sábado, 3 de agosto de 2013

Capítulo 4.

CAPÍTULO 4. ‘’Muerta en vida’’.

Narra Víctor.

Me levanté y bajé al salón, ya que hoy no tenía que ir al gimnasio me tomaría el día libre y lo pasaría con Vero, ella necesita salir, no soporto más verla  encerrada, tiene 18 años. He pensado en llamar a Carlos, ellos estaban muy unidos, no sé si él supo de sus cortes, de igual modo yo no iba a decir nada. Lo que sí sé es que desde lo de mi padre ellos dos se distanciaron,  no volvimos a saber de él, yo me lo encontré muchas veces en el gimnasio pero no entablamos ninguna conversación asique estaba decidido a llamarlo para que quedara conmigo y mi hermana, a ver si así ella cambiaba un poco tu actitud.
Marqué su número y presioné en ‘’llamar’’.

‘Conversación telefónica’.

-Carlos: Hola Víctor.-Dijo sorprendido.
-Yor: hermano, cuánto tiempo, dónde andas?
-Carlos: Pues sí, hace mucho que no se de vosotros. ¿Y Vero? Como está?-Preguntó angustiado. Se notaba que este chico siempre  la quiso.
-Yo: ella.. no ha levantado cabeza desde lo de mi padre, ya sabes..  aunque ahora gracias ala música de un grupo de chicos está cambiando un poco, pero solo un poco.-Dije algo animado.
-Carlos: siempre supe la importancia de la música para ella..
-Yo: Bueno, pues te llamaba, porque había pensado que ha pasado mucho tiempo  desde que no nos vemos y que sería conveniente que nos volviéramos a ver, sobre todo por mi hermana, ella ya no sale,  está muerta en vida y quiero que eso cambie, quizás volverte a ver la haga cambiar su actitud.
-Carlos: yo.. esto.. bueno vale, me apetece veros.
-Yo: Genial, a las seis en mi casa.
-Carlos: allí estaré, bueno te dejo hermano, tengo cosas que hacer, un abrazo.
-Yo: nos vemos, cuídate.

‘Final de conversación telefónica’

Perfecto, mi plan estaba saliendo bien, le daría una sorpresa a Vero.
Me recosté en el sofá y puse la TV, justo estaban emitiendo una serie que me encantaba.

Narra Verónica.

Llegué y me senté a su lado.
-Yo: Hola. –Dije con una sonrisa.
-Víctor: Hola Vero.- Dicho esto se inclinó para soltar un cálido beso en mi mejilla.
Lo amaba, mi hermano siempre estuvo ahí, él fue absolutamente todo, siempre cuidando de mí, aunque a veces me enfade con él, lo amo y le debo mil cosas.
-Víctor: y.. a que se debe esa hermosa sonrisa?-Dijo sorprendido.
-Yo: se debe a esto *rápidamente busqué en la galería de mi móvil una foto de ellos y se la mostré*.
-Víctor: Los quieres mucho, verdad?
-Yo : Mucho.. no es ni una parte de lo que siento por ellos.-Dije apenada pues dentro de un mes vendrían a actuar aquí y yo no iría. Mi hermano no llegó a tiempo a comprarme las entradas y él se siente culpable aunque yo le repita mil veces que él no tiene la culpa.
-Víctor: Yo te prometo que los vas a ver sí? No estés triste, porque eres hermosa y si te pones triste te vuelves fea.
Yo no dije nada, solo le regalé una sonrisa y le abracé.

-Víctor: ¿Qué vas a hacer hoy?- Preguntó sin quitar la vista del televisor.
-Yo: Pues.. nada, sabes que yo.. no salgo.-Dije sin ánimos.
-Víctor: Pues te vienes conmigo.-Dijo sonriendo.
-Yo: ¿¡Qué?!¿¡A dónde?!-Dije sorprendida.
-Víctor: Sí, pensé que podríamos ir  al pub a tomar algo tranquilamente los dos.-Dijo apartando la vista del televisor y mirándome.
- Yo: Pero..*me interrumpió*
-Víctor: Ni peros ni nada, Vero tienes 18 años, joder, no soporto verte más aquí encerrada y así.-Me miro apenado. Tienes que disfrutar de la vida, olvida el pasado, empieza a disfrutar.

Yo no sabía que decir, pues eso ya me lo había dicho mil veces y la verdad antes cuando mi padre estaba salía poco, la gente se metía conmigo, no quería salir a la calle, y desde que mi papá se fue no pisé la calle, solo para cosas que fueran importantes.

-Yo: Yo..está bien, iré.-Dije no muy convencida. Pero con una condición.-Dije apuntándolo con el dedo.
-Víctor: Claro dime.
-Yo: Pues, que para la cena estemos aquí.
-Víctor: Claro, como quieras *Sonrió victorioso*

Yo solo lo hacía por él, sabía que a él le alegraría que saliera un rato.
La mañana pasó rápida, mi madre por temas de trabajo no apareció por casa en toda la mañana, ella trabajaba en uno de los hoteles más lujosos de Madrid. Después de un año de baja por depresión, se incorporó de nuevo, según ella el trabajo la evadía de todo y además necesitábamos dinero. Yo me la pasé con mi hermano haciendo el tonto, con él era todo tan increíble, desconectaba por completo.

El almuerzo fue como los de siempre, mi hermano obligándome a comer y yo comiendo sin ganas. Mi madre hoy comería en el trabajo y no volvería hasta la noche, le cambiaban el horario cuando les daba la gana.

Víctor: VERO, ALAS 6:00 TE QUIERO ARREGLADA ¿ENTENDIDO?-Dijo gritando desde el salón mientras yo subía las escaleras.
Yo: A sus órdenes mi capitán.-Dije con tono burlón.
Subí a mi habitación..


2 comentarios: