Capítulo 27.

CAPÍTULO 27. ‘’Paseo’’.

Narra Harry.

Liam bajó a desayunar al restaurante, asique yo esperé a que me trajeran el desayuno. Me incorporé en la cama apoyando mi espalda en la pared. Tocaron la puerta.

Adelante.-Dije.

Era la enferma de siempre con la bandeja de siempre, la comida del hospital estaba asquerosa, pero no tenía otra cosa que comer, haber si había suerte y Liam me traía algo del restaurante.

Tostadas y un zumo. Cogí una y le di un mordisco, demasiado dura.-Me dije.

Asique solo me bebí el zumo. Al poco rato vino la misma enfermera y se llevó la bandeja. Yo me aburría, en estos dos días ingresado no había salido de la habitación,  ahora era el momento, me levanté con cuidado, calcé las zapatillas  agarré la barra que sostenía la bolsa del suero y salí de mi habitación, daré un paseo por mi planta.-Me dije.

 Yo estaba en la 102, asique cogí el pasillo, en las que estaban las 104, 105, 106, 107. La verdad que el hospital era MUY aburrido, pasillos extra largos, blancos, muchas puertas, y enfermeras y médicos de un lado para otro. Seguí caminando y vi la puerta de una habitación abierta, me acerqué y vi a una enfermera cambiándole el suero a una chica que estaba dormida. ¿Estaría en coma? No, quizás aún no se había despertado. Cuando vi que la enfermera venía para fuera, me escondí como pude detrás de un muro para que no me viera. Cuando se alejó decidí entrar a ver a la chica esta, quizás me entretendría con ella.

Abrí con suavidad la puerta y la volví a cerrar, no había nadie con ella? Qué raro. *pensé*

Me acerqué a su cama y me senté en el borde. Pude ver que tenía puesta la máscara de oxígeno y un suero como yo, también estaba enchufada a un aparato que controlaba su ritmo cardíaco. Yo no entendía mucho de esto, por no decir nada, pero por lo que vi, su pulso era muy calmado, muy lento.  Me paré y empecé a observarla, tenía la cara pálida, a pesar de eso era hermosa, tenía los labios carnosos y su pelo castaño claro caía sobre  ambos lados de su cabeza y llegaba  casi hasta su cadera. Pude ver sus muñecas, ambas vendadas, ¿Se habría intentado suicidar?

Cogí una de sus manos y la agarré fuerte, al hacer esto note  una especie de escalofrío rondar desde mi cabeza hasta los pies, una electricidad, una sensación extraña pero para nada incómoda, como si yo estuviera ligado a ella, esto fue bastante extraño. Su mano no estaba ni fría ni caliente, tenía una temperatura bastante templada. Está chica estaba en coma. No vi mi cara, pero seguro estaba  blanca.  Se veía tan indefensa, tan inocente, tan linda, no entiendo que la había llevado a esta situación.

Narra Verónica.

Esa persona llevaba ya bastante rato observándome, no decía nada, solo oía  un murmuro, pero no llegaba descifrar lo que decía. ¿Quién sería? Mi hermano no era, Carlos tampoco, mi madre tampoco, y ¿quién si no va a venir a verme? No entendía nada.  De repente tomó mi mano, un escalofrío invadió mi cuerpo débil, sus manos eran grandes, era un chico. Su piel estaba muy suave, no me desagradaba para nada su presencia, no sabía quién era pero tenía una sensación extraña, lo sentía muy cercano, como si tuviera que ver algo con él.  Después de un rato con mi  mano entre las suyas y su mirada fija en mi, noté como soltó mi mano suavemente en la cama y se acercó  a mi oído, podía notar su respiración,  ''se fuerte’’  susurró muy bajo en mi oído, al oírlo mi cuerpo recibió una especie de descarga eléctrica. No distinguía muy bien su voz porque me habló muy bajo pero sabía que era un chico, su voz era muy grave y ronca, por un momento  pensé en Harry, en mi rulos, pero borré esa idea de mi cabeza, era una locura. Después de decirme aquello besó mi mejilla, su beso fue cálido y pude notar  lo carnosos que eran sus labios. Después de esto, noté como cerró la puerta y salió de allí. Ahora en mi cabeza no había otra pregunta. ¿Quién sería? ¿Por qué sentí esto?