domingo, 4 de agosto de 2013

Capítulo 11

CAPÍTULO 11.  ‘’¿Porqué lo has hecho?’’.

Solo faltaba una semana y media para que mis ídolos pisaran la ciudad, y yo aquí, tirada en la cama, presa del dolor, ahogándome en lágrimas, hace unos días que no estoy normal, digo normal, porque nunca he llegado a estar bien,  llevo unos días fatal, no he dejado de provocarme  vómitos y de cortarme. Y mi padre ocupaba la mayor parte de mis pensamientos.

Sentía ira, estaba enfadada con la vida, con este triste mundo, con la sociedad y sobre todo me odiaba a mí misma, ahora comprendo que soy un estorbo para todos.

Hoy mi madre trabajaba y Víctor tuvo que pasar el día en el gimnasio, él no vendría hasta la tarde.
Y yo estaba sola, completamente sola, y así me sentía.

Hoy me recuerdo el día que cumplí 12 años, ese día fue el mejor de mi vida, lo que nunca me imaginaba es que a partir de ese momento mi vida cambiaría, mis días se volverían negros y yo empezaría a manchar mi cuerpo con rasguños, cortes y más cortes y mucho menos pensé en ese momento que años después perdería a mi padre y de la peor manera.

También recuerdo a ese infeliz, Sergio, ese que me hizo creer que me amaba, que me quería más que a nadie, para luego hacerme lo que me hizo, hace 3 años, antes de que mi padre muriera..

'Flashback'

Había quedado con Sergio en su casa, me dijo que sus padres no estaban y que pasaríamos la tarde solos allí.
Me preparé como pude y le dije a mi hermano que me llevara a su casa en la moto.

Estábamos en su habitación y de repente él comenzó a quitarse la camiseta, yo no me sorprendí,  era mi novio, lo normal era verlo así, Sergio siempre fue el ''deseado'' en el instituto, nunca comprendí porque se fijó en mí. Era el típico chico, fuerte, guapo. Tenía el pelo castaño muy oscuro pero sin llegar a negro, sus ojos color café, y su cuerpo trabajado de gimnasio, el chico que toda chica querría a su lado.

-Sergio: Vamos a jugar un rato.-Dijo acercándose a mi, mientras su mirada se volvía oscura.

Me puse nerviosa, yo sabía lo que quería pero yo no estaba preparada aún para esto, para entregarle mi virginidad.
Me cogió por la cintura y me tiró a la cama quedando encima de mí, empezó a besarme en el cuello, mientras que sus manos me tocaban por todas partes.

-Yo: Sergio, para..*Dije poniendo mis manos en su pecho para frenarlo pero era una tontería, él tenía más fuerzas que yo*.

El no hizo caso y siguió, cuando iba a meter su mano por debajo de mi pantalón, grité, el puso una de sus manos en mi boca. Yo con mi rodilla pude pegarle en el estomago. El dolorido se levantó, me miraba con cara de desprecio, de asco.

-Sergio: No vales para nada, ¿sabes? Tengo a mil tías que darían lo que fuera porque las tuviera en mi cama y tu vas y me dices que no estás preparada?.-Me gritó. No tengo tiempo para monjas como tú, mírate, estas obesa, me das asco, no sé ni cómo he intentado tocarte.

Sus palabras eran como un puñal en mi pecho, ¿cómo estuvo conmigo 6 meses si pensaba eso de mí? No le di lo que quería y me hace esto?

Él se acercó a mí que estaba de pie, y me pegó contra la pared, yo estaba  temblando, le tenía miedo, era capaz de todo. Noté como un puño chocaba con mi mejilla, haciéndome un daño importante.¿ Me estaba pegando? ¿se atrevió a ponerme una mano encima? Yo estaba presa por el miedo, y me quedé parada, las lágrimas comenzaron a caer por mi rostro pero a él poco le importó, pues me volvió a golpear. Después de varios golpes, me cogió del brazo y me llevo hasta la puerta, me dejó en la calle, golpeada, dolida, sola, asustada. Saqué mi móvil como pude y llamé a mi hermano para que viniera a recogerme.

'Fin flashback'

Después de esto, no volví a saber nada más de él, como no volví a salir a la calle, no sé si se mudó o no, lo que sí sé es que me utilizó , yo creí que él era el único que me aceptaba, el único en el que podía confiar, nunca supo de mis cortes, tampoco quise contárselo. Mi hermano trató de buscarlo, yo le dije que no hiciera nada,  él quería matarlo, le dije que si hacia algo yo me cortaría, él no tuvo más remedio que aguantarse.  Ese hombre me hizo el peor daño de todos.

Me sentía débil,  yo era consciente de que era porque no comía, y lo poco que comía, lo vomitaba, mi cuerpo se encontraba débil, sin fuerzas para nada, mi mente me volvió a jugar una mala pasada.

Me levanté de la cama y fui al baño, me puse delante del espejo, y empecé a observar mis brazos, las cicatrices, observé mi cara, pálida, mis ojeras, y observé mi cuerpo, me veía horrible, como siempre.

Mi hermano me quitó la navaja con la que yo me cortaba pero yo conseguí otra y la escondí detrás de las estantería del baño, la busqué y la tomé, mi mano derecha la sujetaba con las pocas fuerzas que me quedaban, en mi cabeza solo sonaba ''eres una gorda’’, ''no vales para nada’’, ''eres un estorbo para todos’’, ''nadie te quiere’’, ''desaparece de aquí’’. Estaba atormentada, por un momento recordé todo el acoso que sufrí durante mis años en la ESO y bachiller, todo lo que sufrí, todo el miedo que sentí, cada insulto, cada desprecio, son cosas que nunca podré sacar de mi mente.
 Pues ya no tenía sentido seguir aquí, ¿Para qué? ¿Para seguir así? No Verónica, esto se acabó.

Me dejé caer en el suelo apoyando la espalda en la fría pared, acerqué la navaja a mi muñeca izquierda, las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, no podía parar este llanto, presioné la navaja encima de mis venas y empecé a cortar, una y otra vez, hasta que me di más fuerte y entonces la sangre empezó a salir, apenas me sentía el brazo, mi fuerza iba disminuyendo, mi cabeza daba vueltas, y empezaba a ver borroso, mis ojos se cerraron..

Narra  Víctor.

Llevaba toda la mañana en el gimnasio, miré el reloj y eran las 13:00, decidí volver a casa a darle una sorpresa a mi pequeña, hoy estaba sola y además llevaba unos días más mal de lo normal.  Cogí mis cosas, salí de allí, me monté en el coche y emprendí camino a casa.

Cuando llegué, abrí la puerta y me quedé extrañado, las luces da la planta baja estaban apagadas, yo pensaba que Vero estaría aquí. Bueno subiré, seguro está en su habitación *pensé*  Llegué y me paré en la puerta, que raro, no se escuchaban las voces de sus chicos, no había música, ni nada, abrí la puerta y no estaba allí. Me estaba empezando a asustar, fui a ver si  estaba en el baño y jamás pensé que me encontraría con aquello.

Era ella, mi pequeña, tirada en el suelo, inconsciente, soltando sangre por su muñeca izquierda sin parar.
Rápidamente llamé a una ambulancia y  a mi madre para que fuera yendo al hospital, mientras venía la ambulancia cogí su muñeca , no dejaba de soltar sangre asique me arranque mi camiseta y la utilice de venda, se la coloqué y presioné sobre esta. Cogí su cabeza y la puse en mis piernas.
Estaba más pálida que nunca, no pude aguantar y las lágrimas empezaron a caer por mi mejilla.

¿Por qué lo has hecho? ¿Por qué?  Le gritaba.
A los 5 minutos, la ambulancia llegó..


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