Narra Vero.
Me sentí la única culpable de todo esto. Si el no hubiera cogido ese coche para venir a verme ahora...ahora no estaría así. Un nudo se apoderó de mi garganta.
-Hija, tu no tienes la culpa, no digas eso.
La voz preocupada de mi madre me hizo reaccionar.
-Vero, tranquilizate.-Note la cálida mano de Harry en mi hombro.
-Quiero verlo, dónde esta?-Susurré y mi madre nos hizo una señal para que la siguiéramos, caminé agarrada del brazo de Harry, mirando detenidamente el lugar, los recuerdos invadían mi mente.
-Aquí es.-Señaló mi madre junto a una puerta, 110.
Me solté del brazo de Harry y abrí la puerta temblorosa, encontrandome con una imagen desgarradora, sentí que mi mundo se rompía en pedazos. Caminé rápidamente hasta aquella cama, donde me aferre al cuerpo de mi hermano, apoye mi cabeza en su pecho, el cual subía y bajaba con lentitud, las lágrimas comenzaron a caer sin reparo alguno.
-Nena, tienes que calmarte.
Esa ronca voz me hizo incorporarme. Alcé mi vista con miedo, observando su cuerpo. Su abdomen estaba cubierto por una gran venda, su rostro estaba lleno de rasguños y arañazos, sus ojos permanecían cerrados y su pelo algo despeinado. Su boca estaba tapada por una mascara de oxigeno. Las lágrimas no dejaban de caer, era desgarrador verlo así, nunca pensé que esto pudiera pasar. Llevé mi mano hasta su frene y acaricié con suavidad, llevé su pelo hacia atrás con mis dedos.
-Porque no se despierta aún?-Sollocé sin apartarla vista de él.
-Los médicos dicen que puede ser por el impacto, esta sufriendo una especie de shock. Y esperan que despierte en menos de 24h.
En la voz de mi madre se podía notar a leguas la angustia que había.
-Y si no, que?-Dije llena de rabia y no hubo respuesta.
-Responde!-Sollocé mirándola.
-Entrará en coma y será mas complicado hacerle pruebas.-Dijo impotente.
-Vaya a descansar, nosotros estaremos aquí, y los chicos también vinieron. Cualquier novedad que haya la llamaremos.-Cortó el tema Harry.
Ella asintió y después de despedirse salió de la habitación.
Busqué con la mirada a Harry, estaba en los pies de la cama, apoyando sus brazos en la baranda de esta. Sus ojos verdes tenían un brillo triste mientras miraban a mi hermano.
-Si le pasa algo yo...yo no se que haré.-Susurré acariciando su pecho con suavidad.
-No le va a pasar nada, Víctor es un chico fuerte.-Dijo seguro.
-Seguro?-Volteé para mirarlo y el asintió tranquilo.
-Ven.-Ordenó incorporándose, corrí a sus brazos y me enterré en su pecho, mientras nos fundiamos en un confortador abrazo.
-Se puede?-La voz de Louis al otro lado de la puerta nos separó, corrí a abrir y un Niall desesperado corrió hacia la cama seguido de los demás.
-Como fue? Que tiene?-Dijo el ojiazul.
Cogí aire para responder.
-Un accidente de coche, iba al aeropuerto, quería venir a Estados Unidos y darme una sorpresa.-Dije en un hilo de voz.
-Aún no despertó y los médicos esperan que lo haga en menos de 24h.-Continuó Harry cosa que agradecí.
-Vamos Víctor, arriba.-Dijo Niall dando un pequeño golpe en su hombro, cualquiera diría que iba a llorar pero se mantuvo firme.
-Se pondrá bien ya veras, no te preocupes.-Liam me lanzó una mirada tranquilizadora.
-Gracias chicos.-Susurré.
-Que tal si bajamos a comer algo? No comes nada desde ayer.-Recalcó Harry.
-No, no me pienso mover de aquí.-Dije firme.
-Vero...-Resopló enfadado.
-Baja tu con los chicos y come, me puedes traer algo si quienes.-Sonreí.
El asintió poco convencido y antes de irse besó mi frente con ternura y salió con los chicos.
Llevé ambas manos a mi rostro, tapandome y suspirando repetidas veces. Me levanté y caminé hasta el borde de la cama, me recosté junto el con cuidado y me abracé a su cuerpo, dejando mi cabeza caer en su hombro, alguna lágrima continuaba cayendo, me aferre a el, necesitaba su calor, volver a verlo sonreír, necesitaba ver el brillo de sus ojos, su sonrisa, las ganas de vivir que tenía, el siempre estuvo en mis peores momentos, el tiene mucha culpa de que yo este aquí, y ahora no puedo dejarlo solo.
-te necesito Víctor, se fuerte, por favor.-Susurré.
El llanto me venció, mi mente necesitaba descansar y mi cuerpo también, acurrucada junto él caí en los brazos de morfeo.
-Para, por favor!-Grité entre risas mientras sus dedos no paraban de hacerme cosquillas.
-Que tienes que decir?-rió.
-Lo-Lo siento Víctor!-Dije al borde del llanto por la risa.
-No es suficiente.
-Perdoname, hermano guapo y lindo. Tu que eres el mejor de todos!-Grité desesperada y el cesó su agresión divertido.
Respiré con rapidez hasta que me calmé mientras que el me miraba y reia.
-Te odio.-Lo fulmine.
-Yo te adoro, pequeña..
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