse las zapatillas ya que seguía descalza y cogí mi móvil, busqué su número en contactos y presioné en llamar mientras me sentaba en la cama
.
‘Conversación telefónica’

-Harry: pequeña.-Dijo su ronca voz que me hizo entrar en trance.
-Yo: Hazza.
-Harry: Perdonáme, estos días hemos estado muy liados, sesiones de fotos, conciertos, entrevistas.-Suspiró.
-Yo: ¿Cuántas veces te dije que no me pidas perdón? No hay problema Harry, yo se que es tu trabajo y ese trabajo me encanta.-Sonreí.
-Harry: ya solo quedan semanas para que esto acabe y pueda volver a abrazarte.-Dijo feliz.
-Yo: No sabes cuanta falta me haces..-Supiré.
-Harry: no me volveré a ir sin ti.

-Yo: quería contarte algo.-Dije nerviosa.
-Harry: ¿El qué? ¿No será el imbécil ese de Sergio no?.-Dijo enfadado.
-Yo: No mi amor, tranquilo.-Mentí, aunque  desde aquel día no lo vi, sé que no tardara en volver a buscarme.
-Harry: Entonces dime.-Dijo más calmado.
-Yo: ¡HOY ME DAN EL ALTA! ME VOY DE AQUÍ HARRY.-Grité feliz.
-Harry: Me has roto el tímpano.-Rió. Pero eso es genial, ¿ves? Te dije que lo conseguirías, yo sabía que lo harías, y me siento tan felíz, te quiero.
-Yo:  Estoy muy contenta, volveré a mi casa después de meses, ahora me he propuesto empezar de cero.
-Harry: y yo voy a estar a tu lado, te lo aseguro.

En ese momento tocaron en la puerta.

-Yo: mi amor  tengo que dejarte, alguien viene, a la noche hablamos ¿sí?
-Harry: ¿ ya? *bufó* dile a quién quiera que sea de mi parte, que gracias por ser tan oportuno.
-Yo: me encanta cuando te picas.-Reí.
-Harry: eres mala.-Rió.
-Yo: pero te quiero, ahora ya enserio, tengo que dejarte. Te amo rizos.
-Harry: te amo princesa.

‘Fin de conversación telefónica’

Solté el móvil en la mesita y fui hacia la puerta para abrir, cuando lo hice me encontré con mi hermano y su oreja pegada a la puerta.
-Yo: eres un cotilla.-Reí, mientras dejaba que este pasara a dentro.
-Víctor: oh te amo, oh me encanta cuando te picas, oh Harry.-Se burló.
Mis mejillas se volvieron a prender, me acerqué a él y lo golpeé con mis nudillos en su fuerte brazo.
-Víctor: Quieta niña, me vas a matar.-Dijo pasando la mano por el sitio dónde le había pegado.
-Yo: la próxima vez no te burles de mi.-Reí.
-Víctor: tienes bastante fuerzas, eh, tienes que venirte conmigo algún día al gimnasio.
-Yo: ¿A ver a mil tíos chorreando adrenalina por su cuerpo? O ¿tíos babosos observando a las chicas mientras hacen ejercicio? No, gracias.-Dije con asco.
-Víctor: A ver,  eres muy exagerada, yo trabajo allí ¿recuerdas? Estarás conmigo, y si ''algún baboso’’ *hizo comillas con sus dedos* te molesta yo me encargaré de dejarlo claro que ni se te acerque, por favor, solo será un día, si no te gusta no te obligaré más a ir, y si te gusta podrás ir cuando quieras, ¿Trato hecho?.-Me tendió su mano para que la estrechara, yo me lo pensé dos veces y al final acepté, solo sería un día y así me dejaría en paz, acerqué mi mano a la suya y las estrechamos.
-Yo: trato hecho.-Reí.

-Hogar, dulce, hogar.-Supiré y me dejé caer en mi blanda cama, como eché de menos, mi almohada, mi colchón, mis sábanas, todo.
Observé a mi alrededor, y vi mis tropecientos posters, se me hacia un poco extraño tenerlos después de todo lo que pasó, pero nadie los movería de ahí. Antes de nada fui a darme una ducha, las rozaduras desaparecieron, menos mal que Víctor no volvió a tocar el maldito tema.
Después de una resfrescante ducha, salí y me puse frente al armario, recordé cuando antes vestirme era una lucha, cuando me veía mal con todo, y ahora es diferente, me voy aceptando más. Cogí unos shorts blancos y una camiseta de tirantes naranja, la metí por debajo del pantalón y me puse mis vans naranjas.  Peiné mi pelo y lo deje libre adaptandose a mi cuerpo, me rocié de colonia y lista. De repente, bajé la vista a mis muñecas, con la yema de mis dedos acaricié las cicatrices de mi muñeca izquierda y recordé las palabras de Liam antes de irse. ''cuando las veas, entenderás que fuiste fuerte’’ una pequeña sonrisa se puse en mi cara, recordando a Liam y sus palabras que siempre me ayudaron. No las quise ver más y cogí un par de pulseras y me las puse, para taparlas un poco. Bajé abajo y allí estaba mi hermano tirado en el sofá semi desnudo, este tío siempre igual, en calzoncillos por todos lados, yo no me asustaba ya que era mi hermano y era algo más que habitual.
Me senté a su lado y  guardé silencio.
-Víctor: Mañana, tú, yo, gimnasio.-Sonrió.
-Yo: AG, ESTA BIEN.-Dije resignada.
-Víctor: Eres tonta, al final lo vas a pasar bien y así conocerás a gente, aunque casi todo sean chicos.-Rió.
-Yo: No necesito conocer a ningún chico.-Lo mire fijamente a los ojos pensando en mi ángel.
-Víctor: oh, no me refería a eso, pero si puedes tener amigos ¿no?
-Yo: Eso sí.-Reí.

Mi reloj marcaba las 12 de la noche, por fin estaba en mi cama, junto a mis cosas, en la oscuridad de mi habitación, no me incomodaba para nada, cuando estaba a punto de dormirme, el sonido de mi móvil me hizo salir de mi mundo. ¿Quién sería a estas horas? Con los ojos entreabiertos lo cogí.
-Yo: ¿Quién es?.-Dije adormilada.
-Harry: ¿No miraste la pantalla para cogerlo?.-Rió, esa risa, me era más que conocida, su ronca voz me penetraba, haciendo que todos mi sentidos se activasen,  al ver que era él sonreí.
-Yo:  oh si es mi precioso chico.-Reí. Es que estaba a punto de dormirme y por eso  no miré quién era.
-Harry: Vaya.. siento a verte despertado.
-Yo: ¿bromeas? Si me ha encantado.-Reí tontamente.
-Harry: A mí me encantas tú.- La sangre empezó e hervir en mi interior, cada vez que me decía algo así mi cuerpo entero temblaba, solo él conseguía esta reacción en mi.
-Yo: tú a mi más ¿sabes? Mañana mi hermano me va a llevar al gimnasio.-Dije desanimada.
Al decir esto,  escuché una torpe risa al otro lado.
-Yo: A mí no me hace gracia.
-Harry: Me rio porque lo has dicho como si ir allí fuera como ir al infierno.-Rió.
-Yo: Oh, ya me dirás, allí rodeada de mil tíos, con sus torsos sudados, eliminando tóxicas por minuto y baboseando. ¿Acaso eso es la gloria?.
Harry  se mantuvo unos segundo en silencio, ¿fue mi imaginación o escuché 'mierda'? ¿Acaso se puso celoso?.-Reí en mi interior.
-Yo: ¿A que ahora no te gusta tanto la idea de que vaya?-Reí.

Ahora el gruñó.

-Harry: Más vale que ninguno se te acerque.-Bufó.
-Yo: ¿y si se me acercan qué? Yo estoy jodidamente enamorada de ti, tú eres todo, no tengo ojos para otro que no seas tú, te amo demasiado.-Suspiré después de decir todo lo que sentía.
-Harry:  No sé lo que me has hecho, pero desde que leí  tu carta y después te vi en esa camilla en el hospital, aún sin saber que eras tú, no he podido sacarte de mi cabeza, no sabes cuanto te extraño, cuanto te deseo, cuanto te pienso,  te quiero.

Yo sentí que me moría, esas palabras, su voz traspasando mi oído, mi corazón bombeaba con más fuerza,  yo lo necesitaba conmigo, y quería que pasarán ya las dos semanas que quedaban para verlo.

-Yo: Tú has conseguido que yo me ponga bien, que coma, que deje de parecer una anoréxica, me has hecho creer en mí, me has hecho creer que soy fuerte, mi vida sin ti no es nada, te amo, y nunca dejaré de hacerlo.

-Harry:  nena te dejo ya,  Louis dice que no lo dejo dormir.-Rió.
-Yo: pobre tommo, mejor será que descansemos, mañana me espera un largo día de gimnasio.-Reí.
-Harry: te exijo que cuando vuelvas me llames y me cuentes qué tal  te fue.
-Yo: No lo dudes, descansa mi amor, te quiero.
-Harry: hazlo tú también, te quiero.

‘Fin de conversación telefónica’

Puse la alarma a las 10 como me dijo Víctor, solté el móvil en la mesa y me volví a recostar, ya no necesitaba nada más para ser feliz, lo tenía a él, y nada ni nadie rompería lo nuestro. Pensando en sus palabras caí dormida.

A la mañana siguiente..

No hay comentarios:

Publicar un comentario