martes, 6 de agosto de 2013

Capítulo 17.

CAPÍTULO 17.  ‘’visita’’.
Narra Carlos.

Como bien acordé con Víctor para las cuatro estaría en el hospital, no podía negarme a verla y encima ayudar a Víctor con su plan, la verdad estoy algo asustado, era peligroso, si lo pillaban o algo tendría serios problemas, pero no puedo pararlo, él por Verónica da su vida.
Salí de casa y cogí mi coche, en 20 minutos estaré allí.
Cuando llegué, antes de subir decidí ir a la tienda  para comprarle algo a ella, entré y estuve pensado que llevarle, me decanté por un oso de peluche y una caja de bombones, sabía que un poco de chocolate la alegraría o al menos dicen que es bueno cuando estas deprimido.
Pagué las cosas y subí a su habitación, toqué y ella me respondió con un ''adelante’’.
Metí mis manos detrás de la espalda para que no viera lo que llevaba y entré.
Estaba recostada en la cama, con  la espalda apoyada en la pared y las piernas cruzadas, su cara la delataba, su mirada estaba apagada, sus ojos verdes no decían nada y parecía haber llorado. Odiaba verla así.
Me acerqué a ella y me senté a su lado, besé su mejilla.

-Yo: ¿Qué tal?.-Dije sonriendo.
-Verónica:¿ De verdad lo preguntas?, sólo mírame.-Dijo cabizbaja.
No sé ni por qué había preguntado esa estupidez si era evidente.  Carlos, tonto *pensé*.
-Yo: Pues te he traído una cosa, que espero que ayude.-Dije sacando mis manos de mi espalda y mostrando el peluche y la caja de bombones.
-Verónica: oh, Carlos, no tenías que haberte molestado,.-Dijo sorprendida.
-Yo: No es ninguna molestia.-Sonreí.
-Verónica: Gracias.-Me regaló una sonrisa. Bien Carlos, bien *pensé*
Cuando tomó al peluche en sus brazos parecía una pequeña de 4 años, era tan inocente, no entiendo porque sufrió tanto.

Después de un rato allí, ella ya se había comido la mitad de la caja de bombones lo que me alegraba, ya que lo que más falta le hacía era comer.
Estuvimos bastante rato charlando, yo le conté lo que me había pasado últimamente y bueno, ella solo se quejaba del hospital y de todo,  por un momento la entendí, estar todos los días en el hospital sin poder salir tiene que ser lo peor.
Acabamos escuchando música, ella sacó su móvil y puso el reproductor, pude notar como soltaba alguna lágrima que otra al escuchar la música de la banda esta, me sentía un poco impotente de no poder hacer nada para que ella hoy los viera, solo me quedaba estar con ella..

Narra Víctor.

Después de salir del hospital fui directamente al gimnasio, necesitaba una hora de deporte para poder desconectar de todo. Cuando llevaba una hora allí,  decidí volver a casa, eran las 5  y tenía que ducharme y acercarme a dónde seria el concierto.
No sabía ni cómo lo haría, no sabía cómo acabaría pero  soy de los que arriesgan y lo iba a intentar.

Me esperaba  una larga tarde…

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